Los idiomas, culturas e identidades de muchos grupos étnicos se han visto amenazados por la dominación han, y por la opresión extranjera. Su supervivencia y desarrollo sólo puede asegurarse mediante la reflexión de esas historias.
Como partido gobernante, buscamos reconstruir la identidad cultural taiwanesa mediante la promoción del desarrollo comunitario y el aprendizaje de nuestras lenguas maternas, y con la implementación de políticas que protejan las culturas e idiomas de los hakka y aborígenes taiwaneses. Rechazamos tanto el regionalismo limitado como el exclusionismo extremo.
La opresión pasada fue llevada a cabo por una élite privilegiada del Kuomintang, y no por un grupo étnico específico, y no debe considerarse como un pecado original que conllevan todos los continentales. Debemos trabajar unidos para presentar la verdadera historia de Taiwan y restaurar la dignidad étnica.
Nuestras culturas étnicas diversas son tesoros nacionales, y las políticas de asimilación opresivas deberían evitarse y reemplazarse con políticas culturales que respeten las diferencias y abarquen el pluralismo.
Como una democracia completa, Taiwan está ahora libre de la opresión extranjera y enfrenta la posible invasión de fuera de sus fronteras. Por lo tanto, la identificación nacional debería ir más allá de la etnicidad y surgir de una conciencia común de ciudadanía que defienda la democracia y construya colectivamente una experiencia taiwanesa común. El Partido Democrático Progresista reconoce completamente y asume la responsabilidad histórica abarcando todas las implicaciones de este cambio de paradigma.
La soberanía de la República de China pertenece a los taiwaneses, no a una administración de fuera. Por ello, ambas identidades son diferentes expresiones de la identidad nacional. Esto no debería ser distorsionado como un antagonismo étnico. La gente debería respetar, entender y aceptar las diferentes expresiones de opinión.
La identidad étnica y los derechos civiles de la gente deberían respetarse debidamente. Toda discriminación contra los grupos étnicos debería ser condenada y castigada. Los pilares y garantías para la unidad nacional y la seguridad nacional deberían ser regulados por medios democráticos.
Taiwan ha sido desde hace mucho tiempo un lugar que los aborígenes, así como los hakka y holo llaman hogar. También se ha convertido en el hogar de continentales y nuevos inmigrantes. La identidad nacional taiwanesa es la suma de todos estos grupos étnicos, quienes a su vez son los amos de Taiwan. Sus lenguas diversas son las lenguas de Taiwan.
El Gobierno debería continuar apoyando el desarrollo de cada grupo étnico y promover el establecimiento de foros públicos para los intercambios interétnicos, para profundizar en el entendimiento multicultural del pueblo y la armonía étnica.
Frente a la globalización, el Gobierno debería hacer más esfuerzos para promover el pluralismo cultural y convertir al país en el paradigma del multiculturalismo para que el mundo lo imite. Tras nuestra exitosa democratización, el próximo reto es construir una nueva nación que sea tanto pluralista como unificada.