05/05/2024

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ANALISIS: La oferta comunista para la reunificación - Por Li Kwoh-ting

06/06/1982
No ha habido un cubrimiento periodístico completo respecto a las reacciones de Taiwan a la reciente propuesta de "reunificación" por parte del Partido Comunista Chino (PCC) para que Taiwan se convierta en una provincia "autónoma" con ciertos "derechos y privilegios" bajo la estructura de poder del PCC.

Debemos reconocer a la propuesta comunista por lo que realmente es: un intento egoísta para engañar al gobierno y al pueblo norteamericano en la creencia de que el PCC es pacífico y razonable. Los dirigentes comunistas chinos está conscientes de que un debate crucial está teniendo lugar en Estados Unidos para ver si se le vende más armamento moderno a la República de China en Taiwan para su defensa. Ellos se dan cuenta de la ventaja cualitativa de que gozan las fuerzas armadas de la República de China en Taiwan, y que ha sido un obstáculo en su sueño de comunizar la isla. Si se bloquean las ventas, esa ventaja sería amortiguada, y Taipei, según ellos, se sometería más fácilmente a los términos de la "reunificación".

Pero en primer lugar, Estados Unidos debe convencerse de que no existe una necesidad real para mejorar la capacidad defensiva de Taiwan. Para realizar esto, el PCC debe presentar una imagen de paz, de razonamiento y, aún más, de magnanimidad. De allí, la naturaleza y época de la actual ofensiva de paz.

Un número de amigos nuestros en el exterior han culpado a Taiwan por no ser más receptivo a la oferta comunista. Ellos creen que nuestro rechazo a tal propuesta, nos pone en la evidencia de ser irreflexibles y obstinados. Ciertamente, el desacreditar a la República de China en Taiwan puede ser una de las principales razones para la ofensiva de paz del PCC, ya que es sabido de antemano que nuestra respuesta a tales propuestas sería un "NO" rotundo.

Debemos entender que las palabras e intenciones de los comunistas chinos no son ni sinceras, ni pacíficas. Sus negociaciones previas con el gobierno nacionalista chino, con los Tibetanos (a quienes también se les prometió "autonomía") y con otros, han producido solamente promesas rotas y compromisos incumplidos. Su invasión a Corea en 1950, a la India en 1962, y su más reciente incursión para "castigar" a Vietnam, así como sus medidas represivas internas, muestran claramente que el PCC está dedicado a la guerra y a la represión como instrumentos primarios de su política.

Hemos completado recientemente una campaña electoral furtiva en la isla y hemos elegido 189 funcionarios entre 479 candidatos de diversas tendencias políticas. Un gran número de candidatos, incluyendo a algunos que han expresado impaciencia algunas veces, en cuanto al ritmo del progreso político en Taiwan, fueron extremadamente francos en su oposición a las propuestas de los comunistas chinos. Parecería que únicamente el PCC cree que las negociaciones son un asunto que debe ser resuelto únicamente por los dirigentes de los dos partidos gobernantes en ambos lados del Estrecho de Taiwan. En Taiwan, tenemos algo que se llama la opinión pública para afirmarlo.

Aún otra pregunta inquietante viene a la mente: "¿Podría esperarse que el PCC esté preparado para llevar a cabo cualquier compromiso a largo plazo con el gobierno de la República de China en Taiwan? Una vez más, el pasado proporciona dicha acusación. Las campañas de las "cien flores" y "anti-derechistas", la purga de Liu Shao-chi, el incidente de Lin Piao y, más recientemente, la muerte de la "Banda de los Cuatro", sugieren todos una estructura política sacudida por disputas y agitaciones faccionalistas. La experiencia nos ha enseñado que el rey de la montaña en China continental hoy, puede ser un paria el día de mañana. Y que un sucesor a ser un líder en desgracia sentiría muy poco remordimiento al quebrantar un acuerdo hecho por su antecesor.

El pueblo de los Estados Unidos debe considerar cuidadosamente un número de factores importantes antes de tomar una decisión sobre la venta de armamentos a Taiwan o en tomar una posición en lo referente a la "reunificación" de Taiwan.

En primer lugar, el armamento militar que Taiwan desea comprar de los Estados Unidos es puramente defensivo y será usado únicamente para detener una invasión chino-comunista. Dicha invasión nunca llegará mientras las defensas de Taiwan se mantengan fuertes. Por otro lado, el fracaso en el mejoramiento de la capacidad defensiva de Taiwan, alteraría el balance regional de poder, dejando que el PCC intente tomar por la fuerza lo que le es imposible adquirir por otros medios. En una palabra, la abstención de los Estados Unidos en la venta de armamento a Taiwan, aumentaría, en lugar de disminuir, las tensiones en la región del Este Asiático.

En segundo lugar, los Estados Unidos se han situado en un tiempo record, y otra vez, como el campeón de la libertad y el progreso económico. Con tales pronunciamientos, es inconsistente empujar a Taiwan hacia la trampa de los comunistas chinos. El pueblo de la China Continental ganaría muy poco de la propuesta de la "reunificación" del PCC, mientras que los 18 millones de habitantes en Taiwan perderían virtualmente todas las libertades, tanto económicas como políticas, que han ganado durante las tres últimas décadas.

Hoy, Taiwan es un modelo exitoso del desarrollo económico y social, así como una alternativa atractiva a todo lo que es el PCC. Además, la existencia de un Taiwan libre y próspero es una fuerza estabilizadora para el mundo libre en el Este de Asia.

Finalmente, me gustaría disipar la noción común, pero errónea, de que Taiwan se opone fundamentalmente a la reunificación pacífica, y que nunca, bajo ninguna circunstancia, negociará con el PCC. Los chinos libres en Taiwan quieren ver la unificación de China, pero insisten en que esto suceda bajo condiciones que aseguren las libertades políticas y económicas del pueblo chino a ambos lados del Estrecho de Taiwan.

Tales condiciones pueden existir solo después de que el PCC haya abandonado por completo la ideología y las prácticas del comunismo, que le han servido tan pobremente durante estos 30 años, y después de que efectivamente haya demostrado al mundo que quiere un gobierno "del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo." Y cuando ese día llegue, el llamado problema chino, no será ya un problema.

N. de la R. El autor de esta nota es Ministro de Estado en el gobierno de la República de China.

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