05/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Nota de redacción

01/03/2002
En el pasado, el hombre y la mujer tenían responsabilidades claramente diferenciadas, ya fueran en el trabajo, el hogar, las relaciones familiares y en la sociedad en general. Las mujeres formaban un grupo minoritario, que no gozaba de los mismos derechos ni oportunidades que los hombres. Esta situación fue la realidad de muchos países, y Taiwan no fue una excepción. Sin embargo, el crecimiento económico y los avances en muchos otros campos han contribuido a otro desarrollo, uno en el campo social. Hoy día, no es raro ver mujeres capaces ocupando altos cargos gubernamentales o en el Legislativo, o enseñando en prestigiosas casas de estudios, o investigando en las mejores universidades e institutos de investigación de la isla. Graduadas de afamadas escuelas y con títulos de maestría o Ph. D., se desempeñan en importantes posiciones tales como presidentas de grandes instituciones financieras, o directoras generales de consorcios y corporaciones privadas. Un ejemplo es el de Annette Lu que se convirtió en la primera mujer en ocupar la Vicepresidencia de la República de China. La posición de la mujer en la sociedad ha cambiado. ¿Ha sido un cambio positivo? Hay opiniones divergentes, pero lo cierto es que es un hecho, y las mujeres que desde hace mucho, organizadas en movimientos para luchar a favor de los derechos de las mujeres, los que se conocen como movimientos feministas, están celebrando un gran triunfo: la puesta en vigor de la Ley de Igualdad de Sexos en el Trabajo a partir del 8 de marzo del año en curso. Aunque una novedad en Taiwan, este tipo de ley ya existía desde hace mucho tiempo en la mayoría de los países industrializados. En el pasado, como no existía esta ley en la isla, se había implementado una serie de reglamentaciones para proteger los derechos y el bienestar de las mujeres. No obstante, la Ley de Igualdad de Sexos en el Trabajo tiene particular significado por diversas razones: tardó casi 12 años de deliberaciones antes de ser promulgada porque estaban en juego los intereses de las mujeres empleadas y de los patronos. Además, ésta consagra el permiso de maternidad con salario, permiso por período de menstruación, y permiso a largo plazo para cuidar a los niños, así como que los empleadores ofrezcan instalaciones de guardería, salas para alimentar a los bebés, y tiempo para que las empleadas alimenten a sus hijos durante la jornada de trabajo. Aunque esta ley provee muchos y nuevos beneficios para las mujeres que trabajan, hay quienes están preocupados por los grandes costos financieros que acarrea, agregando una carga adicional en esta época en que muchos deben disminuir los costos para mantenerse competitivos a nivel internacional. Sin embargo, y sin lugar a dudas, la promulgación de esta ley es un avance que va con los tiempos, y satisface una necesidad. Con mucho optimismo, se espera que ésta contribuya a la reducción de las disputas entre las empleadas y los patronos, fortaleciendo la confianza y el respeto, y al aumento de la productividad y la competitividad. Por supuesto, aún quedan otros aspectos, más complicados y sensibles, en el que seguirán habiendo roces entre ambos sexos, como por ejemplo en las relaciones familiares y matrimonial, o simplemente de parejas. Quizás, el transcurso del tiempo, los futuros avances en la sociedad, y otras leyes como la Ley de Igualdad de Sexos en el Trabajo, sean la lima de las asperezas entre los hombres y las mujeres.

Popular

Más reciente