19/05/2024

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OPCION VIABLE EN EL MAR DE CHINA ORIENTAL

01/09/2012
Un bote pesquero taiwanés con activistas de Taiwan a bordo, en primer plano, es visto en una confrontación con embarcaciones de los guardacostas japoneses el 4 de julio de este año en las aguas cercanas a las Islas Diaoyutai. (Cortesía de la Flotilla Costera de Keelung, Administración de Guardacostas)

Cuando se trata de zonas álgidas internacionales, pocos lugares son más reñidos que las Islas Diaoyutai, un grupo de cinco islas volcánicas deshabitadas y tres rocas que sobresalen en el Mar de China Oriental a sólo 102 millas náuticas de la costa de Keelung en el norte de Taiwan.

La República de China (RDCh) ha sostenido desde hace mucho que desde las perspectivas de la geografía, geología, historia, posición legal internacional y uso práctico, las Diaoyutai son una parte indiscutible del territorio de Taiwan. Sin embargo, los gobiernos de Japón y China continental hacen reclamaciones similares; y la resultante disputa sobre la soberanía ha transformado al grupo de islas en un lugar para mayores conflictos territoriales. Por ejemplo, el 4 de julio de este año,  una embarcación de los guardacostas japoneses  rozó con una nave de los guardacostas de la RDCh cerca de las islas. El 15 de agosto, las tensiones se incrementaron aún más cuando 14 activistas  supuestamente de Hong Kong, Macao y China continental fueron detenidos apenas desembarcaron en una de las islas disputadas.

El presidente de la RDCh Ma Ying-jeou enfatizó el -creciente riesgo de conflicto por las Diaoyutai cuando anunció la Iniciativa de Paz en el Mar de China Oriental el 5 de agosto de este año. “Asia oriental se está convirtiendo rápidamente en un modelo de crecimiento económico y prosperidad para el resto del mundo”, dijo. “Pero las crecientes tensiones por las Diaoyutai en los últimos años son una amenaza que puede desestabilizar el desarrollo pacífico de la región”. La pro-puesta de paz hace un llamado a todas las partes para evitar conductas antagónicas, poner de lado la controversia y mantener el diálogo, observar el derecho internacional y resolver las disputas a través de -medios pacíficos, crear un código de conducta y establecer un mecanismo para la -cooperación en la exploración y el -desarrollo de los recursos de la región.

La Iniciativa de Paz en el Mar de China Oriental es en gran parte el producto del énfasis de la administración de Ma en la -diplomacia viable, que fomenta el diálogo y pretende mantener los principios de la dignidad y la autonomía mientras trata con temas controvertidos en una manera pragmática y flexible. Desde 2008, esta estrategia diplomática ha producido varios avances en las relaciones con Pekín. Aunque los lazos a través del Estrecho están mucho más sosegados, permanecen las -diferencias, y la administración ha subrayado que el Gobierno no trabajará con China continental en el asunto de las Diaoyutai.

Un precedente exitoso de la utilización de la diplomacia centrada en el diálogo y el derecho internacional puede verse en la resolución a la disputa entre Dinamarca, Alemania y los Países Bajos respecto a las áreas del Mar del Norte a finales de los años sesenta. Ese asunto fue finalmente resuelto a través de negociaciones entre los países involucrados y su acuerdo se sujeta a la decisión tomada en 1969 sobre fronteras de suelo marino por la Corte Internacional de Justicia.

Así como la disputa en el Mar del Norte, la búsqueda por controlar los recursos naturales es un factor principal en el desacuerdo sobre las Diaoyutai. Taiwan, Japón y China continental  renovaron sus reclamaciones de soberanía poco después de la identificación de campos de petróleo y gas en el Mar de China Oriental en 1969. Sin embargo, la iniciativa de paz hace un llamado para poner de lado las disputas -territoriales y centrarse en el desarrollo cooperativo de los recursos de la región. Como indica el presidente Ma, “la -soberanía territorial no puede comprometerse, pero los recursos naturales pueden ser compartidos”.

La temprana reacción internacional a la iniciativa de paz ha provocado optimismo. Los expertos en Estudios de Asia Oriental recibieron positivamente la propuesta, por ejemplo, Alan Rom-berg, director del Programa de Asia Oriental en el Centro Henry L. Stimson en Washington, dijo que la iniciativa es una manera factible y pragmática para resolver las disputas en la región. Japón respondió a la propuesta diciendo que algunas formas de cooperación en el Mar de China Oriental son concebibles, pero que mantendría su reclamación sobre su soberanía. Por su parte, el Gobierno de la RDCh se comprometió a buscar el consenso con Japón a través del diálogo.

La estrategia diplomática que se centra en la cooperación, el diálogo y el derecho internacional es probablemente la única manera de resolver las tensiones sobre las Diaoyutai. Existen otros dos escenarios, ninguno de los cuales es -particularmente atractivo. En el primero, el estancamiento actual -continúe, reavivado ocasionalmente por una serie de políticas militares y diplomáticas arriesgadas. En el segundo, estas políticas arriesgadas desencadenen en una guerra, y sólo esa posibilidad debería incentivar a todas las partes involucradas a darle a la diplomacia viable la oportunidad de triunfar.

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