05/05/2024

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Plantando en los gabletes

01/08/2007
La certificación de “edificio ecológico” aumenta la imagen de Delta Electronics.

El complejo de edificios de Delta Electronics atrae a casi todas las personas que pasan en automóvil por el Parque Científico de la Región Sur de Taiwan, donde reinan los edificios gigantes, cuadrados y sin rasgos distintivos. Además del pórtico geométrico enorme, la estructura de varios niveles del edificio ofrece un merecido descanso de la monotonía implacable del parque. “Un edificio con superficies de varios niveles, fabuloso para las aves e insectos porque les brinda un lugar para descansar y reproducirse”, dice Lin Hsien-te, profesor de arquitectura en la Universidad Nacional Cheng Kung.

Dentro del edificio, un atrio de techo alto, con buena ventilación, le da un efecto refrescante. Igualmente impresionante es la zona subterránea para estacionamiento de vehículos, donde patios de luces en ambos lados permiten que los rayos del sol lleguen abajo e iluminen el oscuro lugar. Las alcantarillas justo debajo de las aperturas recolectan el agua de lluvia, y la llevan a un tanque capaz de almacenar 300 toneladas de agua de lluvia procedentes de diversas partes del edificio. “Las aperturas ayudan a que no haya olor a gasolina, como en otros estacionamientos subterráneos”, dice Lin.

El edificio fue diseñado por Lin para representar el ideal de Bruce Cheng, presidente de Delta Electronics. El complejo es un ejemplo reciente de construcción orientada hacia la conservación del medio ambiente. Es también el primero en la isla en ganar una certificación dorada de “construcción ecológica” , un conjunto de estándares de construcción orientados hacia la conservación del medio ambiente, creados por el Gobierno Central en 1999. “La Compañía Fabricante de Semiconductores de Taiwan —el mayor fabricante de chips por contrato del mundo? nos ha visitado tres veces con el fin de aprender de nuestra experiencia en la construcción y el trabajo en un ambiente ecológico”, dice con orgullo Luby Wu, jefa de sección de Delta Electronics.

Plantando en los gabletes

El complejo Delta Electronics ofrece refugio para aves e insectos con sus jardines biodiversos.

La imagen corporativa de la empresa se ha elevado gracias a este galardón. Pero en realidad, los empleados son los más beneficiados de estas ideas ecológicas. “Uno se siente desanimado y somnoliento después de trabajar muchas horas dentro de un edificio, pero aquí no, porque este edificio está bien ventilado y lleno de verdor”, dice Jane Huang, miembro del personal.

Tomar en cuenta el medio ambiente ayuda a ahorrar energía y también dinero. Según Delta, implementos como los paneles solares y los mecanismos de iluminación para ahorrar energía logran reducir en conjunto el consumo de electricidad en alrededor del 40 al 50 por ciento, en comparación con el edificio de oficina promedio en Taiwan. Asimismo, el uso de agua de lluvia para los lavabos disminuye significativamente las cuentas de agua.

Materiales y estándares

Entre tanto, el uso de “materiales de construcción ecológicos” tiene un impacto positivo en el ambiente. Las partículas microscópicas de ceniza producidas en la fabricación de acero se reciclaron para reemplazar alrededor del 30 por ciento del cemento, para hacer el concreto que se usó en el edificio de Delta Electronics. Esto se considera ecológico porque la producción de cemento causa mucha contaminación —por cada tonelada de cemento producido en Taiwan, se consumen 111,9 kilovatios de energía eléctrica y 133,9 kilogramos de carbón, según Lin Hsien-te.

La madera, anatema del sector de la construcción que usa concreto o recubrimiento con baldosas, se está usando más en la isla. Uno de estos ejemplos es la Biblioteca Municipal de Taipei en Beitou, abierta al público en noviembre de 2006. “Si se usa menos el concreto, se disuade la mina de grava, que ha dañado seriamente los ríos y colinas de Taiwan”, dice Chang Ching-hwa, arquitecto que trabajaba en la biblioteca, que está hecha casi toda de madera importada de Norteamérica. Además, los bosques cultivados para el suministro sostenible de madera ayudan a absorber grandes cantidades de dióxido de carbono y, por lo tanto, alivian el calentamiento global.

Plantando en los gabletes

Paneles solares en el techo suministran energía.

A pesar de la aparición hace ocho años de estándares reconocidos oficialmente de construcción ecológica, este concepto data de los años setenta cuando dos crisis petroleras obligaron a las industrias de la arquitectura y construcción a buscar soluciones para ahorrar energía. La idea de desarrollo sostenible comenzó a diseminarse en el mundo en los años ochenta, y la primera conferencia de la Cumbre de la Tierra se realizó en Brasil en 1992, un hito en el camino para tratar los asuntos relacionados con el medio ambiente. Como el mundo entero toma cada vez más en serio la construcción ecológica, en 1997 Taiwan estableció el Consejo Nacional para el Desarrollo Sostenible, y el desarrollo de edificaciones ecológicas se ha convertido en una política del Gobierno Central.

“En el mundo, es algo raro que los gobiernos tomen la iniciativa en la promoción de la construcción ecológica”, dice Chen Jui-ling, directora de control ambiental en el Instituto de Investigaciones sobre Arquitectura y Construcción (ABRI, siglas en inglés), del Ministerio del Interior. Respaldado por el Gobierno, el esfuerzo de Taiwan por promover la construcción ecológica ha cosechado rápidamente frutos. Cuatro años después de su establecimiento en 1995, ABRI anunció un conjunto de estándares para el diseño y la construcción ecológica, y su sistema de premiación. Por lo tanto, Taiwan se convirtió en el cuarto país con estándares para evaluar la “calidad de ecológico” de los edificios, después del Reino Unido, que lo hizo en 1990, y Estados Unidos y Canadá.

Hecho a la medida

“Nuestro sistema de evaluación es único porque está diseñado para el clima comparativamente cálido de Taiwan”, dice Chen. Ella indica que la idea de edificios ecológicos originó en países desarrollados de climas templados, donde la gente piensa naturalmente de manera diferente a la de las regiones tropical y subtropical en cuanto a ahorrar energía. Por ejemplo, mientras que en el Reino Unido y Canadá discuten maneras de hacer el interior del edificio más cálido para reducir el uso de calefacción, Taiwan se centra en cómo enfriar sus edificios. Y es por eso que los edificios con paredes de vidrio, que se construyen en los climas templados para atrapar el calor dentro de los edificios, no son ambientalmente adecuados para Taiwan. “Hong Kong tomó en cuenta nuestro sistema de evaluación cuando formuló el suyo”, dice Chen. “Lo mismo hizo China, ya que su región sureña tiene un clima parecido al de Taiwan”.

Plantando en los gabletes

Fabricada en gran parte con madera, la biblioteca da una sensación más natural que los demás edificios en Taiwan.

El sistema incluye cuatro categorías: ecología, ahorro energético, reducción de desperdicios y salud. Se revisa y actualiza anualmente, exigiendo a los arquitectos tomar cada vez más en consideración los detalles “ecológicos”. En 2003, el sistema de cuatro categorías incluyó la biodiversidad y el ambiente interior, como indicadores para calcular la calidad ecológica del edificio. “Entonces, esos espacios para vida vegetal habitados por varios insectos son una ventaja para la construcción de una estructura ecológica”, dice Lin, indicando hacia la parte frontal del complejo Delta Electronics. A diferencia de las zonas verdes tradicionales, ellos sembraron diferentes tipos de plantas y las cuidan muy poco, lo que explica porqué el espacio luce desordenado. “Se ve poco atractivo y sucio, pero es bastante adecuado para las pequeñas criaturas”, dice.

A finales de 2006, 159 edificios terminados en toda la isla recibieron el certificado oficial de estructura ecológica. La vasta mayoría de estos son edificios públicos; el programa de Promoción de Edificios Ecológicos, iniciado en 2001, exige que todos los edificios nuevos que cuestan NT$50 millones (US$1,52 millones) o más, y son financiados por el Gobierno, reciban la certificación de edificio ecológico. Se calcula que se pueden ahorrar anualmente 33,5 gigavatios de energía eléctrica y 1,4 millón de toneladas de agua, gracias a la aparición de estos edificios ecológicos.

El programa de 2001 indica también que el Gobierno debería destinar dinero para la remodelación de los edificios gubernamentales existentes y hacerlos ecológicos. A partir de 2002, el esfuerzo de remodelación ha costado NT$520 millones (US$15,75 millones), y hasta finales de 2006, se agregaron rasgos ecológicos, tales como sombrillas y artículos para ahorrar el agua en 76 edificios públicos, tales como escuelas, hospitales y agencias gubernamentales.

El nuevo código

En 2004, el Agencia para la Construcción y Planificación, bajo el Ministerio del Interior, agregó un capítulo sobre construcción ecológica al código de construcción de Taiwan. Aunque sus estándares son menos estrictos que los de ABRI, son obligatorios para todos los edificios nuevos.

“Al comienzo, los arquitectos se preocupaban por los nuevos requisitos sobre construcción ecológica”, dice Chen. “Usted sabe, requiere tiempo adicional diseñar y preparar los documentos y estadísticas relacionados para solicitar una certificación ecológica. Pero ellos tienen que hacerlo si desean ganar contratos para los edificios gubernamentales. Como resultado, más y más arquitectos están dispuestos a aceptar y aprender el concepto de construcción ecológica. “Hoy, si usted sabe poco sobre construcción ecológica, se ha quedado rezagado”, dice Chen.

Aunque el Gobierno exige que los edificios públicos sean ecológicos y no perjudiquen el medio ambiente, el público general parece ser menos serio. “¿Se siente cómodo usando agua de lluvia no tan limpia para el lavabo en su propia casa? ¿Está bien si su jardín privado luce desordenado debido a su diversidad biológica?” pregunta Chang. “Es un asunto de actitud. Si cada persona desea que su casa sea ecológica, los constructores y arquitectos deben naturalmente usar características ecológicas”, dice ella.

Algunos aspectos como paneles solares y embalses para agua de lluvia aumentan el costo del edificio, pero por otra parte, los arquitectos con mentalidad ecológica prefieren diseños sencillos y evitan instalaciones innecesariamente lujosas que necesitan mantenimiento frecuente. “Para ellos, la simplicidad es belleza, y el poco mantenimiento es lo ideal”, dice Lin Hsien-te. Aún más, un desembolso financiero a corto plazo se compensa con ahorros a largo plazo en las cuentas de agua y electricidad.

La construcción en armonía con el medio ambiente está lejos de lograr la aceptación general entre el público, y las industrias relacionadas aún tienen que tomar forma. Según Lin, los materiales de segunda mano se usan comúnmente en los edificios ecológicos en Estados Unidos, porque la gente que los recolecta y repara ya ha formado una industria. “Pero nosotros tenemos que comprar mesas y muebles nuevos porque no se pueden hallar reciclados que se puedan usar en Taiwan”, dice él.

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Estos edificios del Gobierno del Distrito de Yilan son una muestra de arquitectura ecológica.

Los edificios de madera son escasos en Taiwan, y los constructores competentes son difíciles de hallar por la ausencia de una industria maderera. “Casi toda la madera de los edificios es importada”, dice Lin. Este no es un buen fenómeno, agrega, porque eso significa que los bosques de Taiwan están envejeciendo, y por lo tanto, están perdiendo lentamente su habilidad de fotosintetizar. “Algunos conservacionistas reaccionan severamente cuando escuchan a la gente hablar sobre la tala de árboles. Pero está bien derribar árboles en bosques de madera sostenibles, así como ocurre en Canadá”, dice.

El fomento de una conciencia ecológica podría ayudar a promover los edificios de madera y desarrollar la industria maderera doméstica en la isla, aunque el desarrollo de estructuras de madera es limitado porque generalmente sólo pueden tener tres pisos. “Cuando un mayor número de personas desee edificios de madera, los empresarios aparecerán de forma natural, y el costo de la madera disminuirá. Eso es un ciclo virtuoso”, dice Chang Ching-hwa.

Antes de que todo esto ocurra, Chang y Bioarchitecture Formosana, la firma de arquitectos para la que trabaja, seguirán diseminando el concepto de construcción ecológica. “Estoy contenta de estar cumpliendo con mi parte por mejorar la salud de la Tierra”, dice ella. “Con el tiempo, cuando todos tomen conciencia de la urgente necesidad de proteger nuestro medio ambiente, la gente automáticamente exigirá que sus viviendas sean ecológicas”.

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