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Taiwán Hoy

La oportunidad verde

01/10/2007
Los productos con la Etiqueta de Energía son entre 10 y 15 por ciento más eficaces en el ahorro de energía.

La reunión de líderes del Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC, siglas en inglés) se realizó el 8 de septiembre en Sydney, Australia. Seis meses antes de la cumbre, el primer ministro australiano, John Howard, bajo el lema de este año “Fortalecer nuestra comunidad, crear un futuro sostenible”, escribió a todos los líderes de APEC, y señaló que el desarrollo sano y el cambio climático serían los temas centrales de la discusión.

Las economías miembro de APEC han reconocido desde hace tiempo que la energía es crucial para promover el desarrollo económico de la región. En 1996, cuando se celebró la primera reunión de los ministros de APEC —también en Sydney— el tema de discusión, bajo el lema “Energía: nuestra región, nuestro futuro”, fue satisfacer las mayores demandas energéticas de APEC, para garantizar la realización del potencial crecimiento económico de la región. Además, también fue reconocido por las economías miembro que el crecimiento en los suministros energéticos colocaría presión en el ambiente local, regional y en el mundo.

La demanda de energía ha aumentado en los últimos años y las 21 economías miembro de APEC son responsables ahora del 60 por ciento de la demanda total de energía en el mundo. El impacto sobre el ambiente también ha sido mayor, a medida que algunos miembros de APEC han sido o se han convertido en los peores contaminantes del mundo. En vista de que el consenso científico que relaciona el cambio climático con las emisiones de gases de invernadero, como resultado del uso de combustibles fósiles, es ahora irrefutable, los miembros de APEC necesitan pensar seriamente sobre cómo van a satisfacer sus necesidades energéticas, al mismo tiempo que evitan los cambios climáticos. Para tratar este asunto, los funcionarios encargados de los asuntos energéticos de todas las economías de APEC se reúnen dos veces al año en la cumbre del Grupo para los Asuntos Energéticos de APEC, y el sector privado ha sido invitado a participar en estas reuniones a través de una organización paralela, la Red de Comercio sobre Energía de APEC. Los proyectos que se llevan a cabo incluyen la recolección de estadísticas sobre energía, la supervisión del medio ambiente, y la investigación sobre la promoción de eficiencia energética y energía renovable.

En la reunión de este año, Taiwan propuso una “Iniciativa de Oportunidad APEC Verde” que incluirá la celebración de una Conferencia de APEC Verde como una plataforma para que las economías miembro compartan sus experiencias y dialoguen, y una Exhibición para el Desarrollo Sano APEC Verde, donde las economías miembro pueden mostrar sus productos y tecnologías verdes, y buscar oportunidades para la cooperación.

Taiwan se convirtió en miembro de APEC bajo el nombre de Chinos-Taipei en noviembre de 1991. Así como otras economías miembro, Taiwan depende en gran medida de la energía importada, y su principal interés ha sido garantizar un abastecimiento continuo. Los factores ambientales no figuraron mucho hasta los años noventa, cuando el Gobierno señaló explícitamente su interés en establecer suministros de energía sana y eficiente, y promover la energía renovable. A través de la promoción de recursos alternativos para la generación de energía, tales como la biomasa, el sol y el viento, Taiwan tiene como objetivo para el año 2010, reemplazar el 10 por ciento de su suministro total de energía con recursos renovables, y para el 2020, ayudar a reducir la emisión de dióxido de carbono de la isla.

El uso de renovables

Para lograr estas metas, el Gobierno de Taiwan ofrece varios incentivos para estimular la participación del sector privado y la gente común, tales como pagar hasta el 50 por ciento de los costos de instalación de sistemas que usan estos tipos de energía. Algunos recursos renovables, aunque a pequeña escala, ya están usándose. La planta de viento de Shihmen, la primera planta comercial de Taiwan, operada por Taiwan Power Co. ( Taipower ), comenzó a funcionar a finales de 2004. Según Taipower , estas turbinas de viento pueden reemplazar algunas 3.820 toneladas de carbón combustible y reducir emisiones de dióxido de carbono en 8.600 toneladas al año. Una nueva planta en Linkou construida por una compañía privada estará lista para entrar en operaciones en 2008. Sus siete unidades generadoras de energía abastecerán energía sana a 14.000 hogares en el área. Según el Buró de Energía, bajo el Ministerio de Economía, las 103 unidades de energía de viento de Taiwan han reducido la producción de gases de invernadero en 250.000 toneladas al año.

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La planta de viento en Shihmen ha reemplazado los generadores de electricidad que usan carbón, que producían 8.600 toneladas de dióxido de carbono al año.

El sol también es una fuente potencial de energía. Actualmente, más de 380.000 hogares en Taiwan han instalado calentadores de agua solares, y el área total cubierta por paneles solares hoy es de 1,53 millones de metros cuadrados, lo que reduce las emisiones de dióxido de carbono en 336.000 toneladas al año.

Algunos edificios gubernamentales, incluyendo la oficina del Gobierno del Distrito de Tainan y la Oficina del Presidente, han usado un sistema fotovoltaico, como parte de su alumbrado. Este sistema está actualmente en la fase experimental, pero los avances tecnológicos seguramente elevarán la eficiencia de la conservación de energía y reducirán los costos de producción. El Instituto para la Investigación de Energía Nuclear —una organización gubernamental para la investigación— ha transmitido los resultados de su investigación en productos fotovoltaicos de alta concentración a fabricantes privados. El instituto calcula que los costos de producción de células fotovoltaicas de alta concentración serán competitivos con los combustibles tradicionales en el año 2015, y los productos taiwaneses acapararán un décimo del mercado mundial en el 2010.

La importancia de la conservación

El cambio de la producción de dióxido de carbono a la energía sana consume tiempo y es costoso. Una ruta más rápida para reducir las emisiones de gases de invernadero es estimular la conservación energética. Taiwan comenzó a promover la reducción voluntaria de emisiones de dióxido de carbono entre las empresas locales en 2005. Y para fomentar los productos que ahorran energía, se creó un sistema de Etiqueta de Energía para productos que tengan una eficiencia energética de entre 10 y 15 por ciento más alto. En la actualidad, más de 1.000 productos, desde motocicletas scooters y automóviles hasta lavaplatos y secadores de cabello, han recibido esta etiqueta. Los consumidores pueden hallar fácilmente fabricantes y distribuidores en la página web de la Etiqueta de Energía.

La Administración para la Protección del Medio Ambiente (EPA, siglas en inglés) coopera también con la Agencia para la Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos, en el Proyecto Estrella de Energía —un estándar internacional para equipos electrónicos que ahorran energía. Estrella de Energía comenzó en Estados Unidos en 1992, y ha logrado reconocimiento internacional. A finales del año pasado, 326 productos de 28 fabricantes en Taiwan lograron la Etiqueta Estrella de Energía. Según EPA, el uso de estos aparatos puede ahorrar electricidad, cuya producción podría crear 5.300 toneladas de dióxido de carbono.

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Un poste de luz con LED usa mucho menos electricidad que los tradicionales.

Sin embargo, con todas estas medidas, Taiwan está aún lejos de reducir verdaderamente sus emisiones de gases de invernadero. De hecho, mientras que Taiwan el responsable de sólo el 1 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono mundial, su emisión per cápita es 4 veces el promedio mundial. El Protocolo de Kyoto, que es la guía general para las reducciones de emisiones, establece la meta que los países industrializados deberían reducir colectivamente entre 2008 y 2012 sus emisiones de dióxido de carbono, y cinco otros gases de invernadero en un 5,2 por ciento del nivel de 1990. Aunque Taiwan no firmó el protocolo, está dispuesto a adherirse a los estándares, como miembro responsable de la comunidad internacional. Pero Kyoto no ha sido ratificado por varios países industrializados, tales como Australia y Estados Unidos, y sus metas proyectadas resultan ser inalcanzables para la mayoría de sus signatarios.

Igualmente, Taiwan ha intentado establecer sus propias metas. En mayo pasado, el Legislativo aprobó la primera lectura de la Ley para la Reducción de Gases de Invernadero, que estipula que el volumen anual de gases de invernadero debería reducirse a los niveles de 2005 de 250 millones de toneladas entre 2025 y 2030. El esquema de una legislación estricta muestra la mayor conciencia sobre la importancia de la reducción de las emisiones de gases de invernadero. Sin embargo, el ministro de Economía Steve Chen admite que la meta es muy difícil de lograr, ya que las emisiones de dióxido de carbono locales aumentan en aproximadamente 4 millones de toneladas por año, aún cuando no se realizan importantes proyectos de construcción. El comentó a la prensa que si el Gobierno refuerza la ley antes de que las políticas relacionadas cosechen frutos, las compañías se verán obligadas a reducirse o reubicarse hacia otros países, lo que sería dañino para los empleos y la economía como un todo.

¿Por qué no hay objetivos?

Taiwan no está solo en esto, y en cuanto al asunto de las emisiones de gases de invernadero, pocos gobiernos se han comprometido a alcanzar objetivos rigurosos. De hecho para APEC, esto se considera prematuro. Cuando los ministros de energía de APEC se reunieron en Darwin en mayo, ellos llegaron a la conclusión con la publicación de la Declaración de Darwin. Esta propone un acuerdo para mejorar la eficiencia energética a través de una gama de medidas. También trata el desarrollo de mejores prácticas respecto a transporte que ahorre energía, la intensificación de esfuerzos para desarrollar y desplegar técnicas para el uso más económico de materia prima no alimenticia y el estímulo de colaboración internacional sobre combustibles alternativos. Sin embargo, los ministros no establecieron ningún objetivo —ni trataron de establecer— para reducir emisiones de gases de invernadero. “El reto por el momento es no establecer objetivos. Es tener realmente la tecnología para lograr objetivos”, dijo a la prensa Ian MacFarlane, Ministro de Industria australiano, y presidente de la reunión. “Una vez que sepamos cómo reducir las emisiones de gases de invernadero, el reto será entonces emplear esas tecnologías y establecer objetivos”.

El uso de la tecnología

La tecnología y la habilidad para fabricar productos que ahorren energía es un área en la que Taiwan puede contribuir con las otras economías miembros de APEC. Uno de los productos más populares son los diodos que emiten luz (LEDs, siglas en inglés). En términos de ahorro de energía, el consumo de electricidad de LEDs es un décimo de las lámparas incandescentes y la mitad de las fluorescentes, mientras que el tiempo de duración es entre 20 y 30 veces de las incandescentes y 10 veces de las fluorescentes. Por lo tanto, LEDs podrían reemplazar los productos tradicionales como principal fuente de luz dentro de 5 a 10 años. Mientras que Japón y Estados Unidos están a la punta de LEDs blancos, Taiwan tiene la tecnología y las ventajas de producción en LEDs verde y rojo, y los productos relacionados tales como pantallas de cristal líquido, de las cuales los productos taiwaneses ya ocupan casi la mitad del mercado mundial.

El desarrollo de tecnologías en la producción de energía sana y productos que ahorran energía, se ha vuelto una estrategia de todas las economías miembro de APEC, como una manera de reducir las emisiones de gases de invernadero. En términos de su nivel tecnológico, Taiwan se encuentra entre economías desarrolladas como Estados Unidos y Japón y áreas de menor desarrollo. A través de APEC, Taiwan puede servir como un enlace para unir ambas, así como para ampliar las oportunidades comerciales para su propia industria verde. 

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