03/05/2024

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SOLJENITSIYN ADVIERTE: LA AMENAZA COMUNISTA ES MUY GRANDE

06/11/1982
Por 33 años, creo que Taiwan, por su destino específico, ha atraido la atención de muchas personas en el mundo. Yo, personalmente, lo sentí de esta manera hace mucho tiempo. Treinta naciones han caido ya bajo el yugo del comunismo. Escasamente una de ellas ha sido lo suficientemente afortunada en retener, aún, una pequeña porción de su territorio nacional independiente, donde su autoridad estatal pudo continuar desarrollándose a pesar del rompimiento, y a través de la comparación, para mostrar al mundo la diferencia entre ella misma y la desorganización comunista. En Rusia, tal porción de territorio pudo haber sido la Crimea de Wrangel. Pero por la falta de apoyo exterior y por el abandono de sus desleales aliados anteriores, fue aplastada muy pronto por los comunistas. Pero en China, gracias a un amplio Estrecho, un fragmento del anterior estado se convirtió en la República de China en Taiwan, la cual, por un tercio de siglo, ha probado al mundo qué altura de desarrollo podría haberse alcanzado si China entera no hubiera caído bajo el yugo del comunismo. Hoy, la República de China en Taiwan difiere de otras en su desarrollo, sus logros industriales y el bienestar de su población, probando, por lo tanto, cuán lógicamente pueden ser guiadas las fuerzas de una nación, si ellas no están en manos hostiles.

Parecería que la población de nuestro planeta debe percibir claramente tan instructiva comparación y debe tener sus ojos abiertos para ver cómo prosperan las gentes que escapan del comunismo y cómo aquellas que caen víctimas del dogma comunista perecen por millones. La historia de la destrucción comunista en la Unión Soviética, Polonia y Camboya es bien conocida por todos ahora. La historia de los millones destruidos en China, Vietnam o Corea del Norte están aún por ser revelada, en detalle, pero aún ahora, muchas señales nos permiten juzgar esta historia.

Pero NO! Es la China Libre la que ha tenido que aguantar y sufrir las grandes injusticias y las innobles actitudes de otros países. Las Naciones Unidas, degradadas prolongadamente a un espectáculo irresponsable aparte, se desacreditaron al expulsar de su calidad de miembros a los 17 millones de gentes de China Libre. La mayoría de los países de nuestro planeta, en forma traicionera, expulsaron a su país de las Naciones Unidas, cuyos delegados, agregando el insulto a la injuria, silbaron, se burlaron y gritaron. La mayoría de los países del Tercer Mundo se portaron como locos que no conocen el precio de la libertad sino que están esperando el puntapié.

El precio de la libertad

Por siglos el Mundo Occidental ha conocido muy bien el precio de la libertad. Pero con el pasar de los años y el bienestar alcanzado, está cada vez menos y menos preparado para pagar por ella. Los pueblos occidentales valoran sus sistemas de estado, pero están cada vez menos y menos inclinados a defenderlos con sus propios cuerpos. De década a década, Occidente se ha vuelto cada vez más senil e incapaz de defenderse a sí mismo. La traición de una nación tras otra, había empezado ya antes de la Segunda Guerra Mundial. Luego, no tuvieron escrúpulos en abrogar toda Europa Oriental, únicamente por causa del propio bienestar de Occidente. ¡Qué fácil fue traicionar al gobierno de Mikolaychik! ¡Qué fácil fue retirar el apoyo a Chiang Kai-shek, su aliado! Y pronto testificaremos cómo una nación traiciona a otra por el precio de sobrevivir un poco más. ¿Debería sorprender que la mayoría de las temerosas naciones occidentales estén aún con miedo de vender sus armas por temor a un Pekín enfurecido? Eso es lo que vale su manejo e interés por la libertad. Mientras tanto, la Europa amenazada debe comprender mejor su posición, pero es tan cobarde que ella no reconozca que la República de China y otras naciones de Asia están en peligro. Recientemente, el exprimer ministro del Japón declaró que al armar a China Libre se destruiría la estabilidad del Lejano Oriente. ¿Qué más puede decirse?

Todos están obsesionados con la búsqueda de protección para sí mismos y persiguen una situación favorable. Por lo tanto, surgió un mito atractivo -que hay "buenos" y "malos" comunistas. Y aparte de tal mito, creció la imagen de una China comunista como un pacificador de buena naturaleza. Pero acaso esto deba ser sorprendente -cuando en Corea del Sur, la cual sobrevivió un asalto comunista, existe el mito de que realmente la Unión Soviética no es hostil directamente hacia ellos, no tanto como un enemigo, como Corea del Norte. Los coreanos del sur también han estado haciendo lo posible por adular con atenciones a Pekín. Ahora están dudando en entregar el avión desertor de China Roja a China Libre.

No, no está fuera de la falta de visión, fuera de la estupidez que se crea en tales mitos, pero está fuera de la desesperación, fuera de la pérdida de espíritu.

Una relación muy particular para ustedes es la de los Estados Unidos de América. Hasta el día de hoy, Estados Unidos provee la única garantía exterior para refrenar a los comunistas de atacar su isla. Pero qué difícil ha llegado a ser para Estados Unidos el mantenerse fiel a Taiwan; ¡cuánto se ha perdido ya en el camino! Los norteamericanos también han sucumbido a la tendencia mundial de dejar a la República de China a sus peligros, de abandonarla a su suerte. Norteamérica cambió para abrogar sus relaciones diplomáticas con la República de China. ¿Para qué? Unicamente para seguir el sueño futil de Occidente de ganar un aliado en China comunista. Norteamérica ha restringido sus conecciones con ustedes, ha acortado su ayuda militar y están negándoles mucho de lo que ustedes necesitan.

¡Qué presiones han sido ejercidas sobre los presidentes norteamericanos, urgiendo al rendimiento de Taiwan! No todas ellas podrían sobrellevar la tensión. Tenemos a un expresidente, quien recién regresó de una visita a China, donde halagó a sus anfitriones diciendo que "una China comunista fuerte es una garantía para la paz" y que Norteamérica parece estar interesada en una China Roja fuerte. Tales personas, en años pasados, han gobernado los Estados Unidos, y no existe ninguna garantía en que tales personas no puedan suceder al Presidente Reagan.

¿Qué quiere Pekín?

Estados Unidos es altamente heterogéneo. Existen muchas corrientes, de las cuales las olas de rendición son bastante fuertes. Los círculos extremadamente poderosos están propensos hacia la traición de un país libre en favor de una amistad con uno totalitario. Ellos gustosamente tomaron la oferta hipócrita de la China comunista sobre la "unificación pacífica." Muchos periodistas norteamericanos han pregonado a los cuatro vientos que Pekín está ahora "sujeto a promesas" para efectuar la unificación pacíficamente. Ellos querían olvidar, y por lo tanto, han olvidado ya cuántas veces han mentido los comunistas. La experiencia de los "gobiernos al compás de los comunistas," después de la guerra en Europa Oriental, no les ha enseñado una lección. Este experimento sin esperanza está siendo conducido en Camboya ahora. De igual forma, según el acuerdo de Kissinger, Vietnam del Norte fue "sujeto a un alto de fuego" -hasta que se fijó el día para la toma de Vietnam del Sur. E importantes periodistas norteamericanos alcanzaron tales alturas de estupidez como escribir que Estados Unidos no comete errores. Si la China Roja "rompe su promesa" y se apodera de Taiwan por la fuerza -entonces- solamente entonces, -América sería liberada de las obligaciones y podría nuevamente empezar a entregar armamentos... ¿para quién, entonces? Sí, tal delirio a parece en las páginas de los principales periódicos norteamericanos y ellos no se dan cuenta de lo que están haciendo.

Y aún los círculos influyentes de Estados Unidos quieren obligar a Taiwan a aceptar las negociaciones, para entregar voluntariamente su libertad y su poder.

Entonces, ¿qué quiere China comunista de ustedes? Ciertamente está ansiosa por arrebatarles su floreciente economía, despojarla y devorarla. Después de todo lo que ha pasado en el Siglo XX, solamente los bobos con su falta de visión, pueden confiar en las promesas de Pekín de que preservará totalmente su sistema económico y social, y aún sus fuerzas con algunos elementos de libertad. Pero el asunto principal no está en quitar su riqueza o en robar los frutos de su duro trabajo. La cuestión principal es que el sistema comunista no tolera ninguna desviación en ningún sentido, ni en ninguna parte. Ni siquiera la riqueza de su isla es importante. Lo que importa es la desviación de su sistema. China comunista les odia por su superioridad económica y social, Para ellos, no es permitido que otro chino deba saber que puede haber una mejor vida sin comunismo. La ideología comunista no tolera ninguna isleta de libertad. Por lo tanto, con todo su poder, los comunistas quieren cortar la venta de armas defensivas a ustedes, para tratar de debilitar su capacidad defensiva, para perturbar su balance de poder en el Estrecho -y así acercar el día de la usurpación a su isla.

Para poder fomentar la apatía de Estados Unidos, China Roja juega especulativamente en las negociaciones entre Pekín y Moscú en cuanto al acercamiento Chino-Soviético. Tal acercamiento no es simulado. Es una perspectiva muy realista. Ambos gobiernos han tenido raíces comunes, un hecho que todos parecen olvidar. Tan atrás como en 1923, un agente soviético, Grusemberg, alias "Borodin", preparó un golpe comunista, y fue él quien ascendió a Mao Tse-tung y Chou En-lai a las altas posiciones del partido.

Todo lo que les estoy diciendo -debido al mortal peligro en que se encuentran ustedes- es bien entendido por muchos, si no por todos todavía. La amenaza se comprende mejor aquí que en Corea del Sur, donde la generación joven, los estudiantes, se han olvidado de los horrores de la intrusión comunista, por lo cual, la libertad actual no les parece suficiente. Pero ellos recordarán y reevaluarán su "no libertad" actual cuando después de una orden de "manos atrás" sean guiados por guardias armados hacia los campos de concentración.

Parece haber una moda en Occidente: Demandar de quienes están en las líneas delanteras de defensa, bajo el fuego de las ametralladoras, demandar la democracia más amplia, y no solamente la simple, sino la democracia absoluta, bordeada en la disolución total, en las traiciones estatales, en el derecho de destruir su propio estado y país, tal libertad como es tolerada en las naciones occidentales. Tal es el precio que Occidente demanda de cada nación amenazada, incluyendo la suya. Pero parece ser que en su isla, los límites lógicos son conocidos y sostendrán su lucha.

Existe otro peligro que les está acechando. Sus éxitos económicos, su nivel de vida y el bienestar son de doble naturaleza. Ellos son la gran esperanza de todo el pueblo chino. Pero ellos también podrían convertirse en su debilidad. Todo pueblo próspero tiende a perder la conciencia del peligro, una adicción a las buenas condiciones de vida de hoy y, como consecuencia, perder su deseo de resistencia. Yo espero y les insisto que eviten tal debilidad. No permitan que la juventud de su país se convierta en plácida y débil, se convierta en esclava de los bienes materiales, hasta que finalmente pueda llegar a preferir el cautiverio y la esclavitud a la lucha por la libertad. Los 33 años en que ustedes han vivido pacíficamente, no quieren decir que no puedan ser atacados en los 3 años siguientes. Esta no es una isla serena, libre de cuidados; ustedes son un ejército, constantemente bajo la amenaza de guerra.

Hacia la recuperación

Ustedes son 18 millones de personas, casi tanto como los judíos en el mundo y su problema tiene las mismas dimensiones. Pero el problema judío atrae la atención de todos los estados y se ha convertido en uno de los problemas centrales de los tiempos contemporáneos. Comparando esto con la unicidad de su posición, no puedo percibir, por qué el destino de Taiwan no debería llamar la misma atención del mundo.

Pero en la traición mundial de hoy, la del supremo reino de la debilidad, es únicamente en su propia fuerza en la cual ustedes pueden confiar realmente. Pero también existe otra esperanza cada vez más grande: las gentes de las naciones esclavizadas, quienes no perdurarán indefinidamente, pero quienes se levantarán en una hora amenazante -amenazante para sus gobernantes comunistas.

En sus libros, ustedes escriben que su isla es "un bastión de la recuperación nacional." ¡Que así sea! No solo en la defensa, su meta no debe ser solamente la de la preservación de sí misma -sino la ayuda, la liberación de todos sus compatriotas que sufren en el continente, y antes que todo, sus transmisiones radiales, libres y valientes.

Podría parecer, ya que nadie se acuerda, que ustedes no tienen aliados firmes y confiables aunque ellos podrían aparecer en la hora de la destrucción. Pero ustedes tienen los más formidables aliados del mundo: los 1.000 millones de chinos. Su simpatía es su apoyo moral y espiritual. Hace solamente unos días, ustedes tuvieron una muestra de coraje de sus compatriotas a través de la defección de un piloto de la fuerza aérea de China Roja. Siempre pienso en los prisioneros desconocidos del Gulag chino, cuya historia verdadera no podría ser contada sino hasta el Siglo XXI.

Todos los pueblos oprimidos, incluyendo las gentes de la Unión Soviética, no pueden confiar en la ayuda exterior, únicamente pueden confiar en su propia fuerza. A lo mejor, el mundo entero observaría indiferentemente, pero posiblemente, y con gran consuelo, si los gobernantes locos de China y de la Unión Soviética desataran la guerra entre ellos. Espero que esto no ocurra. Pero en cualquier caso, testifiquemos aquí y ahora la mutua amistad y confianza entre el pueblo chino y el pueblo ruso, por la ausencia de contradicciones entre ellos; aún más, confiemos en la unión de nuestros compatriotas tan sufridos contra ambos gobiernos comunistas. No importa lo que pueda pasar entre estos dos gobiernos interesados en sí mismos, antinacionales, preservemos el mutuo entendimiento, la compasión mutua y la amistad; no les permitamos que cieguen nuestros ojos y obstruyan nuestros oídos a través del infructuoso odio nacional.

No sabemos por cuánto tiempo afectará a nuestro mundo la plaga del comunismo. Hace 135 años, ¿quién le hubiera dicho a los dirigentes de los entonces grandes imperios, que el grupo tan pequeño de utopistas -comunistas que se organizaron en Europa- podría conquistarlos con hierro y sangre, y obligarlos a inclinarse ante su poder y orgullo? Ellos ni siquiera habrían sonreído ante tal profecía. Tales fuerzas no podían ser vistas en ningún lugar. La fortaleza de los comunistas estaba basada en su manejo y su crueldad; la debilidad de Occidente estaba sembrada por la ausencia del deseo de luchar.

No sabemos qué rumbos caprichosos seguirá la historia humana. Ya he expresado una suposición en el sentido de que el mundo comunista sobrevivirá tanto en el régimen soviético como en el régimen de los comunistas chinos y que se esparcirá a otras naciones, muchas de las cuales están todavía ansiosas por experimentar el comunismo. Pero en nuestros dos países, ¡el sentido común nacional prevalecerá finalmente!

De todas maneras, ¡nuestros dos pueblos han sufrido demasiado! ¡Han perdido demasiado! ¡Ellos están encaminándose hacia la meta de la liberación y la recuperación!

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