05/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Desarrollando una fuerza democrática permanente

01/01/1996
Foto de CHANG SU-CHING El Profesor Samuel Huntington de la Universidad Harvard pronuncia el discurso clave de la conferencia: "El largo trayecto de la Democracia", frente a los participantes y huéspedes invitados.
Hay muchos tipos de conferencias: desde las pesadas y aburridas o las intimidantes e irritantes, a las pensativas y estimulantes. El mérito de los coordinadores de la conferencia y el personal del Instituto de Estudios sobre Política Nacional (INPR, siglas en inglés) en Taipei y el National Endowment for Democracy (NED) en Washington, D.C., en la conferencia internacional sobre Consolidación de las Democracias de la Tercera Ola: Tendencias y Logros, celebrada del 27 al 30 de agosto de 1995 en Taipei, es haber logrado un envidiable nivel de sofisticación intelectual y una discusión dinámica.

Para muchos académicos, políticos y medios de comunicación locales, las sesiones de la conferencia fueron modelos concretos de cómo debe trabajar el discurso crítico en una sociedad democrática. Como manifestó un participante de Taiwan: "Los miembros del Yuan Legislativo de la República de China deberían tomar notas".

El título de la conferencia se deriva de un libro: La Tercera Ola: Democra­tización a fines del Siglo XX (1991), del politólogo de la Universidad Harvard Samuel Huntington, quien también pronunció el discurso de fondo en dicho evento. El título se refiere a más de cuarenta países en Europa Meridional, América Latina, el Este Asiático y Europa Oriental que pasaron de un sistema de gobierno autoritario a uno democrático entre 1974 y 1990.

Esto ha sido llamado "ola" debido a que el número de países que se mueven de un régimen no democrático a uno democrático ha superado en forma significativa a los que se mueven en sentido contrario. Para cuando se publicó la obra aludida, Huntington dijo que esta revolución democrática mundial era tal vez la tendencia política más importante a fines del Siglo XX. (La primera ola cubrió alrededor de veinte países, comenzando a inicios del Siglo XIX y alcanzando su cúspide después de la Primera Guerra Mundial; la segunda involucró alrededor de treinta y seis países, comenzando después de la Segunda Guerra Mundial y la descolonización, y finalizando gradualmente a inicios de los años sesenta. Ambas olas tuvieron reveses ya que algunas democracias no funcionaron.)

En forma interesante, el propio "análisis oceánico" de Huntington fue retado en una ponencia, "Condiciones económicas e institucionales para la durabilidad de la Democracia, 1950-1990", presentada por el politólogo Adam Przeworski de la Universidad de Nueva York. Basado en análisis estadísticos de una mayor cantidad de países (Huntington tomó en consideración 74, Przeworski y sus colegas cubrieron 139), este último argumenta que solamente existen dos olas. Aunque fue solamente un pie de página entre otros datos más importantes, el tono real de los argumentos y conclusiones de su ponencia, y de aquellos durante la sesión donde se discutió, constituyó un excelente ejemplo del discurso académico en su mejor punto: él estaba criticando y argumentando en base a estudios hechos por sus colegas, muchos de ellos participantes en la conferencia.

El análisis estadístico de Przeworski demuestra lo que la intuición generalizada ya sostiene, que las democracias tienen mejores oportunidades de sobrevivir cuando cuentan con mejores niveles de ingreso per cápita, cuando crecen económi­camente y cuando están rodeadas por un entorno internacional favorable (como otros estados democráticos a su alrededor). De hecho, el estudio estadístico demuestra que las democracias con un PNB por encima de US$6.000 "son inexpugnables y pueden sobrevivir para siempre". En una discusión posterior, se señaló que este hecho económico le daría a Taiwan, con un ingreso de más de US$12.000, una considerable tranquilidad sino fuera por el entorno desfavorable al otro lado del Estrecho de Taiwan.

Si bien el libro de Huntington en 1991 enfocó cómo ocurrieron las democratizaciones de la tercera ola, su discurso clave en la conferencia se concentró en el asunto más práctico de buscar cómo consolidar las nuevas democracias de modo que no se pueda revertir el proceso de la tercera ola.

Su discurso, "Democracia para un largo trayecto", estuvo dirigido al público adecuado. Los coordinadores de la conferencia, Hung-mao Tien, Presidente del INPR Y Larry Diamond, Co-director del NED lograron juntar una mezcla creativa de politólogos con jóvenes académicos que están surgiendo y académicos de mayor antigüedad que son pilares en los campos de la ciencia política, sociología y las relaciones internacionales, incluyendo a Huntington, Robert Scalapino de la Universidad de California, Ying-shih Yu de la Universidad de Princeton y, Juan Linz y Robert Dahl, ambos de la Univer­sidad Yale.

Las aportaciones de los expositores y comentaristas pueden dividirse en tres categorías. Primero, varíos académicos presentaron ponencias teóricas que conformaban el marco analítico necesario para hacer que las discusiones comparativas y los estudios fuesen más significativos. Como los participantes venían de todos los continentes y muchos estaban ya muy familiarizados con lo que Huntington denomina como sociedades que "no son completamente democráticas", era impor­tante echar los cimientos por lo menos temporalmente para una discusión en común.

Las ponencias en particular llenaron este requisito, y fueron frecuentemente mencionadas durante el transcurso de los cuatro días de sesiones. La ponencia que dirigió la conferencia, "Hacia las demo­cracias consolidadas: Cinco arenas y tres obstáculos superables", presentada por Juan Linz y Alfred Stepan de la Universidad de Europa Central, Hungría, definió los términos claves en el título de la conferencia al preguntar "¿Qué es una democracia consolidada?" .

La otra ponencia teórica, "Sobre la sociedad civil y la consolidación de la democracia: Diez proposiciones generales acerca de su relación con las sociedades asiáticas", por Philippe Schmitter de la Universidad Stanford, presentó impor­tantes consideraciones sobre un aspecto de la ponencia de Linz-Stepan: Cómo evaluar el crecimiento y la efectividad de la tensión existente entre el gobierno y las instituciones cívicas tales como las orga­nizaciones no gubernamentales, los sindicatos y los grupos religiosos.

Unas de las metas de Schmitter fue concretizar el significado de la sociedad civil y el papel que juega en la consolidación de la democracia. El hizo hincapié en cuatro características de las organizaciones no gubernamentales: autonomía tanto del estado como de las unidades sociales pri­marias de producción como por ejemplo, los grupos empresariales; capacidad de acción colectiva para defender los intereses de sus miembros; límites auto-definidos, de modo que no traten de usurpar las fun­ciones de las instituciones gubernamen­tales; y un acuerdo para actuar dentro de las reglas preestablecidas de naturaleza "civil" o legal.

La aplicabilidad de este esquema fue demostrada por varios análisis sobre el desarrollo democrático de Taiwan obtenido después del fin de la ley marcial en julio de 1987, incluyendo una encuesta de opinión magistral sobre la democratización de la isla, "Perspectivas para la consolidación democrática en Taiwan", por Hung-mao Tien, y en las declaraciones de Thomas Gold y su ponencia, "Factores en la transición democrática de Taiwan". Gold también apoyó la opinión de Schmitter de que la "sociedad civil" debe ser más analizada en los escritos académicos acerca de Europa y América Latina que en los estudios de la política contemporánea de Asia.

La segunda categoría de expositores y comentaristas combinó los estudios de historia y actualidades, señalando la experiencia de democratización de uno o más países en un esfuerzo por aplicar algunos de los escritos teóricos a las nece­sidades concretas específicas. Algunos participantes enfocaron los sistemas de partidos políticos en Asia o Europa Oriental. Otros evaluaron las relaciones cívico-militares en la consolidación de las sociedades democráticas en Sudamérica o el Sudeste Asiático. Incluso hubo algunos que enfocaron el papel de la sociedad civil en Africa, Europa Oriental, Rusia y América Latina. Muchos de esos ensayos combi­naron en forma productiva los enfoques analíticos que se encuentran en algunos campos controversiales de los Estudios de Area y las Relaciones Internacionales.

La tercera categoría trató de la experiencia amplia y práctica de los políticos presentes: ex-funcionarios y funcionarios de gobierno, miembros de gabinete de estrategia, miembros de organi­zaciones no gubernamentales, dirigentes de fundaciones, líderes de partidos políticos y otros. Con frecuencia, aquellos que comentaron las ponencias académicas han sido activistas en los países que fueron descritos. Los encuentros entre la evaluación teórica y la experiencia en el terreno eran con frecuencia electrizantes. Después de todo, algunos participantes estuvieron durante algún tiempo en la cárcel durante las épocas autoritarias.

De hecho, la reunión dió una in­tensidad especial a la conferencia, ya que Taiwan en sí es una democracia de la tercera ola que aún se encuentra en proceso de consolidación. Como lo mencionó Samuel Huntington en su discurso de fondo, él participó en la conferencia celebrada en Taipei en enero de 1989, patrocinada conjuntamente por la Universidad Harvard y el Instituto de Relaciones Internacionales de la Univer­sidad Chengchi, donde funcionarios del KMT y el DPP participaron juntos pública­mente por primera vez. La consolidación ha caminado un largo trecho en seis años.

Sin embargo, añadió Huntington, Taiwan y muchas otras naciones recién democratizadas se enfrentan a retos poten­ciales en su camino al éxito. El poderío económico es un prerrequisito de la demo­cracia, pero es necesario continuar creando y refinando las instituciones para poder persistir.

Este tema de consolidación fue adoptado inmediatamente después del discurso de Huntington en la presentación conjunta de Linz y Stepan. ¿Qué es una democracia consolidada? Ellos dicen que es una situación política donde la democracia se ha convertido en el "único juego del pueblo". Y, ¿cuál es el significado de esto?

Desde el punto de vista del com­portamiento, esto quiere decir que ningún grupo político significativo intenta seria­mente derrocar al régimen democrático. Como resultado, el gobierno tiene espacio para respirar; ya que no está preocupado por cómo evitar un colapso democrático. En cuanto a las actitudes se refiere, significa que incluso en vista de las crisis políticas y económicas, la mayoría de la gente cree que cualquier cambio político debe ser de acuerdo con las fórmulas democráticas. Y constitucionalmente hablando, significa que los todos los actores en un país tienen que acostumbrarse a resolver los conflictos políticos según las normas establecidas ya que violar esas normas probablemente sería tanto ineficaz como costoso.

Este tipo de análisis básico ayuda a dar razón a la experiencia, como lo demuestra claramente el caso de Taiwan. Por ejemplo, tanto Gold y Tien señalan que el público de Taiwan hace hincapié actualmente en el dominio de la Ley, en contraste con el "mando del hombre fuerte" del pasado, lo cual hace que valga la pena examinar las dimensiones del compor­tamiento, la actitud y lo constitucional de dicha situación.

Esto también es válido para las cinco categorías interconectadas y mutuamente reforzadas que según Linz y Stepan no son menos importante que las elecciones libres y los mecanismos del mercado, temas que posiblemente reciben comparativamente más atención en los estudios. Ellos dicen que después de la formación de un Estado, las democracias necesitan de lo siguiente:

*Una sociedad civil libre y enérgica, donde los grupos, movimientos e indi­viduos auto-organizados ―todos ellos relativamente independientes del estado­― son capaces de articular valores, crear asociaciones y defender los intereses de sus miembros. Los mismos incluyen a los grupos femeninos, las asociaciones de vecinos y las organizaciones intelectuales, así como las asociaciones cívicas en todos los niveles (sindicatos, periodistas, abogados). Ellos son importantes debido a que retan, critican y se oponen al gobierno.

*Una sociedad política relativamente autónoma, que tenga el derecho legítimo para ejercer control sobre el poder público, el aparato estatal y el régimen tributario. La misma estará constituida por insti­tuciones esenciales: partidos políticos, elecciones, liderazgo político y legisladores, que son los medios por los que la sociedad se constituye a sí políticamente para elegir y vigilar al gobierno democrático.

*Un dominio de la Ley para ga­rantizar legalmente las libertades cívicas y la vida independiente en asociación mediante el establecimiento de un espíritu constitucional, un sistema judicial inde­pendiente y una fuerte cultura legal.

*Una burocracia estatal que funcione bien y eficazmente en su capacidad de mandar, regular y recolectar impuestos.

*Una sociedad económica institucio­nalizada que sirva de mediadora entre el Estado y el mercado.

Como se puede notar en este marco, el esfuerzo de la consolidación democrática es una tarea compleja, que resulta aún más difícil, dice Huntington, por los "problemas del conflicto comunitario, la guerra externa y el decaimiento social, producidos en cierta medida por el proceso de democratización al unirse con muchos otros problemas que las nuevas democracias heredan de los anteriores regímenes autoritarios".

Sin embargo, añade, muchas demo­cracias de la tercera ola no se ven tan amenazadas por el peligro de ser derrocadas como por la erosión de sus logros demo­cráticos. Puede existir un debilitamiento intermitente o gradual de la democracia por parte de aquellos que han sido elegidos para dirigirla. (Abraham Lowenthal y Robert Scalapino han advertido que esto podría ocurrir también en las democracias maduras.) Una de las tantas amenazas serias, dice Huntington, es la "arrogancia ejecutiva", cuando un jefe ejecutivo electo concentra el poder en sus propias manos y comienza a subordinar o incluso a sus­pender el cuerpo legislativo y a gobernar a través de decretos.

Es claro que puede ser extraor­dinariamente difícil establecer y mantener vivas las democracias. Las mismas pueden tardar mucho en desarrollarse (como indica Minxin Pei de la República Popular de China), ser frustrante moldearlas (como dice Nina Belyaeva del papel de las asociaciones cívicas en Rusia y Lin Cho­-shui de las interacciones multipartidistas en Taiwan), y tratarse de un reto constante el perfeccionarlas (como indica Edgardo Boeninger de las naciones sudamericanas). Como quiera que sea, la democracia como forma de gobierno sigue siendo mejor que las otras alternativas. Huntington terminó su discurso citando a Reinhold Neibuhr para resumir bien la situación: "La capacidad de justicia del ser humano hace posible la democracia; pero la inclinación hacia la injusticia en el ser humano hace que sea necesaria la democracia". El autoritarismo siempre amenazará la permanencia de las sociedades democrá­ticas. Conferencias como ésta proporcionan los recursos intelectuales para que la democracia pueda sobrevivir . ■

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