04/05/2024

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Taiwán Hoy

Granos de vida

01/12/2006
La investigación ha resultado en una planta de arroz más baja, que es más fácil de cosechar.

Entre cipreses en el recinto se encuentra un monumento pintado y de concreto desconchado, que consiste en una pareja de agricultores de arroz con sus sombreros en forma de cono en un relieve de barro. Debajo, inscrito en caracteres chinos dorados está la leyenda “Cosecha abundante”, flanqueada por textos en inglés y chino titulados “Nativo Taichung 1” y “Taichung 65”. En vez de ser un monumento conmemorativo a alguna tribu perdida, los textos narran las historias de dos tipos de arroz.

El monumento conmemorativo se encuentra en los terrenos de la Estación de Extensión e Investigación Agrícola del Distrito de Taichung, uno de siete centros de investigación del arroz, bajo el Consejo de Agricultura (COA, siglas en inglés). “El anuncio de la especie Nativo Taichung 1 (NT1) fue un gran avance mundial en 1956”, dice Sheu Chih-sheng, investigador de la estación. “Pero su naturaleza semi-enana ya no es única”.

Apenas con un metro de altura, NT1 tenía fama de ser medio metro más baja que la mayoría de las otras especies, lo que facilitaba su cultivo a máquina, y no era tan propensa a doblarse bajo el peso de los granos maduros ni a pudrirse en los arrozales. NT1 sirvió de inspiración y punto de referencia para el Instituto Internacional de Investigaciones del Arroz (IRRI, siglas en inglés), un centro internacional de investigaciones del arroz sin fines de lucro, establecido en Filipinas en 1960, que desarrolló IR8, una variedad aún más baja.

Aunque el público taiwanés no está muy al tanto de la variedad de arroz que consume, se producen constantemente nuevas especies con rasgos mejorados y diferentes. El crédito por estos nuevos cultivos —variedades de arroz creadas mediante reproducción— es del Instituto de Investigaciones Agrícolas de Taiwan en Taichung (TARI, siglas en inglés), que pertenece a COA y realiza investigación agrícola básica. La mayoría de los centros de investigación agrícola de la isla fueron establecidos durante la era colonial japonesa (1895-1945). La estación de Taichung creó Taichung 65 en 1929; el resultado de cruzar dos variedades de arroz japonés, y es un grano de calidad superior y de alto rendimiento.

Sheu piensa que Taiwan es apto para el cruce de especies, con las subespecies asiáticas de arroz índica y japónica que coexisten en la isla. Esta situación refleja la historia de Taiwan. Los inmigrantes Han de China trajeron primero el arroz índica de grano largo a Taiwan en el siglo XVII, y los japoneses introdujeron la subespecie japónica de grano corto cuando colonizaron la isla. La existencia de índica y japónica, y sus variedades glutinosas, han bendecido a Taiwan con un banco genético bastante grande para experimentar.

Las variantes de japónica de grano corto predominan en los arrozales de la isla, mientras que los cruces exitosos como Taikeng 9, que apareció en 1992, siguen siendo populares en el mercado doméstico debido a su especial carácter chicloso. En julio de este año, un equipo de investigación taiwanés se encontró en primera plana cuando los medios de comunicación locales revelaron que, según los resultados de la investigación preliminar, una de las especies tenía la propiedad de luchar contra la leucemia. El hallazgo fue publicado en la revista científica Toxicología de alimentos y químicos, y es el resultado de la comparación entre seis variedades locales y dos extranjeras en su capacidad para inhibir el crecimiento de células U937 leucémicas humanas, e inducir su diferenciación en monocitos. El equipo de investigación se negó a revelar la identidad del cruce por temor a una indebida publicidad exagerada por parte de los comerciantes del arroz, pero se cree que la especie en cuestión es Taikeng 9.

El cultivo de arroz con mano de obra intensiva está en declive, la investigación se centra en la calidad y no la cantidad.

Puesta en venta en 2000, Tainung 71, es una historia exitosa más reciente. La especie se caracteriza por el aroma de la malanga, considerada por muchos como un alimento dulce y de buen sabor en Taiwan, y se deriva de un tipo japonés y Taikeng 4, una especie aromática antigua creada por la estación de investigaciones de COA en Hualien en 1990.

“Tainung 71 es una variedad de alto rendimiento que es menos vulnerable a las enfermedades, y tiene mejor apariencia que Taikeng 4”, afirmó Wong Liang-tsai, director general de la Asociación para el Cultivo de Arroz de Taiwan. Esta variedad se conoce mejor localmente como arroz aromático Yihchuan, llamada así en honor a Kuo Yih-chuan, el líder del equipo de investigación del proyecto de cruce de 9 años, quien falleció un año antes de que la variedad saliera al público.

Al tanto de la mayor presión por la escasez de recursos hídricos, Taiwan está tratando de crear variedades de arroz resistentes a la sequía. “El agua es cada vez más escasa en todo el mundo, y lo mismo ocurre en Taiwan”, dice Lai Ming-hsing, investigador en el Departamento de Agronomía en TARI. Un proyecto para producir arroz resistente a la sequía se inició hace más de 10 años, pero fue detenido después de los primeros resultados. En respuesta a la mayor conciencia local y mundial sobre los suministros de agua, fue revivido hace dos años.

Como otros países, en Taiwan se está tomando más conciencia sobre la salud. El último desarrollo en la investigación del arroz es la creación de variedades ricas en nutrientes, según Sheu. La estación de investigación de Taichung, por ejemplo, está escudriñando en su biblioteca de cultivos para encontrar aquellos que contienen más minerales. Esta es la dirección que siguen los científicos que modifican genéticamente el arroz en el Instituto de Biología Molecular, de la Academia Sínica. Este método, a diferencia del método de cruce de larga duración, resultó en la creación de arroz dulce de grano corto en 2004.

Con un gen transferido de una bacteria resistente al calor encontrada en el Parque Nacional Yellowstone en Estados Unidos, el arroz genéticamente modificado (GM), se llama así debido a su alto contenido de almidón que se transforma fácilmente en azúcar. Igualmente importante es su riqueza en proteína, que los científicos predicen será usada como substituto de la leche en el futuro. Yu Su-may, una investigadora de arroz transgenético en el instituto que investiga el arroz dulce desde 1998, dice que las variedades comunes de arroz tienen de un 5 a un 8 por ciento de proteína. El contenido de proteína es un poco más alto en el arroz dulce, pero la diferencia es que las enzimas derivadas de bacterias en el arroz dulce, pueden ayudar a la emisión de grandes cantidades de proteínas en el arroz dentro de las horas siguientes a su calentamiento. En consecuencia, la harina del arroz dulce producida a través del calentamiento tiene un 35 a 45 por ciento de proteínas.

La Academia Sínica está cooperando con TARI en el cultivo de arroz en sus granjas experimentales para cultivos genéticamente modificados, y TARI ha programado la inauguración de su nuevo centro exclusivamente para estudiar cultivos GM a finales de este año.

El Gobierno de Taiwan aún prohíbe la explotación de cultivos GM, aún cuando 21 países ya lo han permitido desde que Monsanto, una compañía estadounidense, vendió su primer Organismo Genéticamente Modificado (OGM) —un maíz resistente a los insectos— en 1996. Sin embargo, Yu cree que Taiwan se unirá a ellos tarde o temprano. “De hecho, los taiwaneses ya están comiendo muchos alimentos GM. Por ejemplo, los frijoles de soya, son importados a Taiwan desde Estados Unidos en grandes cantidades, y la mayoría está genéticamente modificado”, dice el científico. “Los oponentes de los alimentos GM presumen el peor escenario, pero ningún caso de daño inducido por OGM a la salud ha sido reportado hasta le fecha”.

En realidad, los beneficios del desarrollo de cultivos GM supera tremendamente los riesgos. Por ejemplo, se espera que un cultivo GM altamente nutritivo como el arroz dulce, alivie la malnutrición en naciones que se alimentan de arroz a través de Africa y Asia, cuyas poblaciones representan la mitad del total mundial.

Mientras que una mitad del mundo carece de arroz nutritivo y rico en proteínas, los taiwaneses están comiendo cada vez menos de este tipo. Ellos consumieron 48,56 kilos por persona en 2004, menos que los 65,94 kilos consumidos en 1990. Durante el mismo período, el área total de arrozales cultivados disminuyó de 455.400 a 234.700 hectáreas, una reducción fenomenal del récord histórico de 794.000 hectáreas en 1962.

En el pasado, comer una comida significaba comer arroz, pero ahora la gente tiene una selección más amplia de alimentos”, dice Hsu Ai-na. “Aunque coman arroz, lo mezclan a veces con otros granos. El consumo de arroz va en un declive irreversible”. Hsu investiga alimentos hechos con arroz como galletas en la estación de Taichung, cuya misión es estimular el consumo de arroz.

Los agricultores locales han sido expuestos a competencias internacionales desde la entrada de Taiwan a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2002. Como parte de su compromiso con el libre mercado, Taiwan ha permitido la importación de arroz bajo un sistema de cuotas desde entonces. Actualmente, las importaciones bajo cierta cuota —el 8 por ciento del promedio anual de consumo de arroz en el caso de Taiwan entre 1990 y 1992— están sujetos a una tarifa baja, mientras que los que se exceden pagan uno muy alto. Se espera que el porcentaje aumente gradualmente con el paso del tiempo, y según COA, el arroz importado representa ahora el 10 por ciento de todo el que consumen los taiwaneses. Estados Unidos exporta más arroz a Taiwan que cualquier otro país, seguido de Tailandia y Australia, mientras que Egipto y Japón exportan cantidades más pequeñas.

En el ambiente actual, el centro de la investigación del arroz se ha vuelto más importante. “Tenemos que mejorar la calidad del arroz de Taiwan”, dice Sheu. En un lugar como Taiwan, donde el tamaño de las granjas suele ser pequeño, y los costos de mano de obra agrícola son altos, es necesario que las ganancias procedan de la calidad y no de la cantidad. “Tenemos que usar calidad para fomentar el gusto de la gente por el arroz cultivado localmente”, dice Sheu, “para que las importaciones tengan dificultades para competir”.

Lai Ming-hsing critica la tendencia de los taiwaneses de admirar lo extranjero. “El público necesita tener más confianza en el arroz de Taiwan”, dice. El científico se refiere específicamente al arroz importado de Japón, que es muy caro, y típicamente se elogia mucho. El piensa que el arroz producido localmente, aunque derivado predominantemente del arroz japonés, si no es mejor, por lo menos es igual de bueno.

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