Taiwan Today

Desde el 1º de septiembre se está llevando a cabo en China continental el duodécimo congreso nacional del partido comunista. La reunión se ha iniciado en una época de desesperación y dentro de un retraso político de factores entrelazados tanto interna como externamente. Internamente, hay problemas de ajuste del partido, adopción de una nueva constitución del partido, serios problemas económicos y el asunto de cómo unificar el pensamiento del pueblo. Durante muchos años hasta ahora, los comunistas chinos han intentado entendérselas con la tarea de "sucesión", pero han fracasado continuamente en la consecución de este objetivo. Así, China Roja intentará de nuevo substituir a los cuadros viejos por gente joven, pues los primeros -al parecer- están realizando sus tareas en varios programas a "paso lento". No obstante, también puede solicitárseles que permanezcan detrás de la escena, resignándose a posiciones menos significativas. Desde otro punto de vista, esta puede ser la estrategia del "vicepresidente" del partido comunista Teng Hsiao-ping, para purgar a quienes no estén de su lado. "Unificar el pensamiento del pueblo" se convertirá en el dogma del régimen. Y, como siempre, será el momento para que los comunistas critiquen a los "ultraizquierdistas" y al "liberalismo burgués" con ciertos pretextos. No obstante, unificar el pensamiento del partido, especialmente entre los líderes comunistas, será la primera tarea. Es de anotar que el 16 de enero de 1980, Teng hizo un prolijo discurso sobre los "resultados y tareas" en el cual admitió que por lo menos la mitad de los 38 millones de miembros del partido estaban descalificados y deberían ser despedidos de la colectividad política o, por lo menos, debería dárseles una estricta "reeducación". Es decir, el actual congreso es una oportunidad para que el partido se deshaga del denominado "material negro". En cuanto a los problemas económicos, el déficit nacional, el desempleo, la inflación y el bajo nivel de vida del pueblo permanecen sin resolver, después de casi tres años del ajuste económico impuesto por el partido comunista en el tercer pleno del undécimo congreso del partido. La lucha por el poder también continúa existiendo dentro del partido comunista. En un esfuerzo por consolidar su posición, Teng está intentando darle poder excesivo a algunos cuadros. Recientemente, el "viceprimer ministro" Wan Li fue citado por un periódico japonés diciendo que el partido comunista chino abolirá la presidencia y la vicepresidencia en el actual congreso. En lo que se refiere a los asuntos externos, China Roja está enfrentando la amenaza de estar siendo rodeada por la Unión Soviética. Ante esto, sin duda Pekín intentará presentar una imagen de unidad, y construir unas relaciones más sólidas con los Estados Unidos, el Japón y la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia. Frente a su gran retraso económico, la introducción de la tecnología extranjera estará muy en alto dentro de la lista de prioridades de China Roja. Con todo, una cosa es cierta: China continental enfrenta graves problemas y tal como afirman serios analistas políticos internacionales, "el único camino para solucionarlos es establecer en el continente una sociedad libre, abierta, moderna y pluralista", y eso es lo que menos se tratará en la mencionada reunión política.