Realizado bajo los principios de igualdad y dignidad, el intercambio representó un símbolo poderoso de los sobresalientes avances en las relaciones que han tenido lugar en los últimos años. Desde la reanudación de los diálogos institucionalizados después que el presidente Ma asumió el cargo en 2008, Taiwan y China continental entraron en un período de reconciliación y cooperación sin precedentes; habiendo ya firmado para la fecha de la citada reunión en Singapur, 23 acuerdos sobre temas que van desde el comercio y la inversión, hasta la cooperación en materia judicial y médica.
La reunión Ma-Xi se vio marcada por una serie de hitos significativos en las relaciones a través del Estrecho, mientras que Taiwan no hizo ninguna concesión en los temas de democracia o libertad para que se realizara el intercambio. Dirigiéndose entre sí como “señor”, en lugar de “presidente”, los líderes consolidaron formalmente el Consenso de 1992, en cuanto a que ambos lados insisten en el concepto de “una China”, pero cada uno interpretándolo a su manera en un sentido práctico. Para Taiwan, significa la República de China. Este consenso es la base fundamental de las relaciones a través del Estrecho, así como para el statu quo de paz y cooperación.
Durante el intercambio, por primera vez Taiwan planteó directamente el asunto de los misiles que apuntan a la isla y las intervenciones que afectan su espacio internacional, con el líder de China continental. El pueblo de Taiwan está particularmente preocupado sobre la seguridad y la dignidad en el desarrollo de las relaciones a través del Estrecho, y el presidente de la RDCh expresó su esperanza de que China continental pueda demostrar su buena voluntad tomando medidas concretas y amistosas con respecto a su despliegue militar. Además, Ma resaltó el deseo de la nación de participar significativamente en la comunidad global, expandiendo su participación en las organizaciones internacionales. Es importante para ambos lados reducir la hostilidad y la confrontación en estos frentes y promover un futuro de prosperidad compartida.
La reunión en Singapur marcó la culminación de un largo proceso en el que ambos lados se han esforzado para generar confianza, fortalecer la cooperación y ampliar los intercambios. Los resultados de estos esfuerzos son aparentes. Desde 2008, la cantidad de turistas chino-continentales que ha visitado Taiwan se ha multiplicado trece veces; la de los estudiantes chino-continentales que cursan estudios en universidades de Taiwan se ha incrementado 42 veces, y los vuelos a través del Estrecho han aumentado 800 veces. Este rápido crecimiento en las interacciones ha fomentado significativamente el entendimiento entre los pueblos de ambos lados. Como señaló Ma durante su intercambio con Xi, “los 23 acuerdos a través del Estrecho, con la paz tanto como base al igual que meta, pueden todos ser vistos, en términos generales, como acuerdos de paz”.
A lo largo de su reunión en Singapur, ambos líderes transmitieron conjuntamente un fuerte mensaje de paz a la comunidad internacional. Los gobiernos alrededor del mundo, incluyendo Estados Unidos y la Unión Europea, han expresado reconocimiento y apoyo a los esfuerzos de ambos lados por promover la estabilidad a través del Estrecho.
Muchos asuntos delicados sobre los que cada lado mantiene una posición firme, aún no han sido considerados. Sin embargo, el Presidente de la RDCh manifestó en un artículo de opinión publicado el 22 de noviembre del año pasado en el diario USA Today, que la reunión ha “ayudado a construir un puente a través del Estrecho de Taiwan, estableciendo un nuevo modelo por medio del cual los dos líderes pueden continuar reuniéndose con igualdad y dignidad”. Por el bien de los pueblos de ambos lados, así como de la prosperidad y estabilidad regional, Taiwan y China continental deben aunar esfuerzos por consolidar y ampliar los avances trascendentales logrados durante los últimos siete años en las relaciones a través del Estrecho.