28/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Cosechando ideas y críticas

01/11/1988
Cuando el gobierno gasta US$800.000 para invitar 225 personas a una reunión de 12 días, el pueblo espera una adecuada retribución a su inversión. El Seminario para el Desarrollo Nacional 1988 (celebrado a fines de julio e inicios de agosto), que reunió a 153 académicos chinos y expertos de 13 naciones en Taipei para un apretado programa de informes, paneles de discusión y viajes de campo, fue un recordatorio caro de que la República de China ha cambiado tan rápidamente en el último año que las anteriores aproximaciones a la solución de problemas ya no son relevantes. Uno de los objetivos claves del seminario, un evento anual que comenzó en 1972, es proporcionar una canal para que los profesionales chinos en ultramar participen en el desarrollo de Taiwan, a pesar de que tienen sus residencias y responsabilidades de trabajo lejos de la isla. No existen dudas, incluso dentro del evento de este año, que esto permanece como una importante razón para que se continue llevando a cabo el seminario. Pero ahora surge una nueva pregunta, hecha repetidamente por los participantes y la prensa, acerca de cuál es el mejor método para que la República de China aproveche mejor estos valiosos recursos humanos. La respuesta deberá ser claramente algo radicalmente diferente a aquellas del pasado, especialmente debido a los rápidos pasos de las reformas que han ocurrido en la isla desde mediados de julio del año pasado. El primer seminario fue puesto en marcha por LI Huan (李煥), entonces presidente de la Comisión Nacional de la Juventud (y ahora Secretario general del Kuomintang, partido gobernante), y fue coordinado y patrocinado por dicha comisión y el Ministerio de Educación. En aquel tiempo, el Seminario para el Desarrollo Nacional tuvo una función valiosa; relativamente pocas persona en Taiwan podían viajar fuera del país y existían considerablemente menos contactos con las tendencias e idea internacionales en los campos educativo, desarrollo social y político, y ciencia y tecnología. Los académicos y experto extranjeros que asistieron al primer y subsecuentes seminario gozaron de otra ventaja sobre sus colega locales: se les permitió más libertad para expresar lo que tenían en mente acerca del estado de la situación general en Taiwan. Para inicios de los años setenta, la República de China se encontraba aún en las primeras etapas del desarrollo democrático y las amenazas de los comunistas chinos al otro lado del estrecho de Taiwan crearon una atmósfera que no conducía a llevar a cabo una crítica irrestricta de las políticas del gobierno. Para complicar más la situación, la República de China estaba perdiendo terreno diplomáticamente. En 1971, ella perdió su asiento en las Naciones Unidas; poco después, Japón rompía relaciones diplomáticas formales y muchas otras naciones siguieron dicho curso. La sensación de aislamiento en el escenario internacional fue aumentando a medida que la República de China perdía su calidad de miembro en varias organizaciones económicas, culturares y deportivas a nivel internacional, con frecuencia añadiendo un insulto a la injuria debido a que ella era uno de los miembros fundadores. Esas pérdidas causaron una gran necesidad de medios de comunicación que fuesen nuevos y más compensadores. Con todo esto llegó el golpe mayor. Los EE.UU. terminaron los lazos formales en 1979, forzando una significante reevaluación de la seguridad nacional y los objetivos de la política a largo plazo. Aunque esos fueron años de ajustes y casi siempre acompañados de una redirección dolorosa, el Seminario para el Desarrollo Nacional forjaron lazos contínuos con chinos sobresalientes en ultra­ mar que estaban ansiosos de ver que la República de China tuviese éxito a pesar de los serios retos a que tenía que enfrentarse en todas las direcciones. Pero los huéspedes invitados no eran siempre "corteses", y aquellos que asistieron al seminario de 1988 no fueron una excepción. Los expertos provenientes de sociedades como los EE.UU. y Japón y acostumbrados a una crítica más libertina de las políticas gubernamentales, no escatimaron esfuerzos para dar a conocer sus opiniones. Como resultado, las animadas discusiones del seminario fueron con frecuencia noticias calientes que los diarios locales buscaban ansiosamente para comentar en forma tanto crítica como constructiva lo que no se atrevían hacer los observadores y líderes locales. Las reuniones sirvieron por lo tanto la sana función de permitir que el pueblo descargara por substitución. Más importante aún, las sugerencias hechas por los participantes con frecuencia iban seguidas de acciones de parte del gobierno. Un funcionario del gobierno reclama que un completo 75 por ciento de las 5.700 y tantas recomendaciones hechas por los participantes a través de los años han sido aceptadas y puestas en acción por el gobierno. Asumiendo que esto no es una declaración exagerada, una pregunta complementaria sería: "¿Cuánto tiempo iría a tomar todo esto?". De hecho, le toma al gobierno cerca de una década para actuar, por la razón que fuese. Y algunos participantes en el pasado se hallaron a sí mismos haciendo las mismas recomendaciones año tras año. Esto también ha cambiado. Cambios políticos y sociales determinantes como la abolición del Decreto de Emergencia que ponía en marcha la ley marcial, el otorgamiento de nuevas libertades sustanciales a la prensa, la eliminación de muchos controles en las divisas extranjeras, los cambios en las regulaciones comerciales y de importación, y los nuevos puntos de vista acerca de cómo tratar con China continental se han convertido ahora en noticias comunes del momento. En el pasado, la mayor parte de dichos asuntos surgieron como recomendaciones primarias de los seminarios para el desarrollo. ¿Pero qué hay de ahora? ¿Qué pasó en 1988? El seminario de este año atrajo un duro criticismo acerca de ser algo sin relevancia, un despilfarro de dinero, y lo peor: que era solamente un "peregrinaje político" para ciertos chinos de ultramar que llegan y tocan base con la "madre patria". Existen indicios que todas esas tres críticas han golpeado en casa y que los futuros seminarios serán mejor planificados para copar con un juego completamente diferente de problemas nacionales. En resumen, podría muy bien ocurrir un cambio de "teoría y retórica" a más "acción aplicada", reflejando de hecho que existe mayor confianza y madurez tanto en la sociedad como en el gobierno. Un cambio en el enfoque del seminario para el desarrollo, si bien bastante ordenado, sería de hecho consistente con su historia. En 1978 los seminarios fueron tan importantes para los objetivos de desarrollo nacional que el Yuan Ejecutivo se encargó de patrocinarlos, dándoles más visibilidad y mejor estatuo El cambio hizo que dichas reuniones quedasen más apegadas a la planificación central del gobierno. Por ejemplo, en 1983 los campos de ciencia y tecnología fueron colocados en primer plano del orden día para consideración y discusión de los participantes. Esto iba muy en línea con la preocupación del gobierno por transformar la base industrial de Taiwan de una orientación labor intensiva y poco tecnificada a una más tecnificada y con mayor valor agregado. Más cambios ocurrieron durante este año, tal como lo indica el título del seminario: "Moviéndonos hacia una nueva era del Desarrollo Nacional". Se añadieron tópicos más allá de la economía y política en el orden del día y los participantes fueron divididos en ocho paneles de discusión: Política y sociedad; cultura; educación; economía; finanzas; comunicaciones; ciencia y tecnología; y salud y protección ambiental. Inclusive con el extendido programa, hubo quejas acerca de la omisión de paneles específicos acerca de la agricultura, trabajo, así como diplomacia y relaciones internacionales, especialmente debido a que esas son áreas de alta prioridad dentro de los ajustes de política en la República de China. Muchos participantes y observadores defendieron que las "adiciones al número de paneles" o un "aumento en el número de subtópicos para discusión" no son asuntos claves cuando se toma en consideración el futuro papel del Seminario para el Desarrollo Nacional. Los cambios que surgen a lo largo de Taiwan han alterado de hecho radicalmente todo el ambiente, haciendo que las viejas aproximaciones hacia los problemas sean obsoletas. Similarmente, la estructura del seminario es anticuada y sería beneficioso una reestructuración. Como dijo un comentarista con relación a la forma cómo se organiza y conduce el seminario: "El gobierno debe reajustar la organización del seminario. En vez de invitar a un par de centenares de especialistas para un asunto único que involucra muchas recepciones y cenas al igual que las discusiones del seminario, debería utilizar los NT$20 millones en varios seminarios o proyectos más pequeñas pero más largos y más intensivos". Delineando este punto de vista tenemos una variación en principio, que surge de las amplias transformaciones que han tomado lugar en Taiwan especialmente durante el último año. Los expertos chinos de ultramar ya no siguen siendo una fuente primaria de "información" para los intelectuales locales. Existen más de 3.000 profesores en las universidades locales con Ph.D. obtenidos en los EE.UU. y otros países, y un alto porcentaje de los funcionarios del gobierno (el nuevo gabinete, por ejemplo) poseen también grados académicos avanzados. Esas personas se han "internacionalizado" y están, de hecho, más al tanto de lo que está ocurriendo en forma general en Taiwan que aquellos que viven fuera. La República de China ha recuperado mucho campo internacionalmente, debido en mayor parte a su poderío económico, pero también debido a sus formas democráticas que maduran. Un editorialista del país declaró: "De hecho, llegar a Taiwan en estos días de cambio puede ser más una experiencia educativa para los académicos extranjeros que una oportunidad para que ellos nos eduquen". Esto es un punto bien tomado en consideración e indica que los procedimientos del pasado -Breves informes acerca de los tópicos del panel por funcionarios relevantes del gobierno, seguidos de paneles de discusión generales y viajes de campo a los principales sitios de desarrollo- ya no se ajustan a los requerimientos del desarrollo nacional. En vez, los observadores recomiendan que se instituya una posición para la solución de problemas: una en que se presenten a los expertos de ultramar menos informes generales y retóricos y se den más hechos e información de peso, que serían enviados con debido anticipación antes de convocarse el seminario. El objetivo, de acuerdo a un observadar, sería el siguiente: "Cuando ellos arriban al país, pueden concentrarse a trabajar con los expertos locales, sentarse a trabajar y no a charlar. Ellos ayudarían a hacer realidad los planes y políticas fijados por el gobierno, en vez de simplemente contribuir con observaciones que podemos hacer nosotros mismos". Pero, ¿podría ser posible un cambio sin problemas hacia una posición de "solución de problemas"? Dejando de lado las críticas, los resultados del seminario de este año sugieren una respuesta afirmativa. Teniendo fuera de vía aspectos que persistieron por tanto tiempo tales como la ley marcial y los controles de divisas extranjeras, se puede enfocar en otras prioridades y se puede tratar con ellos en forma más concentrada. Por ejemplo, el ministro del Interior HSU Shui-teh (許水德) dijo a los participantes: "El gobierno está estudiando medidas para reformar los cuerpos parlamentarios, para institucionalizar el sistema de gobierno local y para revisar las leyes y regulaciones electorales". Y, él continuó diciendo que esas reformas políticas en el orden del día estaban complementadas con otras prioridades: " ...el gobierno también buscará mejorar el sistema de bienestar social, promover unas armoniosas relaciones obrero­ patronales, establecer un sistema de seguros contra el desempleo y llevar a cabo la modernización administrativa". Esos son apenas algunos ejemplos de las políticas gubernamentales que fueron puestas a revisión, y en cada caso existen subtópicos que tienen que ver con métodos para su ejecución que se beneficiarían sustancialmente del consejo y la experiencia de los expertos chinos de ultramar, especialmente si ellos trabajan mano a mano con sus colegas locales. Por ejemplo, el Dr. David Hsu, profesor de la Escuela de administración de negocios de la Universidad de Southern Connecticut, dijo durante el seminario de este año que "deben haber más gastos en el cuidado de los pobres o desempleados y en el desarrollo de áreas rurales. Ejemplo, mejorar las instalaciones públicas tales como caminos, educación, sanidad, servicios de agua y electricidad en tales áreas, así como entrenamiento vocacional y ayuda al desempleado". Hsu también hizo un llamado para que se haga un cambio en la política tributaria: "Se deben simplificar los impuestos. Simplificar el sistema tributario y rebajar los impuestos son ambas tendencias de moda, como los complicados procesos tributarios causan considerable evasión de impuestos; esto no resulta exactamente en una reducción de ingresos. En vez esto aceleraría el crecimiento de una población responsable y respetuosa". Esas sugerencias van totalmente acorde con las actuales preocupaciones del gobierno. Pero la pregunta que permanece sin contestar es acerca de los mejores medios para alcanzar esos objetivos, pasos que los expertos y académicos extranjeros deberán discutir a fondo con los académicos y funcionarios locales. En áreas tales como la salud pública y protección ambiental, los chinos que residen en los EE.UU. tienen considerable experiencia que podría ser de gran ayuda para Taiwan en el manejo de tales problemas. "Pareciera que no ha ocurrido mejora sustancial en la protección ambiental en Taiwan desde el Seminario para el Desarrollo Nacional 1980", dice el Dr. Edward S.K. Chien (錢興格), profesor de ingeniería civil del Instituto de Tecnología de Georgia. "El problema de contaminación al que se enfrenta Taiwan es el mismo al que se enfrentaba los EE.UU. durante los años setenta", añadió. "Para resolverlo (en Taiwan) sin repetir los fracasos de otras naciones, existen dos lecciones que se podría aprender aquí de los EE.UU., promulgar leyes apropiadas y preparar profesionales en el campo". A través de los años, el Seminario para el Desarrollo Nacional ha beneficiado tanto con tales preocupaciones profundas acerca del progreso de la República de China, que pocos participantes u observadores al seminario de este año sugerirían que la idea sea abandonada. Como dijo el Presidente Lee Teng-hui en su mensaje al seminario, el principal propósito es juntar el "conocimiento, experiencia y sabiduría de los expertos chinos dentro y fuera del país para promover el bienestar nacional". No ha cambiado este objetivo general, y lo que se necesita es seleccionar y poner en práctica los métodos más efectivos para alcanzar tal objetivo. El si se debe o no adoptar la "postura de solucionar el problema" como mejor método aún queda por verse. Pero así como la República de China está experimentando los "dolores del crecimiento" en su rápido desarrollo democrático, también el Seminario para el Desarrollo Nacional intenta integrar y utilizar la experiencia de los chinos en el exterior junto a las prioridades nacionales. "EL progreso comprende no sólo cambiar al mundo alrededor de nosotros, sino también cambiar el camino que hemos de tomar para solucionar los problemas de ese mundo", dice un observador político. El comentario sirve como claro reto para las futuras reuniones del seminario. □

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