El presidente Ma Ying-jeou condenó el 6 de enero la supuesta detonación de una bomba de hidrógeno por parte de Corea del Norte, calificando el hecho como un acto provocativo e instando que las naciones desistan de cualquier acción que pueda socavar la estabilidad en la región.
El mensaje presidencial fue dado a conocer en un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, después que el régimen de Pyongyang anunciara más temprano en ese día que había logrado exitosamente realizar una prueba con una bomba de hidrógeno, señalándolo como un importante avance en los esfuerzos del país del Noreste Asiático para crear un arsenal nuclear.
El presidente Ma ha estado muy preocupado por el incidente, y convocó inmediatamente una reunión de alto nivel con el primer ministro Mao Chi-Kuo; y el secretario general del Consejo de Seguridad Nacional, Kao Hua-chu; para discutir la situación, reveló Charles Chen, vocero de la Presidencia.
El Mandatario ordenó a todas las unidades de seguridad nacional que observen de cerca el incidente, y a todas las agencias gubernamentales pertinentes que respondan con cautela, añadió el portavoz de la Presidencia.
La República de China insta a Corea del Norte a responder a los llamados de la comunidad internacional y cumplir con las resoluciones de las Naciones Unidas; detener todas las acciones que puedan poner el peligro la seguridad regional; y colaborar para mantener la paz y estabilidad en la Península de Corea y el Este Asiático.
La Agencia Central Coreana de Noticias, portavoz oficial del gobierno norcoreano, señaló que la prueba fue realizada “para la auto-defensa”, indicando que también significa que el país ha entrado en una etapa más alta en el desarrollo de una fuerza nuclear.
“La Península de Corea y sus zonas vecinas se están convirtiendo en el mayor punto candente del mundo, donde podría estallar una guerra nuclear, a pesar de la constante presencia de fuerzas estadounidenses con armamento nuclear”, detalló la citada agencia noticiosa.
Tras el incidente, varios países de la región han condenado la prueba, incluyendo Japón y Corea del Sur.