05/05/2024

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Llegan los armamentos pesados

01/05/2001
Liu Ching-ling: “Los armamentos aerotransportados modernos, tales como aviones de guerra avanzados, misiles crucero, y UAVs son una gran amenaza para nosotros, porque es bastante difícil detectar su despliegue”.

esde el momento en que Washington cercenó las relaciones diplomáticas con Taipei en favor de Pekín en 1979, los taiwaneses han tenido muchos motivos para estar nerviosos. “El clima internacional cambió”, dice James Mao, director de la Oficina Ejecutiva de la Corporación de Desarrollo Industrial Aeroespacial (AIDC, siglas en inglés). “Se volvió más y más difícil comprar aviones de Estados Unidos, especialmente aviones de guerra”.

En 1981, la AIDC respaldada por el Gobierno, con asistencia de consejeros estadounidenses, comenzó a desarrollar sus propios aviones. Al principio se concentró en la investigación y desarrollo de aeronaves no combatientes, como aviones para entrenamiento de pilotos, transportadores, y helicópteros. En 1988, reveló el primero de una serie de aviones para defensa hechos en Taiwan, y a finales de 1999, ya se habían producido 130.

Otro armamento domésticamente desarrollado es el Hsiung Feng II para todo tiempo, un misil antiflota. “Taiwan tiene un alto puntaje por su tecnología de misiles”, dice Keven Cheng, director de Defense International, una revista militar con base en Taiwan. “No muchos países pueden producir misiles de largo alcance, pero la República de China es uno de ellos”. El Instituto de Ciencia y Tecnología Chung-Shan (CSIST, siglas en inglés), del Ministerio de Defensa Nacional, ha contribuido a la investigación y desarrollo del Hsiung Feng II, así como también de misiles como el Sky Bow II SAM tierra-aire, y el Sky Sword II AAM aire-aire. CSIST fue establecido en 1969 en Taoyuan al norte de Taiwan, y emplea actualmente cerca de 3.800 científicos y 4.600 técnicos.

A pesar de los miles de millones de dólares y todos los años de investigación invertidos en el desarrollo de tecnología de armamento, la isla depende en gran parte de la compra de armamento extranjero. Según un informe emitido a principios de 2001 por el Yuan de Control, la autoridad protectora del Gobierno, de 1991 a 1993, y nuevamente en 1996 y 1997, el gasto en armamento domésticamente desarrollado no superó el 20 por ciento del presupuesto total para adquisición de armas. (Tanto en 1994 como en 1995, los gastos en armamentos extranjeros no fueron impresionantes). El mismo informe también indicó que durante los diez años anteriores, Taiwan gastó un promedio anual de NT$270.000 millones (US$8.400 millones) en defensa nacional, de los cuales US$3.100 millones se invirtieron en compras de armas.

Entretanto, la Oficina General de Presupuesto, Contabilidad y Estadísticas indica que entre 1994 y 1998, Taiwan importó armamento por un valor de US$13.300 millones, equivalente a 11,9 por ciento del gasto total en armamento en el mercado internacional por todos los países del mundo. Taiwan gastó US$8.100 millones en Estados Unidos y US$5.100 millones en Francia en esos cuatro años.

Taiwan no tiene muchas alternativas a la hora de comprar armamento para defensa en el extranjero, debido a su aislamiento diplomático. Como comprador en un mercado de vendedores, la República de China debe comprar artículos que se venden frecuentemente a precios no muy favorables. “Estados Unidos no desea vender armamento avanzado a Taiwan”, dice Wong Ming-hsien, director del Instituto de Posgrado sobre Asuntos Internacionales y Estudios Estratégicos de la Universidad Tamkang. “Y no tenemos muchas opciones entre los abastecedores”. Pocos países se atreven a vender armas a Taiwan por temor a encolerizar a Pekín. Wong menciona que la venta de dos submarinos holandeses a finales de los años 1980 fue una rara excepción.

Llegan los armamentos pesados

El Instituto de Ciencia y Tecnología Chung-Shan desempeña un importante papel en la investigación y desarrollo de tecnología de armamento en la isla.

Keven Cheng piensa que es improbable que Francia realice más negocios de armamentos con Taiwan, después de su venta de sesenta aviones Mirage 2000-5, el último de los cuales fue entregado en 1998. El indica que el evento de la Plaza Tiananmen fue un momento decisivo en las relaciones París-Pekín. Como un gesto de descontento por el incidente, París llevó a cabo la venta de los Mirage con Taipei. “Cada país da prioridad a sus propios intereses, y a largo plazo el potencial para obtener beneficios en el enorme mercado de China es mucho mayor que en el de Taiwan”, agrega.

Incluso la principal superpotencia del mundo, Estados Unidos, no puede vender armas a Taiwan sin tener primero que considerar la reacción de Pekín. Se especula que la administración de Bush será más severa con China que la de Clinton. Sin embargo, Cheng no lo cree así. “La situación entre Estados Unidos y China es más bien delicada. La situación puede cambiar en cualquier momento”, indica. “No más recuerde cuánto criticaba Ronald Reagan (ex presidente estadounidense) a China, y lo amistoso que era con Taiwan antes de ser elegido. Luego, cambió sus preferencias, por eso no hay que esperar mucho de Washington”.

De cualquier manera, la relación entre Estados Unidos y Taiwan debe operar dentro de los límites establecidos en el Acta de Relaciones con Taiwan de 1979, y el Comunicado de 1982 que firmó con Pekín. El Acta restringe todas las ventas de armamento estadounidense para defensa a Taiwan, y el Comunicado limita aún más la venta de armas a Taiwan tanto en calidad como en cantidad. La República de China ha tenido que comprar armamento estadounidense incompleto o que ha sido puesto fuera de servicio, debido a la negativa de Washington a suministrar tecnología clave, observa Wong Ming-hsien. Wong y Cheng creen también que la República de China paga precios más altos que los del mercado en sus compras de armamento. “Quien quiera vender armas a Taiwan tendrá probablemente que cobrar un precio más alto para compensar la pérdida de cualquier negocio con China”, indica Cheng.

on todas estas desventajas, ¿por qué depende tanto Taiwan de los armamentos extranjeros? Las principales razones son costo y tiempo. La inversión necesaria para desarrollar armamento avanzado es enorme. “Taiwan está aproximándose a un período crítico”, asegura Wong Ming-hsien. “No podemos permitirnos pasar años desarrollando nuevas armas”. En este momento en que la PRC está mejorando sus capacidades militares, la República de China tiene que fortalecer su defensa nacional de la manera más práctica y eficiente. Esto podría explicar por qué ha comprado misiles patriotas estadounidenses, y continúa el desarrollo de sus propios misiles. “Los misiles patriotas fueron usados en la Guerra del Golfo, pero no sabemos qué tan efectivo es el Sky Bow, porque nunca ha sido probado de esa manera”, añade Wong.

Aunque la República de China trata de ser más autosuficiente en el desarrollo de armamento, algunas veces sacrifica los intereses locales, comprando armas extranjeras cuando se presenta cualquier oportunidad. Por ejemplo, la AIDC había planeado inicialmente construir 250 aviones autóctonos, pero cuando la anterior administración de Bush decidió vender 150 aviones F-16 a Taiwan en 1992, ese número se vio reducido a casi la mitad para compensar el costo de las importaciones estadounidenses. La decisión tuvo un impacto negativo en la AIDC, que se vio forzada a despedir a cierto número de personas. “Eso fue una pena”, indica Wong. “Pero por otra parte, si no aprovechábamos esa oportunidad, quizás nunca hubiéramos tenido una segunda. ¿Quién sabe si las futuras administraciones estadounidenses harán ofertas similares?”.

Porque Estados Unidos mantiene las llaves a un nivel más alto de conocimientos tecnológicos, los científicos de la isla tienen continuamente que tratar de ponerse al día, y con frecuencia son superados por las políticas estadounidenses sobre transferencia de tecnología de armamentos. “Las autoridades estadounidenses tienen una muy buena idea del nivel de la tecnología de defensa de Taiwan”, dice Wong. “Cada vez que piensan que vamos a hacer un avance, ofrecen vendernos la tecnología pertinente, lo que frustra a nuestros científicos”. Keven Cheng piensa también que Washington ejerce significativa influencia en el desarrollo de defensa de Taiwan. “No es fácil para Taiwan avanzar en su investigación y desarrollo”, indica. “Dependemos de Estados Unidos en muchos aspectos. Muchas de nuestras políticas nacionales deben ajustarse para seguir las de ellos”.

Una estrategia para estimular el desarrollo de defensa de Taiwan es que el Gobierno se involucre en el intercambio de tecnología con el sector privado. Desde 1995, CSIST ha estado transfiriendo algunas de sus tecnologías a empresas privadas con la esperanza de que estos logros en investigación y desarrollo puedan usarse para estimular la economía de Taiwan. Al mismo tiempo, Liu Ching-ling, vicepresidente de CSIST, anticipa que las contribuciones hechas por el sector privado beneficiarán la defensa nacional de Taiwan. “En el presente, es una relación de una sola vía”, reconoce. “Pero esperamos que algún día pueda ser recíproca entre el ejército y el sector privado”.

Pero hay inquietudes sobre los sistemas de defensa de Taiwan, que no tienen nada que ver con la calidad de los equipos o las instalaciones. Tanto Wong Ming-hsien como Keven Cheng se refieren al problema de mantener personal cualificado, particularmente pilotos. “La fuerza aérea ha cambiado totalmente en cuanto al tema de los armamentos”, observa Cheng, refiriéndose a la nueva generación de aviones de guerra. El señala la naturaleza repetitiva de sus complejos deberes y el atractivo de las ofertas hechas por las aerolíneas comerciales, como razones para reasignaciones de pilotos. “Este es un problema serio. Es también una tremenda pérdida porque cuesta mucho entrenar a un buen piloto”, agrega.

Este problema no se circunscribe a la fuerza aérea. “A medida que la sociedad se vuelve más pluralista, menos gente está dispuesta a seguir carrera de oficial”, dice Wong. Cheng está de acuerdo. “¿Por qué es tan poderosa la fuerza militar estadounidense?”, pregunta. “Es porque cuenta con oficiales bien entrenados, especialmente suboficiales, que están dispuestos a permanecer en el ejército por un largo tiempo”.

En cuanto a este asunto, el MND ha tratado de reforzar su estrategia de reclutamiento, ofreciendo opciones más flexibles a sus oficiales y suboficiales. Por ejemplo, en 1996 comenzó a animar a la gente que tenía habilidades especiales a alistarse en las fuerzas armadas por un período mínimo de tres años. A cambio de ello, excepto los reclutas, podían elegir dónde querían servir.

n vista de las diversas limitaciones de Taiwan, ¿puede la isla defenderse efectivamente y desarrollar una fuerza militar en la que pueda depender? Wong Ming-hsien, Keven Cheng, y las autoridades del MND creen que la respuesta es afirmativa. “El sistema de defensa nacional de Taiwan podría exitosamente frustrar a China continental en cualquier ataque”, afirma Wong. “Hasta la mera vacilación de comenzar una guerra es una pequeña victoria para nuestras capacidades militares”.

Otro factor en la ecuación es Estados Unidos. “China continental es actualmente capaz de emprender una guerra contra Taiwan”, dice Wong. “Entonces, cualquier modernización de sus armamentos es ahora un mensaje para Estados Unidos y Japón. La PRC tiene que considerar cómo respondería si ocurre el caso de que Estados Unidos intervenga en una guerra a través del Estrecho”.

Los recientes esfuerzos de China continental de mejorar sus fuerzas aérea y naval son indicativos de que está acumulando fuerzas, pero su ejército aún está retrasado, sostiene Cheng, especialmente si se compara con el de Estados Unidos. “Los últimos adversarios para China continental son Estados Unidos y Japón”, indica. “Pero en la actualidad, China presenta poca amenaza para Estados Unidos”.

Sin embargo, él señala que las autoridades de China continental son inteligentes al no concentrar todos sus esfuerzos en reemplazar completamente sus armamentos tradicionales; en lugar de ello, se dedican a desarrollar y producir ciertos armamentos de alto nivel, tales como misiles dirigidos. Esto es suficiente para que las autoridades de Estados Unidos se preocupen, hasta el punto de que continúan trabajando en un programa de defensa de misiles de teatro sin importarles el costo, la tecnología problemática, y la predisposición a atraer la oposición internacional.

“La mayor debilidad de Taiwan es no ser capaz de defenderse adecuadamente contra los misiles dirigidos avanzados”, reconoce Cheng. “Por ello, debemos invertir mucho dinero en investigación y desarrollo de armamento antimisiles”. Liu Ching-ling, de CSIST, está de acuerdo. “Los armamentos aerotransportados modernos, tales como los aviones de guerra avanzados, misiles crucero, y UAVs (vehículos aéreos no tripulados) son una gran amenaza para nosotros, porque es bastante difícil detectar su despliegue”, indica. “La PRC seguramente hará más avances en estos armamentos. Tenemos que prepararnos para ello”.

La estrategia de China continental de comprar armas procedentes de Rusia y manufacturar grandes cantidades de imitaciones para sumarlas a su arsenal ha funcionado bien hasta ahora, comenta Wong Ming-hsien. Rusia ha sido bastante generosa al compartir su tecnología de armamentos con sus vecinos, lo que ha ocasionado mucha ansiedad en Washington. Aunque, según algunos observadores, la antigua USSR (Unión Soviética) no tiene buena reputación en la fabricación de armamentos confiables.

No obstante, es seguro que Estados Unidos continuará desarrollando armamentos más avanzados para asegurar su superioridad militar en la región, y Washington suministrará probablemente más y mejores armas si la amenaza de la PRC se intensifica. Pero prepararse activamente para un conflicto simplemente acentúa la atmósfera tensa en el Estrecho, y no hay una solución fácil para este problema. Es mejor que Taiwan, Estados Unidos y China continental eviten un conflicto armado, buscando otros canales para el diálogo. Como Winston Churchill recordó a un mundo desalentado ante la indiferente Guerra Fría, “el diálogo es siempre mejor que la guerra”.

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