30/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Los robots domésticos

01/08/2006
El robot de entretenimiento de Micro-Star International, E2R-H3, lleva a cabo una sesión de ejercicios.
“Buenos días, señor. Es hora de levantarse”, dice María. “Su desayuno está servido”. “Llámame otra vez en 15 minutos”, responde el jefe de la casa, anhelando dormir un poco más. “¡Seguro, señor!”, responde suavemente y se desplaza fuera de la habitación. María es simplemente una criada que hace tareas simples, pero ella nunca se queja y nunca tiene flojera, ni siquiera cuando trabaja las veinticuatro horas del día. Estas virtudes se derivan del hecho de que ella es un robot humanoide.

“Tener robots de servicio en nuestras vidas no es un sueño. Se puede lograr en los próximos 10 años”, dice Wang Wei-han, subdirector de la División de Tecnología de Inteligencia Robótica, del Instituto de Investigaciones de Tecnología Industrial (ITRI, siglas en inglés). “En el presente, la tarea crucial es la reducción de costos —solamente cuando sus precios disminuyan a un nivel razonable, los robots entrarán en nuestros hogares”.

Los ayudantes mecánicos del hombre están actualmente divididos en dos tipos principales —los robots industriales utilizados en la fabricación y los robots de servicio para utilizarlos en cualquier cosa, desde tareas del hogar hasta entretenimiento y cuidado médico. Los robots industriales, que se utilizan ampliamente en las fábricas hoy día, realizan tareas predeterminadas establecidas por las instrucciones programadas. Por otra parte, los robots de servicio, poseen inteligencia artificial que los capacita para sentir, razonar y reaccionar dentro de parámetros específicos, y ellos representan todo un nuevo futuro para la industria robótica. Los pronósticos de la Federación Internacional de Robótica y la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas muestran que el número de robots de servicio en uso en el mundo rebasará las 625.000 unidades que existían en 2002, para alcanzar 2,2 millones a finales de este año. En comparación, se predice que el número de robots industriales durante el mismo período de cuatro años ha aumentado en apenas 105.000 unidades.

Entre tanto, la investigación realizada por la Asociación de Robots de Japón indica que el valor de la industria de robots de Japón, seguramente alcance los 8 billones de Yen (US$69.930 millones) en 2025, con los robots de servicio representando más del 50 por ciento de la cifra. Japón es actualmente el principal fabricante del mundo de robots industriales.

Con un ojo puesto en el considerable potencial de mercado de la robótica, Alemania, Japón y Estados Unidos han llevado a cabo investigación y desarrollo durante años. Ultimamente, China, Corea del Sur y Taiwan se han incorporado a la palestra. La experiencia en la fabricación de alta tecnología le da a Taiwan ventajas substanciales en robótica. “La industria de los robots es en realidad una combinación de tecnología de información y comunicaciones (ICT, siglas en inglés) y maquinaria de precisión. Taiwan tiene ventajas en ambos de estos campos”, dice Wang. “Aún más, la industria de ICT de Taiwan puede hacer un buen trabajo y a bajos costos”.

Wang dice que Japón y Europa ya dominan el mercado de la robótica industrial, gracias a su entrada temprana y masivo gasto en investigación y desarrollo. Al mismo tiempo, Estados Unidos ha tomado la delantera en el desarrollo de máquinas inteligentes usadas en sistemas sin tripulación de vigilancia aérea, exploración marina y armamento. Wang cree que Taiwan tendría éxito si incursionara en la investigación y desarrollo de robots humanoides para el hogar.

Según Wang, los robots inteligentes requieren de sistemas técnicos complejos que integren la inteligencia artificial, la electrónica de comunicaciones, la maquinaria de precisión y la creatividad cultural. El piensa que debido a la inversión limitada en investigación y desarrollo, Taiwan se ha rezagado en comparación con naciones avanzadas industrialmente en el desarrollo de robots, y necesita alcanzar el nivel rápidamente. “El reto actual de Taiwan es cómo mezclar estos campos e injertarlos en su base industrial y cadena de suministro”, dice.

De hecho, ésta es una de las misiones principales del ITRI, el mayor instituto de investigaciones sin fines de lucro de Taiwan, y el Directorio de Revisión Estratégica del Gabinete, que el año pasado fue dirigido por el Ministerio de Economía (MOEA, siglas en inglés) para coordinar los objetivos del Gobierno, la academia y la industria en el campo de la robótica.

Chen Chao-yih, director general del Buró de Desarrollo Industrial del MOEA, dice que el Gobierno ha destinado fondos especiales este año para promover el desarrollo de máquinas inteligentes. Aproximadamente NT$30 millones (US$937.500) de estos fondos han sido destinados a las universidades Nacional de Taiwan, Chiao Tung y Chung Cheng, para las investigaciones sobre análisis de imagen e inteligencia artificial. El Instituto Chungshan de Ciencia y Tecnología, el ITRI, el Centro de Investigación y Desarrollo de Industrias Metalúrgicas (MIRDC, siglas en inglés) y el Centro de Investigación y Desarrollo de Maquinaria de Precisión (PMC, siglas en inglés) han recibido NT$200 millones (US$6,25 millones) para el desarrollo de tecnologías de control eléctrico, reconocimiento de imagen y navegación. Otros NT$60 millones (US$1,88 millón) están siendo utilizados para diseminar información específica a través de foros de producto, estudios de caso e intercambio internacional.

En la actualidad, la industria de robots industriales de Taiwan tiene un valor de producción anual de aproximadamente NT$14.000 millones (US$438 millones), con NT$8.000 millones (US$250 millones) en exportaciones y NT$6.000 millones (US$188 millones) en importaciones.

En cuanto al desarrollo de robots de servicio, la mayoría de ellos se encuentran en la fase de prototipo. “Los fabricantes taiwaneses son buenos para controlar los costos de línea de producción, comercialización y respuesta a las necesidades de los clientes”, dice Chen. “Sin embargo, como la mayoría de ellas son pequeñas y medianas empresas, tendrán que centrarse en el desarrollo de aplicaciones “especiales” para lograr incursionar en el mercado mundial”.

Los fondos generosos de MOEA están acompañados de un plan que estipula claramente las responsabilidades de las organizaciones recipientes. El Instituto Chungshan desarrollará robots de servicio para la prevención y rescate en caso de desastre, el MIRDC para entretenimiento y educación, y el PMC para proporcionar información y aplicaciones comerciales.

A corto plazo, el ITRI se centrará en el desarrollo de robots que funcionen como guías, guardias de seguridad y compañeros cotidianos. A largo plazo, el instituto se dirigirá hacia las máquinas inteligentes para el cuidado médico de los enfermos y ancianos. El ITRI ya ha desarrollado un robot de servicio prototipo llamado Abeja ITRI. Con su función de reconocimiento de voz y rasgos del rostro, la Abeja puede trabajar y comunicarse con otros robots. Es capaz de funcionar como guía de ubicación, recepcionista y guardia de seguridad. El instituto procura transferir las tecnologías del robot Abeja a los fabricantes locales interesados para su comercialización.

Este año el ITRI cooperará con el Gobierno en el establecimiento de una asociación de industrias de máquinas inteligentes, con el objetivo de integrar a todos los fabricantes en la corriente de producción. Algunas compañías domésticas de alta tecnología, incluyendo BenQ y Via Technologies, han formado ya equipos de investigación y desarrollo dedicados al desarrollo de robots. En especial, Micro-Star International (MSI, siglas en inglés), uno de los principales fabricantes de placas madre de Taiwan, dirigió en 2002 un centro de investigación con la esperanza de que los productos robóticos pudieran sostener el crecimiento de la compañía. “Percibimos un enorme mercado para los robots en el futuro cercano, y también reconocemos su umbral de alta tecnología, por lo que deseábamos entrar en el juego lo más pronto posible”, dice Jamsbon Chao, gerente de proyecto en MSI. “Creemos que la meta final de la tecnología es mejorar nuestras vidas, y los robots son un buen ejemplo de esto”.

MSI posee una larga historia de fabricación para otras compañías, y ha adquirido una gran experiencia en la integración de sistemas, la característica crucial de la robótica. Las placas madre son las principales placas de circuito para la base de sistemas electrónicos complejos, tales como los de las computadoras. Ellos contienen principalmente el sistema básico de entrada-salida, la unidad central de procesamiento, los juegos de chip, controladores, interfaces de almacenamiento en masa y memoria. Como el suministro de electricidad es un factor clave en la fabricación de placas madre, MSI es muy capaz en el campo del diseño de suministro de energía.

Chao dice que su compañía está equipada con el conocimiento para desarrollar robots con buen rendimiento de energía, que funcionan con baterías de larga vida. Durante los últimos años, ha dirigido un equipo de 30 miembros, la mayoría de los cuales poseen doctorados o maestrías en una variedad de campos que van desde diseño de mecanismo e ingeniería eléctrica hasta telecomunicaciones inalámbricas.

Después que estudios revelaron que un robot ganaría más fácilmente aceptación, y por lo tanto sería más comercializable, el equipo de investigación y desarrollo de Chao desarrolló un robot humanoide el año pasado, llamado E2R-H3 (Robot Humanoide para Educación y Entretenimiento 3). Su revelación ante el público durante la exhibición internacional de tecnología de la información, Computex, en 2005, atrajo mucha atención. La diminuta estatura del humanoide de 34 centímetros, oculta una inteligencia que procesa lenguaje e imágenes digitales, así como destrezas motoras, tales como agacharse, mover su cabeza y asestar poses de kung fu. MSI prevé el próximo año el lanzamiento de una versión comercial de E2R-H3 para el entretenimiento en el hogar y la oficina, que puede transmitir video y música, bailar y jugar con los niños.

La compañía espera que los robots domésticos sean seguidos por una nueva generación mejorada diseñada para ser guardias de seguridad en hospitales y edificios de oficina. Un poco después, la compañía planea producir en masa robots para la defensa nacional. Chao piensa que el crecimiento de la industria de robots cambiará la vida cotidiana de la gente, e incitará la proliferación de industrias periféricas, como la de inteligencia artificial y telecomunicaciones.

Aparte de la carencia de integración de recursos, a Taiwan le falta un ingrediente que a primera vista puede parecer inverosímil —su propia cultura popular de robots. Los diseñadores de robot de Japón han plasmado públicamente su inspiración en libros de caricaturas, tales como Astro Boy y Doraemon, mientras que Estados Unidos tiene Robby, el Robot de la película de 1956 El planeta prohibido, y R2D2 y C3PO de La Guerra de las Galaxias.

Peter Pan, profesor asistente de ingeniería eléctrica en el Instituto de Ciencias y Tecnología del Norte de Taiwan, comparte una preocupación similar, que es por la que decidió cambiar de la investigación en ITRI y el Instituto Chungshan a su actual trabajo como docente. Pan considera que la formación de un entendimiento fundamental sobre los robots es una tarea esencial, y espera crear un espacio en la imaginación pública para los amigos mecánicos del hombre.

En los últimos años, él ha llevado a sus alumnos a escuelas primarias para que muestren a los niños cómo funcionan los robots. Para estimular su imaginación, Pan se ha centrado en la biorobótica, la rama de la robótica que trata de imitar el comportamiento y los movimientos de las criaturas vivientes. El pasado noviembre, gracias a la financiación del Ministerio de Educación, Pan realizó finalmente su ideal al establecer un museo de biorobótica en el instituto.

El museo compacto está dividido en cinco áreas. La sección de historia abarca el origen y desarrollo de robots, mientras que el área de estructura exhibe la mecánica y electrónica dentro de ellos. La sección de teoría muestra los principios de diseño, y el área interactiva permite a los visitantes operar a sus ayudantes potenciales. Por último, un área temática donde se observan 100 modelos de biorobots. Los niños que visitan el museo pueden usar bloques de construcción para armar sus propios robots de juguete, mientras que Pan aprovecha la oportunidad para indicar que muchos robots japoneses contienen partes, tales como microcomputadoras, generadores de voz y sensores que son hechos en Taiwan. “Veo muchas esperanzas para Taiwan en el campo de la robótica”, dice. “Espero que nuestra gente no sólo sueñe, sino que se conviertan en creadores”.

Entre tanto, la Exposición de Super Robots de Sueños, organizada por el periódico local de idioma chino, China Times y Kuei Jung Exhibition Co., estuvo de gira en Taiwan desde enero hasta mayo de este año, con 100 robots de Estados Unidos y Japón. Chou Hsiao-ching, director general de Kuei Jung, dice que la exhibición estuvo diseñada para presentar un cuadro real de la vida humana entrelazada con los robots en un futuro cercano. “Busca mejorar el entendimiento de los jóvenes acerca de las aplicaciones tecnológicas en general de los robots”, dijo. “Esperamos también despertar su interés en la investigación y desarrollo en el futuro”.

En la exhibición, ACTROID, una robot recepcionista curvilínea, complació realmente a la multitud. ACTROID, producida por las compañías japonesas KOKORO Co., y Advanced Media, es capaz de conversar con expresiones y gestos faciales “naturales”, y puede reconocer cuatro idiomas —japonés, chino, coreano e inglés.

Mientras que los japoneses parecen estar fascinados por los robots humanoides, las versiones occidentales parecen ser más tipo robot y se abstienen de rasgos humanos. La posibilidad de que las máquinas lleguen a reemplazar a los humanos ha sido descrita en películas como Yo, Robot; sin embargo, ¿es realmente preocupante la inteligencia artificial? El consenso entre la mayoría de los investigadores es tan absoluto como predecible. “El asunto es que los robots hagan las tareas que la gente no quiere hacer”, dice Wang Wei-han.

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