05/05/2024

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Así nos ven: Hacia una China fuerte, unificada, libre, democrática

06/09/1983
La libertad, la prosperidad y la dignidad humana son derechos inalienables de los que el hombre no puede prescindir. En las últimas tres décadas, estos derechos han sido negados a los 900 millones de chinos que están sujetos al yugo comunista.

El premier de la República de China, Sun Yun-suan, desafió a los rojos de Pekín a restablecer los derechos humanos y la democracia, al pueblo del continente chino para que pueda disfrutar de la misma libertad y prosperidad que tiene el pueblo en Taiwan. Este reto fue lanzado en Taipei a raíz de las recientes propuestas hechas por los comunistas chinos para negociar una unificación pacífica del país. Dijo el premier: "Desde que Estados Unidos anunció el 15 de diciembre pasado su intención de establecer relaciones diplomáticas con el régimen rojo de Pekín los comunistas chinos han realizado una serie de jugadas tácticas con miras a confundir y engañar al mundo; especialmente al pueblo, al Congreso y a la opinión pública de Norteamérica". Al actuar así, los comunistas esperan no solamente debilitar la solidaridad anticomunista de los chinos de Taiwán y del exterior, sino también el apoyo de las gentes que discrepan de la decisión del presidente de los EE. UU. de romper relaciones diplomáticas con la República de China y abrogar el tratado de defensa mutua.

Las conversaciones de paz que proponen los comunistas chinos no son sino una de las formas que reviste la lucha de clases.

Pretenden sencillamente inducir a la República de China Nacionalista a la capitulación. Los comunistas chinos utilizan las conversaciones de paz como una táctica para apoderarse de Taiwán por etapas y conseguir su objetivo final de comunizar toda la China. Hemos aprendido de la historia que quienes depositan su confianza en las falsas promesas de los comunistas, corren hacia un fin trágico. La usurpación del continente chino y la caída de Vietnam son desastres que aún están frescos en nuestra memoria. "Si no actuamos hoy como combatientes -dijo el premier de la república nacionalista en cierta oportunidad-que luchan por la libertad, mañana llegaremos a ser refugiados que van a la deriva por los mares tormentosos". La paz y la unificación han sido la aspiración del pueblo chino. Pero el país unificado que desean los chinos de la república nacionalista debe ser un país que promueva la paz mundial, que tenga un gobierno democrático y constitucional al servicio de los intereses del pueblo, que se adhiera al sistema de la libre empresa y que garantice tanto los derechos humanos como el régimen de la propiedad privada. Sólo en un país unificado en tales condiciones puede el pueblo esperar el goce de la libertad, la igualdad y la prosperidad, y su participación en los asuntos nacionales.

En los últimos 30 años, la República de China en Taiwán ha forjado bases firmes para el logro de sus aspiraciones. Su pueblo disfruta de prosperidad económica y libertad política.

El éxito obtenido allí puede y debe servir de modelo de reconstrucción de toda China, a fin de que cada uno de aquellos 900 millones de compatriotas en el continente puedan gozar de los mismos derechos y libertades. Desde 1911, tiempo de su revolución, se han estado esforzando por la unificación del país, y fue así como la expedición norteña dirigida por Chiang Kai-shek hacia fines de los años 20, unificó la China por primera vez. Al ganar en 1945 la guerra de resistencia contra el Japón, que duró 8 años, la República de China estuvo en situación de terminar con los tratados desiguales y estar entre las cinco grandes potencias mundiales.

Sin embargo, en el curso de esa unificación, los comunistas chinos echaron mano de sus tácticas de obstrucción y división y promovieron revueltas como las de Cantón, Nanchang Hupei entre otras, tras lo cual introdujeron el marxismo -leninismo estableciendo un régimen armado y rebelde, siguiendo el modelo soviético. Hoy el gobierno de la República Nacionalista de China ha exhortado a todos los chinos a cerrar filas bajo la dirección de su gobierno actual, con el objeto de proseguir conjuntamente la tarea de reconstruir una China fuerte, unificada, libre y democrática.

("La Capital", Buenos Aires)

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