28/04/2024

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Taiwán Hoy

Una ventana al pasado

01/06/2004
El Jardín Botánico de Taipei, establecido en 1921 durante el régimen japonés (1895-1945), es una gema para muchos residentes de Taipei. Además de su vegetación exuberante y sus serpenteantes lagunas de lotos, el jardín es también la sede de varias instituciones culturales, tales como el Centro Nacional de Educación del Arte de Taiwan, y el Museo Nacional de Historia. Ahora, en un edificio cercano, el que una vez fuera una biblioteca y un instituto de investigación, otra organización nacional será formada, que se dedicará a la experiencia oscura del desarrollo social y político de Taiwan ?una parte del pasado, muy lejos de un paseo bajo el baldaquín del jardín.

El 19 de mayo de 2002, el presidente Chen Shui-bian participó en el complejo del jardín en la ceremonia de inauguración de la Oficina Preparatoria del Museo Nacional de Derechos Humanos (NHRM, siglas en inglés), la primera organización de su tipo en el país. El museo fue concebido originalmente como un sitio conmemorativo a la epidemia de violencia que se dispersó alrededor de la isla en 1947, y dejó una dolorosa grieta en la sociedad taiwanesa. El incidente, conocido como Incidente 228, fue motivado el 27 de febrero de 1947, cuando un investigador del Gobierno golpeó con una pistola a una viuda anciana llamada Lin Jiang-mai, por vender cigarrillos no sujetos a contribuciones en Taipei (el Gobierno había creado un monopolio para la venta de productos alcohólicos y del tabaco). El incidente provocó disturbios extensivos, en parte un estallido de la represión que sentían muchos ciudadanos contra una administración que consideraban injusta y chauvinista. El Gobierno respondió con el uso de la fuerza militar.

En el quincuagésimo aniversario del evento, el Museo Conmemorativo 228 de Taipei fue establecido en el Parque de la Paz 228, cuando Chen Shui-bian era el alcalde de Taipei. La sede del museo tiene su propio significado. El 28 de febrero de 1947, algunos disidentes taiwaneses dieron a conocer su oposición al Gobierno desde una estación de transmisiones ubicada en el sitio actual del museo.

Una ventana al pasado

Lee Wang-tai: “La restauración de los recuerdos de la gente será la principal meta del nuevo museo”.

En su discurso de inauguración en el 2000, el presidente Chen habló de su visión de un país fundado sobre una base de derechos humanos. Para darle mayor importancia al asunto, Chen ayudó a establecer un museo dedicado al estudio de los derechos humanos. Lee Wang-tai, director general de la Fundación Conmemorativa de la Supresión 228 en Taiwan, ha sido seleccionado como uno de los miembros del comité del nuevo museo. “El museo no solamente está dedicado al Incidente 228”, dice Lee Wang-tai, “también cubrirá el consiguiente terror blanco (la persecución de oponentes al Gobierno bajo la ley marcial), la represión de los disidentes, luego los movimientos pro-democráticos, así como también la protección de los grupos étnicos minoritarios, las mujeres y los niños”. Lee dice que la fundación, que fue formada para compensar a las víctimas y sus familias, ha expandido su enfoque para enseñar la historia de los derechos humanos. “La restauración de los recuerdos de la gente será la meta principal del nuevo museo”, dice.

De alguna manera, Taiwan está tratando de resolver el asunto de la legalidad del período de la ley marcial, que duró hasta 1987. “Un estado de ‘emergencia’ tan prolongado es bastante poco común, y un récord vergonzoso en la comunidad internacional”, dice Lee Yung-chih, jefe de la oficina preparatoria del NHRM. “Debemos dar cuenta precisa de lo que pasó. Y sobre todo, debemos enfatizar las violaciones de los derechos humanos de esa era, para que podamos prevenir esos errores en el futuro”.

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Un grupo de protestantes lleva chalecos blancos con la inscripción “Víctimas del Terror Blanco”.

Lee Yung-chih, profesor de historia en la Universidad Nacional de Taiwan, ve la historia como un proceso inevitable de una mayor cantidad de excavaciones e interpretaciones. “Aquellos que quieren ocultarse del pasado siempre fracasarán”, dice. “Aún peor, sus errores históricos, si hubo alguno, serán grandemente magnificados debido a la interpretación. La investigación nos dice que los regímenes autocráticos crean desconfianza entre la gente, así como entre la gente y su gobierno. Esta desconfianza persiste aún después que colapsa una autocracia”, dice. “Esto es lo que ha pasado aquí”. El sostiene que algunos de los males de la sociedad son, en parte, síntomas de ese pasado oscuro, porque son “comportamientos que resultaron de la falta de respeto hacia el dinero ganado con tanto esfuerzo por los demás”. Los síntomas que son, en otras palabras, el resultado del uso arbitrario del poder.

El museo, como lo indicó el presidente Chen en una declaración enviada a la Conferencia Internacional sobre las Teorías e Historia de los Derechos Humanos, no sólo debería buscar presentar la historia de las violaciones de los derechos humanos, sino también hacer hincapié en las continuas reformas de los derechos humanos. “Cuando hablamos sobre los derechos humanos”, dice Lee Yung-chih, “estamos hablando sobre el pasado así como del futuro, y este último es mucho más significativo”. Para Lee, la meta principal del trabajo de los derechos humanos es ayudar a construir una sociedad civil donde toda la gente se respete mutuamente, y cada uno, aún el que no tenga poder, pueda vivir su vida libre de temor de ser sujeto al uso arbitrario o injusto del poder. “Estamos trabajando hacia el establecimiento de un mecanismo de seguridad social, un mecanismo que pueda contribuir a la estabilidad social”, dice.

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El presidente Chen presenta esculturas conmemorativas del 28 de febrero a las familias de las víctimas en una ceremonia para conmemorar el incidente.

Parte de esa seguridad procede del entendimiento de los derechos civiles y la historia de los abusos. Para ayudar a facilitar la investigación del tema, el NHRM creará una biblioteca especializada en su departamento de investigación. Taiwan tiene aún que crear un centro de este tipo ya sea en la Academia Sínica u otra organización de investigación, y las universidades producen pocas disertaciones sobre los derechos humanos. “Somos un país relativamente menos avanzado cuando se trata de los derechos humanos”, dice el jefe de la oficina preparatoria del NHRM. “Por eso es que necesitamos una organización financiada y apoyada por el Gobierno Central”.

Según Lee Wang-tai, el NHRM beneficiará también a los grupos minoritarios. En los últimos años, las comunidades olvidadas o minoritarias han visto una avalancha de apoyo del Gobierno, lo que ha resultado en la creación de nivel de Gabinete del Consejo para los Grupos Aborígenes en 1996, y el Consejo para los Asuntos Hakka en 2001, entre otras agencias. Ambas organizaciones trabajan en la revitalización de los idiomas y las culturas de los 400.000 aborígenes y 4 millones de hakka -hablantes del tercer dialecto más común de Taiwan, después del mandarín y el taiwanés. Lee Wang-tai también indica que Taiwan está entre los pocos países en el mundo que investigan casos y ofrecen indemnizaciones a las víctimas de un régimen anterior. Países como Alemania, Sudáfrica, Corea del Sur, y Estados Unidos han luchado contra estos asuntos, y aliviado con maneras innovadoras sus heridas nacionales.

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Lee Yung-chih: “Debemos dar cuenta precisa de lo que pasó. Y sobre todo, debemos enfatizar las violaciones de los derechos humanos de esa era, para que podamos prevenir esos errores en el futuro”.

Aunque el primero de su tipo para Taiwan, el NHRM no está solo en sus esfuerzos de resaltar la importancia de los derechos humanos. El Ministerio de Educación estableció un comité en 2001 para estimular el interés y profundizar el conocimiento de los asuntos sobre los derechos humanos en el sistema escolar. El comité ha lanzado desde entonces un proyecto de cuatro años sobre educación de derechos humanos para las escuelas primarias y secundarias con el fin de supervisar y evitar posibles violaciones de los derechos humanos de los estudiantes, tales como castigos corporales inapropiados, entre otras cosas. Para ayudar a alcanzar el ideal de construir un estado basado en los derechos humanos, el Gobierno también ha completado un libro blanco sobre la política de los derechos humanos, y ha tomado medidas para derogar la pena de muerte. Una comisión nacional sobre los derechos humanos está también en proyecto.
 

El Yuan Ejecutivo presentó un proyecto al Yuan Legislativo para ratificar el Convenio Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, y el Convenio Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales, ambos aprobados por las Naciones Unidas en 1966. Estos dos convenios, junto con la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada por las Naciones Unidas en 1948, son conocidos como la Declaración Internacional de los Derechos Humanos. La incorporación de los convenios a la ley doméstica representa un importante paso hacia el estrechamiento de la brecha en la protección y la promoción de los derechos humanos entre Taiwan y la comunidad internacional.

Una ventana al pasado

Una danza frente al Museo de Historia de Kaohsiung tiene como motivo la conmemoración del Incidente 228.

No obstante, la implementación de los estándares internacionales de los derechos humanos ha generado considerable desacuerdo, especialmente en la Legislatura. “La comunidad internacional adopta estándares muy estrictos”, dice Lee Wang-tai. “Esto involucra la investigación de la verdad, el castigo de los malhechores, la compensación de víctimas, y evitar que se vuelvan a cometer los mismos errores en el futuro. La sociedad taiwanesa ha estado bastante dispuesta a perdonar a los malhechores quienes luego se mantienen activos en una sociedad democrática”.

Sin embargo, el perdón no significa el olvido. Una de las principales tareas del NHRM es preservar los recuerdos de la experiencia de los derechos humanos en Taiwan. A la larga, el Gobierno espera que estos esfuerzos contribuyan a mantener una democracia saludable y estable.

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