Lin Hsiao-ting tiene 35 años, y está feliz y sana. Esto no fue así hace cinco años. Ahora ella puede conversar tranquilamente sobre la enfermedad que le aquejaba en ese entonces, y hasta se siente agradecida. “Me diagnosticaron cáncer de mama en primera fase, y ciertamente que fue un gran susto”, recuerda ella. “Después de recibir tratamiento médico, decidí que tenía que cambiar mi vida en todos los aspectos”.
Lin dice que solía trabajar bajo intensa presión con poco tiempo para pasatiempos. Su comida reconfortante era la frita y picante. El cáncer de mama hizo que revisara sus hábitos alimenticios y estilo de vida. Ella redujo su consumo de grasas y aumentó en gran cantidad la proporción de comida orgánica en su dieta. Además, comenzó a ejercitarse más con regularidad, y se enamoró de la naturaleza, así como del yoga, que según ella, nutre su cuerpo y su alma.
Al mismo tiempo, sus opciones le han hecho ponerse más en tono con los asuntos medio ambientales. “Para mantener la salud, necesitamos prestar atención a la dieta y el ejercicio. Y para garantizar la utilización sostenible de varios recursos, debemos compartir la responsabilidad de proteger nuestro ambiente”, explica. “Disfruto más la vida y ésta tiene más sentido desde que tomé medidas para tratar estos asuntos”.
Lin se identifica como lohasiana que deriva del acrónimo en inglés LOHAS, que significa un estilo de vida sano y sostenible. El sociólogo estadounidense Paul Ray y la sicóloga Sherry Anderson acuñaron el acrónimo en un estudio de 1998. Ray y Anderson llamaron a los practicantes de los valores LOHAS, “creativos culturales”, consumidores que son educados y, conscientemente compran y toman decisiones de inversión basados en valores sociales y culturales.
La afirmación más sorprendente que hicieron Ray y Anderson en su libro, Los creativos culturales (2000), es que alrededor de 50 millones de creativos culturales viven en Estados Unidos. Una vez que la tendencia tuvo un nombre, su momentum aumentó. Más y más personas en todo el mundo comenzaron a identificarse como lohasianas o practicantes de los valores LOHAS. LOHAS es tanto un estilo de vida como un fenómeno de mercadeo, que contribuye a la popularidad de un conjunto de bienes y servicios, tales como alimentos orgánicos y saludables, clases de yoga y productos ecológicos. El movimiento ha llegado a Taiwan y los comerciantes están dándose cuenta de ello.
Vender a los lohasianos
El Consejo para el Desarrollo del Comercio Externo de Taiwan (TAITRA, siglas en inglés) fue comisionado por el Buró de Comercio Exterior para organizar un Foro LOHAS Taiwan 2007 en julio del año pasado, a fin de promover los conceptos LOHAS y el desarrollo del comercio relacionado.
Los especialistas, incluyendo a Ted Ning, editor ejecutivo de la Revista LOHAS, con sede en Estados Unidos, Kazumi Oguro, editor en jefe de la publicación mensual Sokotoko, y Eli Hallwell, presidenta de Jurlique, fabricante australiana de productos orgánicos para el cuidado personal, fueron invitados a compartir sus observaciones sobre los desarrollos del mercado en sus respectivos países.
Las conferencias se realizaron en el Centro Internacional de Convenciones de Taipei, y además, TAITRA estableció un área donde los fabricantes taiwaneses y extranjeros mostraron sus productos que enfatizan la salud, la conservación de energía y productos ecológicos.
“LOHAS se convertirá definitivamente en una tendencia del mercado en Taiwan. Es uno de los pocos movimientos sociales que no encuentra ningún tipo de oposición”, dice Peter Huang, director ejecutivo del Departamento de Desarrollo de Mercado, de TAITRA. “Además, ofrece una dirección nueva y positiva para el desarrollo industrial de Taiwan”.
Huang dice que el mercado LOHAS en todo el mundo se calcula actualmente en US$440.000 millones. Japón y Taiwan se consideran los mercados LOHAS que crecen más rápidamente en Asia. Según una encuesta de 2006 realizada conjuntamente por el Departamento de Administración Comercial de la Universidad Nacional Cheng Chi y una firma de investigación de mercado privada, aproximadamente uno de tres taiwaneses entre los 13 y 64 años (alrededor de 5,7 millones de personas) ha adoptado conceptos LOHAS.
“Actualmente, los libros mejor vendidos (en Taiwan) son aquellos que tratan sobre el cuerpo o la mente. Del mismo modo, las tiendas de alimentos orgánicos y los clubes de acondicionamiento físico han proliferado en la isla en los últimos años”, dice Huang.
Como Taiwan ya no puede competir con otras naciones asiáticas en los precios de los productos, Huang estimula a las firmas domésticas a crear productos con características LOHAS que eleven el valor del producto, así como la imagen de la empresa.
Los alimentos orgánicos incluyen frutas y verduras, carnes y mariscos. Los productores comparten su preocupación por la salud y los sostenibilidad del medio ambiente.
Yuen Foong Yu Biotech Co. es una compañía taiwanesa dedicada a la investigación y desarrollo de materiales ecológicos, tales como fertilizantes orgánicos y nutrición para plantas. La compañía también posee una granja orgánica en el Distrito de Yilan en el norte de Taiwan.
“‘La promoción de la salud de los humanos y el ambiente’ ha sido nuestra misión desde que establecimos nuestro centro de investigación y desarrollo en 1996”, dice Shelley Chang, vicepresidenta de Yuen Foong Yu. “Estamos contentos de ver que nuestras prácticas de toda la vida se corresponden con los ahora populares ideales de LOHAS”.
Yuen Foong Yu entrega semanalmente a sus clientes varias combinaciones de frutas, verduras, huevos, productos acuáticos, carne, arroz y tallarines orgánicos.
Los paquetes, cuidadosamente planeados para un dieta balanceada, están diseñados para el consumo de dos a cuatro personas, con paquetes de siete platos que oscilan entre NT$2.500 a $6.000 (US$75-$180).
Comida lenta
“‘¡Somos lo que comemos!’ Este tipo de percepción nos motivó a aventurarnos en el cultivo orgánico para la producción de productos frescos y del tiempo”, dice Chang. “El sector agrícola de Taiwan debería fijarse esta dirección para alcanzar precios de venta más altos y garantizar el empleo sostenible de nuestro limitado terreno cultivable”.
La compañía biotecnológica utiliza la marca “Verde y Seguro” para enfatizar el hecho de que sus productos son seguros para comer y que el proceso entero de producción y empaque hasta la distribución, está libre de contaminantes.
Chang dice que los costos de producción para los productos orgánicos son altos, y las cosechas son escasas. Pero el precio de los productos orgánicos es bajo en comparación con los ahorros en términos de degradación ecológica asociada con la otra alternativa —la agricultura química. Ella dice que está contenta de ver cuántos agricultores y criadores de pollos se identifican con los ideales de Yuen Foong Yu y se han unido a su red de abastecedores.
Chang dice que mucha gente comienza a comer alimentos orgánicos por razones religiosas o de salud. Muchos de ellos equiparan los alimentos orgánicos con el vegetarianismo. Ella quiere explotar este mito.
“La esencia de los alimentos orgánicos es que son propicios para la buena salud y la sostenibilidad del medio ambiente. Hay una gran diversidad entre ellos, incluyendo verduras, carnes y productos acuáticos”, sostiene.
Lo que Yuen Foong Yu desea promover, continúa Chang, es el movimiento lento de alimentos —los alimentos que la gente come, deben tener buen sabor; deben ser producidos en un ambiente limpio que no perjudique el medio ambiente ni el bienestar de los animales ni la salud humana; los productores de alimentos deben recibir una justa compensación por su trabajo; y toda la gente debería tener acceso a alimentos buenos y limpios.
Para este fin, además de empacar recetas con sus productos, la compañía contrata chefs famosos que dictan clases de cocina y enseñan a los consumidores a preparar platos simples y sabrosos.
“Asimismo, invitamos a los clientes a visitar nuestra granja para que aprendan cómo se cultivan las plantas”, dice ella. “Esperamos que estas giras puedan elevar su conciencia sobre el ambiente y su apreciación por la dura labor de los agricultores, y así, aprecien aún más sus alimentos”.
El diseñador de interiores Denny Kung prefiere usar en sus proyectos materiales ecológicos, tales como vidrio bloqueador de rayos ultravioletas, lámparas de diodos emisores de luz y muebles de madera.
Chang dice que las campañas educativas que su compañía ha lanzado, han dado buenos resultados. Más clientes están dispuestos a pagar altos precios por adoptar la práctica de la comida lenta. Las ventas de su compañía se triplicaron en comparación con 2006. Para aprovechar la creciente demanda del mercado, Yuen Foong Yu también tiene un restaurante que ofrece cocina gourmet orgánica y natural en un ambiente casual.
“Creemos que el movimiento de la comida lenta es complementario a la promoción de la filosofía LOHAS en cuanto a que pretende crear un paso de vida más armonioso y un sistema de alimentación sostenible. Con suerte, estos conceptos pueden pronto incorporarse ampliamente en la vida diaria de la gente taiwanesa”, dice ella.
President Chain Store Corp. (PCSC, siglas en inglés), el operador de las tiendas 7-Eleven, es otro promotor activo de los ideales de LOHAS. En 2006, la compañía organizó una serie de conferencias y publicó la revista My LOHAS, con más de 60.000 ejemplares en circulación por edición. President organizó también eventos a gran escala, incluyendo el Festival Vida Simple con música, artes y conferencias.
La cadena de tiendas convenientes también lanzó una página de Internet sobre estilo de vida saludable, y colocó más de 180 alimentos frescos en los estantes de sus tiendas, los alimentos no contienen ni preservativos artificiales ni glutamato monosódico. Igualmente agregó una variedad de productos alimenticios saludables y orgánicos, entre ellos, agua mineral, té verde, vitaminas y esencia de pollo.
Los sellos distintivos de LOHAS —amarse a sí mismo y a la tierra, así como la coexistencia armoniosa con el ambiente natural— están destinados a convertirse en los valores principales en los días futuros”, dice Hsu Chung-jen, presidente de PCSC. “Queremos promover LOHAS no sólo como nuestra cultura corporativa, sino también como un nuevo movimiento en todo el país a través de nuestra gran cantidad de tiendas”.
Además de introducir los conceptos y productos LOHAS a los consumidores, dice Hsu, su compañía opera internamente bajo los principios de reducir, reutilizar y reciclar. Asimismo, premia a los empleados que ejemplifican los ideales LOHAS —con premios en dinero efectivo a 10 empleados modelo en 2006.
Moverse en armonía
Mientras que mucha gente trata de hacer yoga puramente por mejorar su salud física, la mayoría de los practicantes lo hacen durante largo tiempo por sus propiedades holísticas, ya que el yoga ayuda a mantener el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu. De esta manera, yoga y LOHAS son como dos gotas de agua. “Creo en una mente y un cuerpo sanos, y me parece que al practicar yoga es una buena manera de alcanzar el estado de salud mental y física”, dice Chang Mei-hua, contadora. “Aparte de esto, todo lo que necesito para este ejercicio es una colchoneta para yoga. Eso es muy barato”.
De hecho, el mercado de servicios domésticos de yoga ha crecido enormemente durante los últimos años gracias a gente como Chang, que le preocupa su salud y valora la simplicidad. Algunos gimnasios y establecimientos de acondicionamiento físicos han aprovechado esta tendencia.
Se dice que el suministro depende de la demanda. En realidad, la creciente popularidad del yoga, ha provocado que algunos establecimientos ofrezcan más clases de yoga de diversos estilos y niveles. Los establecimientos que se dieron cuenta pronto de la tendencia han ofrecido estas clases desde ya hace varios
años. Además, algunos invitan a profesores del extranjero, Australia, India, Canadá, y Estados Unidos para que vengan a Taiwan a demostrar las técnicas más modernas.
Las tiendas 7-Eleven venden alrededor de 200 productos frescos y orgánicos, como parte de su compromiso a los principios LOHAS.
Gente de todas las edades y de diferentes niveles de condición física están interesados en yoga. Por esto, los establecimientos enseñan diferentes variedades de yoga, desde el nivel principiante, intermedio a avanzado. Se imparten cursos de los estilos clásicos, Hatha, Ashtanga Vinyasa, Meditación y Pranayam, y también se crean otros que integran sistemas chinos de movimiento, tales como Chi Kung y Tai Chi. El hecho de que la gente presta más atención a LOHAS ha facilitado la promoción de estos programas— en particular el de yoga.
Actualmente, mucha gente trabaja mucho y vive estresada por motivos económicos y familiares, por ello existe la necesidad de formas de relajación. Con este propósito, se han diseñado muchas lecciones de yoga, enfatizando más la mente que el cuerpo, y así mejorar el bienestar mental y físico de la gente.
Construir la sostenibilidad
Denny Kung, director administrativo de Da Sen International Interior Design Co. es un partidario de los conceptos LOHAS. El piensa que lo más importante sobre LOHAS es su énfasis altruista en la sostenibilidad del medio ambiente.
Según Kung, el Gobierno debería desempeñar un papel más activo en la creación de políticas. Por ejemplo, necesita definir claramente la industria LOHAS, en términos de qué campos abarca, y ofrecer incentivos para los empresarios que se comprometen a la investigación y desarrollo de productos relacionados.
Como diseñador de interiores, a Kung le gusta usar materiales ecológicos, tales como plantas orgánicas, cerámicas aislantes de calor, vidrio bloqueador de rayos ultravioletas, y lámparas de diodos emisores de luz (LED, siglas en inglés), así como muebles de madera hechos de teca, junquillo y bambú.
Sin embargo, el relativamente más alto costo de los materiales ha hecho que algunos propietarios de viviendas no se animen a usarlos. Kung espera que el Gobierno ofrezca subsidios para el uso de estos materiales a fin de aumentar su aceptación en el mercado.
El Ministerio del Interior de Taiwan ha establecido un sistema de evaluación y colocación de etiqueta para edificios ecológicos, pero Kung dice que estas estructuras están aún limitadas a algunos edificios comerciales y públicos. A muy pocas residencias privadas en Taiwan se incorporan los conceptos de la construcción ecológica, en contraste con la situación de Alemania. Nuevamente, el costo es el principal obstáculo.
Kung dice que las estructuras de madera utilizan sistemas de células solares y reciclaje de agua para una vivienda ecológica ideal. “Además de ser antisísmicas, las estructuras de madera refrescan a los habitantes en el verano, y mantienen el calor en el invierno”, dice. “El problema es que el Gobierno no ha redactado directrices para este tipo de construcción. Además, el suministro de madera depende en gran parte de las importaciones, debido a la prohibición de la tala aquí”.
Si el Gobierno realiza estudios completos de los recursos forestales de Taiwan, dice Kung, podría identificar qué bosques podrían desarrollarse comercialmente sin impactar negativamente los ecosistemas, el agua y la conservación del suelo.
“Necesitamos realizar esfuerzos en la utilización eficaz de nuestros recursos forestales, en vez de dejarlos desatendidos”, dice. “Obtener los recursos de la naturaleza mientras se administra de forma apropiada el ambiente —ese es el espíritu de LOHAS”.