08/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Un animado debate sobre problemas claves

01/09/1990
Los críticos estuvieron equivocados. Un grupo de 150 personas puede lograr algunas conclusiones útiles.

Fue un evento de primera clase: polí­ticos, intelectuales y ciudadanos promi­nentes reunidos en una Conferencias de Asuntos Nacionales (CAN) para discutir las reformas políticas que deben ser lle­vadas a cabo en la República de China en Taiwan. Entre los problemas más impor­tantes que discutieron los 150 partici­pantes sobresalió aquel de si el presi­dente de la República de China debe ser elegido por votación directa o a través de un colegio electoral. Las preguntas en torno a la reforma constitucional y el mejor camino que se debe tomar en la formulación de las cambiantes políticas de Taiwan hacia el territorio continental también sobresalieron en las reuniones, que duraron del 28 de junio al 4 de julio de 1990.

La conferencia sin precedente fue el resultado de las discusiones que sostuvo el presidente Lee Teng-hui con 53 repre­sentantes estudiantiles, en la noche del 21 de marzo. Los estudiantes representa­ban a sus compañeros que, en esos mo­mentos, estaban en el séptimo día de haber ocupado la Plaza del Monumento Conmemorativo Chiang Kai-shek. La masiva manifestación, que también atrajo el apoyo de un fuerte sector no es­tudiantil, fue en respuesta a la actitud de los miembros de la Asamblea Nacional que se habían reunido para elegir al presidente.

Los ancianos parlamentarios, que suman el 88 por ciento de la Asamblea Nacional, se aprovecharon de la reunión (que se realiza una vez cada seis años) para redoblar sus salarios, adquirir más poder político y extender el período de sus cargos indefinidamente. Las acciones de los miembros de la Asamblea Nacio­nal no solamente demostraron que ellos estaban fuera de la realidad de las reformas políticas impulsadas por el falle­cido Presidente Chiang Ching-kuo, sino que causaron una reacción negativa ge­neral de todos los sectores sociales. El pueblo demandó que se diera término lo más pronto posible a las cuatro décadas de mandato de los parlamentarios, sin tener que enfrentarse a las reelecciones. Las manifestaciones en la Plaza del Mo­numento Conmemorativo eran apenas una parte del llamado general de cambio.

Aunque el presidente Lee Teng-hui invitó a representantes de todo el es­pectro político y social para que asistieran a la CAN, varios académicos liberales y disidentes políticos se retiraron de la reu­nión. Se quejaron de que la representa­ción de varios grupos en la conferencia no era adecuada y proclamaron que no iban a participar en la reunión como prendas de un juego controlado por el go­bernante Kuomintang (KMT) y el Par­tido Democrático Progresista (DPP), principal partido de oposición.

Cuando el presidente Lee inauguró la CAN el 28 de junio, prometió poner en práctica las conclusiones a que llegara la conferencia, a través de medidas le­gales apropiadas. El presidente solicitó a los participantes de la conferencia que ca­nalizaran sus esfuerzos hacia la reforma política. En línea con esta orientación, la conferencia dividió sus paneles de discusión en cinco tópicos generales: reforma parlamentaria, evaluación de los sistemas del gobierno central y los gobiernos lo­cales, revisión constitucional, y las rela­ciones con China Continental.

El primer día de discusiones se centró en las reformas parlamentarias y se llegó a un acuerdo unánime con res­pecto a los parlamentarios de mayor anti­güedad que han estado dominando el es­cenario político desde que fueron elegidos en 1947: Esos individuos que han estado sirviendo durante tanto tiempo y que nunca han tenido que enfrentarse a una reelección, deberán jubilarse tan pronto como sea posible.

De hecho, el problema de la reforma parlamentaria fue prácticamente resuelto por una decisión tomada por el Consejo de Jueces Supremos una semana antes de que se convocara la conferencia. Esto hizo que las discusiones de los partici­pantes de la CAN fuesen menos signifi­cativas. Los jueces decidieron que todos los miembros más ancianos de los tres órganos representativos centrales -la Asamblea Nacional (colegio electoral de la nación y el más alto ente constitucio­nal), el Yuan Legislativo (parlamento) y el Yuan de Control (el más alto ente su­pervisor de la nación)- deberán retirarse antes del 31 de diciembre de 1991.

Los parlamentarios de mayor antigü­edad, casi todos ellos con más de setenta años de edad, constituyen la mayoría de los tres órganos gubernamentales. Debido a que ha sido imposible celebrar elecciones en China Continental desde 1949, se ha permitido que ellos sirvan por tiempo indefinido a través de inter­pretaciones constitucionales hechas por el Consejo de Jueces Supremos a inicios de la década de 1950.

A pesar del acuerdo unánime en torno a la necesidad de jubilación, los participantes de la CAN estuvieron en desacuerdo con respecto a la fecha. La mayoría de los participantes (casi todos del KMT) dijeron que ellos deberían ju­bilarse antes de fines de 1991, de acuerdo con el mandato constitucional emitido por los Jueces Supremos. Pero otros par­ticipantes (en su mayor parte del DPP) dijeron que su retiro debería producirse hacia fines de 1990, ya que no existen razones para seguir demorando el proceso. Algunos académicos propusieron un compromiso, diciendo que la fecha tope para la jubilación debe ser julio de 1991.

En el primer día de discusiones se in­cluyeron asuntos relacionados con la forma apropiada de representar a la po­blación en los diversos entes políticos. Ninguno de los participantes apoyaró un propuesto "sistema de representación continental", en el que se puede elegir personas para que representen ciertas provincias o áreas que actualmente no están bajo control del Gobierno de la Re­pública de China. En su lugar, la mayoría de los participantes estuvieron de acuerdo en la designación de "represen­tantes nacionales" por los partidos políticos en virtud del número de votos que ellos obtengan en las elecciones parlamentarias.

En un tema relacionado, los partici­pantes de la CAN quisieron mantener el actual sistema de cuotas para la elección de representantes de los grupos profesio­nales y femeninos que actualmente se utiliza en las elecciones parlamentarias. En cuanto al sistema de representación de los chinos de ultramar, algunos de los participantes sugirieron que se aboliera dicho sistema. No se llegó a conclusión alguna en este sentido.

En el segundo día de la CAN, los grupos de discusión enfocaron los problemas de los gobiernos central y locales. La gran mayoría de los participantes estu­vieron de acuerdo en que el gobernador de Taiwan y los alcaldes de Taipei y Ka­ohsiung deberían ser electos directa­mente. Pero hubo una divergencia de opiniones sobre cómo evitar que un go­bernador electo tenga más representa­ción popular que el presidente o primer ministro de la República de China, si ellos fuesen elegidos también por vota­ción popular.

Se presentaron cuatro sugerencias en torno al futuro de la Provincia de Taiwan: (1) aumentar el número de mu­nicipalidades especiales; (2) dividir a Taiwan en varias provincias; (3) crear un gobierno provincial fantasma; o (4) man­tener el status quo junto con la restaura­ción de los derechos constitucionales a los gobiernos provincial y local. Aunque no se llegó a ningún consenso en torno a estas propuestas, la mayor parte de los participantes apoyaron ya sea la primera o la segunda de esas posibilidades.

Aumentar el número de los munici­pios especiales fue la opción más popular. Por ejemplo, el legislador Jaw Shau-kong del KMT insistió que la creación de más municipios especiales, tales como Taipei y Kaohsiung, podría reducir la población de la provincia de Taiwan a tres o cuatro millones, eliminando la preocupación de que el gobernador reciba más votos populares que el presidente o primer mi­nistro. Algunos participantes sugirieron que Taiwan podría a su vez ser dividida en varias provincias. El número más aceptado fue seis provincias, siguiendo una eliminación o redesignación de distritos.

La propuesta menos popular fue la de convertir al gobierno provincial en un ente nominal, que quedaría sin poderes hasta que se produzca la unificación con el territorio continental. Bajo este es­quema, los gobiernos municipales y dis­tritrales se volverían más poderosos y serían primordialmente responsables del manejo de los problemas locales. Sin em­bargo, de acuerdo con el comisionado del distrito de Taipei, You Ching, una re­estructuración tal agravaría más los pro­blemas del transporte, la protección am­biental y la distribución de los recursos naturales que van más allá de las fron­teras entre los gobiernos locales. Por otro lado, hubo participantes que defen­dieron la opción de darle más poderes a la Provincia de Taiwan dentro de la Constitución existente, para garantizar un desarrollo más equilibrado de toda la isla.

Los participantes de la CAN también discutieron los problemas relacionados con los sistemas de los gobiernos central y locales. La mayoría de ellos estuvieron de acuerdo en que el actual sistema de gobierno y elecciones a nivel local ya no es el apropiado. La abrumadora mayoría de los participantes hicieron un llamado por la eliminación del nivel más bajo del sistema de gobierno. Ellos se quejaron de la corrupción, violencia y costo de las elecciones de los jefes de poblados y li-chang (jefe de un grupo de vecindario), manifestando que la forma en que se lleva a cabo la democracia en los niveles básicos estaba en realidad fraccionando las comunidades. Algunos participantes pidieron que la reducción del sistema de gobierno en cuatro niveles a uno de tres: central, provincial y de municipio o ciudad. Otros indicaron que la elección directa del gobernador y el retorno del orden constitucional permitiría la designación de los alcaldes de poblados.

Los participantes de la CAN discutie­ron la Constitución de la República de China en el tercer día de debates, y casi todos acordaron que debería ser cam­biada. Pero no se llegó a un consenso en torno a si se debería enmendar o volver a promulgar una nueva constitución, ni sobre qué cambios deberían realizarse. Durante las discusiones en torno a este problema, 57 personas indicaron que apoyaban la enmienda de la Constitución y 32 pidieron que se promulgara un nueva Constitución. De los últimos, 21 apoyaron la idea de volver a redactar la Constitución en base a las dos versiones borrador presentadas por el DPP: la "Gran Carta de la Democracia" o la "Nueva Constitución de la República de Taiwan". Otros once pidieron que se re­dactara una "Ley Básica de la República de China" o "Ley Básica de Taiwan", tal como había sido recomendado por los políticos independientes.

Los participantes del KMT y el DPP tuvieron un acalorado debate en torno a este problema. De acuerdo con Ma Ying­-jeou, presidente de la Comisión de In­vestigación, Desarrollo y Evaluación del Yuan Ejecutivo, la Gran Carta de la De­mocracia del DPP crearía un hombre fuerte en la persona del presidente, que sería incluso más poderoso que aquel bajo las Provisiones Temporales efec­tivas durante el Período de la Rebelión Comunista. Pero el legislador Frank Hsieh del DPP dijo que si bien se opone a un hombre fuerte no elegido por el pueblo, él no se opondría a la presencia de un hombre fuerte que ha sido popu­larmente electo bajo el mandato constitucional.

Ma pidió la revisión de los artículos constitucionales por la nueva Asamblea Nacional a ser elegida en 1992. Pero Hsieh manifestó que tal propuesta era contradictoria. De acuerdo con un pro­mesa hecha por el presidente Lee Teng-hui, señaló Hsieh, las Provisiones Tem­porales serían eliminadas dentro de un año. Por lo tanto, esperar hasta después de las elecciones de 1992 para revisar la Constitución sería, de hecho, empujar más lejos la fecha tope. En la discusión hubo un acuerdo generalizado en que cualquier cambio que se hiciera a la Constitución no debería ser determinado por la presente Asamblea Nacional, debido a que aún sigue dominada por los representantes chinos continentales de mayor antigüedad.

La CAN se reanudó el 2 de julio, después de un receso del domingo. El cuarto día de discusiones enfocó hacia la estructura del sistema político central. Pero surgió un asunto controversial. Al­gunos participantes dijeron que el KMT y el DPP ya habían llegado a un acuerdo en la elección directa del presidente. De acuerdo a Cheng Hsin-hsiung, subsecre­tario general del Comité Central del KMT, los participantes pertenecientes a los dos partidos habían llegado al acuerdo fuera de la conferencia. Pero, el secreta­rio general del KMT, James Soong, dijo que esto era solamente una opinión per­sonal de Cheng. La declaración de Cheng causó un acalorado debate acerca del problema de si se debería incluir la elección directa del presidente como una de las recomendaciones de la CAN.

Debido a que el KMT era el anfitrión de la conferencia, estuvo bajo fuerte pre­sión para evitar que los participantes se retiraran de las reuniones de la CAN. Como resultado, el KMT entró en un pe­ríodo de negociaciones como consecuen­cia de las demandas hechas por la así denominada Alianza de Oposición: La Alianza, compuesta por unos veintes miembros del DPP, independientes, li­berales y disidentes de ultramar, propuso el 1 de julio cuatro condiciones para que el KMT las cumpliera durante la confe­rencia. Los miembros de la Alianza indi­caron que se retirarían de la CAN si no se satisfacían esas condiciones.

Las cuatro condiciones fueron: (1) la elección directa del presidente; (2) una reestructuración del parlamento, convirtiéndolo en unicameral, jubilando a los miembros de mayor antigüedad de la Asamblea antes de fines de 1990 y ree­ligiendo a los miembros del parlamento; (3) elecciones populares del gobernador provincial y los alcaldes de Taipei y Ka­ohsiung; y (4) hacer un referéndum na­cional de los resultados de la CAN.

Aunque el secretario general del KMT, James Soong, arguyó que las ne­gociaciones no deben ser consideradas como "negociaciones entre los dos par­tidos" sino solamente como un intercambio de opiniones, muchos académicos que participaron en la CAN no es­tuvieron de acuerdo con la situación. "Como el KMT y el DPP ya han llegado a un acuerdo, ¿por qué necesitan las opi­niones profesionales de los académicos y otros expertos?", preguntó el profesor Yao Li-ming de la Universidad Nacional Sun Yat-sen. Según Lu Ya-li, profesor de la Universidad Nacional de Taiwan, las negociaciones daban la impresión de que ambos partidos políticos estaban lu­chando para obtener beneficios políticos.

Antes de la conferencia, los funcio­narios del KMT reiteraron que la CAN no se convertiría en un tiempo de nego­ciaciones entre los dos principales par­tidos políticos. Pero las circunstancias evidentemente obligaron a un reajuste de esa promesa. Sin embargo, claramente no existía un consenso en torno al resultado de las negociaciones entre los dos partidos dentro y fuera de la CAN. Todo parecía indicar que la única meta del KMT era encontrar la forma de mantener a todos los participantes de la CAN en la conferencia.

El 3 de julio, quinto día de las discu­siones, la CAN alcanzó otro punto cumbre cuando los participantes dentro y fuera del Gobierno llegaron finalmente a un acuerdo sobre la elección presiden­cial, a pesar de una ligera protesta de los académicos liberales. El acuerdo fue anunciado por Wu Feng-shan (indepen­diente), quien fue elegido como presi­dente de discusión en la tercera reunión plenaria de la CAN. El dijo que "el presi­dente debe ser popularmente electo, y los procedimientos y normas electorales deben ser creados a través de consultas con todos aquellos que tengan que ver con esto, siguiendo los procedimientos legales".

La CAN concluyó el 4 de julio con los participantes divididos en la mayoría de los asuntos principales, especialmente el sistema del gobierno central y la re­forma constitucional. Los informes fi­nales preparados por los cinco paneles fueron leídos antes de la ceremonia de clausura en la tarde. El presidente Lee Teng-hui prometió que pondría en prác­tica las conclusiones de la CAN, pero ad­virtió que la reforma no debe poner en peligro la seguridad nacional.


Aspectos sobresalientes del informe sumario:

●Con respecto al sistema de go­bierno central, la mayoría de los partici­pantes de la CAN acordaron que se deben mejorar las actuales elecciones presidenciales, permitiendo la participa­ción de todos los ciudadanos en el pro­ceso. Pero el acuerdo general se desin­tegró cuando la discusión se orientó a los métodos concretos para lograrlo. Al­gunos participantes insistieron en que el presidente debe ser elegido por el voto popular, mientras que otros favorecieron la creación de un colegio electoral. En cuanto a la relación entre el presidente, el poder legislativo y el gabinete, algunos participantes señalaron que un sistema de gabinete parlamentario parecía ajus­tarse mejor a las necesidades de la nación. Otros favorecen un sistema presi­dencial, e incluso hay quien consideran que la combinación de los dos sistemas es la mejor solución.

●En cuanto a la reforma parlamenta­ria, los participantes de la CAN llegaron a diez conclusiones en este tema, la más avanzada de ellas demandando que todos los parlamentarios de mayor anti­güedad se jubilen en un período determi­nado y que el estado y las funciones de la Asamblea Nacional y el Yuan de Control sean cambiados. Aunque la mayoría de los participantes creen que se debe cele­brar una elección total de los parlamentarios a nivel central a fines de 1991, ellos no llegaron a un consenso acerca de la forma que debería tener el parlamento, en otras palabras, si debería seguir con las tres ramas que posee ahora, o si debe­ría convertirse en un ente unicameral.

●En torno a la revisión constitucio­nal, los participantes llegaron a un con­senso, exigiendo el fin del Período de la Movilización para la Supresión de la Re­belión Comunista y la abolición de las Provisiones Temporales. Ellos también recomendaron que la Constitución debería ser revisada por una organización dotada de base popular. Más del 70 por ciento de los participantes favorecieron la reforma mediante una enmienda de la Constitución actual. En opinión de ellos, la revisión constitucional debe ser hecha mediante una enmienda a sus provi­siones o añadiendo un decimoquinto ca­pítulo a la Constitución existente.

●En el asunto del autogobierno local, los participantes estuvieron de acuerdo que los sistemas gubernamen­tales locales deben satisfacer las estipula­ciones de la Constitución. Por lo tanto, se debe conferir más poder a los go­biernos a nivel provincial, distritral y de poblado para que administren sus propios problemas. Ellos añadieron que los dis­tritos administrativos de los gobiernos locales deben ser reajustados, pero se han dejado para posterior deliberación los métodos para llevar a cabo eso. Al­gunos participantes sugirieron que Taiwan debería ser dividida en varias provincias, mientras que otros prefirie­ron mantener el status qua con un aumento de municipios bajo la jurisdicción directa del Gobierno Central. El único consenso a que se llegó en este área fue que todos los jefes de los gobiernos lo­cales y miembros de concejo deben ser electos por voto popular.

●Acerca de la política continental y las relaciones entre ambos lados del Es­trecho de Taiwan, la gran mayoría de los participantes de la CAN estuvieron de acuerdo en que la seguridad de Taiwan debe ser la primera consideración a to­marse en cuenta cuando se trata de pro­mover las relaciones con China conti­nental. Ellos dijeron que tales relaciones deben ser basadas en los principios de se­guridad, reciprocidad, igualdad y prag­matismo. La mayor parte de los partici­pantes expusieron el punto de vista de que los gobiernos en ambos lados del Es­trecho de Taiwan deben ser iguales en el sentido que ellos representan diferentes entidades políticas que gobiernan en el área de Taiwan y China continental.

Una semana después que concluyó la Conferencia de Asuntos Nacionales, el presidente Lee, en su capacidad como presidente del KMT, instruyó al partido gobernante para que estableciera un grupo de planificación de la reforma constitucional que se encargara de llevar a cabo las recomendaciones de la conferencia. Pero las diversas opiniones que se expresaron durante y después de la conferencia han puesto al presidente en un dilema político. ¿Deberá proceder con los resultados no comprometedores de la CAN mediante la creación de un grupo de planificación de la reforma constitucional o permitir que las institu­ciones existentes -la Asamblea Nacional y el Yuan Legislativo- revisen la Constitución?

Según la Constitución, las institu­ciones legalmente habilitadas para revisar la misma son la Asamblea Nacional y el Yuan Legislativo, con la primera teniendo más poder para enmendar la Constitución. Bajo la sombra de un congreso unicameral, como fue solicitado en las deliberaciones de la CAN, queda por ver cómo responderá la Asamblea Nacional ante el llamado por la enmienda constitucional. Más aún, un grupo de planificación de la reforma constitucional podrá, en el mejor de los casos, ayudar a lograr un consenso dentro del KMT. El mismo no puede poner en práctica las recomendaciones de la CAN, especialmente cuando los participantes a la misma no lograron un consenso en la mayoría de los asuntos. La mayoría de los tópicos que se discutieron durante la conferencia requieren una enmienda constitucional en mayor o menor grado, pero aún queda sujeta a discusión el si la revisión constitucional debe ser a través del procedimiento normal a través de las instituciones encargadas de la enmienda constitucional.

Antes de cualquier revisión constitu­cional, el problema político más impor­tante a ser resuelto es si un parlamento bicameral o un congreso unicameral es el más adecuado a las necesidades de la nación. La mayor parte de los acadé­micos parecen estar a favor de un parla­mento bicameral debido a que puede aportar un equilibrio y control adicio­nales al sistema político. Un tal meca­nismo de equilibrio y control resulta par­ticularmente indispensable debido a que aún se cuestiona la independencia del ramo judicial en la República de China, aún no resulta tan certera la libertad de prensa como en EE.UU. y el Reino Unido, y el sistema de los partidos polí­ticos aún no se ha madurado completamente.

Del mismo modo, ante la ausencia de un adecuado mecanismo de equilibrio y control, el sistema presidencial pro­puesto por la CAN amerita ser reconsi­derado cuidadosamente. Esta preocupa­ción, tal vez temor, con respecto al sis­tema presidencial propuesto para la República de China se debe a que, a excep­ción de los EE.UU., la mayoría de los países con un sistema tal se han conver­tido eventualmente en dictaduras. El sis­tema presidencial ha sido institucionali­zado y puesto en práctica por más de 200 años en los EE.UU. debido en gran parte a que el poder se encuentra equilibrado entre las ramas ejecutiva, legislativa y ju­dicial. El sistema federal, la independen­cia del órgano judicial, el sistema biparti­dista y la libertad de prensa proporcionan medidas adicionales de equilibrio y con­trol para evitar que el presidente de los EE.UU. usurpe el poder. Pero en la Re­pública de China, resulta relativamente fácil para el jefe del partido gobernante convertirse en presidente y hombre fuerte al mismo tiempo, colocando tanto el poder ejecutivo como el partido bajo el control de una persona que no está sujeta a un adecuado mecanismo de equi­librio y control.

Si bien la CAN concluyó sin alcanzar un consenso en la mayor parte de los pro­blemas y sus recomendaciones sólo ser­virán dentro de un marco referencial, sin embargo, valió la pena gastar más de un millón de dólares norteamericanos en la conferencia de una semana de dura­ción. Existen por lo menos dos razones para dar una calificación afirmativa al evento.

Primero, la CAN ofreció una serie de discusiones sistemáticas que sirvieron como un proceso de educación democrá­tica para el pueblo de la nación. El repor­taje detallado sin precedentes que se dió a la CAN por la prensa antes, durante y después de la conferencia ha contribuido a la formación de un mayor refinamiento de la cultura cívica.

Segundo, los participantes de la CAN provinieron de diferentes campos políticos, que iban desde el KMT al DPP y los grupos independientes, de funcio­narios gubernamentales a disidentes de ultramar que habían sido buscados por las autoridades judiciales apenas unos meses antes. La comunicación intensa y primordialmente racional en la CAN ayudará a la República de China a gene­rar una "cultura política disidente", donde el partido gobernante tolerará a los partidos de oposición y los partidos de oposición respetarán al partido gobernante. La formación de un ambiente po­lítico tan sofisticado, irá a su vez, a con­tribuir al sano desarrollo del sistema multipartidista de la nación. □

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