El 19 de septiembre tuvo lugar la ceremonia de colocación de la primera piedra de un centro para refugiados financiado por Taiwan en Turquía, cerca de la frontera con Siria que ha sido devastada por la guerra.
Dicho centro, que se construye en un terreno de 2.000 metros cuadrados, tendrá 52 salas multiusos destinadas a los refugiados sirios, donde estos podrán realizar diversas actividades tales como creación artística, exhibiciones, lectura y aprendizaje.
Durante la ceremonia de colocación de la primera piedra del citado refugio, llamado Centro Reyhanli para Ciudadanos del Mundo, Celalettin Guvenc, presidente del comité de asuntos interiores del parlamento turco, extendió su agradecimiento a Taiwan, y señaló que aunque Taiwan está a unos 8.000 kilómetros de distancia ambos países comparten los mismos valores humanitarios.
El legislador turco expresó que con esta ayuda financiera para construir el centro de refugiados en Reyhanli, provincia de Hatay, en el sureste de Turquía, Taiwan ha demostrado que Turquía no tiene que enfrentarse solo a la crisis de refugiados en su frontera.
Según el alcalde de Reyhanli, Mehmet Hacioglu, el centro de refugiados ha sido planeado durante años y la construcción está programada para completarse a finales de este año.
Hacioglu señaló que se espera que el proyecto no solo cree oportunidades de empleo, sino que también traiga prosperidad e incremente el turismo hacia dicha metrópolis.
El Gobierno de la República de China (Taiwan) ha financiado totalmente la construcción de dicho centro para refugiados. Desde hace tres años, el proyecto ha recibido el apoyo del representante de Taiwan en Turquía Yaser T. H. Cheng y del exalcalde de Reyhanli Huseyin Sanverdi.
Sanverdi, ahora legislador de Hatay, manifestó que Taiwan ya ha establecido una escuela para refugiados sirios en Turquía, y que gracias a su generosidad al proporcionar ayuda financiera, el país se ha convertido en un modelo a seguir en términos de asistencia humanitaria internacional.
Por su parte, Cheng declaró que Taiwan ha trabajado estrechamente con el Gobierno turco para ayudar a los refugiados sirios en los últimos años, no solo en Hatay sino también en Sanliurfa y Gaziantep.
Además del Gobierno, la Fundación Budista Tzu Chi, un grupo benéfico de Taiwan, también ha hecho sentir su presencia en Estambul, brindando asistencia en el campo de la salud y la educación.