Taiwan Today

El gobierno de Hong Kong está realmente preocupado por el último arrebato de China Comunista sobre el futuro del territorio. Hu Yao-pang, Secretario General del Partido Comunista de China Roja, afirmó que Pekín planea recuperar su "soberanía" sobre Hong Kong el 1º de julio de 1997, según el diario Mainichi de Tokio. Anteriormente, los líderes comunistas dijeron que Pekín podría reasumir su soberanía en un tiempo apropiado, por lo que la revelación de una fecha definitiva es algo nuevo. Si esta fecha fue fijada durante las recientes negociaciones es algo que se desconoce, pero Pekín se ha encargado de hacerlo ahora. Sin embargo, la afirmación, aparentemente, no causó sorpresa a muchos hombres de negocios en Hong Kong y la tomaron con calma. Hu, dijo que las pláticas entre Gran Bretaña y China Roja se limitarían a cómo mantener su prosperidad después de 1997 así como a la forma de manejar la situación. Agregó también que China Comunista no acepta los tratados desiguales que colocaron a Hong Kong bajo control británico, pero puesto que existieron, China Comunista recuperará su soberanía no antes, pero tampoco después del vencimiento del tratado británico sobre los Nuevos Territorios, el 90 por ciento del territorio de Hong Kong. Las otras dos partes de la colonia -la isla de Hong Kong y la punta de la Península de Kowloong- fueron colocadas permanentemente bajo el control británico por los tratados. Parece ser que China Roja intenta aplicar el principio de no-reconocimiento de estos acuerdos. Las conversaciones se reasumieron el 12 de julio y después de tres rondas, permanecen ahora en receso hasta el 22 de septiembre. Sin embargo, existen indicios que la situación no será tan fácil como se creyó anteriormente. Esto fue reflejado por un informe noticioso del Continente acerca de la posible división entre soberanía y gobierno, a efecto de que cuando China Roja recupere la soberanía sobre Hong Kong, su administración podría dejarse en manos de un gobierno que sería nombrado por otra soberanía a la cual le sería garantizada su lealtad. Esta es considerada generalmente la posición oficial de los comunistas en Hong Kong. El artículo noticioso también reiteró que Pekín ha sugerido la fórmula de auto-administración para Hong Kong para mantener su prosperidad y estabilidad después de 1997. Los líderes de Pekín han tratado de socavar la confianza de los residentes en cuanto a la habilidad de Gran Bretaña para ejercer su dominio después de 1997. Hasta ahora, ni Londres, ni Hong Kong han sido capaces de contrarrestar la barrera de propaganda que los comunistas están haciéndoles tragar. Debido al silencio auto-impuesto por Gran Bretaña en el asunto, muchos en Hong Kong han sido persuadidos que su futuro será dictado solamente de acuerdo a los deseos de Pekín y que Londres sellará el acuerdo -así llamado- o China Comunista tomará una acción unilateral. Lo que parece no ser muy atractivo en el asunto es la noción que solamente estos puntos de vista aceptables para Pekín serán tolerados. Esto va tan en contra de las prácticas democráticas tradicionales que Hong Kong ha empleado para ser repudiado por la gente de diferentes opiniones. Las leyes pueden cambiarse y lo crucial es que esté garantizada tanto la administración de estas leyes como la seguridad e independencia de las autoridades que las hacen. Claramente, el pueblo de Hong Kong debe ser capaz de mejorar su propia economía y su propio modo de vida independientemente de China Comunista, a pesar de los cambios y vueltas que podrían ocurrir cuando las próximas generaciones impongan su propia política. El comunismo chino es como un aliado del sistema de vida en Hong Kong, el cual es el estado más próspero del Reino Unido. El camino escogido es el de libre empresa. La gente que trabaja duro ha prosperado porque el sistema la ha estimulado para ello. El mantenimiento de ese sistema es esencial para su futuro si ellos no caen bajo la influencia de las políticas que son seguidas en China Roja. El sistema de Hong Kong, como se ha evidenciado en los años de la postguerra, es ciertamente el mejor para los intereses a largo plazo del pueblo. El punto de vista que Hong Kong sea una parte inseparable de China Comunista no es el problema; el asunto es el tipo de administración que mejor asegurará su valor como una máquina económica en continuo intercambio en el futuro a largo plazo para el pueblo de Hong Kong. Este debe estar libre para opinar clara e inequívocamente.