04/05/2024

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Semana de las Naciones Cautivas

26/07/1975
Una vez más la República de China recordó a las naciones y pueblos que sufren el cautiverio bajo la tiranía comunista con diversas actividades realizadas a lo largo de la semana que comenzó el día 13 del corriente. Mensaje del Presidente Yen: El Presidente de la República, Yen Chia-kan, participó personalmente en la gran asamblea del día 15, pronunciando un discurso ante unas 3.000 personas especialmente invitadas a esa reunión en el Edificio Sun Yat-sen. Dijo el Presidente: "El movimiento en apoyo de las Naciones Cautivas fue iniciado por el Congreso de Estados Unidos en 1959. La tercer semana de julio es cada año dedicada a esa causa. Este movimiento no podrá llegar a su fin hasta que todas las Naciones Cautivas del mundo sean libres e independientes. Esta noble demostración de apoyo a los pueblos que buscan su libertad de vivir y su liberación del terror y esclavitud, se ha ganado la aprobación en todo el mundo libre y ofrecido gran ánimo a los que están encerrados detrás de la cortina de hierro. El mundo de hoy está lleno de turbulencia y confusión, que se han hecho peores desde la caída de Vietnam y Cambodia. Aturdidos por esa confusión, algunos países del mundo libre albergan la ilusión de que es posible llegar a componendas y detente con la fuerza bruta del comunismo. Están dispuestos hasta a abandonar sus principios y someterse a las exigencias de los comunistas. Es sumamente significativo que esta Asamblea en apoyo de las Naciones Cautivas, que se realiza hoy en la República de China, haya elegido como tema y lema "Consolidar el Campo de la Libertad! Reconocer las trampas de detente!" procurando así expandir la influencia de esta justa causa. La libertad y la esclavitud, la democracia y el totalitarismo, son incompatibles e irreconciliables. Todos los regímenes comunistas se apoyan en la línea de la violencia y los medios del terror. Para ellos, "la paz" es otra forma de guerra - sólo un medio de enceguecer a sus enemigos y socavar la disposición psicológica de los que se le oponen. Esperar que los comunistas alteren su naturaleza es tan estúpido como pedirle peras al olmo. Es una treta de los comunistas para dividir al mundo libre, haciéndoles posible derrotar a las naciones libres una a una, y crear la oportunidad para su infiltración y subversión. La realidad actual de un mundo "mitad esclavo y mitad libre" es un desafío del comunismo perverso a la conciencia de la humanidad y una tragedia del mundo. El fin del movimiento de las Naciones Cautivas no se limita a la liberación de los pueblos esclavizados para que puedan restaurar su derecho y su libertad de vivir. Es también una empresa global para terminar con la expansión comunista y asegurar que los comunistas no puedan volver a esclavizar ni perseguir a los pueblos libres. Para tener éxito, debemos ayudar al mundo libre a reconocer la naturaleza perversa del comunismo, a distinguir entre amigos y enemigos y entre el bien y el mal. El goce de la paz es una de las aspiraciones más elevadas de la humanidad. Pero nunca podremos alcanzar ese fin por medio del sacrificio de la libertad de algunos, forzando a los que luchan por la libertad a aceptar la esclavitud, o extinguiendo la antorcha de esperanza de la libertad entre los oprimidos por los comunistas. Los que comprenden las tácticas de los comunistas saben bien que los comunistas no son sinceros cuando fingen buscar la paz. Saben bien que las componendas del apaciguamiento nunca podrán traer la paz, al contrario, encenderán nuevas llamas de agresión comunista. Los pogrom recientes, ordenados por los comunistas de Vietnam y Cambodia han costado la vida a un sinnúmero de inocentes. No se respetó ni a huérfanos ni a monjas. Esta lección sangrienta testifica que la trampa comunista de detente oculta un matadero donde se sacrifica a un gran número de personas, y que al buscar detente con los comunistas sólo se ahonda la tragedia humana y se esclaviza a más personas. La República de China continuará firme en su política anticomunista y de permanencia en el campo democrático. Pese a los repetidos golpes de corrientes internacionales adversas y en medio de los tumultos del Asia, no hemos alterado nuestro curso. Ningún suceso desfavorable que esté fuera de nuestras manos influirá en nosotros. Permaneceremos firmes con dignidad y marcharemos adelante hacia nuestro destino. Permaneceremos siempre firmes de parte de la democracia y lucharemos con determinación por la libertad y contra la esclavitud. En este momento histórico, tan crítico para el futuro de la humanidad, debemos alertar a todos los pueblos amantes de la paz a precaverse contra el peligro de la trampa comunista de detente. Los exhortamos a unir fuerzas para elevar el valor moral basado en la fraternidad humana, a reafirmar la encarnación de la justicia como el espíritu de nuestros tiempos y a vigorizar su convicción de que la libertad prevalecerá y la esclavitud caerá. Podremos entonces marchar valerosamente al unísono en la resplandeciente avenida que conduce a nuestro fin de la libertad humana." Otros oradores En esa misma Asamblea usaron también de la palabra el Dr. Ku Cheng­kang, Presidente Honorario de la Liga Mundial Anticomunista, J. Naro, Vicepresidente de la Cámara de Representantes de Indonesia, Steven D. Symms, miembro de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Osami Kuboki, del Japón, y otros. A lo largo de la semana se realizaron otros varios actos en que se discutieron varios aspectos de la situación actual de Asia y el mundo, de la actitud de los gobiernos de algunas naciones, de la lucha anticomunista, etc. Numerosos representantes de los "luchadores por la libertad" como se suele designar aquí a los que se fugaron del continente chino a riesgo de sus vidas para ganarse el tesoro inapreciable de la libertad, tomaron parte en esas reuniones, dando cuenta detallada de sus experiencias en el continente bajo la tiranía maoísta y de las peripecias, en muchos casos espeluznantes, de su fuga. Tanto el Presidente Yen Chia-kan, como los otros muchos oradores en los diversos actos de la semana, han insistido en la futilidad y peligros de la política de detente seguida con tanta tenacidad por gobernantes de algunos países libres. Los participantes de Estados Unidos mencionaron por nombre y en diversas ocasiones al Secretario de Estado de su país, Henry Kissinger, como responsable en gran medida de esa política de detente que, entre otras consecuencias funestas, causó la horrible tragedia de Cambodia y Vietnam. Resulta ciertamente incomprensible que el Secretario de Estado de Estados Unidos persista en esa actitud; pero acontecimientos que han coincido en el tiempo con la celebración de esta Semana muestran que Kissinger está determinado a continuar en esa línea, sin ninguna consideración a las consecuencias. La negativa del Presidente Ford a recibir al famoso escritor ruso Solzhenitsyn, se debió a Kissinger, como lo dijo él mismo, por temor de ofender a sus amigos rusos. Posteriores de­ claraciones de la Casa Blanca no son más que reacciones sin substancia ante la avalancha de cartas en favor de la entrevista con el autor ruso. El violento ataque de Kissinger a las naciones del Tercer Mundo por su uso de su mayoría en la ONU, en buena lógica, debió ser dirigido a sí mismo, pues fue obra de Kissinger la entrada de los maoístas en ese organismo, en violación de la Carta de la organización y contra fodas las exigencias de la justicia y la rectitud, y es obra de los maoístas acuciar a las Naciones del Tercer mundo a enfrentarse con Estados Unidos. Lo cual no es decir que los maoístas pertenezcan al Tercer Mundo ni que este carezca de sus propias razones para obrar como está obrando. En la pasión de ese discurso Kissinger, generalmente tan bien informado, tuvo un desliz en su mención de los hechos; la población del bloque de naciones del Tercer Mundo no es "una pequeña proporción" de los miembros de la ONU. Pero lo que resulta más curioso es que el Secretario Kissinger reaccione con tanta fuerza en esas ocasiones pero no tenga sino palabras amables para los maoístas que nunca cesan de insultar, vilipendiar y calumniar a Estados Unidos en todas las formas posibles. Uno lee uno después de otro los discursos de Kissinger y brillan ahí por su ausencia las expresiones de amor y entusiasmo por la libertad y la democracia, que nunca faltaron en boca de sus antecesores. Tanto el Representante Symms como el profesor Kubek exhortaron al Secretario de Estado de su país a hacer una visita a la República de China para ver por sí mismo lo que es la vida aquí y tener así un punto de referencia para comparar lo que ha visto en sus numerosas visitas al continente chino bajo los maoístas.

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