Taiwan Today

Aproximadamente a las 4:30 p.m. del 13 de agosto, las personas que se encontraban trabajando en los altos edificios de Taipei escucharon sorprendidas el estallido de muchos cohetes. "Si hay tanto ruido, pero estoy segura que debe haber ocurrido algo muy importante", expresó una muchacha dentro de uno de los ascensores. Y tenía razón. Después de gran ansiedad, expectación e incertidumbre, de parte de los habitantes locales acerca del destino de los seis buscadores de libertad quienes desviaron, hace 15 meses, un avión de pasajeros de China Comunista hacia Corea del Sur, lograron llegar finalmente a la República de China en Taiwan. "Desde China Continental hasta Corea del Sur y nuevamente desde Corea del Sur hasta nuestra tierra natal, la República de China, hemos experimentado increíbles dificultades en nuestra búsqueda de libertad, habiéndola al fin obtenido", declaró Cho Chang-jen, de 38 años, el líder del grupo. Los seis: Cho Chang-jen, Chiang Hung-chun, Wang Yen-ta, Wu Yun-fei, An Wei-chien y la única mujer, Kao Tung-ping, -en un avión jet de las Líneas Aéreas de China- aterrizaron en la base de la fuerza aérea de Hsinchu en la República de China; en donde recibieron una entusiasta bienvenida de parte de los pilotos de nuestro país. Durante la conferencia de prensa de una hora de duración, bajo el auspicio de la Asociación de Auxilio de China Libre y realizada por casi 200 reporteros y fotógrafos Cho Chang-jen, quien tomó la iniciativa del viaje del grupo hacia la libertad, respondió a la mayoría de preguntas. Refiriéndose a sus compañeros, bromeó acerca de dos de ellos, Wu Yun-fei y An Wei-chien, quienes solían marearse tanto en el bus como en el avión; "nacieron para caminar", agregó sonriendo. Pero más tarde, al responder a una pregunta acerca de su familia, su rostro cambió de expresión, diciendo: "Mi esposa se encuentra aún en el Continente. Desde nuestra llegada a Corea del Sur el año pasado, no ha habido un sólo momento en que haya dejado de pensar en ella. Especialmente en este momento... " dijo Chao y los ojos se le llenaron de lágrimas, "mis tres hijos, mis padres, dos hermanos y tres hermanas se encuentran también en el Continente. A través de los medios de comunicación, quiero apelar a los comunistas para que dejen libres a los miembros de mi familia y les permitan venir a Taiwan." En dicha conferencia de prensa, reiteró la gratitud del grupo hacia el gobierno de la República de China y hacia los chinos de ultramar, pero especialmente hacia Hsueh Yu-chin, embajador chino en Corea del Sur, así como también al personal de la embajada. "Solamente después de 465 días de estar en prisión, hemos podido realmente darnos cuenta del precio de la libertad. Ahora estamos determinados continuar luchando por la libertad y por la reunificación, bajo los Tres Principios del Pueblo del Dr. Sun Yat-sen (las directrices democráticas de la República de China)", agregó. "Durante nuestra primera hora aquí, hemos observado a través de las ventanillas del carro... que todas las personas caminan sonrientes; eso es algo muy raro de poder observar en el Continente", agregó. "Allí, poco más o menos, todos saben que la República de China' se ha encaminado hacia la prosperidad bajo la guía del Presidente Chiang Ching-kuo y aunque no lo comentan públicamente, sí lo hacen en privado: que el Continente debe aprender de Taiwan tanto política como económicamente." Kao Tung-ping, de 29 años de edad y la única mujer en el grupo, luego de afirmar que ese era el momento más feliz de su vida, declaró: "Sólo puedo decir que me dedicaré en cuerpo y alma a la causa de la reunificación de China bajo los Tres Principios del Pueblo, para que nuestro pueblo en el Continente pueda gozar también de felicidad y prosperidad." Wang Yen-ta, de 28 años de edad, quien al principio parecía muy tímido, posteriormente se mostró muy comunicativo. Aún cuando le entregaron una nota diciéndole que dejara de hablar, sostuvo fuertemente el micrófono, diciendo: "Para mí, los tres días que esperamos, después que nos dijeron que seríamos liberados, fueron como tres años o más aún, 30 años. Anoche, me encontraba tan contento que no podía conciliar el sueño. Ni siquiera recuerdo cuántas veces miré el reloj", expresó sin poder ocultar su felicidad. Wang dijo que entró al ejército comunista cuando tenía 16 años y durante un período de servicio de siete años, se convirtió en corredor de larga distancia. Durante unas vacaciones se enamoró de una muchacha y se casó con ella. Sin embargo, cuando regresó al ejército, ambos se comunicaban solamente por correspondencia. Estaba ansioso por jubilarse y poder vivir al lado de su esposa. Pero cuando solicitó trabajar en Mikden (Shenyang), los comunistas le hicieron una mala jugada. Aparentemente, en una recomendación por escrito, asintieron a su petición; sin embargo, en un archivo secreto, -descubrió posteriormente- que dicha petición fue rechazada. "Por el hecho de que mi padre no había sido un antiguo cuadro, me engañaron", refirió Wang visiblemente enojado. El Presidente Chiang Ching-kuo recibió al grupo en su despacho, ofreciéndoles una cálida bienvenida y preguntándoles acerca de sus familias, de su condición física y de sus planes para el futuro. Algunos reporteros, al notar que para la visita al Presidente la señorita Kao llevaba maquillaje, hicieron que admitiera: "Nunca en mi vida he llevado maquillaje, pero esta mañana lo llevé, como una muestra de cortesía para el Presidente." Más tarde, fueron de compras al Almacén del Lejano Oriente, en donde fueron rodeados por las dependientas y les obsequiaron trajes u otros artículos. La señorita Kao se impresionó mucho por la variedad de cosméticos dispuesta allí. "Nunca había visto tantos tipos de diferentes maquillajes", exclamó con cierta timidez. Los seis buscadores de libertad hicieron una gira por la isla; luego de haberse instalado para emprender una nueva vida, la Asociación de Auxilio de China Libre les ayudará también a encontrar trabajo o emprender estudios de acuerdo a sus deseos. □