Para mí, la economía afecta a la política de forma significativa. Cuando la economía de un país alcanza cierto nivel, la ciudadanía comienza a requerir una mayor participación en la política y a demandar mayor poder político. Este fenómeno se observa en todos los países desarrollados, y en Taiwan comenzó en la década de los 70. En aquel momento, Taiwan experimentó un crecimiento económico vertiginoso, un aumento del acceso a la educación superior y un mayor acceso a la información. A medida que la gente tiene más información, también crece su grado de autodeterminación y su deseo de vivir en una sociedad democrática.
«La identidad de Taiwan» la cuestión sobre la soberanía de Taiwan es un tema trascendental para los tres partidos principales. El KMT insiste en preservar el statu quo, sin pretender la independencia pero tampoco, por el momento, la reunificación con China continental. Esta es una posición ventajosa para el Partido Nacionalista, pues aproximadamente la mitad de la población está a favor de mantener la situación actual.
El resto, sin embargo, se encuentra dividido entre los que apoyan la reunificación y los que prefieren la independencia. Actualmente se observa una tendencia hacia esta última, ya que las nuevas generaciones sólo han vivido aquí. Es inevitable que los nacidos en China continental vayan perdiendo presencia demográfica, y esta realidad obstaculiza el desarrollo del unionista Nuevo Partido.
En cuanto al PDP, las perspectivas le son favorables. Sin embargo, su defensa de la independencia está perdiendo prominencia debido a que tienen menos necesidad de insistir en ella. De hecho, todos los partidos de Taiwan han aparcado de momento el asunto de la identidad de Taiwan, y podría llegar a desaparecer del todo según se desarrollen los acontecimientos; por ejemplo, si las nuevas generaciones llegaran a un consenso a medida que acceden al poder.
«Cuando la economía de un país alcanza cierto nivel, la ciudadanía comienza a requerir una mayor participación en la política».
El PDP está cambiando en un intento por mostrarse más amigable con Pekín. Si el partido no es lo suficientemente flexible como para llevar satisfactoriamente los asuntos de China continental, le será difícil llegar a ser el partido gobernante. De hecho, tanto el KMT como el PDP aseguran que Taiwan ya es un país independiente la diferencia está sólo en la terminología que usan para decirlo. Por consiguiente, algunos líderes del PDP aseguran que no declararían la independencia de la isla aunque llegaran a formar gobierno.
Antes, la gente tenía del PDP una imagen violenta, radical y a favor de la independencia de Taiwan. Las dos primeras impresiones han desaparecido, según una encuesta reciente del Centro de Estudios Electorales de la Universidad Nacional Chengchi. La población sólo asocia al PDP con su postura pro independencia, lo cual no preocupa al partido. Es evidente que su imagen ha mejorado mucho en los últimos años.
El KMT tiene un problema de imagen. Al haber gobernado Taiwan durante tanto tiempo, se ha visto muy envuelto en la política de «negro y oro» [mafias y dinero] para poder mantener los intereses del partido. Es hora de que el partido cambie su mala imagen, y yo pienso que esa es su prioridad mayor. Además, en comparación con el PDP, el KMT se ha retrasado mucho en su democratización interna como, por ejemplo, en la elección preliminar de candidatos. A pesar de que la democratización es el mayor logro en el desarrollo político de la isla, el propio KMT se ha mostrado reticente a este respecto.
La imagen negativa del KMT se encuentra en particular entre los jóvenes. El Centro de Estudios Electorales indica que el mayor apoyo al KMT aparece a partir de los 25 años, mientras que por debajo de esa edad el preferido es el PDP. Más aún, resulta que cuanto más joven es el encuestado, más probabilidades hay de que apoye al PDP.
Para el NP, el mayor desafío lo constituye el deshacerse de su imagen de partido «urbano» y «de nativos de China continental». Debe buscar más apoyo entre los nativos de la isla, pues sin esa ayuda no parece que vaya a alcanzar un mayor desarrollo. Para atraer un apoyo más amplio necesita revisar su ideario político. Por ejemplo, podría ajustar su concepto de la reunificación de China acercándose a tendencias más populares en este asunto.
El NP no desaparecerá, ya que su base la conforman nativos de China continental y este apoyo será firme en el futuro previsible. Además, con la pérdida de poder del KMT y el fortalecimiento del PDP, el NP puede jugar el papel de «minoría crucial» en este período de transición. Si ninguno de los dos partidos principales consigue la mitad de los escaños en las elecciones legislativas de finales de este año, el NP podría aprovechar esta situación para ejercer influencia y acumular fuerza.
La mayoría de los miembros del PIT son antiguos radicales del PDP que insistieron en proceder a la creación de una «república de Taiwan» independiente que cortara todos los lazos históricos con la República de China. Cuando el PDP empezó a transigir en el tema de la independencia de la isla, abandonaron el partido y formaron uno nuevo. Una escisión de corte radical como ésta no tiene que desaparecer necesariamente, pero goza de poco espacio para su desarrollo. En estos momentos hay más de 80 partidos en Taiwan, pero la popularidad de la mayoría no supera el 0,1%.
El PIT tiene alrededor de un 5% de los votos, por lo que todavía no está hundido. Su prueba de fuego está por llegar. En noviembre pasado participó en las elecciones municipales, pero no ganó nada. En las legislativas de finales de año, donde se elegirán varios legisladores de cada circunscripción electoral [de acuerdo con el sistema de voto único intransferible vigente en Taiwan], probablemente ganarán algunos escaños. De todos modos, ningún partido extremista tiene muchas posibilidades de supervivencia a largo plazo, así que si fracasan en las próximas elecciones, seguramente el PIT desaparecerá.
--entrevista por Oscar Chung