04/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Dilemas de la investigación

01/08/2006

En 2005, el mundo de la investigación científica quedó impresionado cuando se reveló que la afirmación de que un científico coreano, Hwang Woo Suk, había producido células madres embrionarias, era falsa. La fabricación de datos de investigación, como en el caso de Hwang, es un fraude serio y una violación de la ética, ya sea en la investigación científica o académica en general. Pero después de detectarse esta farsa, el asunto fue relativamente fácil de abordar para la comunidad de investigadores. Sin embargo, la era de la revolución post-genética ha dado lugar a otras interrogantes éticas sobre los límites de la investigación de genoma y se han producido debates vigorosos, pero hasta ahora, pocos puntos de consenso.

A partir de mediados de los noventa, la investigación de biotecnología y genética en Taiwan alcanzó rápidamente a la de los países desarrollados. Para no quedarse atrás en la tendencia internacional, el 6 de abril de 2005, el Yuan Ejecutivo anunció una inversión de NT$15.000 millones (US$469 millones) para establecer un proyecto llamado Taiwan, isla de biomedicina y biotecnología.

Mientras que algunos términos tales como biotecnología, clonación y mapa de genes se han comenzado a escuchar con frecuencia, y las tecnologías mismas están integrándose gradualmente en la vida cotidiana, los asuntos éticos relacionados con el uso de seres humanos y animales en la biotecnología, han sido ignorados por el público. ¿Es posible lograr un equilibrio entre los derechos humanos, los derechos de los animales y el progreso científico? Y ¿ha reconsiderado el público los asuntos éticos en la investigación científica, tras la propuesta del Instituto de Ciencias Biomédicas (IBMS, siglas en inglés), de la Academia Sínica, para crear una base de datos genética, llamada provisionalmente Taiwan Biobank?

Preocupación por los derechos de los animales

Para Jhu Zeng-hong, presidente de la Sociedad para el Medio Ambiente y los Animales de Taiwan (EAST, siglas en inglés), el asunto ético de usar animales en experimentos no es sólo sobre cómo reducir el sufrimiento que experimentan éstos, sino también sobre la mejora de la protección ambiental y el bienestar humano. Jhu piensa que es posible crear una situación que beneficie a todos si el Gobierno realiza más inversión en la protección del medio ambiente.

“Según la tradición, usar animales en experimentos es considerado indispensable para la investigación farmacéutica y médica, a fin de fortalecer la salud humana”, dice Jhu. “¿Por qué no pensamos desde otra perspectiva? Si nuestro medio ambiente es mejorado, la gente en Taiwan será más saludable. Entonces, no dependeremos tanto en medicinas para mantener nuestra salud; por lo tanto el número de experimentos con animales se vería reducido”.

Por lo menos un millón de animales se utilizan para los experimentos en laboratorios de biomedicina y farmacéuticos en Taiwan anualmente. Jhu cree que se trata de un cálculo conservador y que el número es en realidad mucho mayor. Aún cuando el uso científico de animales es incluido en la Ley para la Protección de los Animales, establecida por el Consejo de Agricultura, del Gabinete, la ley sólo enfatiza el principio de “refinamiento” de las “tres R” —reemplazo, reducción y refinamiento. Estas se refieren a un consenso sobre tratamiento humano de animales de laboratorio en Estados Unidos y el Reino Unido. La ley consagra que “la aplicación debe realizarse de tal manera que inflija el mínimo dolor o daño en los animales”. No hay obligación legal de cumplir los otros dos aspectos —reducción en el uso de animales y su reemplazo en experimentos.

A medida que el número de animales de laboratorio sigue aumentando anualmente, Jhu piensa que los investigadores pueden trabajar más en el reemplazo de éstos con simulaciones computarizadas u organismos inferiores. La investigación ha mostrado que si se implementan los principios de las tres R, no sólo los animales para experimento se beneficiarían, sino que los investigadores también podrían lograr mejores resultados.

“En la investigación médica, es siempre discutible si los resultados de hacer pruebas en animales son realmente aplicables a los humanos”, dice Jhu.

Taiwan Biobank

Mientras que los grupos de protección de animales siguen discutiendo sobre la moralidad de usar estas criaturas en los laboratorios, los científicos en los institutos de biomedicina han dirigido su investigación hacia una dirección diferente, tras la publicación en 2003 de la secuencia completa del genoma humano. El proyecto Taiwan Biobank, propuesto por IBMS, funciona como un ejemplo interesante de cómo la vida diaria podría verse afectada por la investigación durante la revolución post-genética.

La investigación médica tradicional ha enfatizado la influencia de factores de riesgo externos sobre la salud humana, tales como fumar, falta de ejercicio o dieta inapropiada. Sin embargo, después que se completó la secuencia del genoma humano, el centro de la investigación médica ha girado en torno a la interacción entre los factores de riesgo y la química genética, de allí la necesidad de un banco de datos genéticos. Pero desde que se propuso por primera vez la creación de Taiwan Biobank en febrero de 2004, ha habido considerable crítica sobre cómo el proyecto protegerá la privacidad, confidencialidad y uso justo de la información genética. Los críticos se preocupan de que si la información genética está conectada con el sistema de registro familiar, junto con la computarización nacional de los registros médicos y el sistema de tarjeta IC del Seguro Nacional de Salud, esto podría convertirse en una gran amenaza a la privacidad y las libertades básicas.

Según Shen Chen-yang, un investigador en IBMS, el método de investigación para desarrollar una base de datos genéticos es el “estudio de cohorte futuro”. El estudio de cohorte futuro abarca básicamente la observación de una muestra de individuos sin enfermedades durante un largo período de tiempo. El primer paso es recolectar la información del factor riesgo, tales como las historias médicas familiares y la información sobre estilo de vida personal. Luego, recolectando las muestras de sangre y la consideración del efecto hereditario en el desarrollo de enfermedades, los científicos esperan hallar el porqué algunas personas desarrollan ciertas enfermedades, mientras que otras no, a pesar de estar expuestas a los mismos factores de riesgo. La investigación de Taiwan sobre la relación entre hepatitis B y cáncer de hígado es un ejemplo exitoso del estudio de cohorte futuro.

El propósito de Taiwan Biobank es investigar los factores genéticos detrás de las enfermedades crónicas básicas en Taiwan, tales como cáncer, presión sanguínea alta y diabetes, y la interrelación de los factores de riesgo genéticos y externos. Los hallazgos beneficiarán el desarrollo de medidas preventivas y tratamientos efectivos para enfermedades crónicas. Como los factores de riesgo hereditario y externos de los taiwaneses son únicos, es necesario crear un banco de datos genéticos localizado para encontrar las causas de las enfermedades crónicas comunes.

Algunos países del mundo, incluyendo India, Japón y Estados Unidos, han emprendido proyectos de bancos biogenéticos. El plan inicial para el Taiwan Biobank es recolectar 15.000 muestras de sangre de los distritos de Chiayi, Hualien y Miaoli, que abarcará los cuatro grupos étnicos —los inmigrantes Minnan, Hakka y Han que se trasladaron a Taiwan después de 1949, y las tribus aborígenes. Las preocupaciones de los grupos activistas de los derechos humanos —la falta de confianza en la confidencialidad de las investigaciones médicas y la posibilidad de revelar la información genética con fines comerciales— han provocado la suspensión temporal del plan.

“Hasta ahora, hemos recolectado alrededor de 1.000 cuestionarios con respecto a las muestras de historia médica familiar y estilo de vida”, dice Shen, agregando que, “entendemos y damos la bienvenida a las críticas racionales y el debate”.

La factibilidad del proyecto es también supervisada por el Directorio de Revisión Institucional de la Academia Sínica, que opera conforme a los Estándares Organizacionales y Operacionales para los Directorios de Revisión Institucional Médicos.

El estudio de cohorte futuro es un método de investigación muy común y ha sido usado en Taiwan durante más de 30 años. Por lo tanto, desde la perspectiva puramente médica, el procedimiento no es controversial. Es la perspectiva legal la que es fuente de preocupaciones.

Por ejemplo, según Liu Ching-yi, vicepresidenta de la Asociación para los Derechos Humanos de Taiwan, la operación de Taiwan Biobank es altamente controvertida desde la perspectiva de la Ley Básica de Aborígenes. El Artículo 21 de la ley consagra que, cuando se realiza investigación académica entre las tribus aborígenes, no sólo se debe obtener el consentimiento de los individuos pertinentes, sino que debe haber el consentimiento colectivo del grupo aborigen. Liu piensa que el mismo principio debe aplicarse a todos los grupos étnicos cuyas muestras de sangre sean recolectadas, y Liu duda que la Academia Sínica haya encontrado un mecanismo completo para obtener el consentimiento colectivo de grupos étnicos no aborígenes mucho más numerosos.

La combinación del sistema de registro familiar, la base de datos para la investigación del Seguro Nacional de Salud y el acceso a la secuencia genética de grupos étnicos específicos, podría ser muy tentadora para los fabricantes de farmacéuticos extranjeros en términos de interés comercial. Por esto, se necesita una nueva ley para proteger la información genética no sólo de individuos, sino también de la población nacional como un todo.

El resultado final de la controversia es la dificultad de obtener la confianza y el consenso del público. La obtención de acceso a las secuencias genéticas implica el acceso a la información más íntima de las personas. La filtración de información podría causar una seria invasión a la privacidad de cada individuo. Liu pone en duda si una carta de consentimiento a la investigación médica, explica claramente a aquellos que dan muestras de sangre y sus familias para qué se utilizarán esas muestras y qué pasa luego. Además, no existe aún un mecanismo que explique cómo los donantes de sangre compartirán los beneficios de una investigación exitosa. “El gobierno japonés permitió por lo menos cuatro años de discusión pública antes de implementar el programa. La escala de las bases de datos genéticas en Estados Unidos o Alemania es pequeña, no de un nivel nacional. No es apropiado comparar Taiwan Biobank con aquellos en países desarrollados”, dice Liu.

Debido a la preocupación generalizada, se ha postergado la recaudación de muestras de sangre.

Shen comprende las preocupaciones de los activistas de los derechos humanos, pero él cree que es injusto que algunos críticos digan que el procedimiento científico no es transparente. “El procedimiento de estudio de cohorte es muy fácil de comprender en comparación con la investigación de células madres; es tan simple que nada puede ocultarse”, dice Shen.

El IBMS espera ahora que después de un año de debate y discusión entre expertos de varias áreas, pueda lograrse un consenso público en cuanto a la continuación del proyecto de banco biogenético. “Sin embargo, si los asuntos éticos pertinentes a este banco biogenético se transforman en un asunto ideológico de lo que es absolutamente correcto o incorrecto, y el público es forzado a parcializarse, el instituto preferirá abandonar el proyecto antes de que se vuelva perjudicial para la sociedad”, dice Shen.

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