05/05/2024

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Dice el Embajador del Uruguay: "Luchamos contra el mismo enemigo"

06/09/1981
N. de la R.: A continuación, y por considerarlo de interés, reproducimos el texto de la alocución pronuncioda por el Embajador del Uruguay en la República de China, Buenaventura Caviglia-Cámpora, el día 25 de agosto, al conmemorarse el 156 aniversario de la Independencia del país suramericano:

La lucha contra el mismo enemigo

En este día la República Oriental del Uruguay celebra el centésimo quincuagésimo sexto aniversario de la declaración de su independencia.

Es por tercera vez que en mi calidad de Embajador del Uruguay ante la República de China, tengo el honor y el placer de celebrar esta magna fecha junto a este pueblo amigo, tan bien representado aquí por sus altas autoridades y demás amables concurrentes.

Desde los extremos de la tierra, desde las antípodas casi, el pueblo chino y el pueblo uruguayo mantienen estrechas y cordiales relaciones fundadas en los mismos ideales y fortificadas por los intercambios de la Cultura, la industria y el comercio.

Amor por la libertad, respeto por los derechos inherentes a la personalidad humana y adhesión a las formas republicanas de gobierno son, evidentemente, vínculos muy fuertes a los que se agregan las luchas pasadas y presentes contra el mismo enemigo, que lo es también de todo el género humano, y contra sus cómplices ocultos.

Un largo camino

Hace exactamente dos años, en esta misma fecha de 1979, dijimos que "Las vías del comercio y las finanzas permiten asentar las coincidencias políticas en una base firme y segura". -Pues bien, mirando el camino recorrido desde entonces podemos comprobar hoy que evidentemente, hemos adelantado por esas vías pero que podemos avanzar mucho más aún, porque dos pueblos progresistas como los nuestros encontrarán mil formas de complementar sus economías por el comercio y la inversión.- Recién hemos iniciado la marcha pero largo es el camino.

La fecha de hoy es muy grata para los uruguayos.- El 25 de Agosto de 1825 los legítimos representantes de nuestro pueblo, ante la misma faz del poder extranjero que ocupaba el suelo de la Patria, declararon solemnemente nuestra independencia del Imperio del Brasil, del Reino de Portugal y de todo otro gobierno de la tierra, así como nuestro pleno derecho a decidir libremente nuestro destino.

Pronto las armas de la Patria ratificaron esta declaración con resonantes victorias en los campos de batalla, donde su coraje compensó con creces, la superioridad enemiga en número y recursos.

Un pueblo amante de la libertad

Todo el proceso de nuestra historia en estos 156 años y mismo antes, desde Febrero de 1811, demuestran que nuestro pueblo es independiente hoy no por azar de los acontecimientos, sino por su vocación indeclinable, su carácter recio y su amor a las auténticas libertades.

En estos 156 años muchas duras pruebas tuvo que enfrentar nuestro pueblo pero de todas salió airoso y fortificado en sus instituciones. -En pleno siglo XX y en esta su segunda mitad, sufrió el ataque artero y feroz del enemigo del género humano.-Este, manipulando hábilmente las ideas, sentimientos y creencias de los sectores-objetivo pervirtió la mente de muchos individuos que, convertidos en verdaderos autómatas telecomandados por la Psicopolítica de Insurgencia a través del condicionamiento mental, se lanzaron al asesinato y a la destrucción esgrimiendo, como en los demás países, pretextos de justicia social falsos y ridículos sobre todo en el Uruguay, ya que éramos entonces y lo seguimos siendo, una de las naciones de la tierra más avanzadas en esa materia.- En esta forma estos seudo-apóstoles sociales no eran otra cosa que unos dóciles y pobres instrumentos al servicio de la agresión extranjera y extracontinental.

Los delincuentes antinacionales fueron vencidos en menos de un año de lucha antiguerrillera y la Justicia los juzgó y dictó sentencias severas pero justas que correspondían a los grandes crímenes cometidos.

Hace ya 8 años que el orden perfecto, la paz, el trabajo, el bienestar social y la concordia nacional reinan absolutamente en nuestro pueblo que mira el porvenir de frente, con confianza, pero siempre alerta.

El caso del Uruguay no fue más que un episodio particular de una situación mundial convertida ya en endémica.

En el mundo recientemente se han producido ciertos acontecimientos auspiciosos pero también otros de muy nefastos pronósticos.

Así pues, no debemos alentar optimismos infundados pero tampoco caer en el pesimismo.- Debemos mantener clara la mente, esforzado el espíritu y bien armado el brazo.

Colaboración franca y estrecha

Clara la mente se ha dicho, porque es indispensable comprender a fondo la raíz profunda de la crisis gravísima que atraviesa la humanidad, resumida por el Comandante en Jefe del Ejército del Uruguay que al explicar la subversión ante la Junta Interamericana de Defensa, en Washington, decía el año pasado: "Se trata de una lucha eminentemente ideológica con la cual se intenta crear un mundo nuevo y pretendidamente mejor, fundamentándolo en lo que la subversión proclama como la única realidad existente: la materia".

Por eso, precisamente porque se trata de una lucha eminentemente ideológica, los arsenales del mundo libre deben estar bien provistos de todas las armas pero también de las armas de la verdad y de la claridad de ideas.

Señores, no ignoro que con demasiada frecuencia en la historia, el egoísmo y la injusticia han predominado en las relaciones internacionales.- Pero hoy. si la humanidad quiere salvarse del enemigo común, las naciones libres deben lograr amplia y mutua comprensión, superar egoísmos y desconfianzas y colaborar franca y estrechamente en los hechos, que la retórica de nada sirve ya.

En este día solemne para el Uruguay es mi más profundo y ferviente deseo que nuestras dos patrias colaboren siempre así, con ese espíritu amplio y generoso.

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