03/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Nuestros logros políticos durante 1984

01/07/1984
La estabilidad política, considerada por Samuel Huntington, un investigador pionero en el desarrollo político, como el elemento más apreciado en la progresión de los países llamados "sub-desarrollados" y "en vías de desarrollo" desafortunadamente está restringida, a sólo algunos de ellos.La mayoría se encuentra en una situación desesperada, su falta de estabilidad les ha impedido mejorar su condición tanto social como económica y a la inversa, los golpes de estado, la agitación y la represión que son tan comunes en la mayoría de estos países, han sido agravados por el retraso económico y social.

Desde la Segunda Guerra Mundial, sólo un pequeño grupo de países ha alcanzado lo que Walt W. Rostow llamó"la etapa del despegue económico", dentro de los que se encuentra la República de China.

Sin embargo, irónicamente, el "milagro" económico de Taiwan es elogiado muy frecuentemente y el ambiente político que tan cuidadosamente lo nutre, ha sido criticado por encontrarse retrasado.

El Dr. James C.Y. Soong, en el siguiente artículo, discute el desarrollo de Taiwan desde el punto de vista del actual logro político de la República de China en Taiwan, sugiriendo que ésta sea apreciada y aclamada no solamente por sus logros económicos, sino que también por su madurez política y por los logros políticos que han hecho esto posible. -Nota de la redacción.

El año 1984 ha sido un año azaroso para la República de China, aunque faltan aún seis meses para que concluya. Ansiosos al desafiar su propio futuro así como el de la nación, 71 nuevos legisladores, electos popularmente el 23 de febrero de este año, han llevado un fresco vigor al Yuan Legislativo, nuestro cuerpo parlamentario. Las relaciones extranjeras, las políticas sobre el aborto, las leyes laborales y la administración del transporte formaban parte de su agenda de interpelación cuando la trágica enfermedad del Primer Ministro Sun Yun-suan le impidió presentar su programado informe oral a la nueva sesión legislativa.

Mientras que nuestra ciudadanía se encontraba aún conmovida y apenada por la repentina hemorragia cerebral de que fuera víctima el Primer Ministro, la responsabilidad ejecutiva le fue transferida, tal como está acostumbrado, al Vice-Primer Ministro Chiu Chuang-huan.

Luego, el 22 de marzo, el entonces Presidente Chiang Ching-kuo y el Gobernador de la Provincia de Taiwan, Lee Teng-hui, fueron electos por la Asamblea Nacional para ocupar el séptimo período presidencial y vicepresidencial de la República, respectivamente, para iniciar sus funciones el 20 de mayo.

Así, a pesar de la enfermedad de un Primer Ministro por demás popular, durante un período electoral bastante crítico, nuestra estabilidad política y social no fue afectada, lo cual demuestra la madurez del sistema.

De la forma como voy anotando estas observaciones, pocos días antes de la toma de posesión y de la tradicional renuncia del Gabinete (de la cual yo también formo parte), me gustaría aprovechar esta oportunidad para compartir mi propia perspectiva del reciente desarrollo de esta nación. Considero que ésto tendrá significado no solamente para nosotros mismos, sino que también para el mundo.

Dirigiendo la vista hacia el pasado, se ha evidenciado cada vez más que la falta de flexibilidad y adaptabilidad institucional ha tenido considerable influencia en el fracaso del sistema político de muchos países tanto sub-desarrollados como en vías de desarrollo, quienes no han podido enfrentar la creciente confusión social causada básicamente por el cambio económico. La autoridad y la credibilidad públicas en la mayoría de estos países continúan estando bajo un desafío constante en las formas más fundamentales.

De este modo, hemos notado que las responsabilidades de los dirigentes políticos talentosos e inteligentes, en las sociedades en transición, pueden ser mucho más pesadas que en los países desarrollados. Su única opción para poder triunfar, es realmente mantener lo mejor de lo antiguo e institucionalizar lo mejor de lo nuevo.

Los elementos de la fórmula de dirigencia histórica de esta nación han sido múltiples y muy complejos; pero dentro de ellos ha estado su insistencia por el personal de gran talento y formalmente educado. Esta política fue reforzada, en gran forma, durante la administración del entonces Primer Ministro Chiang Ching-kuo (1972-78). Fue contratado un gran número de ejemplares y populares funcionarios, experimentados tecnólogos y prestigiosos intelectuales, para ocupar importantes posiciones ejecutivas en el Gobierno. Por ejemplo, el recientemente electo Vice-Presidente, Lee Teng-hui, de 61 años de edad, antes de empezar su carrera política como ministro sin cartera en 1972, fue profesor de la Universidad Nacional de Taiwan. El Vice-Primer Ministro Lin Yang-kang, de 59 años de edad, llegó a ser Alcalde de Taipei en 1976 -una posición de mucho prestigio en este país-, luego de ocupar el cargo de Comisionado del Departamento de Construcción de la Provincia de Taiwan.

Constantemente avanzaron dentro de un sistema abierto, para seleccionar a los mejores funcionarios públicos: un conjunto de personas de gran talento, para trabajar con el gobierno de la República de China. Dentro de las 124 personas nombradas para tomar las decisiones más importantes se encuentran algunos particularmente jóvenes, pero que han ganado su reputación especialmente por haber desempeñado una brillante y efectiva labor, luego de haber desempeñado un trabajo avanzado en las universidades más prestigiosas del mundo. Ellos, en particular, llevaron una administración moderna a nuestra burocracia. Sus nuevas percepciones y actitudes positivas han hecho que nuestro sistema político sea más responsable y sensible a las condiciones tanto sociales como económicas, tan cambiantes dentro de la revolución de los medios de comunicación que agitan actualmente al mundo.

Las personas más jóvenes y de más alto nivel educativo trabajarán también en la estructura general del personal de este Gobierno. En 1973, el 31,85 por ciento del número total de empleados públicos eran graduados universitarios; en 1983, la cifra aumentó al 50,95 por ciento. En 1973, el grupo comprendido entre edades de 40 y 49 años fue el más grande en cuanto a los servidores públicos; en 1983, el mayor grupo estuvo comprendido entre los 30 a los 39 años.

Pero todavía, el término "gerontocracia" se usa para describir al Gobierno de nuestro país. Algunos otros quedarían hipnotizados al darse cuenta de que nuestros primeros representantes electos a nivel central mantienen sus cargos desde 1947 (como parte de los requisitos divididos de nuestro país, tanto para el sistema político como para la estabilidad). Sin embargo, desde 1969, las elecciones populares para miembros adicionales del Yuan legislativo y de la Asamblea Nacional, eligieron a profesionales e intelectuales comparativamente más jóvenes y de mentalidad más moderna para unirse a los antiguos veteranos. Han revitalizado claramente estos cuerpos, expandiendo el alcance de las funciones legislativas en el proceso, especialmente a través de interpelaciones activas, públicas y profesionales.

El destino del desarrollo político de la República de China es la realización completa de la democracia y es una suposición crítica e inexacta que nuestros logros políticos se encuentran hoy muy atrasados en comparación con nuestros logros económicos. Existen tres razones especiales que puedo discernir de este equivocado estereotipo:

Primero, el crecimiento económico puede más bien evaluarse fácilmente por indicadores cuantitativos como el producto nacional bruto, el ingreso per cápita y la productividad, mientras que la evaluación del progreso político descansa en complejos criterios cualitativos. Por ejemplo, el crecimiento del porcentaje de votaciones, no necesariamente quiere decir que exista progreso democrático.

En segundo lugar, muchos otros intelectuales que han estado estudiando el milagro económico de la isla, no se han dedicado a la investigación empírica para llegar a comprender el equitativo milagro del desarrollo político de la República de China en Taiwan.

En tercer lugar, durante años, los reporteros extranjeros han visto nuestra especial situación con la mirada limitada a la situación de sus propios países, que no se relacionan con el Estrecho de Taiwan. Nuestras provisiones en cuanto a la ley marcial, a las barreras puestas en publicaciones sediciosas ya los procesos militares para los implicados en actividades sediciosas, son generalmente descritos por los reporteros sin un conocimiento completo, sino que llevados sólo por suposiciones. Lo peor de todo, casi siempre ha sido ignorado el positivo progreso.

En comparación con la posición política y económica de los principales países democráticos del mundo, ¿estamos realmente atrasados en cuanto a nuestro propio poder económico? Considero que en verdad tenemos más que un milagro económico; incluso los hechos muestran que la democracia política ha logrado en esta isla el mayor progreso.

"La Experiencia de Taiwan" -la forma como el gobierno de la República de China ha trabajado en Taiwan- es realmente excepcional, puesto que lo ha hecho en una cultura antigua y profundamente enraizada, llevándola acelerada y pacíficamente hacia adelante. Es evidente que este país ha ido caminando firme y resueltamente hacia una democracia completa y global, caracterizada por la regresión democrática; no solamente por algunos factores de coincidencia, sino que deliberadamente, por políticas gubernamentales respaldadas por una vasta filosofía.

El gobierno de la República de China es un gobierno que ha aprendido claramente de las pasadas experiencias y que está dedicado, por ejemplo, al precepto de que la verdadera estabilidad política descansa en el bienestar público, un requisito previo para mantener el desarrollo. La República de China ha ayudado a demostrar también que para que perduren las reformas en una sociedad, esto puede lograrse solamente dentro del verdadero contexto de una cultura y no a través de revoluciones para derrumbar esa misma cultura. Así, considero que muchos de nuestros críticos se asombrarían al encontrar que todos los que están involucrados en nuestra estructura de poder están convencidos de que el único camino está constituido por la democracia.

En los primeros años luego del traslado del gobierno de la República de China a Taiwan, esta isla ha estado enfrentando directamente la amenaza militar de los comunistas chinos así como los conflictos internos entre los chinos nacidos en Taiwan y los nacidos en el Continente; lo que ha pasado es histórico, pero bajo diferentes circunstancias históricas. En cualquier caso, no se contaba con las condiciones para la completa realización de la democracia. Fue una época de confusión en la que los tiempos fueron difíciles, -militar, económica y políticamente- y las políticas gubernamentales fueron también difíciles. Pero al mismo tiempo, este Gobierno no sólo continuó abogando por la democracia a través de las escuelas y los medios de comunicación, sino que empezó a introducir realmente la práctica democrática en las políticas locales, después del segundo año de haber llegado a la isla. La mezcla de políticas de un control más estricto y del estímulo para el desarrollo político, lo que representaba realmente la inculcación de la democracia durante las dos décadas, mientras que China Comunista, al otro lado del Estrecho, se ha mantenido aún en desacuerdo con los Estados Unidos, lo que finalmente produjo que esas condiciones pudieran permitir no solamente el milagro económico, sino que una creciente cultura de la democracia.

Un creciente Producto Nacional Bruto se mantuvo a la par de una fuerte disminución en las tasas de analfabetismo, de las crecientes escalas de oportunidad y participación política y la expansión de la libertad de oposición política.

Un paso principal hacia adelante en cuanto al desarrollo democrático en Taiwan ocurrió en 1969 cuando fue abierto a elección un número limitado de cargos para el Yuan Legislativo y la Asamblea Nacional. Los resultados de esas elecciones transcendieron en una mayor participación en el gobierno central, de parte de ciudadanos nacidos en la isla y por primera vez, desde entonces, las políticas centrales y el presupuesto del gobierno de la República de China estuvieron sujetos abiertamente al escrutinio de la oposición.

Desde entonces, la actividad de la oposición y el número de publicaciones políticas se ha incrementado rápidamente, una etapa política que los científicos consideran como el "punto transitorio crítico". En esa fase, la acalorada participación política se enfrentó con la falta de flexibilidad y adaptabilidad institucional (Taiwan experimentó lo primero, no lo último). Aquí nos encontramos nuevamente con la capacidad del personal gubernamental; el gobierno de la República de China se encaminó a desarrollar las instituciones afectadas para cumplir con el crecimiento de la participación democrática y los cambios democráticos en la cultura.

Por lo tanto, alcanzó a la ley de compensación nacional, una separación del sistema judicial de la oficina administrativa, un acceso inmediato a los abogados para los acusados de crímenes y en otras categorías, una agencia de protección del ambiente, parques nacionales y una agencia de protección para el consumidor.

Durante las elecciones del año pasado, muchos elementos de la oposición cooperaron para nominar y elegir candidatos. Este movimiento fue aceptado abiertamente por el Gobierno, a través de las actividades de los partidos legales, pero no fue permitida la formación de otros nuevos partidos bajo las actuales circunstancias de la nación.

Todo este movimiento ha sido positivo para la democracia. Mucho ha sido revolucionario en cuanto a las pasadas tradiciones; todo ha procedido deliberadamente, teniendo en mente metas a largo plazo. Una cosa es cierta: El futuro de la República de China está dedicado y dirigido inalterablemente hacia una democracia en completa escala, tanto en Taiwan como en una China reunificada.

Las instituciones democráticas florecen únicamente en ambientes materiales favorables y de acuerdo con esto, mientras que en el mundo, los economistas se preocupan por el crecimiento y la productividad, los científicos sociales y los políticos inclinados por la democracia se preocupan por la distribución equitativa de los beneficios económicos. Hasta ahora, todos los especialistas están de acuerdo en que uno puede ocurrir sin el otro. Ciertamente, la mayoría de países en desarrollo le han concedido al crecimiento una prioridad tan fuerte que la igualdad ha sido relegada para "más tarde", para que se encargue de ella otro futuro gobierno, si es que alguna vez dicha tarea llegara a realizarse.

Como un hecho cierto, la distribución de ingresos en el mundo ha ido de mal en peor, como consecuencia del crecimiento global acelerado de los años setenta. En la mayoría de países desarrollados, llegar a tener una parte equitativa de crecimiento se convirtió en un sueño que nunca podría realizarse. Con esta desilusión, los habitantes de varias naciones en transición, empezaron a repudiar tanto a los dirigentes como a los objetivos económicos.

La República de China ha sido y continúa siendo una de las pocas excepciones. Los habitantes de Taiwan han disfrutado individualmente de los beneficios del acelerado crecimiento económico de la isla, que se inició con un ingreso anual per cápita de US$45 en 1949, el mismo año en que el gobierno de la República de China se trasladó a Taiwan. Hoy, después de un promedio de incremento anual del 9 por ciento del producto nacional bruto, después de 35 años, el ingreso per cápita de la isla es de US$2.474. Pero esta es sólo la mitad de la historia. En 1952, el promedio de ingresos del 20 por ciento de los habitantes más ricos, fue 15 veces el del 20 por ciento de los de menores ingresos. La brecha en la distribución actual es solamente 4 veces y está dentro de las mejores del mundo; además se está formando una enorme clase media.

Por lo tanto, los chinos en Taiwan se están convirtiendo no solamente en afluentes económicamente, sino que en una sociedad equitativa, sobre una base histórica de siglos de directa tradición opuesta; la educación constituye también una igualdad. Apreciada tradicionalmente por los chinos, se ha mejorado, expandido y modernizado en gran escala en esta isla.

Desde el principio, bajó rápidamente la tasa de analfabetismo y la proporción de gastos en educación incrementaron gradualmente el producto nacional bruto y los años de educación gratuita se extendieron continuamente. Miles de graduados de la Universidad fueron enviados al exterior para hacer estudios avanzados, principalmente a los Estados Unidos. Al regresar al país, trajeron no solamente conocimientos de primera mano, sino que también su dedicación a la cultura democrática.

Nuestro pueblo crecientemente afluente y educado ha contribuido al desarrollo político de Taiwan, por su propio deseo. Son también políticamente más sofisticados que las generaciones precedentes, una de las razones del fracaso de las destructivas políticas del pasado.

En las teorías del desarrollo político, los cambios de actitud y de conducta llegaron de último en el camino de la modernización. Si dicha suposición es cierta, si los hechos hablan por sí mismos, entonces es hora ya de que se borren los antiguos estereotipos. El desarrollo político de este país no se encuentra detrás del éxito económico, sino que representa, en una antigua cultura, un mar de cambios de una dimensión tan vasta que, por lo menos, sólo podría describirse como igualmente "milagroso".

Pero las acaloradas competencias políticas por sí mismas no son destructivas. El año pasado, las elecciones locales para miembros del Yuan legislativo enfrentó fuertes ataques de parte de la oposición en contra de la política y el personal del gobierno de la República de China (así como en contra del Kuomintang, el partido gobernante). El sensacionalismo político siempre ha interesado al pueblo y durante los discursos de los políticos, se reunieron miles de personas para escucharles, llegando incluso a bloquear las calles. Sin embargo, al llegar el momento de tomar decisiones, después de escuchar los ataques en contra, 6.891.160 votantes de un total de 10.908.036 dieron 62 puestos a los 71 candidatos del partido gobernante, en una clara muestra del apoyo, no solamente para el Gobierno sino que también del avance democrático en Taiwan. □

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