Es el deber de todos los países actuar a favor de los mejores intereses de las futuras generaciones. Con ésto en mente, el Yuan Legislativo aprobó el 15 de junio la Ley para la Reducción y Gestión de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero. La legislación fue propuesta primero por la Administración para la Protección del Medio Ambiente (EPA, siglas en inglés) en 2006, y consagra las provisiones para establecer e implementar medidas tangibles a fin de reducir la emisión de gases de efecto invernadero de la nación. La ley establece que para 2050 las emisiones del país deben ser 50 por ciento menores que las de 2005, o aproximadamente 123 millones de toneladas métricas.
Antes de la 21a COP, se le solicitó a las partes participantes divulgar públicamente sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional Previstas (INDC, siglas en inglés) que especifican qué medidas se tomarán para reducir las emisiones de carbono, basadas en las respectivas circunstancias y habilidades. Se pretende que las promesas de INDC de las partes ayuden a la elaboración de un nuevo acuerdo climático que asegure un futuro sostenible de bajo carbono.
Para actuar aún más como un miembro responsable de la aldea global y demostrar su compromiso a la adhesión a los principios de la UNFCCC, el Gobierno de la RDCh publicó en forma voluntaria el 17 de septiembre sus INDC. La meta de Taiwan consiste en reducir las emisiones de carbono de 2030 en 50 por ciento de los niveles actuales, 20 por ciento menos que en 2005. A fin de lograr la meta de la nación de crear una sociedad de bajo carbono, la EPA ofrece incentivos a las empresas que voluntariamente reducen sus emisiones con la meta de establecer un sistema de comercio de derechos de emisión.
Por otro lado, el Ministerio de Economía ha creado un mecanismo a fin de promover el desarrollo de una amplia gama de métodos para la generación de electricidad, basado en la Ley de Desarrollo de Energía Renovable de 2009, incluyendo tecnologías geotermal, solar y eólica. Como el segundo mayor productor en el mundo de celdas fotovoltaicas, Taiwan es ya un líder en el sector de energía verde y está preparada para utilizar sus amplios conocimientos y experiencias en este campo para ayudar a avanzar más los objetivos de la reducción de emisiones de la comunidad internacional.
La participación de Taiwan en una entidad de la ONU ya tiene precedentes. En 2009, la nación obtuvo la calidad de observadora en la Asamblea Mundial de la Salud, el órgano de toma de decisiones de la Organización Mundial de la Salud de la ONU, y ha contribuido a crear un mundo más sano y seguro. Con un récord de éxitos comprobados como una innovadora y promotora de la cooperación medioambiental internacional, Taiwan está lista, dispuesta y capaz de hacer contribuciones significativas para enfrentar el cambio climático como observadora dentro de la UNFCCC. Dado que el cambio climático es un problema mundial, todas las naciones del mundo deben cooperar para alcanzar una solución global.