En 2016, la Iglesia Católica inició el primer simposio internacional entre el catolicismo y el taoísmo, que se realizó en el Templo Baoan de Taipei. Desde entonces, este templo ha colaborado con la Santa Sede por medio del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso a fin de fomentar las relaciones entre ambas religiones.
La delegación taiwanesa estuvo encabezada por Liao Wu-jhy, presidente del Consejo Administrativo del Templo Baoan, quien presentó una de sus pinturas al óleo como regalo al papa Francisco. El santo padre se mostró muy interesado en la arquitectura tradicional del templo, motivo principal de la pintura.
La delegación felicitó al papa Francisco por el quinto aniversario de su pontificado y lo invitó a visitar Taiwan. Liao entregó una carta al sumo pontífice señalando que la Santa Sede y la República de China han mantenido relaciones diplomáticas por 75 años, y que Taiwan está profundamente comprometida con la protección de la libertad religiosa.
Liao presentó al papa Francisco una declaración conjunta con su firma y la del secretario del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, el obispo Miguel Ángel Ayuso Guixot, en la que se enumeran siete objetivos comunes, entre los que destaca “promover y salvaguardar los valores universales, a saber, la justicia, la paz, la solidaridad, la amistad, la libertad y la armonía religiosa”.
Por su parte, el santo padre agradeció la visita y las palabras de la delegación taiwanesa. Asimismo, el papa Francisco mostró su beneplácito con la labor del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, calificándolo como “un diálogo no solo de ideas, sino un diálogo también humano, de persona a persona, que ayuda a todos a crecer como personas, en nuestro camino en busca de lo absoluto, de Dios”.
Posteriormente, el papa Francisco guió a todos los presentes en oración, bendiciendo al pueblo de Taiwan y deseando buena salud a todos los miembros de la delegación.