Taiwan Today

Diversas ceremonias se llevaron a cabo el pasado 12 de noviembre, en todas las ciudades de la República de China en Taiwan, en conmemoración del 117 aniversario del natalicio del Dr. Sun Yat-sen. En la fecha se celebró igualmente el Día del Renacimiento Cultural. El Presidente Chiang Ching-kuo encabezó una reunión especial realizada por el gobierno central en memoria del Padre y Fundador de la República de China. Cientos de altos funcionarios gubernamentales, así como descendientes del Dr. Sun y representantes de todos los círculos sociales tomaron parte en el acto. En esta oportunidad el consejero principal del Presidente, Yang Liang-kung, habló sobre el tema titulado "El sistema familiar chino y la ética", explicando la esencia del confucianismo y la doctrina del Dr. Sun. Paralelamente, en la ciudad de Taipei, se reunieron miles de personas frente al Edificio Conmemorativo del Dr. Sun Yat-sen para participar en la ceremonia de izada de la bandera nacional. Representantes de los compatriotas de ultramar, por su parte, se congregaron en el Edificio Chiaokwang para rendir sus respetos al Dr. Sun, ocasión en la cual pudieron escuchar una grabación de uno de los discursos que el líder chino hizo en Cantón en 1924. Los diferentes medios de comunicación, a su vez, dedicaron sus editoriales a recordar la importancia de los Tres Principios del Pueblo y la importancia de los mismos en la unificación y el futuro de China. El doctor Sun Yat-sen es bien conocido en el mundo como un revolucionario chino y como el fundador de la República de China. Sin embargo, pocas personas fuera de China saben que el Dr. Sun fue un hombre adelantado a su época. El previó los problemas que azotarían el mundo y fue lo suficientemente sabio y perspicaz como para hallar soluciones a esos problemas. El Dr. Sun nació en 1866 en una aldea de Kwangtung, en el seno de una familia campesina. En su niñez fue instruído en los clásicos chinos. A los 13 años de edad viajó a Honolulú para continuar allí su educación. Y a los 18 se trasladó a Hong Kong, donde continuó sus estudios hasta cuando cumplió 27 años. Ya para esta época tenía un buen conocimiento tanto de China como del Occidente. A finales del Siglo XIX, China era un estado en constante agitación. Bajo el régimen de la dinastía Ching, el país sufrió diversas experiencias humillantes en su trato con las potencias imperialistas. Se subscribieron muchos tratados desiguales que hicieron que China pagara grandes indemnizaciones y perdiera considerable parte de su territorio. Estos hechos dieron como resultado que el pueblo se desilusionara del gobierno Ching. El llamado para una reforma estaba en el aire. Y fue contra este estado de cosas que el Dr. Sun inició su Revolución Nacional. Conscientes de que China debía ser reformada para alcanzar fortaleza y progreso, muchas gentes sensitivas comenzaron a tener interés en el movimiento revolucionario encabezado por el Dr. Sun. Aunque el movimiento creció rápidamente y ganó numerosos seguidores, no tuvo un éxito inmediato. Los intentos para derrocar la dianstía Ching fracasaron varias veces. Aún así, el Dr. Sun nunca se desanimó. El 10 de octubre tuvo lugar el Levantamiento de Wuchang. Esta vez los intentos revolucionarios fueron un gran éxito, pues llevaron al fin de la dinastía Ching y a la fundación de la primera república en Asia. Para esta época ya el Dr. Sun había formulado los Tres Principios del Pueblo -Nacionalismo, Democracia y Bienestar Social-, una combinación de lo mejor de las ideas avanzadas de occidente y los tradicionales pensamientos chinos. La esencia de los Tres Principios del Pueblo es la fórmula para construir a China como un país plenamente modernizado y libre de los problemas que asedian a la mayoría de las sociedades en el mundo capitalista. Políticamente, los Tres Principios tienen por objetivo la democratización del país. Económicamente, son partidarios de la libre empresa y de la distribución de la riqueza con un alto nivel de vida para cada individuo. La validez de los Tres Principios del Pueblo ha sido probada en la República de China en Taiwan. Nuestra sociedad está dando grandes pasos en lo que se refiere a su expansión económica y todos sus ciudadanos disfrutan de una vida abundante. Aunque no podemos decir que somos un modelo de democracia a causa de nuestra situación única, la democracia se ha desarrollado hasta el punto de que la eficiencia del gobierno está garantizada por las elecciones y la existencia de asambleas. Es, además, la puesta en marcha de los Tres Principios del Pueblo lo que ha dado a la República de China su fortaleza y prosperidad. Esto, por supuesto, representa un agudo contraste con el continente chino controlado por los comunistas, donde el pueblo vive en la pobreza y con una falta absoluta de libertad. El pueblo de la República de China en Taiwan debe su buena vida al Dr. Sun Yat-sen, sin quien la democracia, la libertad y la afluencia no habrían tenido lugar. Este aniversario de su natalicio es una buena fecha para recordar la herencia que él nos dejó. Además, es una buena oportunidad para decirle al mundo: El futuro de China está solamente en la puesta en marcha de los Tres Principios del Pueblo.