Taiwan Today

Gran Bretaña y China Comunista reanudaron recientemente las negociaciones secretas en Pekín acerca del futuro de Hong Kong. Las preguntas claves en la nueva ronda de conversaciones son consideradas en Londres sobre quién nombrará el gobernador de Hong Kong y de qué país recibirá éste instrucciones. El punto de vista británico es que el estilo de vida de Hong Kong y su principal papel económico en el Sureste Asiático no pueden socavarse por las dudas sobre los poderes y responsabilidades del gobernador. Mientras tanto, en la República de China, el Ministro de Relaciones Exteriores reiteró que el régimen de Pekín es un condenado grupo rebelde y cualquier discusión que realice o cualquier posible acuerdo a que pudiera llegar con cualquier país sería nulo y sin valor. Wang Chao-yuan, portavoz del ministerio, dijo que a cualquier determinación sobre el futuro de Hong Kong se le debe dar una total consideración y otorgar el total respeto al libre deseo del pueblo entero residente en Hong Kong. Han sido descartadas las especulaciones anteriores sobre que Gran Bretaña abandonaría implícitamente sus derechos existentes de soberanía. Las prioridades británicas parecen ser negociar garantías suficientemente fuertes para asegurar la continua estabilidad política de Hong Kong y salvaguardarse en contra de los retos imprevistos. Los analistas dicen que la protección de la continuación del estilo de vida en Hong Kong significa encontrar una fórmula la cual pone fin al tratado de los Nuevos Territorios en 1997 con la existencia de Hong Kong como una sociedad estable y floreciente. La incertidumbre sobre el futuro de Hong Kong también ha afectado al dinero, la reserva y los mercados de propiedad en la colonia. Un área sombría es el dólar de Hong Kong, el cual se ha dicho constituye el 90 por ciento del problema. Cualquier movimiento para reemplazar el dólar por una nueva moneda cubriendo una área mayor ha sido ya rechazado por las autoridades bancarias, tanto en Londres como en Nueva York. Otra área que preocupa a los comerciantes de Hong Kong es el futuro de la ciudad como un territorio capitalista, libre de comercio con su propia administración. Todo gobernador que tenga que pedir aprobación a los funcionarios de Pekín o a los comunistas locales, serviría únicamente para socavar la confianza pública y estabilidad económica. Las garantías de los comunistas chinos en cuanto al futuro de la colonia han despertado sospechas en muchos sectores, sobre todo en la comunidad comercial y entre los cientos de miles de personas que huyeron de la toma de posesión comunista del continente chino en 1949. En China Libre, Chu Fu-sung, ministro de Relaciones Exteriores y Chou Hung-tao, ministro sin cartera, están dirigiendo un comité idóneo para estudiar el posible impacto del cambio de estatus de Hong Kong en la República de China y qué contramedidas debería tomar el gobierno. Bajo la dirección del Premier Sun, la implantación de la zona libre de comercio proyectada será acelerada para atraer capital del inquieto Hong Kong. China Libre también hará esfuerzos para reunir información acerca de la colonia, particularmente en lo que respecta a los aspectos económicos y comerciales.