06/05/2024

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De arroz y hombres

01/09/1997
La pesca excesiva ha amenazado desde hace mucho la vida marina, pero con la ayuda de la Misión Técnica de Pesca, se espera reabastecer pronto las existencias.

«Cualquiercosa que el hombre siembre, producirá ; cosecha». En la República Dominicana, hermoso país isleño, los cultivadores de arrozhan disfrutado de cosechas mucho mejores de las que esperaban desde quecomenzaron a plantar Juma 57 y 58, dos nuevas variedades desarrolladasconjuntamente por los miembros del equipo técnico de la Repúblicade China y la República Dominicana. El éxito tiene su baseen la sólida trayectoria de cooperación. La colaboracióntécnica entre estos dos países se remonta a 1963, convirtiéndolaen la asociación más duradera entre Taiwan y esa región.En línea con la transformación de la República Dominicanay las solicitudes de su gobierno, los proyectos cooperativos se han expandidopara incluir la pesca, la acuicultura, la administración de ganaderías,y las artesanías en bambú.

De arroz y hombres

La Misión Técnica de Pesca está ayudando en la expansión de la industria doméstica de camarones para que satisfaga la fuerte demanda local.

«Hemossido enviados aquí por el Gobierno de la República de Chinapara satisfacer las necesidades más urgentes del país anfitrión»,dice Chen Chia-yao, Jefe de la Misión Técnica Agrícolade Taiwan (ATM, siglas en inglés). «Tomamos nuestras responsabilidadescon mucha seriedad». Los resultados en el cultivo del arroz han sidoextraordinarios, Chen informa con gusto. Después de una intensainvestigación y experimentación, el equipo asesor de Taiwansugirió nuevas especies que fueron adoptadas por los agricultoreslocales. «El resultado fue la transformación de sus habilidadespara cultivar arroz, la cual mejoró vastamente el nivel de vidade los agricultores locales», dice Chen.

Sin embargo, el éxito no llegó fácilmente. Chenexplica que a principios de los años sesenta, los expertos de Taiwanllevaron a cabo una serie de experimentos para determinar las variedadesmás conv enientes, las fechas de plantación, el cultivo, ylos métodos para controlar las pestes para dicho ambiente local.Además de introducir nuevas especies, el equipo también tratóde aumentar el rendimiento y la resistencia contra las enfermedades delas variedades locales populares.

En ese entonces, a pesar del clima favorable, pluviosidad adecuada,y buena calidad del suelo para la producción de arroz de la RepúblicaDominicana, la producción promedio de arroz en la isla era muy bajo,forzando al país a importar este alimento a un gran costo. «LaRepública Dominicana sufría una escasez de variedades dearroz mejoradas y técnicas de cultivo sofisticadas», señalaChen. «Nuestra meta era clara».

Pero fue verdaderamente un esfuerzo cooperativo. Los técnicosde la Rep. de China y la Rep. Dominicana se afanaron por más deuna década para construir un centro nacional de investigación del arroz bien equipado y moderno en la Villa Juma, a 86 kilómetrosde Santo Domingo. Al centro se le dio la orden de planificar un programanacional para incrementar la producción del arroz, realizando proyectosde investigación, proporcionando las estadísticas precisassobre la producción actual de arroz, y entrenando a trabajadoresy agentes de extensión en este campo— los funcionarios gubernamentalesresponsables de la promoción y extensión de la agriculturadel país. La fuerza de trabajo del centro se ha expandido para incluircriadores, agrónomos, expertos en suelo y fertilizantes, especialistasen la protección de las plantas, ingenieros de irrigacióny tecnólogos de semillas.

Los experimentos de fertilización cruzada en el centro produjeronlas serie Juma de variedades mejoradas, que son superiores que sus predecesorasporque crecen más rápido y necesitan menos agua. Desde 1966,el grupo ha experiment ado con 1.432 fertilizaciones cruzadas y ha seleccionado65 líneas prometedoras. Muchas de estas ya se han convertido envariedades con su propio nombre científico.

La misma serie Juma tiene ahora sesenta y cinco variedades. «Laadopción de las especies mejoradas en la República Dominicanaha ayudado a que la producción de arroz del país haya aumentadoa más del triple», señala Chen. «Juma 57 y 58,en particular, son las primeras especies en producción; se usanen más del 84% del área nacional destinada para plantar arroz».Por hectárea, la producción con variedades Juma se ha elevadode 1,5 a 5,1 toneladas métricas, aumentando la producciónnacional total de arroz de 136.800 toneladas métricas en 1970 a328.160 toneladas métricas en 1996. Al mismo tiempo, las importacionesde arroz se redujeron de 46.364 toneladas métricas en 1990 a 2.500toneladas métricas en 199 6. A principios de los años sesenta,la productividad de arroz por hectárea de la isla era de 1,5 toneladasmétricas, ocupando el octavo lugar a nivel mundial de producciónpor hectárea, y el segundo en Latinoamérica.

De arroz y hombres

El ministerio de Agricultura de la República Dominicana planea entregar terrenos a la FTM de Taiwan para que pueda crear «áreas de demostración » para los agricultores locales.

Trabajando conjuntamente, los miembros de la misión han establecidorelaciones cordiales con sus equivalentes colegas de la RepúblicaDominicana. «Los técnicos de la Rep. de China y la Rep. Dominicanahan logrado una sólida relación de trabajo en la planificaciónde la germinación y producción de arroz durante muchos años»,dice José Casimiro Ramos, Director del Departamento Nacional dela Promoción del Arroz en el Ministerio de Agricultura. Ahora, éltrabaja con los miembros de la misión de Taiwan y más decien empleados del Gobierno en el Centro Nacional de Investigacióndel Arroz. & laquo;Nuestros esfuerzos concertados han llevado a la continuaintroducción y promoción de nuevas variedades, y técnicasde cultivo que benefician en gran medida a los agricultores locales»,dice él.

A pesar del éxito con el cultivo del arroz, Ramos advierte queno todo es bueno para el futuro agrícola de la RepúblicaDominicana. «En línea con las reglamentaciones de la OrganizaciónMundial de Comercio (OMC), tendremos que abrir nuestro mercado a la competenciaextranjera para el año 2005», dice él. «La urgentetarea a mano es reducir los costos de producción de los agricultoreslocales a través del mejoramiento de los diferentes tipos de arroz,así como también nivelar los arrozales para impulsar la productividad».El Gobierno de la República Dominicana ya ha formulado un plan denueve años con un presupuesto aproximado de US$1,4 millones paranivelar los campos de arroz, parte de un programa para aumentar la extensiónde terreno productivo. «Espero que en el futuro podamos obtener técnicasde nivelación agrícola y también préstamosagrícolas de Taiwan para ayudarnos a satisfacer ese reto»,dice Ramos.

Domingo De Jesús Joaquin, Director del Centro de Investigacióndel Arroz en el Ministerio de Agricultura de la República Dominicana,también señala que antes de los años sesenta, su paísquedó rezagado en cuanto a las técnicas de cultivo del arroz.«Sin embargo, la situación ha mejorado mucho desde 1963, cuandola República de China envió su misión técnicapara ayudar a entrenar a nuestra gente», dice él.

Durante estos años, el programa cooperativo ha mejorado considerablementelos niveles técnicos. Roberto Fabián, un agricultor de arrozlocal, ha estado recibiendo asistencia continua del equipo de especialistasde la República de China y la República Dominicana durantelos últimos once años. «Vengo al centro para aprenderalgo nuevo», dice Fabián. «Entonces, como un demostradorrepresentativo, es mi trabajo transmitir lo que he aprendido a otros agricultores,y sus respuestas son siempre entusiastas».

Fabián nota que los nuevos métodos de cultivo, especialmentecuando se aplican al Juma 57, han elevado la productividad de su arrozal—y su ingreso, también— tanto como en un 70 por ciento. «Elmayor ingreso me ha facilitado la construcción de mi propia casay ha mejorado substancialmente los niveles de vida de mi familia, asícomo también, la educación de mis niños e inclusomi nieto», dice él. «Debo mucho a la misión deTaiwan».

La industriapesquera también se ha beneficiado enormemente de la experienciade Taiwan. A solicitud de la República Dominicana, la MisiónTécnica Pesquera (FTM, siglas en inglés) formada por cincoespecialistas fue enviada desde Taiwan en 1988 para ayudar a desarrollarlas empresas pesqueras tanto marina como de agua dulce. Sus actividadesen Azua, a 120 kilómetros de Santo Domingo, centro de críay promoción de camarones de mar y tilapia, o alimento de peces deagua dulce. El Jefe de la FTM, Chen Chii-min, ve su trabajo como un importanteservicio social. «Estoy contento de poder contribuir con mi conocimientoy experiencia», dice Chen. «El proyecto piloto de la FTM estimularála producción de camarones de mar. Existe gran demanda local porcamarones, pero en el presente el país depende principalmente delas importaciones».

Con su mar limpio y clima tibio, la República Dominicana disfrutade un ambiente favorable para desarrollar su industria de la acuicultura,que es todavía relativamente nueva. Como los costos operacionalesson altos, poca gente local ha invertido en esta área. El númerode técnicos y la cantidad de equipo periférico son aúninadecuados, resalta Chen, pero él no está de ningúnmodo desanimado. «A través de la facilitación de transferenciatecnológica de la FTM, la promoción de entrenamiento de personal,y la introducción de pececillos y pequeños camarones en elmar y en los estanques artificiales, se espera que la industria de la acuiculturalocal prospere pronto», dice él. «Esperamos que, deesta manera, tanto el ingreso y el nivel nutricional de los habitanteslocales pueda ser significativamente elevado en el futuro próximo».

En cuanto al entrenamiento de personal, el jefe de la FTM señalaque los cursos de entrenamiento intensivos se dictan dos veces al año.Hasta ahora, un total de 48 personas del Ministerio de A gricultura, colegiosuniversitarios, y criaderos, han participado en estos cursos. «Suhabilidad y disposición a aceptar el entrenamiento son buenas»,dice Chen, añadiendo que los participantes han aumentado en formacontinua y muchos estudiantes han solicitado cursos más largos,aunque desafortunadamente, debido a las actuales dificultades en relacióna los fondos, es imposible satisfacer esa última solicitud.

La implementación del proyecto pesquero se llevó a cabosin inconvenientes hasta noviembre de 1994, cuando un fiero huracánbramó a través de Azua. «La tormenta destruyócasi completamente las instalaciones del centro», recuerda tristementeChen. «Todos los estanques de camarones se inundaron, y los camaronesy sus huevos desaparecieron». Afortunadamente, gracias a la ayudainmediata ofrecida por el Ministerio de Agricultura local y el Gobiernode la República de China, la capacidad operacional de la estaciónfue restaurada rápidamente, y Chen y sus colegas comenzaron todootra vez. Poco después, el centro se expandió para incluirinstalaciones para el encubamiento de camarones de agua salada en aguadulce.

Cuando Chen mira las 37 hectáreas del centro cultural, élsabe que tiene mucho de que enorgullecerse. La FTM ha tenido éxitoen la producción de grandes cantidades de pececillos, la construcciónde un número de encubadoras, y el aumento de la poblaciónde peces jóvenes en hábitats naturales marinos. En el presente,operan quince estanques de camarones que generan entre 4.500 y 5.000 librasde larvas de camarón cada seis meses, y cada año, cerca dedos millones de larvas de camarón son liberadas en el mar o en estanquesespeciales.

El libro de pedidos de la FTM se ve muy bien. «La producciónactual del centro apenas puede satisfacer la demanda», dice Chen,notando que las vent as ya están produciendo buenas ganancias».Todos los ingresos son reinvertidos en el proyecto para cubrir los costosy reducir la carga de ambos gobiernos», señala él.«De esa manera, el centro puede continuar e incluso volverse financieramentefuerte como para expandirse».

Pero antes de que el centro pueda lograr su meta final de convertirseen el principal centro de entrenamiento y demostración de la críade camarones en el Caribe, se deben construir dormitorios, aulas de clases,restaurantes, y salas de conferencias. Chen estima que el proyecto de expansióncostará cerca de US$200.000 y requiere mayores subsidios de losdos gobiernos, pero él sabe que el esfuerzo valdrá la pena.Desde que el centro fue inaugurado en agosto de 1993, muchos funcionariosy dignatarios no sólo de la República Dominicana sino tambiénde otros países han visitado la instalación y han expresadoadmiración por sus operaciones. «Obtener el reconocimientoy el respeto del país anfitrión es un gran estímulopara mí», dice Chen. «Espero que ayudar a la gente localde aquí, fortalezca los estrechos lazos entre Taiwan y la República Dominicana».

Las esperanzas de Chen parecen estar bien fundadas. Confesora Reyes,supervisora enviada por el Ministerio de Agricultura de la RepúblicaDominicana para trabajar junto con la FTM, ha disfrutado mucho sus sieteaños colaborando con el personal del centro. «Estamos haciendoprogresos diarios y casi hemos completado nuestros objetivos asignadosde transferencia de tecnología para las encubadoras privadas y elsuministro de grandes cantidades de pececillos a bajo precio, asícomo también la liberación de cientos de millones de pececillosen los estanques especiales», dice ella. «La misiónde la República de China nos ha respaldado un cien por ciento».< P>La pesca ilegal extensiva durante mucho tiempo amenazó la poblaciónmarina local pero, gracias a los esfuerzos de la FTM, hay muchas razonespara esperar que las existencias serán reabastecidas, y volverána los niveles anteriores en los próximos años.

En 1991, enrespuesta a una solicitud del Gobierno de la República Dominicana,se estableció un centro de entrenamiento de artesanías debambú en las oficinas principales de la ATM de Juma Bonao. Dos especialistas,Yen Shuang-chuan y Liu Jiunn-shyan fueron asignados para enseñara los residentes locales el arte de la cestería y la muebleríaen bambú. Yen, de 63 años de edad, es un artesano de la muebleríaen bambú, y está bastante satisfecho con el progreso de susaprendices locales. «Muchos de mis estudiantes han comenzado suspropios negocios, y cuando tienen problemas vienen a pe dirme ayuda»,dice él. «Las artesanías de bambú pueden producirdos o tres veces el salario promedio de la industria aquí».El clima caliente hace que los productos de bambú sean popularesentre los consumidores locales, y por lo tanto tienen un considerable mercadopotencial.

Hasta ahora, el centro ha organizado varios cursos de entrenamientode ocho meses, cada uno con seis u ocho estudiantes. Hasta entonces, aproximadamentecincuenta personas han perfeccionado las destrezas necesarias, y entreellas han producido una gran variedad de artículos para el hogaratractivos y funcionales. «La respuesta ha sido muy buena»,dice Yen. «Es una lástima que los fondos no sean suficientespara aumentar el número de participantes y la duración delos cursos».

Liu Jiunn-shyan, el otro especialista en artesanías de bambú,siente lo mismo. El tiene más aspirantes que lugares disponibles,de modo que quien no tiene la actitud adecuada o fracasa en obtener losniveles requeridos perderá su cupo, y éste será dadoa alguien que lo merezca. «Tengo un gran sentido de logro cuandomis estudiantes regresan para solicitar entrenamiento más avanzado»,dice él. La mayoría de ellos hacen y venden sus propios productos,o incluso dictan clases para enseñar a otras personas. «Antesde venir aquí, en este lugar no habían técnicas para trabajar el bambú», resalta Liu.

José Gregorio Encarnación, de 25 años de edad,es un carpintero que ha estado entrenándose en el centro por cincoaños y ahora trabaja como un instructor allí, tambiénopera un pequeño negocio desde su casa. «Vengo de una familiade campesinos pobre y en nuestra aldea es difícil encontrar trabajosdonde se gane buen dinero», dice él. «Tuve suerte deobtener la oportunidad de recibir entre namiento profesional y ahora poderganarme razonablemente la vida». El describe el entrenamiento ofrecidopor los profesores de Taiwan como excelente. Además de vender susproductos en la calle, Encarnación ha firmado un contrato con unacompañía italiana para la producción de artefactos hechos de bambú.

Algo que comparten todos los profesionales taiwaneses en la República Dominicana es el sentido de que sus contribuciones son valoradas por elpaís anfitrión. Francisco T. Rodríguez, Ministro deAgricultura, refuerza rápidamente esa impresión, señalandoque la cooperación entre la República de China y la República Dominicana en los campos de la agricultura y la pesca es de gran importanciapara su país. «Este modo de cooperación ha sido muyexitoso, y beneficia a todo nuestro pueblo, mejorando sus condiciones devida», dice él. «Si no fuera por la asistencia de lami sión de la República de China, nuestra producciónde arroz no sería tan abundante o sus variedades tan diversas. Lasituación actual es muy estimulante y optimista».

El Ministro se refiere particularmente en gran parte al centro de acuiculturamarino y de agua dulce de la FTM en Azua. «Este es realmente el ‘líderde empaque’ en cuanto a la experiencia en las tecnologías de críay promoción, no solamente en Azua sino también en todo el país», dice Rodríguez.

Pero también alaba el programa de artesanías en bambú.«Gracias a la ayuda técnica del ATM, el pueblo de la República Dominicana también ha aprendido otra destreza», dice él,notando que algunos de la nueva generación de artesanos del bambúya están exportando sus productos. «Ahora pueden esperar tener una vida mejor».

El Ministerio de Agricultura está actualme realizando un estudiocompleto de las tierras de cultivo con la idea de entregar lugares adecuadosa los miembros de la misión de Taiwan, para que puedan crear «talleresde demostración» como herramientas de enseñanza avanzadapara los agricultores locales. Rodríguez también espera queel Gobierno de la República de China considere seriamente compartirsu experiencia en la construcción y operación de fábricasa pequeña escala con las comunidades rurales de su país.

«Me gustaría que la República de China ayudara aestablecer centros de entrenamiento técnico en las aldeas agriculturales,para que las amas de casa y los jóvenes puedan tener la oportunidadde aprender destrezas prácticas tales como la manufactura de mueblesy artesanías», dice Rodríguez. «Haríantanto para mejorar el nivel general de pobreza». También reduciríael nú ;mero de personas que migra a las ciudades desde las comunidades rurales.

De una manera similar, el Ministro de Agricultura espera que se expandanlas actividades actuales de la FTM a los estanques de peces individuales en las aldeas rurales, aunque por supuesto a una escala reducida. «Para implementar el plan más eficientemente, necesitamos mayor apoyo financiero y técnico del Gobierno de la República de China»,dice Rodríguez. «En los próximos años, nosotrosen la República Dominicana esperamos continuar disfrutando de la experiencia y el profesionalismo de la República de China, el quehemos admirado por mucho tiempo».

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