20/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Un pueblo que da la buena nota

01/10/2007

La voz del narrador de una propaganda de televisión de un automóvil dice: “Hay un grupo de gente en Houli; ellos no sólo tocan música, pero también fabrican instrumentos musicales y permiten a la gente de todo el mundo apreciar el dulce sonido producido por los saxofones que fabrican. Una ciudad espléndida debe estar habitada por un grupo de personas brillantes...”

Esta propaganda, transmitida primero a finales de 2003, resultó ser un buen truco publicitario. Hasta entonces, Houli, un pueblo agrícola en el centro de Taiwan, era apenas conocido por sus sembradíos de flores y frutas. Incluso en Taiwan, muy poca gente sabía acerca de los saxofones de Houli. Aunque el pueblo no parece ser el lugar donde se producen instrumentos musicales, aquí se encuentra el grupo de fabricantes de saxofones más grande de la isla.

Según estadísticas extraoficiales, los saxofones hechos en Taiwan representan un tercio de la producción mundial de este instrumento, con un valor de exportación de NT$700 millones (US$21 millones) al año. La mayoría de los instrumentos son fabricados bajo el sistema de fabricación de equipo original (OEM , siglas en inglés), por esto la mayoría de los usuarios finales no están al tanto de sus orígenes taiwaneses.

La relación entre Houli y los saxofones se remonta al año 1947, cuando un grupo de jóvenes amantes de la música, incluyendo a Chang Lien-cheng, Chang Chi-pan y Chang Teng-hui, organizó una banda de jazz, que era invitada a menudo a actuar en los eventos locales. En esa época, los instrumentos musicales eran un lujo, y la mayoría era importada de Japón. Sin embargo, luego, el incendio de una casa destruyó el único saxofón que tenían.

Por esta gran pasión que sentía por la música, Chang Lien-cheng trató de encontrar la manera de hacer un saxofón. Durante los siguientes tres meses, él separó el instrumento torcido y ennegrecido, pieza por pieza —aproximadamente 400 en total?y dibujó meticulosamente cada pieza y la manera cómo encajaban entre sí.

Luego, tomó una cinta de latón de la parte inferior de una puerta corrediza en su casa para convertirla en las teclas, y derritió una antigua moneda de plata para usarla como material de soldadura. Durante el proceso, una barra de latón rebotó y golpeó a Chang en el ojo derecho, cegándole ese ojo.

A pesar de eso, Chang continuó, y después de tres años de estudio individual y muchas pruebas, él terminó el primer saxofón hecho desde cero en Taiwan, y lo vendió con éxito a un músico de Filipinas. El negocio era tan rentable para Chang, que comenzó a aceptar aprendices y emprendió el negocio de la fabricación de saxofones.

Negocio familiar

Con el paso de los años, Chang, quien murió en 1986, traspasó desinteresadamente sus destrezas a aquellos interesados, y muchos de estos abrieron sus propias fábricas. En los años setenta, el negocio prosperó y las aproximadamente 30 fábricas de saxofones en Houli producían algunos 30.000 instrumentos al año.

Hay cuatro tipos comunes de saxofón: soprano, alto, tenor y barítono. A juzgar por la simple apariencia, básicamente cuanto más larga la caña, más bajo el sonido. Como son instrumentos de viento, pueden dividirse en dos categorías: latón y madera. Los primeros poseen una boquilla de metal, mientras que en los segundos, las boquillas pueden ser de madera o bambú. Houli es famoso por fabricar el tipo de madera.

La fabricación de un saxofón es un proceso complejo que abarca: cortar, martillar, enfriar, soldar, terminar (enchapar con plata o aplicar laca), pulir y ensamblar. Se requiere de buenas habilidades artesanales, debido a que la sutil relación entre las varillas, huecos y las yemas de los dedos, así como el ensamblaje final afecta considerablemente el desempeño del instrumento.

Gacias a la sofisticación de los saxofones hechos a mano de Houli, éstos han recibido el reconocimiento de varias compañías internacionales de instrumentos musicales. Sin embargo, debido a sus operaciones a pequeña escala y la falta de canales de venta, los fabricantes locales dependen generalmente de los agentes que hacen los pedidos.

Las fábricas de saxofones en Houli son administradas en gran parte por miembros de la familia en sus propias casas, en ocasiones sin ayuda externa, y raras veces con más de 3 ó 4 empleados. Estas sufrieron grandes percances en los años ochenta cuando una compañía grande, K.H.S. Musical Co., originalmente vendedor de instrumentos musicales, se transformó en fabricante, y comenzó a producir en masas. Varias compañías quedaron eliminadas.

“Hace veinte años, casi cambiamos nuestra carrera cuando los pedidos de K.H.S. fueron suspendidos. Ese fue un gran golpe”, dice Chang Wan-fu, quien, con su esposa Lin Mei-yun, dirige Wanlifu Instrument Co. Chang, quien nació en 1953, comenzó a aprender la fabricación de saxofón como aprendiz cuando tenía 13 años, y estableció su propio negocio a los 23.

“Mi esposo tenía una sólida base en la fabricación de saxofón tras una década de intensos esfuerzos como aprendiz. Era algo que sabía bien y le interesaba”. “Por eso decidimos que yo debería ir a vender prendas de vestir para mantener la familia, mientras que él se quedaba en casa, para perfeccionar sus destrezas y hacer saxofones. Si eso no funcionaba en dos años, pensábamos cambiar de negocio”.

Aunque los pedidos eran irregulares, la alta calidad de la artesanía de Chang sirvió para garantizar unos cuantos clientes valiosos. Uno de sus clientes japoneses hasta lo invitó a establecer una fábrica en Corea del Sur. Al no estar dispuesto a llevar sus destrezas locales al exterior, Chang rechazó la propuesta, que hubiese sido lucrativa.

Producción eficiente

“Hemos fabricado saxofones en Houli generación tras generación... son el patrimonio de este pueblo. Me siento obligado a mantener la llama encendida aquí”, dice él. En cierto momento, él pensó, “podemos mantenernos a flote, siempre que mejoremos nuestras técnicas y la calidad del producto, y fomentemos la cooperación”.

En vista de que sus operaciones individuales eran pequeñas, Chang dice que los fabricantes locales se reunieron para crear un sistema de división de trabajo basado en la especialización. Se contrató fábricas especializadas para algunos pasos, tales como el enchapado electrónico y la aplicación de laca.

Huang Chung-hsiung, de sesenta y cinco años, y propietario de Huangwei Instrument Co ., es otro testigo y sobreviviente de la prosperidad y caída de la industria de saxofón de Houli, que ha estado en el negocio durante 48 años.

“El número de fabricantes de saxofones en Houli disminuyó a la mitad en los últimos años, en comparación con la época próspera de los setenta”, dice. “El problema principal es que la escala operacional de nuestras fábricas es demasiada pequeña, y los fabricantes chinos se han convertido en una mayor amenaza por su competencia de bajos precios”.

A pesar de todo, Huang dice que mediante la división del trabajo, que redujo costos y aumentó la eficiencia, algunas han logrado sobrevivir.

“Somos expertos fabricantes de saxofones, dada la experiencia acumulada durante varias décadas. Además, trabajamos arduamente y con gran resistencia”, dice con confianza. “Nuestro negocio puede volver a gozar de prosperidad siempre que logremos recibir de afuera ayuda financiera y para la venta, a fin de expandir nuestra productividad y canales de venta”.

De hecho, el Gobierno y los institutos de investigación han ayudado desde 2004, desde que el Buró para el Desarrollo Industrial, bajo el Ministerio de Economía (MOEA, siglas en inglés) inició proyectos especiales para promover la innovación y la transformación de industrias locales para un período de dos a tres años.

La fabricación de saxofones de Houli fue una de las industrias que cumplía con los requisitos, y fue elegida por el Gobierno para recibir asistencia y ayuda gubernamental. “Nuestras evaluaciones mostraron que, a pesar de su tamaño pequeño, la industria doméstica de saxofones estaba bastante conglomerada en Houli, y con una identidad local característica”, dice Kuo Sheng-hsi, jefe de sección de la oficina de la Región Central del MOEA. “Además, ésta tenía ventajas tales como artesanía fina y flexibilidad para tratar las necesidades de los clientes, así como la formación de una cadena de suministro bien formada y un sistema de fábrica satélite en las áreas vecinas”.

Dado su desarrollo y buena base industrial, la oficina de Kuo decidió fomentar la industria de saxofones de Houli, en las áreas de diseño, desarrollo de materiales, estandarización de los procedimientos de fabricación y control de calidad, y mercadeo. Esta, luego, comisionó al Instituto de Investigaciones sobre Tecnología Industrial (ITRI, siglas en inglés) para poner en marcha el proyecto.

Definición de los estándares

Tsai Chang-wen, investigador en ITRI y ejecutor del proyecto de los saxofones, dice que los fabricantes de saxofones de Houli han elaborado desde hace tiempo sus productos basados en enseñanzas orales, traspasadas de artesanos maestros, y no tenían medios objetivos para calibrar la calidad de sus productos. Asimismo, su fórmula comercial OEM limitó su crecimiento y causó ventas inestables y pocas ganancias.

Para resolver estos problemas, ante todo, ITRI compró saxofones de marcas famosas, tales como Henri Selmer de Francia, y Yamaha de Japón, y realizó análisis de sus materiales y sonido. El objetivo era desarrollar materiales comparables aquí y crear normas para garantizar la calidad.

Otras tareas importantes que ITRI puso en marcha fueron el nacimiento de una organización industrial, y la creación de una marca común, “Saxhome”, para los saxofones hechos en Taiwan, y la organización de varias campañas publicitarias, incluyendo exhibición de instrumentos, festivales musicales y una página web que detalla el desarrollo de la fabricación de saxofones en Houli, con versiones en chino, inglés, francés y japonés.

“Los fabricantes de saxofones de Houli deben realizar esfuerzos concertados en la investigación y desarrollo, producción y mercadeo, para crear un mayor porcentaje del mercado”, dice Tsai. “Sobre todo, ellos necesitan crear sus propias marcas para desarrollarse en el mercado internacional”.

Huang Chung-hsiung fue electo en 2005 como presidente de la Asociación de Fabricantes de Saxofones de Houli. “Fue la primera vez en años que los fabricantes locales se sentaron junto a discutir problemas y buscar soluciones”, recuerda Huang de su primera reunión. “Sentí mucha emoción esa ocasión, y al mismo tiempo tuve mucha confianza en nuestro desarrollo futuro”.

Huang dice que la calidad de un instrumento musical es determinada por la precisión de su tono, volumen y timbre. En el pasado, los fabricantes locales juzgaban estos aspectos, por regla, basados en su experiencia individual. ITRI ayudó mucho con el desarrollo de un timbre computarizado y un aparato para analizar el tono, así como una base de datos lograda gracias a su cooperación con varios músicos y universidades del país. Estos sistemas ayudan a los fabricantes de saxofones a verificar de manera científica el desempeño de sus productos, y a darse cuenta de las mejoras que se necesitan hacer.

Chang Wan-fu, de Wanlifu Instrument , dice que para el cliente promedio, lo primero que considera cuando compra un saxofón es la apariencia; tiene que ser perfecta. El agradece a ITRI la introducción de una nueva tecnología de enchapado electrónico y nano revestimiento, que ha mejorado el acabado exterior de sus productos.

Aparte de ampliar el tamaño de su fábrica y el número de empleados, Chang y su esposa Lin Mei-yun, también se esfuerzan en promover su propia marca, SaxPlayHouse , mediante la participación en exhibiciones de instrumentos y competencias, y con el establecimiento de una tienda.

Mejores prospectos

Sus esfuerzos han cosechado frutos, este año, sus ventas mensuales se han más que doblado, en comparación con hace un año, y su marca SaxPlayHouse , está entre los 20 ganadores del premio Marcas Superiores de Taiwan 2007, organizado por el Consejo para el Desarrollo Comercial Externo de Taiwan. Y un empresario taiwanés ha expresado su interés en establecer cadenas especializadas de saxofones en China en 2008 para vender sus productos.

“Nunca habíamos tenido tanta confianza y ambición como ahora. Además de producir productos de alta calidad y precio, hay muchas otras cosas que deseamos hacer, como trabajar con el sector del turismo y establecer una gran sala de exhibición, y tiendas en línea para vender nuestros productos”, dice Lin.

Por otra parte, ella espera que el Gobierno pueda ofrecer préstamos a bajos intereses para que la industria pueda expandir su capacidad y esquemas de mercadeo a gran escala, que ella cree, les ayudaría a crecer más rápido.

De igual modo, Wang Ching-sung, de 44 años, jefe de I Shin Instrument , cree que los fabricantes de saxofones taiwaneses pueden lograr un porcentaje del mercado si producen artículos de alta calidad y más sofisticados.

“Algunos pasos de la manufactura, tales como la soldadura y el montaje final deben hacerse aún a mano, y los clientes son cada vez más exigentes respecto a la calidad del producto. El conocimiento técnicos que hemos acumulado con el tiempo nos permite sobresalir en los detalles”, dice Wang. “Además, somos flexibles a la hora de resolver las necesidades de los clientes porque podemos desarrollar un nuevo modelo y entregar una muestra en 10 días”.

Wang está feliz de ver cómo otra vez a su pueblo, que había estado en silencio, vuelve a la vida gracias a las visitas de los turistas. “Después de las campañas de publicidad de ITRI y las propagandas de televisión, mucha gente ahora sabe que si quiere comprar un buen saxofón, Houli es el lugar donde encontrarlo”, dice con placer.

De hecho, el Museo del Saxofón de Chang Lien-cheng, por ejemplo, se ha vuelto uno de los principales destinos de los turistas que visitan el área. Este exhibe los dibujos de partes de saxofón hechos por Chang, y el saxofón que él hizo, y los diferentes pasos de la fabricación del instrumento.

“Cuando mi abuelo decidió hacer saxofones, la gente pensó que estaba loco y nunca tendría éxito”, dice Chang Tsung-yao, el nieto mayor de Chang Lien-cheng. “Aún así, él trató de lograr su meta, y ha permitido que Houli tenga un lugar en el comercio mundial de saxofones. Nosotros establecimos el museo para conmemorar sus logros”.

Tras un patrimonio

Chang Tsung-yao y su esposa Wang Tsai-jui continúan administrando el negocio familiar de saxofones, y buscan promover su propia marca, Lien Cheng. Ellos tienen planeado el traslado del museo a un sitio más grande que pueda tener un auditorio.

“Ahora que tenemos mejores técnicas y productos, la próxima tarea es crear nuestra marca y lanzar un plan de mercadeo agresivo”, dice Wang. “Nuestro ideal es construir un lugar donde los visitantes puedan apreciar los sofisticados instrumentos musicales y, al mismo tiempo, escuchar su música, porque después de todo, es la música la que da vida al instrumento”.

Una manera de promover los saxofones de Houli, dice Wang, es formar músicos que luego puedan ser los portavoces de los productos. Ella ha cementado el camino para esto, al fomentar el talento musical de sus cuatro hijas- la mayor estudia actualmente música en la universidad, dos están en el bachillerato y una es estudiante de primaria.

Juntas componen un cuarteto de saxofón, y son invitadas a actuar en festivales musicales en Taiwan y el extranjero. Su reputación se extendió después de aparecer en una propaganda de televisión en 2003.

Ha pasado mucho tiempo para la familia Chang, desde aquella época, hace 60 años, cuando Chang Lien-cheng aprendió por sí mismo el arte de la fabricación de saxofones, hasta el cuarteto de saxofón de las hermanas Chang de hoy.

Y se espera que la continua cooperación entre el Gobierno, la academia y la industria, pueda producir capítulos más brillantes e innovadores en la historia del milagro musical de Houli.

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