28/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Gobierno minoritario, dominio mayoritario

01/09/2001
Entonces, ¿quién manda en Taiwan? “El Gabinete propone, pero el Legislativo dispone” es como lo resume un crítico.

Se dice que la democracia es un proceso de aprendizaje de toda la vida. En Taiwan, se ha dado inicio a un curso obligatorio de terminología política en el currículo actual. Los términos tales como sistema presidencial, gobierno minoritario, sistema parlamentario, sistema semipresidencial, gobierno de coalición, sistema de liderazgo dual, eran un misterio para la mayoría de la gente antes de la elección presidencial del 2000. Sin embargo, desde entonces, el Presidente, el Primer Ministro, y los legisladores se han puesto de acuerdo para formar una facultad, la persona común en la calle ha firmado desganadamente para las clases, y la matrícula es en la forma de un estancamiento político.

Estas dificultades fueron presagiadas en diciembre de 1996, cuando la Oficina Presidencial convocó una Conferencia en la que los líderes políticos y cívicos fueron invitados para tratar los asuntos más urgentes que enfrentaba el Gobierno en los ámbitos de las relaciones a través del Estrecho, desarrollo económico, y reforma constitucional. En cuanto a este último, los delegados de la conferencia estuvieron en acuerdo general en que la relación entre el Presidente y los órganos claves del Estado –el Yuan Ejecutivo o el Gabinete, y el Yuan Legislativo o el Legislativo– necesitaban ser definidos más claramente. El mes de julio siguiente, la Asamblea Nacional tradujo este consenso multipartidario en algunos Artículos Adicionales de la Constitución de la República de China.

La Constitución, así enmendada, fortalece los poderes del Presidente popularmente elegido, capacitándolo para nombrar al Primer Ministro, o Jefe del Gabinete, sin necesidad del consentimiento del Legislativo. También se realizaron cambios para equilibrar las facultades del Ejecutivo y del Legislativo. Por ejemplo, bajo las disposiciones originales, el Gabinete podía enviar ciertos tipos de proyectos al Legislativo con un certificado, solicitando su reconsideración por estimarlas difíciles de ejecutar, pero las disposiciones originales prevalecerían, mientras que dos tercios de los legisladores votaran para mantenerlas. No obstante, tras la enmienda de la Constitución, esos dos tercios se convirtieron en la mitad, con lo que una simple mayoría eliminaría las objeciones del Ejecutivo.

Estas enmiendas provocaron mucha discusión en los campos académicos. Algunos intelectuales sostienen que el nuevo sistema debería conocerse debidamente como un sistema presidencial de liderazgo dual, porque el Presidente podría nombrar al Primer Ministro sin el consentimiento del Legislativo. Otros dicen que era realmente un sistema parlamentario de liderazgo dual, porque el Gabinete, como máximo órgano ejecutivo, rendía cuentas al Legislativo y no al Presidente. Por otro lado, otros creían que era un sistema de liderazgo dual donde el poder rotaba dependiendo de si el partido político del Presidente controlaba o no la mayoría de los escaños en el Legislativo.

“En medicina, si los expertos discuten cierto tema en seminarios diferentes, llegan generalmente a las mismas conclusiones, porque sólo puede haber una verdad científica ­de lo contrario los pacientes estarían en problemas”, dice Shen Fu-hsiung, un médico convertido en legislador por el PDP, y director del Comité de Investigación y Coordinación de Política del partido. “Pero en política, después de diez discusiones, se llega a once conclusiones diferentes, porque cada uno interpreta los hechos desde la perspectiva que más le beneficie a él o a su partido”.

Sin importar su naturaleza, éstos argumentos algo esotéricos no generan mucho debate entre el público general, porque el Gobierno ha seguido funcionando exactamente como antes, y en la superficie no ha cambiado nada. En la opinión de Shen, ésto será así siempre que el Presidente del país sea también el presidente del partido que tiene la mayoría de los escaños legislativos. El poder verdadero se ejercía mediante una combinación de la Oficina Presidencial, desempeñando su papel constitucional, y una red partidaria como respaldo.

Este patrón se rompió cuando Chen Shui-bian se convirtió en el primer presidente minoritario de la República de China, ganando sólo el 39 por ciento de los votos. El heredó un Legislativo donde el PDP sólo tenía 67 de los 225 escaños, y por ello es el primer presidente de la República de China que no goza del control del Yuan Legislativo.

¿Qué consecuencias ha tenido ésto? James Yang, decano del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Chengchi, dice que en esta situación el Presidente tenía pocas alternativas. El podía trabajar con los partidos de la oposición para formar un gobierno de coalición, apoyado por casi la mitad del número total de legisladores. Otra alternativa, podía nombrar al presidente del partido con mayoría de escaños legislativos como Primer Ministro, en efecto, creando un gobierno mayoritario de un partido. Como el KMT tenía 113 escaños, ese honor presumiblemente le hubiese correspondido al presidente del partido Lien Chan. Yang observa una analogía con la Quinta República de Francia, donde los Socialistas perdieron el control de la Asamblea Nacional en 1986. François Mitterrand retuvo la presidencia, pero tuvo que trabajar con el gobierno derechista del entrante primer ministro Jacques Chirac. “La autoridad de la mayoría es la verdadera base de la democracia”, indica.

Sin embargo, en el caso de Taiwan no funcionó así. El presidente Chen nombró como Primer Ministro al incondicional partidario del KMT, Tang Fei, y reclutó a otros miembros del KMT para su Gabinete. En su discurso de toma de posesión, él se refirió a ésto como un “gobierno para todo el pueblo”. “Para el nuevo gobierno, buscamos gente por su talento, sin discriminación de raza, género o afiliación política”, indicó. “El bienestar del pueblo será nuestra meta principal”.

A pesar de tratarse de una frase de Abraham Lincoln, “gobierno para todo el pueblo” fue un término nuevo no sólo para los taiwaneses sino para los científicos políticos. Ellos deseaban saber cómo interpretar la frase, cómo funcionaban los frenos y equilibrios en este sistema, y si podía adaptarse a las reglas de la política de partidos. Sin embargo, por desgracia, el “gobierno para todo el pueblo” colapsó rápidamente. Tan Fei renunció antes de los cinco meses en el cargo, alegando razones de salud. No obstante, la mayoría de los observadores creyeron que renunció porque estaba en desacuerdo con la decisión del Presidente de cancelar la construcción de la cuarta planta de energía nuclear de Taiwan.

El presidente Chen nombró enseguida como Primer Ministro a Chang Chun-hsiung, su aliado durante mucho tiempo en el PDP, para encargarse de un Gabinete que no disfrutaba del apoyo de la mayoría del Legislativo. “Es un derecho constitucional del Presidente nombrar al Primer Ministro sin el consentimiento del Legislativo, por ello formar un gobierno minoritario es muy fácil de esa manera”, dice James Yang. “Entonces, el asunto sería: Si la Constitución exige que el Ejecutivo sea responsable ante el Legislativo, ¿tendría la administración –gobierno para todo el pueblo, gobierno minoritario, como quiera llamarse– la posibilidad de que sus políticas sean aprobadas?”

Según Yang, la única oportunidad es mediante la negociación. Antes de presentar un proyecto o un presupuesto al Legislativo, el Gabinete debe dar una explicación a los miembros de la oposición en el Legislativo. Si los legisladores no están de acuerdo, el Gabinete tendría que llegar a algún acuerdo o hacer los ajustes necesarios según las objeciones de la mayoría. “Pero hasta ahora, no he visto a la administración del PDP haciendo ésto”, dice Yang. “Toma decisiones según la ideología del PDP, tras puertas cerradas, y espera ganar el apoyo del Legislativo”.

La cuarta planta de energía nuclear es un buen ejemplo de este proceso. Pocas semanas tras asumir el cargo, el primer ministro Chang Chun-hsiung sorprendió al país, anunciando repentinamente la terminación del proyecto de la cuarta planta de energía nuclear, que ya llevaba un tercio construida. Para expresar su desaprobación, el Legislativo paralizó todos los proyectos que le fueron enviados por el Gabinete para su aprobación, y proclamó a Chang persona non grata, llegando al punto de prohibirle entrar al edificio parlamentario para cumplir con su deber constitucional de presentar un informe anual. “No se puede pedir al partido que controla la mayoría de los escaños legislativos olvidar las opiniones e intereses que representan y estar de acuerdo con todo lo que desee un gobierno minoritario”, dice Ting Shou-chung, legislador por el KMT y subdirector ejecutivo del Comité de Coordinación de Política del partido. “Va en contra de los principios básicos de la política de partidos y de la Constitución de la República de China”.

La decisión de paralizar las obras en la planta nuclear fue revocada por una decisión del Consejo de Grandes Jueces, una corte que se encarga de decidir asuntos de derecho constitucional, que fue defectuosa procedimentalmente. Lo único positivo que resultó del incidente fue que elevó el interés nacional en el funcionamiento de un gobierno minoritario.

Este fue un retroceso alarmante para el PDP. Hasta algunos de los legisladores elegidos del partido eran pesimistas en cuanto al futuro del gobierno minoritario. Shen Fu-hsiung, del PDP, indica que el presidente Chen y muchos de los miembros del partido fueron desorientados al principio por los intelectuales que insistían en que el Gobierno era y podía funcionar como un sistema presidencial de liderazgo dual, donde los poderes del Presidente anulaban los del parlamento. “Ellos trataron que los asuntos se realizarán según la opinión presidencial”, dice Shen. “Ellos olvidaron que las principales políticas son aún decididas por los votos en el Legislativo, donde el PDP sólo tiene el 29 por ciento de esos votos”.

Sin embargo, Shen cree que el KMT tiene tanta culpa como el PDP, porque boicotea irracionalmente todos los proyectos enviados por el Gabinete, en lugar de sacar a la luz la discusión mediante un voto de no confianza. Aunque el Presidente no necesite del consentimiento legislativo para nombrar al Primer Ministro, el Legislativo puede proponer una moción de no confianza en la persona nombrada. Si más de la mitad del número total de legisladores aprueban la moción, el Primer Ministro deberá presentar su renuncia, pero al mismo tiempo, podría solicitar al Presidente que disuelva el Yuan Legislativo como preludio a las nuevas elecciones.

Pero el KMT no siguió este camino. El ejemplo más claro es que aprobó tácitamente el nombramiento del Presidente. “Si le pido matrimonio a alguien, puede decir ‘sí’, o simplemente empacar sus cosas y venirse a vivir conmigo sin decir una palabra –ambos gestos significan lo mismo”, dice Shen. “Tiene el derecho de aceptarme o rechazarme, pero si está de acuerdo en casarse conmigo, tácitamente o de otra manera, algo que no puede hacer es venir a mi casa y convertirla en un desorden”.

Es fácil imaginarse por qué el KMT no propuso un voto de no confianza. Tras la derrota del partido en la elección presidencial, donde su candidato Lien Chan obtuvo sólo el 23 por ciento de los votos, se dio cuenta de que no era seguro mantener su mayoría si se celebraban nuevamente elecciones. Pero a pesar de que sus miembros han sido acusados de boicotear irracionalmente los proyectos, el KMT busca naturalmente marcar cierta diferencia en los asuntos. “Un sistema de frenos y equilibrios es un principio básico de la democracia”, dice Ting Shou-chung. “La administración debería enfrentar el problema y lidiar con éste, en lugar de estar culpando a los partidos de la oposición”.

De hecho, ningún presidente ni el KMT ha incurrido en un acto inconstitucional. Ellos están simplemente tratando de aclarar las partes obscuras de la Constitución . Siempre que el Presidente forme un gobierno minoritario, no necesita compartir ninguno de sus poderes administrativos con la oposición. Mientras que el KMT no solicite un voto de no confianza, puede mantener una mayoría en el Legislativo hasta finales de este año, cuando habrán elecciones.

Sin embargo, ésto no es favorable para la sociedad en general. Las políticas presentadas por el Ejecutivo no pueden ser aprobadas; en cambio, los legisladores de la oposición preparan sus propias versiones de leyes y las envían al Ejecutivo para que sean ejecutadas. Un caso famoso ocurrió a finales del año pasado, cuando el Legislativo rechazó una propuesta del Gabinete para reducir el número estándar de horas laborales, de cuarenta y ocho a cuarenta y cuatro horas por semana, reemplazando este esquema por uno que lo reducía a ochenta y cuatro horas cada dos semanas. Aunque el Primer Ministro advirtió que ésto podía tener un serio impacto en la productividad, el Gabinete no tuvo otra alternativa que implementar la ley revisada. Para muchos observadores, ésto fue como reducir el Gabinete al nivel de una oficina ejecutiva bajo la autoridad del Legislativo.

La mayoría de las esperanzas de salir de este callejón sin salida están puestas en la formación de un gobierno de coalición genuino después de las elecciones del Legislativo en diciembre. El presidente Chen, en su discurso televisado en el primer aniversario de su toma de posesión, reconoció que el pueblo está enfermo y cansado de estas confrontaciones sin fin entre el Gobierno y la oposición. En el caso de que ningún partido obtenga una mayoría en el Legislativo en diciembre, él ha concebido la idea de una coalición, con el objetivo de reconstruir el Legislativo y reestablecer la estabilidad política de Taiwan.

Académicos, políticos y expertos analistas están de acuerdo en que ningún partido individual ganará más de la mitad de los escaños del Legislativo en las próximas elecciones, y que la única solución será la formación de una coalición para realizar las negociaciones interpartidarias cotidianas. Pero hasta allí están de acuerdo. Los partidos de la oposición y algunos miembros del PDP piensan que quien pueda reunir una alianza mayoritaria en el Legislativo debería tener el derecho de formar el Gabinete. Sin embargo, el presidente Chen ha dejado saber que aunque el PDP esté de acuerdo con la idea de una coalición, como prometió en su discurso, tendrá que prevalecer el PDP.

Pero como indica James Yang, es vital para los partidos que intentan trabajar juntos tener ideologías similares. Por lo tanto, es más factible que el KMT, el Partido del Pueblo Primero y el Partido Nuevo acaben formando un gobierno de coalición, ya que ninguno de estos tres partidos principales de la oposición pueden aceptar la plataforma por la independencia de Taiwan del PDP.

Los candidatos elegidos para el Quinto Yuan Legislativo asumirán sus cargos en febrero de 2002. Cómo se forme el gobierno de coalición en ese momento dependerá mucho de las cifras reales, y del deseo del presidente Chen de ceder parte del poder a una alianza mayoritaria que podría ser hostil a sus ideales. Entretanto, ¿hay alguna forma en que la administración y el Legislativo puedan trabajar conjuntamente y establecer algunas políticas? “Imposible” es la respuesta del subdirector ejecutivo del Comité de Coordinación de Políticas del principal partido de la oposición. “Difícilmente” es como responde el director del Comité de Investigación y Coordinación de Políticas del PDP. Para el público general, la primera transferencia pacífica de poder de la República de China pareciera que se ha vuelto tan “pacífica” que ya no puede respirar –por lo menos hasta después de las próximas elecciones.

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