04/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Primer año de gobierno

01/09/2001
En la ceremonia de toma de posesión, Chen Shui-bian no conocía aún las dificultades que se le presentarían durante su primer año de gobierno.

ara el Partido Democrático Progresista (PDP), el hecho de que Chen Shui-bian ganara la elección presidencial fue la parte fácil. Hacer aceptar sus propuestas en un Legislativo dirigido por la oposición, batallar una economía en problemas, tratar de negociar con un vecino reservado, y desmantelar la influencia de más de cincuenta años del Kuomintang (KMT), han sido tareas mucho más difíciles. Desde que asumió el cargo el pasado mayo, Chen ha encarado varias crisis. Una de las más serias pertinente a la cuarta planta de energía nuclear, a la que se opuso durante su campaña electoral. El paralizó los trabajos del proyecto, pero fue obligado a reiniciarlos tras una prolongada batalla que incluyó conversaciones sobre un proceso de incapacitación presidencial.

Esos acontecimientos sirvieron como una experiencia de aprendizaje para el Presidente, y durante el curso del año Chen ha logrado cierto éxito con la implementación de sus políticas. Una área es la lucha de la administración contra las políticas de “oro negro”, un eufemismo que se refiere a la influencia de la corrupción y el hampa en la política; otra es la estabilidad continua a través del Estrecho de Taiwan, nada fácil para alguien con sólidos antecedentes proindependentistas.

“Voté por Chen Shui-bian porque el gobierno anterior no podía deshacerse efectivamente de la política de ‘oro negro’ de Taiwan”, dice Chen Mei-tsu, una ama de casa de Tainan en el sur de Taiwan. “Creía que sólo el PDP podía tratar seriamente este problema”. Ella no era la única que creía ésto. El PDP hizo mucha campaña con la promesa de erradicar la corrupción y las negociaciones del hampa en la política, algo que el KMT había prometido hacer durante años pero no pudo. Chen Shui-bian superó con poca ventaja al candidato independiente James Soong, ex miembro importante del KMT, y actual presidente del Partido Pueblo Primero (PPP), y con mucha al candidato del KMT y actual presidente del partido Lien Chan.

Primer año de gobierno

Para mantener la paz en el Estrecho, Chen prometió no declarar la independencia, no cambiar el nombre de la República de China, y no celebrar un referéndum sobre la independencia.

¿Cómo se ha desempeñado la administración de Chen frente al problema de la corrupción? Varias encuestas indican que el ministro de Justicia, Chen Ding-nan, quien ha estado a cargo de esta difícil tarea, tiene un mayor índice de aprobación que cualquier otro miembro del Gabinete. “Básicamente el Ministro es diligente y tiene muy poco bagaje político”, indica Hsieh Chi-ta, legislador por el Partido Nuevo y presidente de comisión. “El es decente, pero puede ser insensible. En sus ojos, la ley es la ley. El es una persona muy indicada para el cargo de ministro de justicia”.

Como parte de sus planes iniciales de luchar contra la política de “oro negro”, el Gabinete estableció un centro de nueve miembros, dirigido por el Ministerio de Justicia en julio de 2000. Se formaron también equipos de investigación dirigidos por las oficinas del fiscal en cuatro sitios alrededor de la isla con el fin de observar los casos. Entre julio de 2000 y marzo de 2001, más de 1.200 personas fueron enjuiciadas por corrupción, involucrando más de US$194 millones. La gente en Taiwan ha comenzado a enterarse de que los políticos ya no son un grupo privilegiado inmune a la investigación. Han sido enjuiciados, sin distinción de partido político, siete legisladores, cuatro alcaldes y jefes de distrito, cincuenta y siete concejales y veintinueve jefes de pueblos. La cruzada anticorrupción es tan impresionante que en febrero, el Departamento de Estado de Estados Unidos indicó en su informe sobre los derechos humanos de Taiwan que durante el año 2000, “las presiones políticas y personales en el sistema judicial disminuyeron significativamente” bajo la nueva administración.

“De hecho, el Ministro de Justicia no siempre recibe el apoyo total ni siquiera de su propio partido. El se muestra totalmente imparcial”, señala Hsieh Chi-ta. Ella agrega que el Ministro no puede aceptar todo el crédito por los desarrollos recientes porque la reforma judicial fue puesta en marcha hace doce años, pero “Chen Ding-nan es digno de elogio. Si él no fuera un buen funcionario, las cosas no hubieran salido tan bien”.

El bienestar social es otra área donde el Gobierno espera desempeñarse bien. El plan “333” del presidente Chen fue un tema constante durante la campaña. Este incluye préstamos a bajo interés para los compradores de su primera vivienda, cuidados médicos gratuitos para niños menores de tres años, y un subsidio mensual de NT$3.000 (US$88) para las personas mayores de sesenta y cinco años. La primera parte del plan ya ha sido puesta en marcha; sin embargo, los problemas financieros han interrumpido el progreso de la segunda y tercera partes. Pero en mayo, la ministra del Interior, Chang Po-ya anunció que el Gobierno, sin importar los costos, pondrá en marcha estos planes el año próximo. Se ha proyectado que los programas tendrán un costo de NT$16.000 millones (US$470 millones) y NT$1.700 millones (US$50 millones) respectivamente.

Otra área que el PDP prometió cambiar es el sistema educativo de la isla. El ministro de Educación, Ovid Tzeng, ha establecido nuevos departamentos, así como también programas de posgrado en literatura taiwanesa en cuatro universidades nacionales, y ha expresado que se pondrá más énfasis en el estudio de la cultura e historia locales. Un monto sin precedentes de NT$720 millones (US$21 millones) ha sido destinado para la construcción de escuelas de posgrado en universidades y colegios universitarios nacionales. Este año, se eliminó el examen conjunto para entrar a la escuela secundaria superior pública que se celebraba anualmente, lo que significó en parte la culminación de las iniciativas del KMT.

Otro aspecto en el que el presidente Chen ha sido elogiado es su determinación de suavizar el regionalismo centrado en Taipei que ha provocado cierto resentimiento en los que viven fuera de la capital. Chen, quien nació en Tainan, eligió participar en varios eventos de alto perfil en la ciudad porteña de Kaohsiung, ubicada en el sur de la isla, y no en Taipei. El también enfocó la atención del público a otras partes de la isla, celebrando banquetes de estado para tres presidentes visitantes de Dominica, Liberia y Burkina Faso en Ilan, Taichung y Kaohsiung, respectivamente.

Primer año de gobierno

El Puerto de Kaohsiung. El Presidente, quien nació en el sur de Taiwan, se está haciendo acreedor de elogios por lograr un mayor acercamiento entre el norte y el sur de la isla.

a estabilidad a través del Estrecho fue una importante consideración para los votantes, y el Presidente ha sido juzgado positivamente en este aspecto –al menos mejor de lo que se esperaba. Desde que ganó la elección, Chen Shui-bian ha realizado varios gestos conciliadores hacia China, para convencer al público de que sus antecedentes proindependentistas no afectarán su habilidad de mejorar las relaciones con Pekín, y asegurar la estabilidad en el Estrecho de Taiwan. Durante su discurso de toma de posesión el 20 de mayo de 2000, Chen prometió no declarar la independencia, no cambiar el nombre de la República de China, no incluir la política de “estado a estado” en la Constitución de la República de China, y no celebrar un referéndum sobre el tema de la independencia o unificación.

El discurso fue bastante bien aceptado por la comunidad internacional y los miembros de la oposición. “Representó un cambio en la postura un tanto peligrosa del PDP en cuanto al estatus nacional de Taiwan”, indica Lin Fong-cheng, secretario general del Comité Central del KMT.

“Para evitar conflicto inmediato, el Presidente preparó muy cuidadosamente el discurso”, dice David J. C. Chung, secretario general del PPP. Sin embargo, en vista de la situación política, el presidente Chen no podría obviamente lograr la confianza de China continental con un solo discurso. De hecho, Pekín ha reaccionado poco a sus propuestas, y en lugar de ello, ha decidido continuar observándolo cuidadosamente. A pesar de la ausencia de cualquier reacción favorable, Chen propuso la integración con China en su discurso del día de Año Nuevo, que se esperaba redujera aún más las hostilidades a través del Estrecho. “Hemos hecho lo posible de no dar ningún indicio que provoque a Pekín”, señala Lin Chong-pin, vicepresidente del Consejo de Asuntos Continentales (MAC, siglas en inglés) a nivel de Gabinete. “Las relaciones a través del Estrecho durante el año pasado pueden describirse de alguna forma como calmadas”.

Para fortalecer el entendimiento mutuo y crear una relación más sólida con China, dice Lin, el Gobierno ha puesto en marcha una política proactiva de intercambio. El ejemplo más notable es el del 1 de enero de 2001, el inicio de los tres “mini enlaces” entre dos de las islas aledañas de Taiwan y China continental. (Los tres lazos se refieren a la comunicación, comercio y transporte directos). Las restricciones que prohiben a los periodistas continentales trabajar en Taiwan fueron revocadas en noviembre del 2000, y el Gobierno está actualmente revisando la posibilidad de permitir a los turistas continentales visitar la isla.

La política de “ir lento, ser paciente” de la administración anterior que limita las inversiones de Taiwan en China está también siendo revisada. A finales de mayo, el Gabinete abrió las puertas a bancos locales para establecer oficinas representativas en China donde podrán llevar a cabo estudios de mercado y ofrecer servicios de asesoramiento. Como los bancos no tienen permitido ofrecer servicios bancarios en China continental, el Gabinete revocó las restricciones en las unidades bancarias de las islas aledañas en cuanto a las transacciones comerciales a través del Estrecho.

Los críticos de Chen dicen que el Gobierno debería hacer todo lo posible para reabrir los canales de comunicación con Pekín. “Durante el año pasado, la atmósfera de confrontación a través del Estrecho continuó, aunque no hubo ningún conflicto importante”, indica David J. C. Chung, del PPP. “Taiwan se haya aún en crisis latente y no veo ningún progreso en la política gubernamental sobre las relaciones a través del Estrecho”.

Primer año de gobierno

La primera dama de la República, Wu Shu-chen, ganó muchos admiradores durante la gira por Latinoamérica. El viaje fue considerado un éxito debido a la atención internacional que recibió.

Lin Fong-cheng, del KMT, también otorga un bajo puntaje al gobierno del PDP en este aspecto. “No se puede solamente decir que se quiere mejorar las relaciones a través del Estrecho sin ninguna medida concreta. No es suficiente sólo hablar de las posibilidades cuando aún continúa el estancamiento”. El cita como ejemplo los “tres grandes enlaces” de transporte, comunicación, y comercio directos entre Taiwan y China. Antes de asumir el cargo, Chen Shui-bian sugirió que el establecimiento de los tres enlaces entraría pronto en vigor. “Eso lo dijo de una manera superficial. Si los diálogos a través del Estrecho no se resumen, será imposible establecer cualquier otro enlace”, dice Lin.

Otro tema controvertido para el KMT es que el presidente Chen no ha llevado a cabo una reunión del Consejo Nacional de Unificación (NUC, siglas en inglés) que fue establecido por el ex presidente Lee Teng-hui, desde que asumió el cargo. En cambio, el líder del PDP ha formado un grupo que actúa como un órgano de asesoramiento sobre los asuntos a través del Estrecho. “Chen dijo en su discurso de toma de posesión que no había necesidad de discutir si el NUC debería disolverse o si las Directrices para la Unificación Nacional deberían ser revocadas”, dice Lin Fong-cheng. “Esto significa que el consejo debería continuar existiendo y el Presidente debería convocar una reunión del NUC lo más pronto posible”.

Olvidando el NUC y creando un grupo asesor, Chen pretendía eliminar la unificación como la única opción para el futuro de Taiwan, que ha sido la estrategia del KMT para tratar con China. “Esto va en contra de la precondición de Pekín para los diálogos a través del Estrecho”, dice Lin Chong-pin, del MAC. “Pero Taiwan no impone ninguna precondición para el resumen de los diálogos a través del Estrecho. Por ello la situación actual es muy lamentable”. La falta de comunicación confiable y consistente a través del Estrecho de Taiwan es riesgosa para ambos lados y la región, agrega. Si ocurriera una colisión en medio del aire entre dos aviones de Taiwan y China, como la que ocurrió en abril entre una aeronave estadounidense y otra china, podría iniciarse una guerra. Lin también indica que la táctica de cerrojo de Pekín hacia Taipei sólo conducirá a que ambos lados se alejen más de la unificación. “Antes de que Alemania se unificara, se realizaron muchas discusiones entre el Oriente y el Occidente. Si Pekín quiere verdaderamente la unificación eventual, lo que ellos están haciendo es contraproducente”.

Algunos observadores creen que la ideología de Pekín es evitar la negociación con la administración del PDP y que si James Soong o Lien Chan, ambos partidarios de la unificación, hubieran sido elegidos, la situación a través del Estrecho sería menos volátil. Pero otros, incluyendo a Lin Cho-shui, legislador del PDP, cree que la victoria electoral del presidente Chen ha producido beneficios trascendentales para las relaciones a través del Estrecho. “El mayor problema con Pekín es que tienden a tener expectativas poco prácticas en cuanto a Taiwan”, dice Lin. “Entonces, cuando ocurre la peor situación, comienzan a ver los asuntos a través del Estrecho de una manera más práctica”. Las facciones conservadoras y las fuerzas armadas de China continental están totalmente en contra de la victoria de Chen, pero sus opiniones no fueron adoptadas por la corriente principal ni sus temores fueron incorporados a las políticas fundamentales de Pekín sobre Taiwan. “Ha habido poca intimidación, militar o verbal, de Pekín durante el último año. China merece algún crédito por ésto”, agrega.

l desempeño del presidente Chen en las relaciones a través del Estrecho le ha hecho acreedor, como se predijo, de la crítica de los miembros de la oposición, así como también de aquéllos en su partido que apoyan la independencia de Taiwan. Lin Cho-shui cree que dos de los discursos clave de Chen, pronunciados en su toma de posesión y el día de Año Nuevo, respectivamente, tuvieron la intención de reducir la división a nivel nacional entre los partidarios de la unificación y los de la independencia. Pero en lugar de ello, la estrategia resultó en lo contrario, provocando una reacción más agresiva de ambos lados, dice Lin.

Aunque se dice que la victoria electoral de Chen ha inspirado la facción proindependentista, la mayoría de los residentes de la isla prefieren mantener el status quo. Una encuesta realizada por el China Times, un diario en idioma chino, tres días antes de terminar el primer año completo de la presidencia de Chen, mostró que el 43 por ciento de los encuestados estaban a favor del status quo, seguido del 20 por ciento que apoyaba la reunificación, el 14 por ciento la independencia, y el 11 por ciento la fórmula de “un país, dos sistemas” propuesta por Pekín. (El resto no opinó o no respondió a la pregunta).

Otro factor sobre el que Chen ha tenido poco control es el cambiante clima político internacional, particularmente en Estados Unidos. La administración de Clinton fue intencionalmente vaga cuando trató el asunto de defender la democracia en la isla, pero el gobierno de Bush ha tomado una posición más dura contra China, indica el legislador del PDP, Lin Cho-shui. En abril, el presidente George W. Bush autorizó la mayor venta de armamento a Taiwan desde la venta de 150 aviones F-16 en 1992, y permitió que el presidente Chen Shui-bian se reuniera con políticos en la ciudad de Nueva York y Houston, cuando hizo una parada allí durante su reciente gira a Latinoamérica. Estos gestos amistosos estimularán la confianza de Taiwan cuando negocie con su vecino en el futuro. “No existe razón para que cedamos a las exigencias irreales de China. Esto sólo animará a Pekín a probar repetidamente nuestros límites”, agrega Lin.

Pero puede ser prematuro para celebrar el aparente cambio de postura de Washington, dada la creciente fuerza económica de China. Asimismo, la decisión del senador del Estado de Vermont, James Jefford, de abandonar el Partido Republicano le ha dado a los demócratas cierta ventaja en el Senado, lo que podría influenciar en la política de Washington hacia China. Algunos señalan también que Estados Unidos no debería oponerse a China, tratando muy amigablemente a un presidente del PDP, porque eso no sería saludable para mejorar las tensiones a través del Estrecho. “Me preocupa el presidente Bush. El no sabe qué desastre podría ocasionar en el mundo con sólo pronunciar sin cuidado algunas palabras”, dice Hsieh Chi-ta, del Partido Nuevo.

Sin embargo, la historia ha demostrado, que las relaciones pueden mejorarse a pesar de las aparentes pocas posibilidades. “Es un mito que las relaciones a través del Estrecho quedarán paralizadas si Taiwan recibe el apoyo de Estados Unidos”, afirma Lin Cho-shui, indicando que un año después que Estados Unidos vendiera los F-16 a Taiwan en 1992, dos organizaciones semioficiales que representan a Taiwan y a China respectivamente, celebraron su primera reunión en Singapur. “Se volvieron a reunir dos años después de que China realizara pruebas de misiles en el Estrecho de Taiwan en 1996”, agrega. “Pekín tiende a tratar a Taipei según las realidades que ellos enfrentan”.

Esas realidades parecen favorecer a Taiwan –a largo plazo. China es actualmente una fuerza más poderosa, tanto política como económicamente. “Pero no debemos ignorar el escenario mayor”, insta Lin Chong-pin, del MAC, refiriéndose a las crecientes tendencias globales, tales como el esparcimiento de la democracia, la disponibilidad de tecnologías que diseminan la información, y la tendencia hacia la interdependencia económica, que forzará a Pekín a pensar dos veces antes de usar fuerza brutal para resolver los problemas. “Por ello no hemos perdido nada. Se dará cuenta que el tiempo está del lado de cualquier gobierno que represente a su pueblo”.

Chin Heng-wei, un comentarista político y editor jefe de ConTemporary Monthly, una revista taiwanesa que trata los asuntos sociales, piensa que la gente en la isla tiene razón de sentir confianza y seguridad. Taiwan no se volvió una verdadera democracia hasta después que el KMT transfirió pacíficamente el poder por primera vez tras las elecciones del 2000, dice Chin. “Es obvio que la administración de Bush apoya al presidente Chen y considera a China como su arquirival. La alianza de democracias dirigida por Estados Unidos contra las naciones antidemocráticas está tomando forma, y Taiwan es parte de ésta”.

Los líderes de Pekín están comenzando a descubrir que no es fácil intimidar la administración de Bush. Igualmente, si China fuera a emprender una guerra, su principal opositor sería Estados Unidos, no Taiwan. “No creo que China ataque a Taiwan por muchas razones”, dice Chin. “Por un lado, un país que está dedicado al desarrollo económico no iniciará una guerra. Y si China ha colocado a Taiwan en el tope de su lista de prioridades, nos hubieran atacado antes, después de que el ex presidente Lee Teng-hui hiciera su comentario sobre relaciones especiales “de estado a estado”.

Sin embargo, no hay garantía de que no ocurrirá un ataque. En caso de un conflicto militar a través del Estrecho de Taiwan, nadie puede estar seguro de hasta qué punto se comprometerá Estados Unidos. En cualquier caso, Chin cree que el presidente Chen revisará su política sobre las relaciones a través del Estrecho, dado el cambio de Washington en su estrategia de tratar con China. Lin Cho-shui coincide, indicando que el trato favorable de Estados Unidos hacia Taiwan debería animar a Taipei a hacer su política hacia China menos ambigua y más enérgica. “Taipei quiere proyectar amistad hacia China al mismo tiempo”, agrega.

En mayo, mientras él estaba en Guatemala durante una visita de Estado, el presidente Chen sacó a la luz una política de cinco puntos con el objetivo de mejorar los lazos a través del Estrecho. El prometió no provocar a China, no malinterpretar la situación, no permitir que Taiwan sea usado como una pieza de regateo, no involucrarse en un juego suma cero, y no cesar en sus esfuerzos por mejorar las relaciones a través del Estrecho. No obstante, a menos que Taiwan admita que es una parte de China, los líderes de Pekín no considerarán ningún gesto como amigable. Para el Gobierno conducido por el PDP, pareciera que el tema de las relaciones a través del Estrecho es una batalla mucho más difícil que la lucha contra la política de “oro negro”.

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