04/05/2024

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La República de China en Taiwan: mirando hacia el siglo XXI

01/05/1998
Chien-jen Chen, director general de la Oficina de Información del Gobierno.

¿Qué tiene de extraordinaria la República de China en relación a los 193 países del mundo? Es un excepcional modelo de lo que se puede hacer económica y políticamente en medio siglo. Hace cincuenta años, Taiwan era una sociedad muy atrasada y sin democracia, con un volumen comercial equivalente a 303 millones de dólares estadounidenses, un PNB de 1.000 millones de dólares y una renta per cápita de 100 dólares aproximadamente. Después de cincuenta años, el gobierno de la República de China, que tiene jurisdicción sobre 36.000 kilómetros cuadrados de superficie y una población un diez por ciento mayor que la del estado de California, administra un país que es la 14ª economía mundial, con un comercio exterior de 230.000 millones de dólares estadounidenses, un PNB de más de 289.000 millones de dólares y una renta per cápita de 13.000 dólares. Taiwan es el primer productor mundial de computadoras portátiles y periféricos informáticos, como escáneres, modems, ratones y otros accesorios.

No obstante, la República de China es algo más que una economía exitosa. Es también una democracia plenamente consolidada, con un presidente y un parlamento nacional elegidos de forma directa. La sociedad de Taiwan es cada vez más pluralista y abierta. Todo ello se ha conseguido gracias a un buen número de razones: la paz y la estabilidad, un buen sistema educativo, la consistente ética de trabajo de nuestro pueblo, un buen liderazgo y sólidas estrategias de desarrollo y, ante todo, la vital ayuda prestada por EE UU.

La República de China en Taiwan: mirando hacia el siglo XXI

Tras el discurso, Chen aceptó la entrevista de los periodistas de los medios de comunicación en chino.

Todos los éxitos que he mencionado son más destacables aún porque se han logrado bajo la constante amenaza de un régimen hostil como el de Pekín. En los últimos años, esta hostilidad ha adoptado la estrategia de presionar a los países de todo el mundo para tratar de negar de manera colectiva la realidad de que China está dividida y de que hay dos entidades políticas, dos jurisdicciones y dos gobiernos. Así, la República de China se encuentra en una posición única en la que, siendo una de las principales potencias comerciales y económicas del mundo, que mantiene lazos sustantivos con toda la comunidad internacional, no es miembro de los principales organismos internacionales, y no puede firmar los tratados internacionales a los que, sin embargo, se somete. Y lo peor de todo es que al pueblo de Taiwan se le niega la representación por parte de su gobierno electo en la comunidad internacional.

Lo que más admiro de mi pueblo es que siempre ha afrontado esta situación extraña que soporta el país con pragmatismo y con una actitud positiva. Frente a esta tremenda presión, los habitantes de Taiwan han conseguido aquello que hace cincuenta años era declarado como «imposible» por los expertos: han construido una de las más fuertes economías y más vibrantes democracias de Asia. Este mismo espíritu es el que conduce hoy la diplomacia pragmática de la República de China. Valoramos los lazos que compartimos con nuestros socios comerciales y con nuestros amigos, y buscamos construir sobre esta base para desarrollar relaciones lo más sólidas posible, con o sin lazos diplomáticos formales. El mejor ejemplo de ello reside en las relaciones que mi país mantiene con el de ustedes.

El presente: construyendo sobre sinergias

Las relaciones diplomáticas oficiales entre la República de China y Estados Unidos finalizaron hace diecinueve años. Pero lejos de haberse marchitado, las relaciones comerciales y de inversiones entre nuestros dos países han prosperado. El intercambio comercial entre ambos países alcanzó, en 1997, 52.800 millones de dólares estadounidenses. Del total, 23.200 millones fueron importaciones desde EE UU. Aunque el gobierno de EE UU todavía no ha publicado oficialmente sus cifras anuales de comercio, por la tendencia de los primeros diez meses de 1997, Taiwan será probablemente el séptimo socio comercial de EE UU durante el pasado año.

Muchos estadounidenses ignoran que Taiwan es uno de los principales importadores de productos estadounidenses. Es el tercer mercado de productos médicos, el quinto importador de automóviles y el quinto mercado para las exportaciones agrícolas de EE UU. No deben olvidar que las compras de productos estadounidenses por la República de China en los últimos diez años han sido 1,6 veces superiores a las de la República Popular de China. La República de China depende de EE UU para sus importaciones de reactores nucleares y combustible nuclear utilizado sólo para generar energía. General Electric logró en 1996 la adjudicación del proyecto de la cuarta planta de energía nuclear de Taiwan, lo que supuso un contrato de ingeniería de 1.790 millones de dólares estadounidenses.

República de China en Taiwan: mirando hacia el siglo XXI

Chen y su señora visitaron al famoso director de cine de Hollywood, Robert Wise y su señora.

El futuro: construyendo sobre éxitos

Resulta esencial buscar una clara línea competitiva para Taiwan a medida que nuestros vecinos asiáticos intentan recuperarse de la reciente crisis financiera. La mayoría de los expertos coinciden en que los contratiempos resultantes de dicha crisis pueden ser dolorosos por un tiempo, pero finalmente no detendrán el progreso de la región hacia el crecimiento y la prosperidad. En realidad, para algunos países, la crisis puede incluso estimular la clase de reforma económica que serviría para alcanzar un desarrollo económico más sostenido y saludable en el futuro.

Soy optimista sobre el futuro en parte por lo poco que se ha tambaleado la economía de Taiwan en comparación con la de sus vecinos del Asia-Pacífico. En 1997, Taiwan registró un índice de crecimiento económico del 6,8 por ciento, el nivel de inflación fue del 0,9 por ciento y la tasa de desempleo, del 2,7 por ciento. En mi opinión, esto dice mucho en favor de la solidez del sistema político y económico adoptado por el gobierno de Taiwan durante las últimas décadas. Y no me he referido a los 84.000 millones de dólares estadounidenses que poseemos en reservas de divisas, o a nuestra relativamente pequeña deuda externa de 100 millones de dólares. Una de las más notables características del desarrollo económico de mi país ha sido el modo de operar pragmático y realista de nuestro sector privado. Las empresas de Taiwan son por lo general cautelosas a la hora de permitir que las tasas de endeudamiento sean demasiado elevadas, y permanecen centradas en sus negocios principales. Aproximadamente el 95 por ciento de las compañías registradas en Taiwan son pequeñas y medianas empresas. Estas firmas se adaptan mucho más rápidamente a los cambios del mercado que los grandes conglomerados como los de Corea del Sur o las grandes empresas públicas de China continental.

Hay también factores extraeconómicos que operan a favor de Taiwan. Por ejemplo, la democracia en Taiwan está madurando rápidamente ahora que son elegidos directamente los cargos de todos los niveles del gobierno. Los electores han adquirido un nuevo sentimiento de compromiso con el futuro del país, y los líderes son responsables de sus actos de gobierno. Esto ha incrementado notablemente la transparencia y el conocimiento del imperio de la ley. Ambas cosas se han mostrado inestimables a la hora de ayudar a nuestra economía durante la crisis asiática. Por eso, en Taiwan reafirmamos lo que ustedes aquí en EE UU hace tiempo saben: que la democracia y la economía de libre mercado son instituciones que favorecen mutuamente la prosperidad de la nación.

Retos nacionales

Sin embargo, con la llegada de un nuevo siglo, la República de China todavía afronta varios retos en tres frentes. Desde el punto de vista de los asuntos internos, la infraestructura y la industria de Taiwan requieren una nueva mejora. El rápido ritmo de desarrollo experimentado durante las últimas décadas nos ha dejado un importante vacío de infraestructuras. Me agrada informarles que se ha proyectado un plan de desarrollo nacional para el próximo siglo, que ya está en marcha. Este plan está basado en la existencia del Centro de Operaciones de la Región Asia-Pacífico, el programa de revitalización económica, doce importantes proyectos de infraestructura, y la iniciativa de reforma administrativa. Pero se amplía hacia una mejora de la calidad de vida, el establecimiento de un sistema de seguridad y bienestar social, el desarrollo de las relaciones a través del Estrecho de Taiwan y el refuerzo del imperio de la ley.

Esperamos que nuestro crecimiento económico continúe alcanzando los niveles del 6,5 al 6,7 por ciento anual entre los años 2000 y 2006. Nuestra renta per cápita se incrementará desde los 13.000 dólares estadounidenses hasta los 18.500 en el año 2000, y hasta los 36.000 dólares en el año 2006. Nuestro volumen comercial estará en torno a los 300.000 millones de dólares en el año 2000, y nuestro PNB rondará los 400.000 millones ese mismo año. Somos conscientes de que tenemos que diseñar y construir proyectos a largo plazo en los sectores público y privado prestando al mismo tiempo especial atención a la protección del medio ambiente. En una sociedad democrática como la que hemos conseguido en Taiwan, los electores se dan cuenta y demandan una mejora en la calidad de vida en proporción al enorme adelanto al que contribuye nuestra economía.

La democracia de Taiwan requiere una mayor institucionalización para mejorar la calidad de nuestro desarrollo político. En la última década se han generalizado las elecciones para cargos a todos los niveles de gobierno. No obstante, es necesario que permanezcamos alerta ante la influencia del dinero en las campañas políticas, y que reforcemos aún más nuestra adhesión al imperio de la ley. Como la sociedad de Taiwan es cada vez más pluralista, hay un consenso de que las costumbres y los valores sociales actuales necesitan ser revisados. Nuestros ciudadanos han sido muy diligentes y afortunados a la hora de modernizar el país, así que ahora nos queda enfocar nuestras energías en preservar lo mejor de nuestra ética y nuestros valores tradicionales chinos al tiempo que los adaptamos a las necesidades y a la presión de la vida moderna.

República de China en Taiwan: mirando hacia el siglo XXI

El director general Chen y su señora se reunieron con amigos del campo de las artes cinematográficas de Hollywood.

Retos en las relaciones a través del Estrecho

Todos los retos nacionales que acabo de señalar están en mayor o menor medida al alcance de nuestras manos. Algo menos lo están los retos del segundo de los frentes, el de las relaciones bilaterales con China continental. Toda la buena voluntad y las ofertas amistosas de Taipei serán efectivas únicamente cuando encuentren una respuesta positiva de la otra parte. En este sentido pienso que ahora hay algunas señales que auguran cierta progresión en un futuro no muy lejano. Puede que hayan leído el mes pasado alguna noticia en la que se dice que Pekín está comenzando a suavizar su postura en lo que se refiere a la reanudación del diálogo a través del Estrecho de Taiwan. Si se demuestra que esto es cierto, será un avance bien acogido.

El primer ministro, Vincent Siew, ha declarado públicamente que Taipei acoge con agrado la reanudación de las conversaciones. Un punto de partida lógico sería aquél en el que debía haber comenzado la segunda ronda de conversaciones Koo-Wang en 1995. Hay muchos asuntos económicos y técnicos resultantes de los intercambios a través del Estrecho de Taiwan que deberían tener prioridad, pero no es necesario que la agenda se limite a ellos. Una vez que el diálogo a través del Estrecho pueda retomarse, el futuro de mi país, y el de la región Asia-Pacífico, será con toda seguridad más prometedor. La estabilidad en la zona mejorará considerablemente cuando Pekín decida acabar con el estado de hostilidad y renuncie al uso de la fuerza militar contra Taiwan. Las profundas diferencias entre los sistemas políticos y económicos de Taiwan y de China continental no pueden salvarse mediante la retórica o mediante cambios políticos superficiales. Serán necesarios años de reformas en China continental y el establecimiento de una mutua confianza para lograr la reunificación pacífica de una China democrática, libre y próspera. No obstante, nos complace cualquier indicación de que Pekín esté dispuesto a dar el importante paso que supone retomar el diálogo.

Retos a nivel internacional

Los desafíos que afronta mi país en el tercero de los frentes, el del panorama internacional, tienen también que ver con la dirección en la que se desarrollan las relaciones a través del Estrecho. Desde el punto de vista internacional, está claro que antes de la reunificación, la República de China tiene que conservar un estatus que le asegure su supervivencia y desarrollo continuado en la comunidad internacional.

Los 21,5 millones de habitantes de Taiwan ni pueden ni deben ser tratados como ciudadanos del mundo de segunda clase, particularmente considerando su fuerte autoestima y dignidad tras la plena democratización del país. El pueblo de Taiwan necesita que le traten honrada y justamente, como a cualquier otro pueblo o país del mundo. Por lo tanto, continuaremos con nuestra diplomacia pragmática en el futuro, tratando de mejorar nuestros lazos con el resto de los países y de participar en más organizaciones o actividades internacionales, pero sin ninguna intención de enemistarnos con la República Popular de China. Queremos, en definitiva, jugar un papel decisivo y constructivo para nosotros mismos y para el resto del mundo.

La visión del futuro de la República de China 

Como resultado de las actuales políticas de liberalización y globalización, la economía de la República de China funcionará con un eficiente mecanismo de libre mercado. Nuestra participación en la Organización Mundial del Comercio (OMC) nos asegurará el libre acceso a los principales socios comerciales, y éstos a su vez disfrutarán de libre acceso a nuestro mercado local. El sector industrial de la isla habrá progresado enormemente, y amortizaremos las actuales inversiones en industrias de alta tecnología con nuestra capacidad para elaborar productos competitivos y novedosos que encuentran gran demanda global. En general, la calidad de vida en Taiwan estará mucho más cerca de los niveles de las naciones desarrolladas, y la protección del medio ambiente se nivelará en relación al progreso económico para adquirir un desarrollo verdaderamente sostenible para nuestro país. Taiwan estará funcionando como un centro de operaciones de la región Asia-Pacífico, una zona práctica, eficiente y profesional con personal preparado para que las empresas multinacionales se introduzcan en los mercados de la región.

A nivel político, la democracia de Taiwan madurará en el nuevo siglo. Las elecciones son ya un elemento estable de la vida política de Taiwan. En el futuro, nuestra sociedad será incluso más tolerante que ahora en cuanto a la diversidad política, y las campañas para acceder a los cargos políticos serán cada vez más competitivas, pero ordenadas. La conciencia democrática de los electores de Taiwan superará incluso a la actual. La gente joven habrá crecido consciente de su derecho a votar y a exigir responsabilidad a los líderes políticos por sus acciones.

Durante el próximo siglo, la sociedad de Taiwan será más equitativa, gracias a las acciones conjuntas del Gobierno y de los grupos de interés público. Los nuevos programas estarán en condiciones de proporcionar seguridad a quienes estén en desventaja y a quienes deje atrás la ola de la prosperidad en Taiwan. Las ayudas salariales especialmente dirigidas a ciudadanos con ingresos escasos y los programas de seguros para desempleados, además de un amplio programa de seguridad social actualmente en marcha, permitirán a la población más desfavorecida de Taiwan disfrutar de la vida con buena salud y con seguridad.

Hay gente que cuando piensa en cómo será el mundo en el siglo XXI imagina una serie de conflictos culturales como resultado de la disminución de las distancias entre los pueblos. Sin embargo, yo veo un escenario diferente para la cultura de Taiwan. Lejos de ideas y valores enfrentados, habrá un mezcla vibrante. Culturalmente, Taiwan se beneficiará de la sinergia de la combinación de costumbres y valores tradicionales chinos con el panorama cosmopolita, respetando la ley y defendiendo los derechos humanos, que son algunos de los mejores aspectos de la cultura occidental moderna.

Estamos muy orgullosos de los logros de Taiwan en los campos económico, político y social durante los últimos cincuenta años. El extraordinario éxito del que hemos disfrutado sirve de modelo para el desarrollo de otras naciones, así como para nuestros compatriotas chinos al otro lado del Estrecho de Taiwan. Constituye, en efecto, un brillante ejemplo de lo que un pueblo puede lograr con determinación, dedicación y una clara visión. Continuaremos haciendo esfuerzos para tratar de alcanzar objetivos aún más altos en días y años sucesivos. Con el mantenimiento de la paz y de la estabilidad, un sistema educativo reformado, la muy aclamada ética de trabajo de nuestro pueblo, buen liderazgo y estrategias buenas y continuadas, lograremos el éxito.

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