El Gobierno de la República de China se comprometió el 22 de septiembre a realizar una donación por la cantidad de cien mil dólares estadounidenses para seguir adelante con las labores de rescate y reconstrucción en México tras el reciente terremoto de magnitud 7,1 que tuvo como epicentro la ciudad de Axochiapan, ubicada a 160 kilómetros de la capital mexicana, Ciudad de México. El devastador sismo ocasionó el colapso de edificios y dejó un saldo de más de 300 personas fallecidas y miles de lesionados.
“Le hacemos llegar nuestras más profundas condolencias al pueblo de México durante esta época de tragedia”, expresó José María Liu, viceministro de Relaciones Exteriores, a Martín Torres Gutiérrez Rubio, titular de la Oficina de Enlace de México en Taiwan. “Sinceramente esperamos que se realicen todos los esfuerzos necesarios para rescatar a las víctimas y reunir a los miembros de las familias afectadas”, añadió Liu.
El Viceministro manifestó que el pueblo de la República de China nunca olvidará la compasión y la solidaridad de México cuando envió un equipo de socorro tras el Terremoto de Jiji (Chichi). “Ese gesto demostró indudablemente que la asistencia humanitaria no tiene fronteras”, señaló Liu.
El Terremoto de Jiji tuvo lugar el 21 de septiembre de 1999. El sismo de magnitud de 7,3 estremeció el centro de Taiwan, ocasionando 2.455 fallecidos y 11.305 heridos, además de destruir alrededor de 85 mil edificios. Fue el peor desastre natural registrado en la historia de la nación.
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores (MOFA, siglas en inglés), la donación será entregada a través de la Oficina Económica y Cultural de Taipei en México, tras consultar con las agencias gubernamentales pertinentes en México. Por otro lado, el MOFA señaló que fue confirmado el fallecimiento de los cinco ciudadanos de la República de China que quedaron atrapados entre los escombros de un edificio de oficinas que se derrumbó durante el temblor en Ciudad de México.
El terremoto con una magnitud de 7,1 ocurrió el 20 de septiembre, poco antes de que se cumplieran dos semanas desde que otro seísmo de magnitud 8,2 azotara la región sureña de México. Este último es el sismo más potente registrado en un país Latinoamericano en los últimos cien años.