08/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Siempre en mi corazón

01/07/1995
Foto de CORTESIA DE LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA El Presidente Lee Teng-hui y señora, acompañados por una importante comitiva de la República de China llegan al Aeropuerto Internacional de Los Angeles a bordo del avión presidencial de la China Airlines, dando inicio a su histórica jornada en EE.UU.
En una reciente edición de la famosa revista Time apareció el siguiente comentario: "La visita de Lee (Teng-hui) está incentivando al mundo a volver a buscar a Taiwan, que se ha virtualmente reinventado a sí misma en la última década". Sin lugar a dudas, la reciente visita del Presidente de la República de China, Dr. Lee Teng-hui a los EE.UU. causó sensación en todo el mundo y fue tema de los titulares de los más importantes medios de comunicación del orbe.

El Presidente Lee, de 71 años de edad, es el primer jefe de estado de la República de China que visita a los EE.UU. y se ha constituido en un triunfo de los esfuerzos diplomáticos del país para promover un mejor entendimiento internacional de su posición. Aunque fue una visita privada, recibió plena cobertura internacional con la presencia de más de 300 periodistas de todo el mundo. Según estadísticas de la Oficina de Información del Gobierno de la República de China, más de 2.600 reportajes y comentarios acerca del viaje del Presidente Lee aparecieron en los más importantes diarios y revistas del ámbito internacional.

Acompañado por la Primera Dama de la República, Sra. Tseng Wen-fui, el Presidente Lee aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Los Angeles en la mañana del 7 de junio, desde donde se trasladó en una caravana especial a Pasadena, donde permaneció un día, antes de proseguir hacia Ithaca, Nueva York Antes de partir de Taiwan, Lee informó al Comité Central del Kuomintang que sus sentimientos sobre el presente viaje se resumían bien en una frase célebre del rector de la Universidad Cornell: "¡Sé realista; exige lo imposible!".

En el Aeropuerto Internacional de Los Angeles, estuvieron presentes para recibir al Presidente Lee numerosas autoridades del gobierno estadounidense, así como representantes de la República de China y de la colonia china. Entre los presentes estuvieron el presidente del Instituto Americano en Taiwan, Natale Bellocchi, el jefe de la Oficina Representativa de la República de China en EE.UU., Benjamín Lu, así como funcionarios del Estado de California y la Ciudad de Los Angeles. La comitiva presidencial estuvo compuesta por el Secretario General del Consejo de Seguridad Nacional, Ding Mou-shih; el Secretario General de la Presidencia, Wu Poh-hsiung; el Viceministro de Relaciones Exteriores, Stephen Chen; y el Director General de la Oficina de Información del Gobierno, Jason C. Hu.

Al día siguiente, el Presidente Lee y su comitiva se trasladaron a bordo del avión presidencial a Syracuse, Nueva York, donde fueron recibidos por una importante comitiva compuesta por los senadores norteamericanos Jesse Helms, Frank Murkowski y Alfonse D'Amato, el Alcalde de Syracuse, Roy A. Bernardi así como el Rector de la Universidad Cornell, Frank H.T. Rhodes y otras personalidades. Después de un sencillo pero emotivo acto de bienvenida, la comitiva del Presidente Lee se trasladó desde el Aeropuerto Internacional Hancock de la Ciudad de Syracuse al campus de la Universidad Cornell en Ithaca.

Lee obtuvo su doctorado en Economía Agrícola de la Universidad Cornell en 1968, y este viaje fue de gran trascendencia. Significaba un retorno a su alma mater después de 27 años. El viaje a Cornell fue más que una jornada nostálgica al campus para entrevistarse con sus antiguos maestros y compañeros de clase, la histórica ocasión le proporcionó a Lee una magnífica oportunidad para dar a conocer sus ideales y presentar su mensaje al mundo entero.

Haciendo referencia a grandes dificultades que tuvo que enfrentar para poder realizar la presente visita a los EE.UU., Lee dijo: "Ha sido una larga travesía cuesta arriba, pero la vista es digna de contemplación". El Presidente Lee pronunció dichas palabras ante una multitud de más de 300 personas que le dieron la bienvenida en el Patio del Colegio de Agricultura de la mencionada universidad. El Rector de la Universidad Cornell, Frank H.T. Rhodes elogió en su discurso de bienvenida al Presidente Lee como un gran demócrata y reformador económico. A la vez, indicó que Taiwan es "un faro que ilumina el resto de Asia".

En la tarde del viernes 9 de junio, el Presidente Lee Teng-hui pronunció un importante discurso ante una audiencia de 5.000 personas en el Gimnasio Newman del Alberding Field House de la Universidad Cornell. El discurso constituye parte del famoso programa Conferencia Spencer T. y Ann W. Olin, que ya se ha celebrado en forma consecutiva durante nueve años. El Presidente Lee es el primer líder asiático que presenta una disertación en dicho programa. Con el sugestivo título "Siempre en mi corazón", Lee reafirmó que la soberanía política descansa en las manos del pueblo y que la democracia es una tendencia mundial irreversible. En su intervención, el presidente también expuso los logros obtenidos por la República de China en Taiwan en los campos político, económico y social.

El Colegio de Agricultura de la Universidad Cornell presentó al Presidente Lee el Galardón a los Alumnos Distinguidos en reconocimiento de sus logros. Al "terminar sus actividades en la Universidad Cornell, el Presidente Lee retomó al país tras hacer una escala de 13 horas en Anchorage, donde se reunió con el Gobernador de Alaska, Tony Knowles y otros funcionarios de dicho estado para discutir los posibles programas de cooperación económica entre Taiwan y Alaska.

La comitiva presidencial llegó a Taiwan a las 4:25 p.m. el 12 de junio y celebró una conferencia de prensa de 30 minutos en el Aeropuerto Internacional Chiang Kai-shek. De esta manera, el Presidente Lee completó su histórico viaje de seis días a los Estados Unidos.

A continuación presentamos el texto completo del discurso que el presidente de la República de China, Lee Teng-hui, presentó el viernes, 9 de junio, en la Universidad Cornell, en Ithaca, Nueva York:

Siempre en mi corazón

Rector Rhodes, miembros del profesorado, administradores y compañeros exalumnos: gracias por su gentil presentación. Es un gran honor para mi el haber sido invitado a pronunciar la Conferencia Olin en mi alma mater, la Universidad Cornell. Ha sido una larga jornada; llena de retos y con muchos obstáculos en el camino. Sin embargo, mi esposa y yo estamos muy contentos de regresar a este querido campus.

Este viaje nos ha permitido revivir las experiencias más agradables en Cornell. Las largas y agotadoras noches en la biblioteca; las tranquilizadoras y reflexivas horas en la iglesia; el apresurado ir y venir entre las aulas de clase; los paseos al anochecer, agarrados de la mano... tantos recuerdos del pasado que llenan mi corazón de alegría y gratitud.

Hace dos días, cuando estaba a punto de abordar mi avión para venir aquí, algunos amigos me propusieron que, debido a que aprendí a jugar golf en Cornell, debería disponer de unos momentos para jugar una o dos rondas con algunos amigos. Esto debería llamarse el "Abierto de EE.UU.", quiero decir, abierto a Lee Teng-hui.

Deseo agradecerle a Ud., Rector Rhodes, la hospitalidad y el apoyo incondicional que ha brindado a mi visita a mi alma mater.

Gracias, compañeros exalumnos, por su comprensión y respaldo mientras realizo esta importante jornada sentimental.

Doy las gracias a los muchísimos amigos en Estados Unidos que una vez más han dado tanto apoyo a mi visita a su gran país.

Y también deseo agradecer a las personas de esta comunidad académica, a mis profesores y condiscípulos, por la profunda y duradera influencia que la Universidad Cornell tuvo en mi vida. El apoyo de cada uno de ustedes ha sido de gran importancia para mí.

Considero que esta invitación para asistir a la reunión en Cornell no es sólo un honor personal, sino que es algo más importante: es un honor para los 21 millones de habitantes en la República de China en Taiwan. De hecho, esta invitación constituye un reconocimiento a sus sorprendentes logros en lo referente al desarrollo en las últimas décadas. Y, en esta ocasión, precisamente deseo hablar acerca del pueblo de mi nación.

Escuchando al pueblo

Foto de CORTESIA DE LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA

Bienvenido a Siracuse, Nueva York: Varios senadores y congresistas norteamericanos, acompañados por altas autoridades del Estado de Nueva York, acudieron a darle la bienvenida al Presidente Lee Teng-hui en el momento de su llegada.

Los años que pasé en Cornell, de 1965 a 1968, tuvieron una impresión indeleble en mí. Esta era una época de turbulencia social en Estados Unidos, debido al movimiento de los derechos civiles y a las protestas contra la Guerra de Vietnam. A pesar de esa turbulencia, el sistema democrático estadounidense prevaleció. También fue el momento en que por primera vez me di cuenta de que la democracia total podría engendrar, a la larga, un cambio pacífico, y que la falta de democracia debe ser confrontada con métodos democráticos, y la falta de libertad debe ser confrontada con la idea de la libertad, antes de poder alcanzar el día de democracia y libertad verdaderas. Regresé a mi patria determinado a hacer una contribución para lograr la democracia plena para nuestra sociedad.

Desde que asumí el cargo de Presidente de la República de China en 1988, he intentado determinar qué es lo que quiere la gente de mi país y guiarme siempre por sus deseos. El Libro de la Historia de la China antigua, que data de más de 2000 años, contiene la frase "El reino debe seguir los deseos del Pueblo, cualesquiera que sean". Mi criterio, al desempeñarme como Presidente, es que lo hago con el pueblo en mi corazón. Y según mi parecer, es obvio que, ellos desean democracia y desarrollo, sobre todas las cosas. La democracia implica respeto a la libertad individual, justicia social y un sentido de participar directamente en el destino de su nación. El desarrollo económico va más allá de lograr prosperidad; también, involucra la distribución equitativa de la riqueza.

En la actualidad estamos entrando en una nueva era posterior a la Guerra Fría, en la que el mundo está lleno de muchas incertidumbres. El comunismo ha muerto o está muriendo, y los pueblos de muchas naciones están ansiosos de probar nuevos métodos para gobernar sus sociedades y al mismo tiempo, satisfacer las necesidades básicas de cada ser humano. Hay muchas trampas en esta búsqueda por una nueva razón fundamental, y el hombre debe esforzarse por hacer la elección acertada con toda la sabiduría y diligencia posibles.

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Momento histórico: El Rector de la Universidad Cornell, Frank Rhodes, felicita al Presidente Lee Teng-hui tras haber pronunciado su discurso en la Conferencia Spencer T. and Ann W. Olin en dicha universidad.

El presidente checo, Vaclav Havel dijo: "La salvación de este mundo humano no se encuentra en ningún sitio más que en su corazón". En mi corazón, creo que la Experiencia de Taiwan tiene algo especial que ofrecer al mundo en esta búsqueda de un nuevo camino. Esto no significa que nuestra experiencia puede ser transplantada enteramente para satisfacer las situaciones de otros países; pero, sin duda creo que hay ciertos aspectos de esta experiencia que ofrecen una nueva esperanza para la nueva era.

La Experiencia de Taiwan

Con el término Experiencia de Taiwan me refiero a lo que el pueblo de Taiwan ha acumulado en los últimos años a través de las exitosas reformas políticas y el desarrollo económico. Esta experiencia ya ha sido ampliamente reconocida por la comunidad internacional y está siendo adoptada por muchos países en vías de desarrollo como un modelo a ser emulado. Esencialmente, la Experiencia de Taiwan constituye la transformación económica, política y social de mi país en el transcurso de los años; una transformación que, creo, tiene profundas implicaciones para el futuro desarrollo de la región de Asia y el Pacífico así como para la paz mundial.

Vale la pena recordar con lo que nosotros, en la República de China en Taiwan, hemos contado para lograr todo lo que poseemos en la actualidad: una extensión territorial de solamente 14 mil millas cuadradas (un poco menos de un tercio del área del Estado de Nueva York) y una población de 21 millones. Los recursos naturales de mi país son escasos y su densidad demográfica es alta. Sin embargo, su comercio internacional totalizó 180 mil millones de dólares estadounidenses en 1994, y su ingreso per cápita es de US$12,000 dólares. Sus reservas de divisas extranjeras ahora exceden los 99 mil millones de dólares; son más cuantiosas que las de cualquier otro país, excepto las de Japón.

La Experiencia de Taiwan basa el cambio político pacífico en los cimientos de un desarrollo económico ininterrumpido y estable. Taiwan, bajo los presidentes Chiang Kai-shek y Chiang Ching-kuo, experimentó un crecimiento económico fenomenal. Actualmente, además del desarrollo económico, Taiwan ha estado pasando por una transformación política pacífica para llegar a la democracia plena, sin derrames de sangre ni violencia.

Para muchas naciones en vías de desarrollo, el proceso de avance hacia un sistema democrático se ha visto marcado por un golpe de estado o por algún tipo de "deterioro político", según lo sugiere el profesor Samuel P. Huntington. En breve, no es algo inusual que dicho proceso de transformación sea acompañado por la violencia y el caos. No obstante, el caso de la República de China en Taiwan es una excepción notable. No existe el círculo vicioso de una participación política expansiva, conflictos de clases, golpes militares y represión política, que ha surgido en muchos países en vías de desarrollo. En Taiwan, el proceso de reforma es, sin duda, sorprendentemente pacífico, y como tal es virtualmente único. Además del "milagro económico", hemos conseguido el "milagro político", por decirlo así.

Así mismo, la Experiencia de Taiwan tiene dimensiones regionales e internacionales. En 1994, el comercio indirecto entre Taiwan y China continental llegó a los US$9.800 millones de dólares estadounidenses. Las inversiones indirectas de Taiwan en el sur de China continental, realizadas a través de Hong Kong, totalizaron unos 4 mil millones de dólares, según los cálculos de diversas agencias. Otras fuentes indican que el total de las inversiones de Taiwan en China continental podría alcanzar los US$17.000 millones de dólares. El comercio y las inversiones de Taiwan también se han extendido a miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia, Vietnam, Rusia y países de América Central, Europa y Africa. Además de estas inversiones directas, casi 180 mil trabajadores extranjeros, la mayoría procedente del sudeste de Asia, laboran en Taiwan. Si suponemos que cada uno de ellos es la cabeza de una familia promedio de seis, casi un millón de personas que viven en el sudeste de Asia están indirectamente mantenidas por Taiwan.

Aunque desde hace mucho tiempo la República de China en Taiwan ha sido excluida de las Naciones Unidas, hemos acelerado la formación de una red internacional, siendo las relaciones económicas el lazo clave. Incluso, recientemente se ha empezado a poner en marcha un proyecto para convertir a Taiwan en un centro regional de operaciones en el área de Asia y el Pacífico, con el objetivo de lograr una mayor liberalización y globalización de nuestra economía.

Nunca me permito olvidarme, ni por un momento, que los logros de Taiwan se han materializado sólo por medio de los concienzudos esfuerzos y de la inmensa sabiduría del pueblo. Sin embargo, el éxito se logra con dificultades, y hoy, los frutos de la Experiencia de Taiwan son mucho más dulces, debido a que se reconoce lo arduo del proceso.

Soberanía popular

En la República de China en Taiwan, nosotros hemos descubierto que la transformación pacífica debe llevarse a cabo gradualmente, y con una planificación cuidadosa. Hace cinco años, el día en que asumí el cargo de Presidente, prometí iniciar una reforma constitucional a la mayor brevedad posible. Mi objetivo era brindar a la nación china un marco legal que estuviera actualizado, y establecer un modelo global para la democracia. Desde entonces, estos objetivos se han alcanzado con el apoyo del pueblo.

Nuestra reforma constitucional se llevó a cabo en dos fases. Primero, todos los parlamentarios de mayor antigüedad, que fueron elegidos por última vez en 1948, en China continental, se jubilaron. Luego, en la segunda fase, se llevaron a cabo elecciones exhaustivas para la Asamblea Nacional y el Yuan Legislativo en 1991 y 1992, respectivamente. Esto permitió que nuestros órganos representativos a nivel del Gobierno Central representaran mejor al pueblo.

El año pasado, el gobernador de la provincia de Taiwan y los alcaldes de las ciudades de Taipei y Kaohsiung, las dos ciudades más grandes de Taiwan, por primera vez fueron elegidos directamente por el pueblo. La próxima primavera, el presidente y el vicepresidente de la República por vez primera serán elegidos directamente por el pueblo.

Con la conclusión de la fase actual de la reforma constitucional, hemos establecido un sistema multipartidista y convertido en realidad el ideal de la soberanía popular. Esto ha dado lugar a un respeto total por la libertad individual, marcando el comienzo de la era más abierta y liberal en la historia china. Debo reiterar que este sorprendente logro es el resultado de los esfuerzos conjuntos de los 21 millones de habitantes en el área de Taiwan.

Hoy, las instituciones de la democracia han sido implementadas en la República de China; los derechos humanos son respetados y protegidos en gran medida. La democracia está en auge en mi país. Ninguna palabra o acto permitido por la ley estará sujeto a restricciones ni a interferencias. Puntos de vista diferentes y opuestos se escuchan diariamente en los medios de comunicación, incluyendo fuertes criticas contra el Presidente. Nuestro pueblo disfruta de libertad de expresión, y ésta de ninguna manera difiere de la que disfruta el pueblo de Estados Unidos.

Creo que el precepto de la democracia y el parámetro de los derechos humanos jamás deberían variar en ningún sitio del mundo, no importa cuál sea la raza o religión. De hecho, la creencia confuciana de que el gobernante que satisface las necesidades de su pueblo recibe el mandato para gobernar, concuerda con el concepto moderno de democracia. Esta es también la base de mi filosofía sobre el respeto a la libertad individual y la soberanía popular.

Así entonces, las necesidades y los deseos de mi pueblo han sido la luz que ha guiado cada uno de mis pasos en el camino. Sólo espero que los líderes en China continental algún día puedan ser guiados similarmente; así, nuestros logros en Taiwan indudablemente pueden contribuir al proceso de liberalización y a la causa de la democracia en China continental.

Repetidamente he hecho un llamamiento a las autoridades en China continental para que den fin a los enfrentamientos ideológicos e inicien una nueva era de competencia pacífica y de unificación a través del Estrecho de Taiwan. Unicamente siguiendo una estrategia "triunfo-triunfo", se servirán los intereses de todo el pueblo chino. Creemos que el respeto mutuo gradualmente encaminará a la unificación pacífica de China bajo un sistema de democracia y distribución equitativa de la riqueza.

Para demostrar nuestra sinceridad y buena voluntad, en otras ocasiones he indicado que acogería una oportunidad para que los líderes en China continental se reúnan con sus homólogos de Taiwan durante algún acontecimiento internacional, y no descartaría la posibilidad de un encuentro entre el Sr. Jiang Zemin y yo.

Anhelando desempeñar un papel positivo

Cuando un jefe de estado escucha cuidadosamente a su pueblo, la parte más difícil de soportar es escuchar los deseos que no han sido satisfechos. Taiwan se ha transformado pacíficamente en una democracia. A la vez, sus actividades internacionales económicas han ejercido una influencia significativa. Estos no son logros insignificantes para ninguna nación. Aún así, la República de China en Taiwan no disfruta el debido reconocimiento diplomático de parte de la comunidad internacional. Esto ha provocado que muchos subestimen la dimensión internacional de la Experiencia de Taiwan.

Francamente, nuestro pueblo no está feliz con la posición que la comunidad internacional da a nuestro país. Creemos que las relaciones internacionales no deberían ser vistas sólo en términos de operaciones formales reguladas por el Derecho Internacional y los organismos internacionales. Decimos esto porque también existen reglamentaciones semioficiales y no oficiales que controlan las actividades internacionales de los países. En este caso, sostenemos que las contribuciones sustantivas de un país a la comunidad internacional también tienen que ser valoradas en vista de dichas actividades no oficiales.

En la ceremonia de graduación del año pasado, el Rector Rhodes pronunció el viejo dicho "¡Sé realista; exige lo imposible!". Bien, en las últimas cuatro décadas, hemos sido extremadamente realistas y a la vez hemos tratado de ver hacia adelante, no hacia atrás, y de trabajar, y no quejamos. De la misma manera, hemos creado la realidad misma de nuestra existencia y prosperidad económica. Sinceramente esperamos que todas las naciones puedan tratamos justa y razonablemente, y que no pasen por alto la importancia, valor y funciones que representamos.

Algunos dicen que es imposible que nosotros rompamos el aislamiento diplomático que enfrentamos, pero haremos todo lo que esté a nuestro alcance para "exigir lo imposible". Finalmente, sé que el mundo se dará cuenta de que ¡la República de China en Taiwan es un socio amigable y capaz para el progreso!

Si desde este punto de vista consideramos los recientes acontecimientos económicos, políticos y sociales de la República de China, tenemos una base para definir la posición de mi país en los períodos posteriores a la Guerra Fría y a la Era Comunista. Sólo así podemos proponer un nuevo rumbo para el nuevo orden mundial a medida que avanzamos hacia el siglo XXI.

Estrechos lazos tradicionales

Una vez más, deseo expresar cuán agradecido estoy de estar con ustedes. Extiendo mi agradecimiento no sólo a Cornell sino también a los Estados Unidos en general. Cuando miramos retrospectivamente en la historia, inmediatamente podemos damos cuenta qué tan estrechos son los lazos tradicionales entre nuestros dos países. Ciertamente, los ideales que compartimos por la dignidad humana y la paz con justicia, han unido a nuestros pueblos con el más estrecho de los vínculos.

Estados Unidos fue de gran ayuda en las primeras etapas después de que el Gobierno de la República de China se trasladó a Taiwan. Nunca nos hemos olvidado que Estados Unidos nos dió una mano en nuestros momentos de adversidad; por eso, su país ocupa un sitio especial en nuestros corazones. Hoy, como el sexto socio comercial de Estados Unidos, la República de China importa y exporta 42,4 mil millones de dólares estadounidenses en productos a través de nuestro comercio bilateral. También somos el segundo mayor comprador de pagarés del Tesoro de Estados Unidos. Unos 38 mil estudiantes procedentes de Taiwan están estudiando aquí. Los estudiantes que han regresado han hecho importantes contribuciones a nuestra sociedad.

El desarrollo de la República de China ha sido parcialmente influido por las experiencias de sus ciudadanos que han estudiado en el extranjero. Yo obtuve substanciales conocimientos en la mecánica del crecimiento y desarrollo nacionales a través del profesorado y de los estudiantes con los que trabajé —aquí en América— en las dos universidades en las que estudié (Universidad del Estado de Iowa y Universidad Cornell). En Estados Unidos, tuve la oportunidad de ver la democracia en su mejor momento y también de observar sus defectos. En Taiwan, creemos que tenemos mucho que aprender de una democracia avanzada, tal como Estados Unidos. Sin embargo, así mismo creemos que deberíamos crear nuestro propio modelo. El éxito de nuestra evolución democrática ha brindado gran esperanza a otras naciones en vías de desarrollo, y deseamos compartir nuestra experiencia con ellas. Nuestros esfuerzos para ayudar a otros por medio del desarrollo agrícola han sido bien acogidos, y estamos deseosos de expandir nuestros programas de asistencia técnica a los países amigos del mundo en vías de desarrollo.

Taiwan se ha transformado de un país exportador de productos agrícolas en uno de los principales productores de electrónicos, computadoras y otros productos industriales. Estamos pavimentando el camino de la informática con unidades de disco, pantallas de computadoras, computadoras portátiles y módems. Estamos listos para convertimos en un importante centro regional de operaciones así como para comprar más productos y servicios estadounidenses a efecto de desarrollar nuestra infraestructura.

Estamos preparados para estrechar las relaciones mutuamente beneficiosas entre nuestras dos naciones. Sinceramente espero que esta visita abra nuevas oportunidades de cooperación entre ambas naciones.

Es por esta razón que deseo expresar en público mi aprecio y admiración al presidente Clinton por su prudente decisión. Estamos igualmente agradecidos a los otros miembros de la Administración; a los líderes bipartidistas del Congreso; y, más importante aún, al pueblo estadounidense.

"Siempre en mi corazón"

Todo lo que he hecho en calidad de Presidente de mi país, lo he hecho con el pueblo en mi corazón. He pensado mucho y profundamente acerca de lo que mi pueblo desea. Y está claro que, por encima de todo, desea democracia y desarrollo. Estos deseos no son diferentes a los de cualquier otro pueblo de este planeta, y representan el rumbo que ciertamente seguirán las tendencias mundiales.

Al hablarles hoy, lo he hecho con el pueblo en mi corazón. Sé que lo que a mi pueblo le gustaría decirles ahora puede ser expresado en este sencillo mensaje:

El pueblo de la República de China en Taiwan está determinado a desempeñar un papel pacífico y constructivo entre la familia de naciones.

Les decimos a los amigos en este país y en todo el mundo:

Estamos aquí para quedarnos;

Estamos listos para brindar ayuda;

Y deseamos compartir los frutos de nuestro triunfo democrático.

El pueblo está en mi corazón en cada momento del día. Sé que le gustaría que les dijera que, de parte de los 21 millones de habitantes de la República de China en Taiwan, estamos eternamente agradecidos por el apoyo espiritual, intelectual y material, que cada uno de ustedes ha ofrecido para respaldar nuestros esfuerzos por construir un mejor mañana para nuestra nación y el mundo. Para concluir, ¡Qué Dios los bendiga! ¡Qué Dios bendiga la Universidad Cornell! ¡Qué Dios bendiga a los Estados Unidos de América! ¡Qué Dios bendiga a la República de China! Muchas gracias. ■

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