04/05/2024

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El Hotel Intercontinental de Managua

01/05/1998
Sólido como una pirámide, el Hotel Intercontinental es el lugar de parada de los jefes de estado y de los altos cargos que visitan Nicaragua. Pensando en qué negocios desarrollar, los empresarios taiwaneses Wu Tung-chin y C. P. Lin compraron el hotel en 1993. Ahora su equipamiento y servicio lo convierten en el mejor hotel del país.

A medida que el automóvil avanza por la avenida más próspera de Managua, la capital de Nicaragua, el único edificio alto que se divisa es uno de 18 pisos que ha sido declarado edificio de estructura peligrosa. Ocasionalmente se ven paredes derruidas o inclinadas por el gran terremoto y los años de guerra civil que esperan ser reconstruidas.

Vecino de la Mansión Presidencial

En el casco urbano, muchos de los edificios de la administración, como la Mansión Presidencial, el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Economía, están localizados en la misma zona. Y esa es también la zona donde se halla el Hotel Intercontinental, adquirido por la Compañía Nica Oriental, fundada conjuntamente por el Grupo Shinkong y la Compañía Constructora Fu-Tsu, ambas de Taiwan. Según Fred Kuo, director general del hotel, «en Centroamérica, todos los edificios están empezando a reconstruirse. Se puede decir que el gobierno es el mayor consumidor. Por su excelente situación y la categoría de cinco estrellas, todos los que vienen a Nicaragua por negocios se hospedan en el Intercontinental».

No sólo los empresarios, también los líderes extranjeros, los delegados de conferencias internacionales y organizaciones de ayuda, e incluso los atletas que participan en competiciones internacionales, así como los periodistas que informan de estos acontecimientos, todos se congregan en el Intercontinental. El presidente de la República de China, Lee Teng-hui, y su primer ministro, Lien Chan, el presidente de Alemania, el rey y el príncipe de España, y el Dalai Lama, todos han estado alojados en este hotel.

Desde que Nicaragua alcanzó su independencia de España en 1821, el Partido Liberal y el Partido Conservador se han opuesto constantemente, con la consiguiente inestabilidad interna. En concreto, tras el asesinato en 1978 de Pedro Joaquín Chamorro, famoso periodista de la oposición, varios partidos se unieron para ampliar el frente de oposición contra el gobierno, y la guerra civil se hizo más cruenta.

Comprar el lugar de estancia

La caída en Nicaragua de Somoza en 1979 y el paso al régimen Sandinista de izquierda hizo que EE UU impusiera un embargo y retirara las ayudas económicas. Los años de guerra, además del gran terremoto de 1972, detuvieron por completo la otrora abundante producción agrícola nacional de algodón, semilla de algodón, café y caña de azúcar. Ello convirtió a Nicaragua, antes el país más próspero de Centroamérica, en el país más pobre de la zona. Con el paso del tiempo, la viuda del periodista asesinado, Violeta Barrios de Chamorro, fue elegida presidenta en febrero de 1990 y el país comenzó a crecer con la cooperación internacional y su deuda externa disminuyó significativamente. También empezó a ser anfitrión de conferencias internacionales y comenzó a recuperar su prestigio internacional.

En noviembre del mismo año, la República de China reanudó las relaciones diplomáticas con Nicaragua. Dos semanas después, el entonces viceministro de Relaciones Exteriores, Chien-jen Chen, visitó el país al frente de una delegación de empresarios. En ese grupo estaban los que más tarde se convertirían en los dos accionistas principales del Hotel Intercontinental: Wu Tung-chin y C. P. Lin. En la visita, la presidenta Chamorro recibió personalmente a la delegación en su casa, y hasta tocó el piano para el grupo; así comenzaron las amigables relaciones con los empresarios taiwaneses.

Aproximadamente un año más tarde, la presidenta Chamorro devolvió la visita y la comunidad empresarial la recibió en Taiwan con gran entusiasmo. En ese momento, Nicaragua se hallaba inmersa en el proceso de privatizar muchas empresas que habían sido nacionalizadas en la época sandinista, y la presidenta Chamorro expresó su esperanza de que los empresarios taiwaneses invirtieran en Nicaragua. Wu Tung-chin preguntó a la presidenta si tenía alguna recomendación, a lo que ella respondió: «¿Por qué no compran el hotel donde se hospedaron?». Así fue como Wu y Lin terminaron invirtiendo US$5 millones en la adquisición del hotel de 25 años de historia.

En caos, pero lleno

Cuando compraron el hotel no esperaban que produjera beneficios a corto plazo, porque la situación política de Nicaragua no era muy estable y la industria turística no podía desarrollarse en poco tiempo. El año que la presidenta Chamorro visitó Taiwan, el Partido Sandinista organizó manifestaciones de protesta por la privatización de las industrias que ellos habían nacionalizado. Los manifestantes construyeron barricadas, quemaron neumáticos en las calles, y se congregaron a la puerta de la Mansión Presidencial paralizando las comunicaciones de Managua con el mundo exterior en señal de protesta.

Según Fred Kuo, «durante estas manifestaciones se cerraron todas las oficinas del gobierno y los extranjeros que habían reservado habitaciones cancelaron sus visitas. Pero, por otro lado, aparecieron periodistas de todo el mundo que llenaron unas 60 habitaciones, cosa que no habíamos previsto».

El Intercontinental cuenta con 200 habitaciones, y por término medio está ocupado al 60%. Las más baratas cuestan US$160 por noche, pero si hay algún acontecimiento especial, es difícil encontrar un lugar vacío, como por ejemplo durante la visita del presidente Lee Teng-hui, en 1994, cuando ni siquiera se pudo acomodar a todo el grupo de empresarios y periodistas que le acompañaron.

Servicio de estilo socialista

Desde el gobierno de los sandinistas hasta el de hoy de la Alianza Liberal, bajo el presidente Arnoldo Alemán Lacayo, Nicaragua ha pasado de un sistema socialista a otro de libre competencia. Del mismo modo, el Intercontinental ha pasado de la nacionalización a la administración por empresarios taiwaneses. Ello requiere una gran adaptación, tanto en términos de formación como de equipamiento.

Su director general, Fred Kuo, recuerda que cuando tomaron la dirección del hotel, casi todas las camas tenían por lo menos 20 años. Además, el suministro eléctrico en Nicaragua no es fiable y los apagones eran frecuentes. El generador que usaba el hotel no tenía potencia suficiente, y era frecuente encontrar situaciones embarazosas como huéspedes con la cabeza llena de champú enfundados en sus batas protestando malhumorados por el corte repentino de la luz. Esto llevó a los nuevos propietarios a invertir otros 5 millones para renovarlo por completo. Aunque la renovación es muy cara, Kuo observa: «Generalmente el precio de un hotel no baja de US$20 millones, pero la compra y renovación sólo ha costado 10 millones. Es un precio muy razonable».

Lo que más costó, en términos de energía, fue cambiar la actitud de servicio de los empleados, que estaba estancada en la época de «empresa nacionalizada». El problema se complicaba con el carácter libre y relajado de los latinoamericanos. Cuando adquirieron el hotel, ninguno de los empleados sonreía. A la hora de la comida, todo el personal se sentaba a comer a la misma hora, porque les parecía que si los huéspedes almorzaban, ellos también podían hacerlo. Si se le pedía a un camarero que limpiara una mesa, dejaba la bandeja en el suelo y se ponía a limpiarla. Ante esas situaciones, Kuo no sabía si reír o llorar.

Vuelve la animación

El Intercontinental está ahora en perfecto orden. El área detrás del hotel se ha convertido en una gran sala de conferencias para ofrecer un espacio a las muchas reuniones internacionales que se celebran. La Compañía Nica Oriental calcula que en ocho años el Hotel Intercontinental producirá beneficios.

En los últimos años, el gobierno nicaragüense ha ofrecido incentivos especiales para estimular la inversión extranjera, ayudando no sólo al aumento de la productividad sino al incremento de las reservas de divisas extranjeras, al tiempo que se reduce drásticamente el tremendo índice de desempleo. El sector comercial, antes devastado, se está reconstruyendo. Además, con sus muchos volcanes y bellas playas, Nicaragua posee un excelente potencial turístico, y Fred Kuo piensa que, allí, el futuro de la industria hotelera es muy prometedor.

Recientemente, la Compañía Nica Oriental ha invertido otros 2 millones de dólares estadounidenses en la compra de tres hectáreas frente al Intercontinental para construir un centro comercial. Con la expansión a ambos lados, están ocupando el centro de la ciudad, antes limitado a edificios del gobierno, oficinas y tiendas, y le están aportando una visión nueva, esencial para el futuro.

(Reproducido de Sinorama, Vol. 24, No. 12, 1997)

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