07/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Siguiendo las reglas del juego

01/01/1995
Esta fue una venta donde todo, literalmente todo, se liquidó. Desde finales de enero de 1994, los compradores llenaron tres pisos del elevado edificio en la Calle Hengyang, cerca de la "Calle de los Libros" en Taipei, para hacer sus selecciones entre las constantes existencias de más de cien mil libros, todas traducciones chinas de obras norteamericanas. A medida que se acercaba el día doce de junio del año pasado, el último día de la liquidación, el precio de "menos del cincuenta por ciento" disminuía cada vez más. Toda la mercancía sin vender, que estuvo en los millones, fue destruída.

Sin embargo, esta quema de libros condonada por el gobierno fue elogiada, no condenada, porque todos esos libros violaban la Ley de los Derechos de Autor de la República de China, aprobada en junio de 1992. La enorme liquidación precedió el fin del período de gracia de dos años para los violadores. Los infractores descubiertos después del 12 de junio de 1994 enfrentarán fuertes multas y hasta dos años de prisión.

A partir de enero de 1994, la Asociación de Casas Editoriales de la República de China comenzó a trabajar con firmas editoras para vender sus libros piratas. La mayoría ha aceptado de buena gana. El editor Su Ching-cheng, secretario general de la Comisión de Venta de Libros de la asociación, explica que los editores saben que ganarán muy poco si protestan. "Cuando el Yuan Legislativo revisó la Ley de los Derechos de Autor, nosotros celebramos reuniones para expresar nuestro punto de vista, que la nueva ley iba a ser muy estricta", dice Su. "Pero el esfuerzo fue inútil". Debido a la repetida amenaza de los Estados Unidos para nivelar las sanciones comerciales contra Taiwan por violaciones de los derechos de propiedad intelectual, Su dice que el gobierno de la República de China tenía muy pocas opciones. "Sabíamos que nuestro gobierno tenía que modificar la ley, y que el Yuan Legislativo tenía que aprobar la enmienda", dice él. Unas 110 casas editoras enviaron millones de libros piratas a la liquidación. Esta aceptación general marcó un dramático cambio en la actitud entre los empresarios de Taiwan relacionados con los derechos de propiedad intelectual.

El camino fue largo y tortuoso para la venta de libros en la Calle Hengyang, y las dificultades a lo largo del camino fueron indicativos de la clase de problemas que Taiwan ha tenido para ajustarse a todas las categorías de asuntos relacionados a los derechos de propiedad intelectual, ya sean derechos de autor, marcas, o protección de patentes. Las leyes deben ser establecidas y refinadas; los organismos judiciales y de aplicación deben tener especialmente un buen personal, entrenado y motivado; y las viejas actitudes públicas deben cambiar. De hecho, el concepto de derechos de propiedad intelectual— que la gente es propietaria de los derechos por sus ideas para invenciones, obras de arte, diseños de productos, escritos, u otros tipos de creaciones— es relativamente nuevo en las sociedades chinas. En la China antigua, la imitación del trabajo de un famoso artista de la caligrafía o de un pintor era el primer paso para un erudito o artista joven. Un artista podía crear una carrera entera imitando el estilo de un maestro. Tradicionalmente, el artista más antiguo consideraba la imitación como un honor.

Tales ideas se expandieron más allá de los círculos artísticos. En Taiwan, ha existido la antigua práctica de la copia entre las empresas competidoras. Por ejemplo, si una marca de pasteles de piña, un bocadillo popular, tenia buena venta, la competencia inmediatamente ponía a la venta sus propios pasteles con una marca, logotipo, y empaque similares. La imitación ha sido extensamente considerada como simplemente chan pien-yi, "darse a sí mismo un poquito de ventaja", sólo una manera de tomar un atajo en vez de violar la ley. Aunque la República de China ha tenido una ley de marcas registradas desde 1931, poca gente la cumple, y los infractores raras veces eran llevados a la corte. Cuando surgía una disputa, generalmente la decidían en privado y con poca publicidad.

En los tiempos modernos, la industria editora ha sido en especial fuertemente golpeada por la copia ilegal. El común refrán chino, "Todas las historias originaron de otra persona", ilustra la vieja creencia de que los escritos no son realmente propiedad de ninguna persona. Por generaciones, los escritores tomaban extensamente partes de trabajos anteriormente publicados, sin pie de páginas o bibliografía, e incluso recopilaban los trabajos de varias personas y los vendían como sus propios. A pesar de que el plagio no era condonado, era generalmente ignorado si el autor añadía un poco de información nueva. Wang Chuan-lu, presidente del Comité de Derechos de Autor del Ministerio del Interior (MOl, siglas en inglés), explica este punto de vista: "La mayoría de la gente cree que si copias un libro, violas el derecho de autor de alguien; si copias dos libros en uno, violas los derechos de autor de dos personas; pero si copias tres libros en uno, estás recopilando tu propio libro, no es copia en lo absoluto".

Durante los años cincuenta y sesenta, los editores expandieron la práctica de la copia a las publicaciones extranjeras. El mercado para los libros internacionales estaba creciendo en forma continua, y copiar era extremadamente fácil. "Hace cuarenta años, muchas compañías editoras locales sencillamente tomaban un libro norteamericano, lo fotocopiaban, le colocaban una encuadernación barata, y luego lo vendían a un precio mucho más barato", dice Deborah Schwartz, jefe de la Sección Económica del Instituto Americano en Taiwan (AlT, siglas en inglés) en la oficina de Taipei. Pero, tales prácticas atrajeron más la atención durante los años setenta y ochenta. Cuando los excedentes comerciales comenzaron a ponerse a la par de los países occidentales, las rampantes violaciones de los derechos de propiedad intelectual por parte de Taiwan— que pronto incluyeron mucho más que la copia de libros— se convirtieron en motivo de una creciente crítica.

Las florecientes industrias manufactureras de Taiwan crearon oportunidades para nuevos tipos de copias piratas, incluyendo artículos de gran valor, de alta tecnología. Ya que muchas fábricas manufacturaban equipos originales (OEM, siglas en inglés) para compañías extranjeras, los empleados tenían acceso a la tecnología para crear muchos productos de marca internacionales. Las imitaciones de bajo precio comenzaron a aparecer en el mercado local y en el exterior. Primero fueron juguetes, casetes, ropa de diseñadores, y relojes de pulsera. Luego los piratas cambiaron a los componentes de computadoras, programas de computación, discos compactos, y películas. "A medida que la capacidad productora de Taiwan se volvía más sofisticada, ocurría lo mismo con los falsificadores", dice Deborah Schwartz de la AlT. "Hace diez años, Taiwan era conocida como la capital de la falsificación en el mundo. Muchas compañías norteamericanas sufrieron daños financieros".

A finales de los años ochenta, los Estados Unidos se convirtió en el oponente más ruidoso en cuanto a las violaciones de los derechos de propiedad intelectual. En 1988, el excedente comercial de la isla con los Estados Unidos alcanzó los US$10 mil millones. Al año siguiente, las violaciones de los derechos de propiedad intelectual se transformaron en el foco de los esfuerzos de los Estados Unidos para equilibrar su déficit comercial con Taiwan. Ese año, el gobierno norteamericano implementó la Sección Especial 301 de la ley de Comercio de los Estados Unidos, que establece una revisión anual de los países que podrían violar los derechos de propiedad intelectual norteamericanos. Aquellos categorizados como Países Extranjeros Prioritarios, la designación más seria, enfrentan la posibilidad de sanciones comerciales. Taiwan ha sido incluida en uno de los tres niveles de designación cada año desde que la Sección Especial 301 entró en vigencia.

Los Estados Unidos y la República de China ya habían firmado un documento en 1946 diseñado para proteger los derechos de propiedad intelectual de ambos: el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación. Pero el tratado proporcionaba una rendija a los empresarios de Taiwan debido a que los derechos de traducción no estaban protegidos; en ese entonces, los Estados Unidos alentaba las traducciones de libros norteamericanos en países subdesarrollados. Este fue, durante mucho tiempo, el único tratado de la República de China que protegía los derechos de propiedad intelectual.

La República de China tiene acuerdos bilaterales sobre derechos de propiedad intelectual con solamente un socio comercial además de los Estados Unidos; en 1993, firmó un acuerdo sobre marcas y patentes con Australia. Como la República de China no tiene relaciones diplomáticas con la mayoría de los países, no puede integrarse a las convenciones internacionales sobre derechos de propiedad intelectual tales como la Convención de Berna o la Convención de París, y la mayoría de los socios comerciales rehusan a firmar acuerdos bilaterales por temor a una represalia por parte de Pekín. Como una alternativa, la República de China y Gran Bretaña en forma separada redactaron acuerdos en 1985, donde cada uno señala que respetará los derechos de propiedad intelectual del otro, y la República de China tiene un arreglo similar con Hong Kong. Pero la falta de acuerdos bilaterales exacerbó las infracciones de los derechos de autor, marcas y patentes entre los años setenta y ochenta.

Taiwan aprobó una Ley de Derechos de Autor en 1928, una Ley de Marcas Registradas en 1931, y una Ley de Patentes en 1949. Estas leyes protegían los derechos de los residentes de la República de China solamente, no de los poseedores de derechos de autor extranjeros. Wang Chuan-lu, presidente del Comité de Derechos de Autor del Ministerio del Interior, indica que durante décadas poca gente estuvo al tanto de estas leyes, debido a que eran raramente aplicadas. "Tomemos por ejemplo la Ley de los Derechos de Autor", dice él "Debido a que el público no conocía los detalles de la ley, nadie presentaba ninguna demanda por infracción".

Hoy es diferente. En 1993, los tribunales de la República de China registraron más de 3.500 casos de violaciones de derecho de autor, 335 casos de patentes, y 274 casos de marcas registradas. Pocos comerciantes en Taiwan ignoran ahora las leyes de derechos de propiedad intelectual, especialmente la revisada Ley de los Derechos de Autor. Las revisiones ampliamente publicadas, que extendieron la ley, de 58 a 117 artículos, aumentaron dramáticamente la protección a los poseedores de derechos de autor. Por ejemplo, ahora se otorga la propiedad a los autores, aún cuando su trabajo sea creado dentro del ámbito de su empleo, y la duración de los derechos económicos de las obras ha sido extendida de 30 años después de la muerte del autor hasta cincuenta años. Las penas por violaciones de los derechos de autor también aumentaron, de una multa máxima de NT$50.000 (US$1.850) y un término de prisión de seis meses a cinco años, a una multa máxima de NT$450.000 (US$16.665) y de uno a siete años en prisión actualmente.

La nueva ley ha tenido un impacto substancial en las casas editoras, las compañías de computación, la industria de la grabación, y en los medios de comunicación. Al igual que otras casas editoras, Chuanhua Technology Publishing Co. ha creado una división de derechos de autor para solicitar licencias para traducciones y para enseñar a sus escritores a evitar infringir los derechos de autor. Sin embargo, Hsiao Hsiu-fei, jefe de la división de derechos de autor, explica que obtener licencias puede ser difícil. Entretanto algunas firmas extranjeras, incluyendo McGraw-HiII Publishing Co. y Maxwell Macmillan Singapore Pte. Ltd., han establecido oficinas locales para otorgar licencias, muchos otros editores rehusan concederlas en Taiwan porque creen que el mercado es demasiado pequeño para ser lucrativo. Y los editores locales se resisten a pagar la cuota de los derechos de autor que cobran las firmas extranjeras. Hsiao estima que un cuarto de los proyectos de traducción propuestos de Chuanhua son rechazados por una parte o la otra. "Realmente es una pérdida para nuestros lectores", dice ella.

Incluso con estos nuevos sistemas en marcha, el plagio no ha desaparecido. Muchos escritores de Taiwan aún no dan crédito cuando reimprimen información, ya sea de escritores locales o extranjeros. Hsiao explica que muchos autores honestamente no se dan cuenta de que están infringiendo los derechos de autor, y los editores no notan el plagio cuando revisan los manuscritos. El año pasado, de doscientos libros publicados por Chuanhua, treinta violaban la ley, y seis fueron retirados del mercado y destruidos. "Muchos de nuestros escritores son profesores universitarios", dice ella. "Aunque se lo hemos recordado muchas veces y hemos dictado cursos de entrenamiento sobre los derechos de autor a nuestros editores, todavía ocurren violaciones".

Debido a que los conceptos de derechos de propiedad intelectual van en contra de la tradición de usar libremente los trabajos publicados y grabados, Hsiao dice que la Ley de los Derechos de Autor infundió pánico cuando fue enmendada por primera vez. "Es tan fácil para los editores violar la ley que cuando nos reunimos, repetimos el mismo chiste", dice ella. "Decimos, 'Nos vemos mañana, en la cárcel'''.

Pero la industria editora, junto con la industria de la computación y del espectáculo, han aprendido rápidamente las nuevas regulaciones, y las nuevas sanciones. Para evitar el largo y complicado proceso legal, la mayoría de los casos son resueltos fuera de la corte. Pero la nueva ley ha elevado mucho el monto acordado en los arreglos privados. "Como nuestra Ley de los Derechos de Autor es estricta, la compensación es a veces extremadamente alta", dice Hsiao Hsiung-lin, abogado de la firma de abogados especializados en derechos de autor Peichen. El nos cuenta del reportero de un diario que fotografió a un legislador durante una entrevista. El legislador usó la foto durante su campaña sin el consentimiento del fotógrafo. Cuando el reportero lo amenazó con demandarlo, el político resolvió en privado pagarle NT$500.000 (US$18.500).

Entretanto, la industria cinematográfica está todavía atascada en dificultades concernientes a los derechos de propiedad intelectual. Las compañías cinematográficas locales y extranjeras sufrieron grandes pérdidas durante los años ochenta, a causa de las numerosas salas de MTV (teatros donde se alquilan cintas de video para ser vistas en habitaciones privadas) de la isla. Recientemente, las casas productoras de películas sufrieron porque las trescientas o cuatrocientas estaciones ilegales de televisión por cable, que operaban en Taiwan antes de la entrada en vigencia de la Ley de Televisión por Cable en 1993, sacaron desenfrenadamente al aire películas sin autorización.

A finales de los años ochenta, la mayoría de las salas de MTV tenían de dos mil a tres mil películas sin autorización para alquilar a los clientes. La mayoría de estas compañías han cerrado. Taipei tenía más de doscientas salas de MTV en operación hace cuatro años, pero sólo unas cuantas han sobrevivido. Las que quedan se han mantenido en el negocio pagando los derechos de autor, subiendo de nivel, y cobrando más a los clientes.

Durante los últimos cinco años, las estaciones ilegales de televisión por cable de Taiwan han sido la principal fuente de violaciones a los derechos de autor de películas. Los operadores clandestinos de televisión por cable llenan sus horas de programación con un constante suministro de películas extranjeras y domésticas, todas sin pagar derechos de autor. "Eran como un monstruo devorador de películas las 24 horas del día", dice Jonathan Chu, director de la Fundación para la Protección de Obras Cinematográficas y de Video, de la Asociación de Exportadores de Películas de América. "Cada estación de cable tenía por lo menos diez canales exhibiendo películas. Proyectando las películas 24 horas al día, siete días a la semana. Puede imaginarse cuántas películas mostraban".

La práctica tiene un efecto devastador en los productores de películas, distribuidores, y teatros. Tan pronto como una nueva película comenzaba a exhibirse, o una película extranjera era legalmente importada, era puesta en la televisión por cable. "¿Cómo íbamos a mantenernos en el negocio?" pregunta Yang Yi-ping, presidente de la Asociación de Distribuidores de Películas de Taipei "Mientras nuestra película se estaba exhibiendo en los teatros, la misma película se podía ver en la televisión por cable. ¿Quién iba a ir a los teatros a ver nuestra película?".

La Ley de Televisión por Cable, aprobada en agosto de 1993, estableció un sistema de otorgamiento de licencias y supervisión. Para implementar medidas reguladoras inmediatas, y para ayudar a las estaciones locales a nivelarse con los estándares internacionales, una serie de regulaciones temporales para las estaciones por cable fueron anunciadas en noviembre del año pasado, y fueron emitidas 590 licencias de operadores a 360 estaciones de televisión por cable. La Oficina de Información del Gobierno supervisa su programación y el mejoramiento de los estándares. Aquellos en el negocio cinematográfico dicen que las violaciones de los derechos de autor están disminuyendo.

La industria del cine local también está promoviendo un sistema en el cual las películas primero son exhibidas en los teatros, luego en las tiendas de videos, y más tarde en las "exhibiciones públicas", como en las salas de MTV y escuelas, luego en las estaciones de televisión por cable, y finalmente en las estaciones regulares de televisión. Este patrón fue creado a imitación de un sistema similar en los Estados Unidos.

En la industria de programas de computación, un controversial Sistema de Supervisión de Exportadores de Programas de Computación comenzó a mediados de 1993. Bajo este sistema, todos los exportadores de programas de computación deben tener una licencia emitida por el Instituto para la Información Industrial (III) que es financiado por el gobierno. El instituto lleva a cabo pruebas al azar de diferentes programas para ver si tienen demasiada similitud con cualquier otro programa con los derechos de autor reservados y que haya sido registrado en dicho instituto. Si se encuentra que un programa es muy parecido, el propietario del derecho de autor es notificado y éste puede demandar al infractor.

La aduana de la República de China también inspecciona todos los programas de exportación para ver si tienen licencias. Si algún cargamento parece sospechoso, puede ser mandado a analizar en el Instituto. El sistema ha provocado la crítica por parte de los exportadores porque retrasa el embarque por varios días, pero la gente de la industria está de acuerdo en que está funcionando como un freno. El instituto procesó 77.000 solicitudes de licencias en 1993 y realizó 924 pruebas. De estas, veintiséis programas fueron retenidos y sus dueños pueden ser demandados por infracción.

En el área de las violaciones de marcas registradas, gran parte del negocio de la falsificación ilegal ha seguido el cambio de las empresas legítimas de Taiwan, ya sea subiendo de nivel o trasladándose al exterior. Durante finales de los años setenta y principios de los ochenta, Taiwan era la capital de los relojes de pulsera falsificados del mundo. Pero como los costos de manufactura a nivel local aumentaron, muchos de los falsificadores de artículos de lujo y ropa de diseñadores se trasladaron al exterior, principalmente al sureste asiático y China continental.

En 1991, el Servicio Aduanero de los Estados Unidos señaló que Taiwan era el mayor falsificador de productos estadounidenses en todo el mundo, basados en el valor de los bienes confiscados. Pero durante los últimos tres años, la isla ha reducido la falsificación, su nivel como violador ha bajado, así como también el valor de los bienes confiscados. Taiwan bajó al segundo lugar en 1992, y al cuarto lugar en 1993, detrás de China continental, "origen desconocido", y Hong Kong. Ese año, el gobierno estadounidense confiscó US$2,1 millones en artículos falsificados originarios de Taiwan.

La Ley de Marcas Registradas fue enmendada en 1993, fortaleciendo la protección para los poseedores de marcas. Bajo la ley modificada, las multas por violaciones aumentaron de NT$150.000 (US$5.500) a NT$200.000 (US$7.400), y los procedimientos a través de los cuales las compañías extranjeras pueden solicitar la protección de marcas en Taiwan han sido simplificados. Por ejemplo, las compañías ya no tienen que usar chino para solicitar el registro de una marca. "Aunque la Ley de Marcas Registradas es una ley interna, afecta grandemente las relaciones con otras naciones", dice Chen Tso-chen, director general suplente de la Oficina Nacional de Estándares. "La meta de las recientes enmiendas es hacer que los estándares de nuestra Ley de Marcas Registradas satisfagan aquellos de las organizaciones internacionales tales como el Acuerdo General de Tarifas y Aranceles (GATT, siglas en inglés), al que actualmente solicitamos nuestra integración".

La ley de Patentes también fue modificada en 1993 para cubrir un número de productos nuevos, incluyendo invenciones microbiológicas, productos alimenticios, productos de pasatiempos, e invenciones. La ley modificada dobla la multa máxima en caso de violaciones de patentes a NT$600.000 (US$22.200). Además la República de China y los Estados Unidos han redactado un acuerdo bilateral sobre patentes.

El asunto más controversial en cuanto a patentes durante el último año fue el llamado de los Estados Unidos para proteger aquellos productos farmacológicos que estaban todavía a prueba cuando la ley de Patentes de la República de China estaba siendo revisada en 1986. Como el período de prueba dura frecuentemente tanto como diez años, muchos de estos productos apenas están comenzando a salir al mercado. Aunque estos productos no son elegibles para la protección de patentes en Taiwan, la República de China acordó permitirles "protección administrativa", lo que significa que las versiones genéricas de la competencia tendrán que satisfacer los mismos estándares de seguridad que los productos originales. Esta protección comenzó a tener efecto en agosto del año pasado.

La aplicación sigue siendo la manzana de la discordia entre las empresas relacionadas con los derechos de propiedad intelectual, tanto localmente como en el exterior. Muchos empresarios sienten que los medios para la protección de los derechos de propiedad intelectual se encuentran ahora por escrito. En adición a las revisiones de la Ley de los Derechos de Autor, la Ley de Marcas Registradas, y la ley de Patentes, el Ministerio de Economía ha preparado un Proyecto-Iey de Protección del Circuito Integrado de Distribución, un Proyecto-Iey de Secreto Comercial, y una enmienda en el área de diseño industrial para la ley de Patentes.

"En general la legislación en sí es bastante buena", dice Deborah Schwartz del Instituto Americano en Taiwan. "La clave es la aplicación. Sin la adecuada aplicación, la legislación es sólo un pedazo de papel". Los empresarios estadounidenses se quejaron de que las investigaciones se realizaban solamente en los derechos a gran escala poco antes de las negociaciones comerciales entre la República de China y los Estados Unidos, y que muchos términos de prisión son en realidad reducidos a multas. En muchos casos, estas multas han sido insignificantes, dadas las ganancias que los piratas pueden obtener.

Las demandas para la continua aplicación también están aumentando entre las firmas taiwanesas. "A partir de la revisión de la Ley de los Derechos de Autor, las infracciones se han reducido enormemente", dice Yang Yi-ping de la Asociación de Distribuidores de Películas de Taipei. "Pero esperamos que el gobierno continúe facilitando una severa aplicación, y que realice investigaciones frecuentes. Hay que hacerles creer a los infractores que serán castigados. De otra manera, ellos encontrarán la manera de incumplir las leyes". Con demasiada frecuencia, dice él, los casos de derechos de propiedad intelectual son considerados triviales en comparación con los de otros crímenes.

Para hacer más eficiente la aplicación, muchos empresarios están exigiendo al gobierno que establezca una corte especial para los casos de derechos de propiedad intelectual. "Los jueces, fiscales, y otras personas involucradas en el proceso de aplicación dicen que tienen dificultades porque la tecnología es difícil de entender, si ellos no pueden entender la tecnología, es difícil aplicar la ley correctamente", dice el abogado norteamericano Robert Cox de la firma de abogados McCutchen, Doyle, Brown y Enerson, de la ciudad de Taipei. Cox recomienda crear una corte especial con jueces y fiscales entrenados en áreas especializadas tales como derechos de autor de programas de computación o transmisión por cable.

Daniel Lee, secretario ejecutivo de la Federación Nacional China de Industrias, también cree que la falta de conocimientos técnicos dificulta los procedimientos judiciales. "Los veredictos varían con frecuencia entre los diferentes jueces y en los diferentes niveles de las cortes", dice Lee. El también está presionando al gobierno para que establezca un único organismo que se encargue de los asuntos de derechos de propiedad intelectual. Actualmente, los Ministerios de Economía, Finanzas, Interior, y Justicia, como también la Oficina de Información del Gobierno y la Corte Suprema de Taiwan, todos se encargan de diferentes aspectos de la protección de los derechos de propiedad intelectual. Para agilizar el proceso, el Yuan Ejecutivo ha ordenado al Ministerio de Economía establecer una Oficina de Derechos de Propiedad Intelectual, pero aún no existe un programa para su formación.

Otra faceta del trabajo del gobierno es incentivar un mayor respeto público por los derechos de propiedad intelectual. La Federación Nacional China de Industrias disemina noticias e información a través de los medios de comunicación. El Comité de Derechos de Autor ha establecido asociaciones comerciales y, ha organizado y participado en unos cuatrocientos seminarios sobre temas relacionados desde comienzos de 1993, con el fin de llegar a las empresas locales. Para los estudiantes, el comité ha imprimido y distribuido materiales que muestran al personaje de cómicas Sr. Copyright, a escuelas y bibliotecas, y ahora está presionando al Ministerio de Educación para que añada información sobre protección de derechos de propiedad intelectual en los libros de texto de primaria y bachillerato. En febrero del año pasado, el comité comenzó a transmitir por televisión una serie titulada Las reglas del juego. El drama presenta los problemas de propiedad intelectual que enfrentan un padre abogado y su hija músico. Con un total de trece episodios.

Algunos empresarios de Taiwan sienten que el péndulo de los derechos de propiedad intelectual se ha balanceado hacia atrás demasiado, favoreciendo a los Estados Unidos. La mayoría de las críticas han enfocado en la revisada Ley de los Derechos de Autor. Una de las secciones frecuentemente criticadas es el Artículo 87, que cubre las importaciones paralelas, este artículo señala que la gente que no esté autorizada como distribuidores de trabajos audio-visuales con los derechos reservados, solamente puede importar una copia de un producto (tales como una película o casete) para uso privado. El abogado Hsiao Hsiung-lin señala que bajo la nueva ley los violadores pueden ser castigados con prisión por un período de dos años, el cual es aún más severo que el castigo por adulterio. Wang Chuan-lu del Comité de Derechos de Autor está de acuerdo en que la ley modificada es demasiado rigurosa. El espera que después de que la protección de la propiedad intelectual sea mejorada, la ley podrá ser llevada al nivel de lo que él llama un estándar "normal".

En gran parte, las industrias locales están aprendiendo a adaptarse a las leyes revisadas. Ellos saben que las regulaciones más severas proporcionan una mejor protección. Wang Chuan-lu cree que proteger los derechos de propiedad intelectual se está volviendo un consenso entre los residentes de Taiwan. El público ha estado bajo un período de ajuste, dice él, y el respeto de los derechos de propiedad intelctual está ahora sembrando profundas raíces en la mente de la gente local. "La gente se da cuenta de que ya no puede tomar 'un poquito de ventaja', no hay más almuerzo gratis", dice Wang.

Jonathan Chu de la Asociación de Exportadores de Películas de América resume los cambios en el concepto de Taiwan sobre los derechos de propiedad intelectual de esta manera: "Antes de que la Ley de los Derechos de Autor fuera enmendada en 1992, Taiwan era un país subdesarrollado en términos de su estatus en la protección de propiedad intelectual. Ahora se ha convertido en un país en desarrollo. Con optimismo en dos años más, Taiwan será un país desarrollado en términos de derechos de propiedad intelectual". ■

Popular

Más reciente