En el primero de estos artículos dice el exilado ruso "El sistema ruso no puede ser reformado". El comunismo, dice, es una negación de vida y es una enfermedad mortal para cualquier nación. Es la muerte de la humanidad. Y ninguna nación está inmune de su contagio. No es posible ni corregir ni mejorar el comunismo. Lo único que podemos hacer es tratar de liquidarlo.
El Carácter antihumano del Comunismo
El comunismo es de carácter antihumano, sin precedentes en la historia. Hasta el siglo ninguna nación había experimentado sufrimientos tan grandes como los que trae el comunismo. Sin embargo, el comunismo está establecido ya en más de 20 naciones. En varias ocasiones ha estado al borde de fracasar pero ha logrado evitarlo a expensas de sus poderosos enemigos. Afirma Soljenitsiyn que el comunismo es una trampa que nadie ha logrado evitar. No hay tiranía comparable a la ideología comunista. Cualquier tirano llega al límite de sus ambiciones de poder. Pero el totalitarismo no puede ser enjuiciado por vías racionales. No es su propósito asegurar el éxito de su propio país, salud y prosperidad de sus habitantes, antes al contrario sacrifica todo esto en aras de sus planes fuera del país. Su meta final no es una ambición razonable sino un deseo fanático de devorar cuantos territorios y habitantes más pueda por todos los rincones de la tierra.
El comunismo es un "poder desnudo"
"El comunismo con su ideología deja la economía en ruinas". En el segundo artículo Soljenitsiyn defiende que no podremos entender qué es comunismo si nos empeñamos en juzgarlo de una manera racional humana, y añade: visto por Marx la estructura fundamental del comunismo es simplemente el "poder desnudo", es decir un poder que hay que asegurarse a toda costa sin preocuparse por las pérdidas de ciudadanos o su degeneración. Para el comunismo lo único importante es deshacerse de cualquier rival potencial en el país. Y así la población campesina, que representa un 80% de la ciudadanía, tiene que ser despojada de su poder vital para hacerlo incapaz de gobernar.
Con ser económicamente un desastre el sistema de haciendas colectivas trae ventajas políticas. Este sistema no está basado, en países comunistas, en un plan de largo alcance sino en pura ideología. La monstruosa burocracia centralizada que rige una planificación económica no está capacitada para prever la realidad. Nunca piensa en un futuro. No le preocupa sino el sacar de la tierra el máximo para el presente como si no fuera a haber un mañana.