04/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

ATASCADO EN EL MEDIO

01/07/2013
Ciudadanos japoneses sostienen pancartas que dicen "Gracias Taiwan" en una celebración del Día Nacional de la República de China en Yokohama, Japón, el 10 de octubre de 2011. Taiwan brindó la mayor cantidad de ayuda humanitaria a Japón tras el tsunami y el desastre nuclear en Fukushima en marzo de ese año.

La capacidad de Taiwan como poder intermedio diplomático se complicó por las disputas sobre las islas.

La diplomacia de los poderes intermedios es un concepto en la literatura sobre las relaciones internacionales que se aplica a los estados que, debido a su capacidad material y financiera o su cultura política y liderazgo, contribuyen activamente a la resolución de conflictos, mantenimiento de la paz o asistencia al desarrollo oficial. Es descrita frecuentemente como actuar como un “buen ciudadano” de la comunidad internacional: más involucrados que los países más pequeños en los asuntos internacionales, pero también más comprometidos y multilaterales en el enfoque que las superpotencias. En medio del reequilibrio de Estados Unidos respecto a Asia y la relación dinámica entre Estados Unidos y la República Popular de China (RPCh, siglas en inglés), la política exterior de Taiwan se asemeja a la de un aspirante poder intermedio; no obstante con una crucial excepción: el Mar de China Meridional.

La idea de la diplomacia de los poderes intermedios ha recibido recientemente la atención de los académicos en el contexto del pivote asiático de Estados Unidos, que aún está en despliegue. Las potencias regionales más pequeñas en el noreste de Asia intentan ejercer su influencia en las cada vez más intensas relaciones sino-estadounidenses para mantener la prosperidad y la estabilidad en la región.

La República de China (RDCh) en Taiwan, como la mayoría de los estados pequeños, es influenciada significativamente por las acciones de estados más grandes y por lo tanto dependiente de la cooperación multilateral para garantizar su propia seguridad. Además, Taiwan continúa encontrándose en una posición históricamente complicada y a menudo geopolíticamente tensa, donde las esferas de influencia de los países de mayor tamaño traslapan, específicamente las de China continental y Estados Unidos. Algunos países como Corea del Sur y Japón, que están similarmente situados a lo largo de la misma falla geopolítica, buscan minimizar los riesgos de la confrontación de grandes potencias mediante el uso de la diplomacia de los poderes intermedios.

Diferentes modelos

Como han señalado recientemente los intelectuales internacionales en el campo durante la conferencia sobre Diálogo Trilateral de 2012, realizada en Taipei, el concepto de la diplomacia de los poderes intermedios aún debe definirse y ponerse en marcha completamente. Muchos modelos diferentes propuestos en la literatura conducen a definiciones diferentes. Además, debe discutirse aún más si la RDCh tiene el potencial de desempeñar el papel de poder intermedio responsable, o si ya está haciéndolo.

Cuando se discute la diplomática de los poderes intermedios, los países tales como Noruega, Canadá, Australia y otros reciben frecuentemente una mención por su liderazgo ejemplar en el mantenimiento de la paz y la resolución de conflictos. Algunos intelectuales proclaman el alza de las naciones más pequeñas en varios foros multilaterales como una señal del predominio político en disminución de las actuales superpotencias. Sus líderes han, en ocasiones, enfatizado el rol funcional de sus países como contribuyentes al normativo orden mundial. Los poderes intermedios se han vuelto cada vez más relevantes desde la Guerra Fría cuando, a pesar de sus opciones bastante limitadas, fueron capaces de facilitar avances diplomáticos significativos entre los dos bloques dominados por superpotencias.

La historia del término “poder intermedio” también sugiere que países tales como Canadá y Australia pretendan lograr mayor reconocimiento por sus contribuciones materiales a la seguridad internacional –especialmente durante la Segunda Guerra Mundial– elevando así su propio perfil en la comunidad internacional. Sin embargo, si tal “calidad de poder intermedio” es simplemente un eufemismo de lo que podría ser una carrera competitiva entre los estados más pequeños para aumentar su perfil, entonces los efectos positivos en la diplomacia de grandes poderes son dudosos. También es cuestionable si los poderes intermedios pueden siempre desempeñar verdaderamente un rol independiente y no se verán finalmente tentados a parcializarse con una potencia grande u otra. Por lo tanto, sería más significativo identificar  a los poderes intermedios dependiendo de sus efectos en la mediación y diplomacia (el modelo normativo) y sus actitudes de liderazgo (el modelo conductual) en lugar de cuantificar sus capacidades financieras o materiales (el modelo jerárquico). Este método evita también la búsqueda complicada de jerarquías relativamente altas entre los países, y en su lugar examina los resultados reales de su diplomacia.

Si la RDCh es un poder intermedio en el sentido normativo o conductual significaría que el país exhibe un comportamiento distintivamente diferente de las grandes y pequeñas potencias e intenta resolver genuinamente conflictos a través de sus propios esfuerzos independientes con mediación o a través de las instituciones establecidas. Se pueden hacer dos advertencias. Primero, aún hoy, la RDCh sigue excluida de la calidad de miembro en importantes organizaciones internacionales, lo que reduce la posibilidad de ser capaz de actuar como un poder intermedio a través de instituciones establecidas. Segundo, en el conflicto en el Mar de China Oriental, parece que sólo hay poderes intermedios y superpoderes involucrados, y sin reclamo de ningún estado pequeño (a diferencia de los conflictos en el Mar de China Meridional). En general, ambas disputas presentan panoramas completamente diferentes de las ambiciones como poder intermedio de Taiwan.

Clarificación necesaria

En el conflicto en el Mar de China Oriental, una clarificación es necesaria en cuanto a si la RDCh representa un poder intermedio en el sentido normativo en comparación con otros reclamantes, Japón y China continental. Esto significa que el país está activamente involucrado en la resolución del conflicto regional (principalmente a través de iniciativas diplomáticas y ayuda exterior) y no está subordinado a la voluntad de una superpotencia. La reconciliación con China continental vista en los últimos años –un esfuerzo del gobierno del Kuomintang (KMT)– ya ha causado que algunos comentaristas especulen sobre una percibida adaptación a la política exterior de Pekín.

 

Un comando de la Administración de Guardacostas de la RDCh en la isla Taiping en las Islas Nansha (Spratly). Taiwan mantiene reclamos de soberanía sobre territorios adyacentes en el Mar de China Meridional.

Sin embargo, en el nivel oficial, la reconciliación ha sido hasta ahora limitada a los temas comerciales y económicos, y los funcionarios de la administración rotundamente niegan cualquier coordinación con Pekín sobre asuntos de política exterior. El Gobierno de la República de China aún está buscando una estrategia de equilibrio en sus relaciones con la RPCh dependiendo en la relación histórica con Estados Unidos. A cambio, la RDCh ha mantenido sus reclamos tanto en el Mar de China Oriental como el Mar de China Meridional –reclamos que divergen de la posición oficial de su aliado estadounidense.

En cuanto a la relación entre la RDCh y Japón, está lejos de ser tan tensa como la que hay entre Japón y China continental. Taiwan puede afirmar ser el mayor contribuyente al esfuerzo de ayuda después de Fuku-shima, aunque fue gracias a la generosidad privada del pueblo taiwanés ya que la acción oficial fue prohibida por Pekín. Esto resalta el apoyo consistente del país a los esfuerzos humanitarios y su continuo deseo de participar en cooperación conjunta en la gestión de desastres y operaciones de rescate en la región. Al mismo tiempo, ambos gobiernos están claramente en desacuerdo sobre la administración de las Islas Tiaoyutai (Diaoyutai o Senkaku en japonés), con Taipei buscando negociaciones sobre los derechos pesqueros vis-à-vis Tokio. Esto, en suma, refleja la relativa independencia de la toma de decisiones relacionada a la política exterior que tiene Taipei.

La Administración del presidente de la República de China Ma Ying-jeou ha develado una iniciativa de paz en el Mar de China Oriental que incluye un llamado hacia, entre otras cosas, posponer las disputas, obedecer el derecho internacional, y desarrollar un código de conducta. Las décadas de interés por parte de Ma en las islas Tiaoyutai y su iniciativa actual reflejan el compromiso diplomático activo del liderazgo de la RDCh sobre el asunto, y apoyan la interpretación de Yoshihide Seoya que los poderes intermedios constituyen las principales partes que brindan apoyo a la creación de instituciones transnacionales. Seoya, profesor en el Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la Universidad de Keio, indica que el liderazgo significativo en un asunto y la buena disposición para aceptar compromisos es un importante elemento de la conducta de un poder intermedio.

Debe reconocerse que la RDCh está directamente involucrada en las disputas isleñas tanto en el Mar de China Oriental como en el Mar de China Meridional debido solamente a sus propios reclamos territoriales allí. Esto disiente del ejemplo de la mediación canadiense en la Crisis de Suez en 1956. Así es también el caso del poder intermedio de Japón en el Mar de China Oriental. A pesar de todo, el llamado de la RDCh a posponer la disputa y buscar un código de conducta es una de las medidas más orientadas al beneficio mutuo y multilateral propuesta por cualquier actor en la región, ya que ostensiblemente el país lo hace a sus propias expensas.

El Mar de China Meridional

Sin embargo, el panorama es diferente en el Mar de China Meridional. Aquí el Gobierno de la República de China no ha lanzado ninguna incursión significativa hacia la resolución del conflicto y es criticada por algunos comentaristas por basar sus reclamos en la “Línea en forma de U”, que es impresionantemente similar –y de hecho, históricamente relacionada con– la “línea de nueve puntos de la RPCh”.

Mientras que China continental firmó la Declaración sobre la Conducta de las Partes en el Mar de China Meridional con la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (ASEAN, siglas en inglés) en 2002, la RDCh queda excluida de los esfuerzos multilaterales debido al bloqueo diplomático de China continental, y por lo tanto no tiene acceso a estos instrumentos diplomáticos, por ello Taipei parece no estar comprometida profundamente con ellos. En vista de su tan limitada posición diplomática, la RDCh corre el riesgo de alienar a sus vecinos del sur, algunos de los cuales están aspirando a ser poderes intermedios por sí mismos.

Si el Gobierno de la RDCh quiere continuar apuntalando su imagen como un actor con ventajas y experiencias de poder suave y con la habilidad de funcionar como un poder intermedio normativo y genuino, necesita darse cuenta que está actualmente enviando dos señales completamente diferentes a la comunidad  internacional: una de un poder intermedio comprometido en el Mar de China Oriental, y una que es muy similar a la postura de la RPCh. Esta última señal está basada en una interpretación anacrónica de la Constitución de la RDCh que aún ve al gobierno de la RDCh como el representante de China continental también. Como en el caso en el Mar de China Oriental, el Gobierno no necesitaría ceder a reclamos territoriales simplemente porque está presentando su buena voluntad y pensamiento multilateral. Además, un buen consejo para Taipei sería que busque más diálogo con los países de la ASEAN para así evitar el mayor aislamiento diplomático.

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