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01/12/2004
Alrededor del 80 por ciento de los centros de incubación financiados por el Gobierno han sido establecidos por universidades domésticas, como por ejemplo la Universidad Nacional de Taiwan (en la foto).

Louis Lo incursionó hace dos años en el negocio de fabricar materiales electrónicos para productos de tecnología de información, cuando sintió que la industria experimentaba un cambio. “Muchos de mis colegas fabricantes se reubicaron en China. Pero a mí no me provocó hacer eso. Entonces, me pregunté, cómo podría garantizar que mi negocio sobreviviera aquí en Taiwan”.

La decisión de Lo vino en un momento oportuno. Con la población senil de Taiwan en aumento, la demanda ha sido mayor por asistencia médica, y Lo sabía que él tenía el conocimiento sobre materiales a base de químicos para desarrollar productos hechos a la medida para la rehabilitación.

Hay un gran mercado potencial para esos productos, pero en la mayor parte, ellos son importados, dice Lo. “Los hospitales del país necesitan muchos artículos, pero no pueden encontrar un suministrador local que satisfaga sus demandas. En cuanto a mí, dispongo de una variedad de materiales y el conocimiento para procesarlo, por ello pensé que podría llenar el vacío”, dice. “Pero el mayor obstáculo fue mi falta de conocimiento médico”.

Uno de los amigos de Lo sugirió que probara sus nuevas ideas comerciales en el Centro de Innovación e Incubación del Hospital Conmemorativo Mackay. El centro ofrecía espacio de oficina, equipo avanzado, apoyo administrativo, y lo más importante, asesoría profesional de personal médico y de investigación, todo a un costo muy bajo, gracias a la financiación del Gobierno.

Lo comenzó a trabajar en el centro de incubación del hospital, y desde entonces ha trabajado muy íntimamente con el centro en algunos proyectos de investigación y desarrollo. Al tiempo que se adaptaba, él aseguró las patentes de un número de productos ortopédicos. Actualmente, vende estos productos en el hospital y ofrece verificaciones gratuitas.

Los funcionarios que están encargados del programa esperan que Lo sea uno de los muchos empresarios que están dispuestos a ofrecer sus recursos y conocimientos.

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Lai Sun-quae: “Las principales funciones de las incubadoras son ayudar a fomentar nuevos productos, nuevas empresas y nuevas tecnologías”.

Yang Yuh-cheng, vicesuperintendente del hospital, observa también los beneficios para su institución. “Como el primer centro médico de la isla dedicado al desarrollo de la industria biomédica, nuestras ventajas son la fuerza laboral formada por 713 médicos, 102 investigadores especializados, y 20 encargados de planificación y mercadeo, además de instalaciones médicas modernas que incluyen 17 laboratorios”, dice Yang. “Nuestra rica historia en investigación y experiencia clínica deberían servir como recursos valiosos para las compañías que están interesadas en desarrollar nuevos productos”.

Yang dice que el establecimiento del centro de incubación del hospital en 2002 tuvo el propósito de satisfacer los objetivos del Ministerio de Economía, en cuanto a ayudar a empresas pequeñas y medianas a sobrevivir y crecer durante sus inicios y período inicial de innovación cuando son más vulnerables.

Además, Yang piensa que la biotecnología está lista para convertirse en la próxima industria próspera, después de la industria de electrónicos, y el Gobierno parece estar de acuerdo, ya que subsidia activamente el programa.

Chu Chien-ming, gerente de proyecto del centro de incubación del hospital, dice que desde el inicio de sus operaciones, el centro se ha centrado en la investigación y desarrollo de ayudas para la rehabilitación, la biomedicina, las vacunas biológicas, los estuches de diagnóstico, así como las herramientas de verificación de alimentos saludables, y en profundizar la investigación de la medicina china.

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Un residente recién llegado especializado en animación en el centro de incubación de la Universidad Nacional de Artes de Taiwan.

Existen nueve compañías que se dedican a estos campos en el hospital. “Cuando trabajamos con las compañías, se puede ver cómo las empresas pequeñas y medianas presentan nuevas ideas de manera dinámica”, dice Chu. “Entonces, evaluamos sus ideas y ofrecemos nuestros puntos de vista. Tenemos cuidado con estos proyectos porque nuestros pacientes usarán estos productos, y es nuestra responsabilidad si algo sale mal”.

Lai Sun-quae, director general de la Administración de Empresas Pequeñas y Medianas (SMEA, siglas en inglés) del Ministerio, dice que las empresas pequeñas y medianas han sido desde hace mucho tiempo el motor del desarrollo económico de Taiwan. Taiwan tiene más de 1,1 millón de empresas pequeñas y medianas, y éstas representan el 97,8 por ciento del número total de empresas aquí. Cada año, aparecen casi 100.000 compañías nuevas.

Entre tanto, Lai dice que después de 50 años, el pilar económico de Taiwan ha cambiado de la industria pesada a ligera, y de fabricación de mano de obra intensiva a desarrollo de productos de tecnología intensiva.

Aún más, junto con el aumento del ingreso per cápita, los costos totales de producción relacionados con la fuerza de trabajo, el uso de tierra, y la protección ambiental son comparativamente más altos que aquellos del mundo menos desarrollado.

“Bajo tales circunstancias, si las empresas no buscan la innovación, se verán forzadas a reubicarse a áreas que ofrezcan costos más bajos para sobrevivir”, dice. “Además, aquellos que se quedan aquí, deben insistir en diseños y materiales innovadores de sus productos para poder satisfacer a sus clientes”.
 

Para ayudar a las empresas pequeñas y medianas a ponerse de pie, SMEA del ministerio a partir de 1996 ha utilizado el Fondo para el Desarrollo de Empresas Pequeñas y Medianas, para animar a universidades, instituciones de investigación, así como las agencias públicas y privadas a utilizar sus actuales instalaciones y personal de investigación y desarrollo para establecer incubadoras.

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Yang Yuh-cheng dice que las ventajas del centro de incubación del hospital dependen de la fuerza de trabajo compuesta por doctores, investigadores, personal de planificación y mercadeo, e instalaciones avanzadas.

Se espera que las incubadoras puedan ayudar a resolver los problemas que las empresas pequeñas y medianas locales podrían enfrentar a medida que mejoran y se adaptan a las nuevas tecnologías. “Las principales funciones de las incubadoras son ayudar a fomentar nuevos productos, nuevas empresas, y nuevas tecnologías, mientras aumentan los índices de éxito de las empresas nuevas, al reducir sus riesgos y gastos de inversión”, dice Lai. “Intentamos convertir a Taiwan en un ambiente favorable para las empresas pequeñas y medianas”. Lai agrega que el logro más significativo de las incubadoras es el número de patentes reunidas por las empresas nuevas exitosas y el consiguiente lanzamiento internacional de productos.

Después de años de promoción, bajo el patrocinio del Fondo para el Desarrollo de Empresas Pequeñas y Medianas, 74 incubadoras han sido establecidas alrededor de la isla. Aproximadamente NT$1.100 millones (US$32 millones) han sido inyectados en más de 1.700 compañías, con el monto de capital de inversión nuevo que ahora excede los NT$27.000 millones (US$800 millones).

Aparte de la Incubadora de Biotecnología Nan-Kang, la Incubadora de Software Nan-Kang, y la Incubadora del Parque Industrial Científico de Tainan, la mayoría de las incubadoras (alrededor del 80 por ciento) han sido establecidas por universidades del país.

Para conseguir la diversificación, el Ministerio está trabajando en la revisión de la política existente para ofrecer mayores incentivos a fin de estimular las empresas privadas y órganos corporativos a tomar parte en los programas para crear una industria completa que pueda ofrecer diferentes tipo de asistencia y experiencia.

Al mismo tiempo, el Ministerio intenta ayudar a las incubadoras existentes a consolidar su cooperación con los gobiernos locales. “Las incubadoras no son sólo lugares para crear compañías de alta tecnología, ellas también son importantes mecanismos para formar lazos entre el Gobierno, los intelectuales, y la industria, así como una fuerza motriz detrás del desarrollo local”, dice Lai. “Ellas sustentan la creatividad, la innovación y el espíritu empresarial”.

La Universidad Nacional de Taiwan (NTU, siglas en inglés), en 1997, fue la primera universidad de la isla en establecer un centro de incubación. Nicholas Wu, director general del centro de incubación de la universidad, dice que inicialmente, el centro fue administrado por el Colegio de Ingeniería de la NTU. Su esfera de servicio por lo tanto estaba limitada a las industrias relacionadas con la ingeniería.

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Un laboratorio de biomedicina en el Hospital Conmemorativo Mackay.

Pero en 1999, el centro fue reubicado bajo la administración de la Comisión para Investigación y Desarrollo de la universidad, y en consecuencia, sus operaciones se ampliaron para cubrir una variedad de industrias de alta tecnología. Además, las once escuelas y unidades de investigación de la universidad con alrededor de 1.000 profesores están siempre a la disposición como una fuente para el centro.

“Respaldados por nuestros amplios recursos, somos capaces de ofrecer a las compañías servicios completos, desde instrucción técnica hasta asesoría sobre administración financiera, mercadeo, derechos de propiedad intelectual, y solicitud de licencias de tecnología”, dice Wu.

Además, el centro de incubación de la universidad ha formado alianzas estratégicas con importantes firmas de abogados y de contabilidad que ofrecen sus servicios a las compañías residentes.

Wu dice que en 2001 él comenzó a pensar sobre qué se necesitaría para que el centro de incubación fuera autosuficiente si el Gobierno decidía darle fin a los subsidios.

Como resultado, él propuso que la escuela estableciera una empresa de capital riesgo. Su idea fue aceptada y la firma, establecida formalmente en 2002, solicitó un fondo de aproximadamente NT$127 millones (US$3,7 millones) de varios accionistas incluyendo NTU, el Gobierno de la Ciudad de Taipei, el Banco Chiao Tung, Senao International, y Stardard Chem.& Pharm.

“Mientras asistíamos a las empresas nuevas, nos dimos cuenta que las finanzas y el mercadeo eran los mayores obstáculos en la fase posterior de investigación y desarrollo de producto”, dice. “Al establecer una firma de capital riesgo, tenemos como objetivo aprovechar los portafolios y contactos de nuestros accionistas para mejorar nuestra asistencia a los fabricantes prometedores. Por supuesto, esperamos tener ganancias de nuestra inversión para poder mantener nuestras propias operaciones”.

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Nicholas Wu: “La innovación necesita un lugar para desarrollarse”.

Alrededor del 60 por ciento de las operaciones del centro de incubación de la universidad están financiadas por las compañías residentes, y el restante 40 por ciento por el Gobierno. Wu espera que su centro comience a obtener ganancias el año próximo y que haga una oferta inicial pública en 2008.

Wu dice que los fondos gubernamentales para el centro alcanzan alrededor de NT$5 millones (US$147.000) al año. Sin embargo, él dice que el centro de incubación necesita el doble de ese monto para llevar a cabo lo que pretende. Wu quiere que el Gobierno se concentre en el subsidio de aquellos centros de incubación que funcionen mejor, para convertirlos en abanderados, en vez de establecer un montón de centros de incubación.

Hasta ahora, 56 fabricantes han concluido su contrato de tres años con el centro de incubación de la universidad, y están trabajando por su propia cuenta. Además, hay 27 compañías que trabajan actualmente con el centro, en campos tales como la tecnología de información, la biotecnología, y las comunicaciones.

“La innovación necesita un lugar para desarrollarse. Y nos sentimos contentos de ofrecerlo. Por suerte, y gracias a nuestra asistencia, nuestros clientes pueden transformar la innovación en modelos para ganar dinero y crear más historias exitosas”, dice Wu.

George Tien, gerente general de Universal Vision Biotechnology Co., dice que su compañía estableció un centro de investigación y desarrollo en el centro de incubación de la universidad en febrero, en vista de sus ricos recursos académicos, especialmente en los campos de maquinaria de precisión y biomedicina.

“NTU posee abundantes recursos. El asunto es cómo sacarles el mejor provecho”, dice Tien. “Mientras se hace residencia aquí, podemos fomentar contacto íntimo con académicos e investigadores con experiencia. Eso es una gran ventaja porque la empresa promedio es incapaz de poder contratar asesores de tan alto nivel”.

Aún más, Tien dice que su compañía se beneficia en gran parte de la variedad de seminarios, cursos educacionales, y reuniones de club que organiza regularmente el centro de incubación de la universidad.

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Las empresas de Taiwan tienen que buscar innovación o reubicarse donde los costos sean más bajos para sobrevivir.

Lin Pi-jung, director ejecutivo de Universal Vision Biotechnology, dice que su compañía ha desarrollado técnicas biomédicas, en particular el uso de la tecnología láser y materiales de electrónica óptica, para corregir la miopía, y así satisfacer la gran demanda.

“Muchas instituciones extranjeras muestran que el desarrollo de tecnología biomédica depende de la cooperación con universidades, en vista de su participación en diversos campos industriales. Es muy difícil que una compañía logre el éxito sin ayuda”, dice Lin.

Hsu Pei-tou, supervisor del centro de incubación de la Universidad Nacional de Artes de Taiwan, dice que la idea de establecer centros de incubación en el campus tuvo su origen en Estados Unidos, ya que las universidades son ricas en recursos para la investigación, y tienen que recaudar sus propios fondos. En Taiwan, las universidades deben recaudar por lo menos el 50 por ciento de sus presupuestos. Y el potencial de ganar dinero de los centros de incubación ha convencido tanto al Gobierno como a las universidades de promover los centros en los campuses.

Hsu dice que la promoción de los centros de incubación en los campuses puede impulsar a los académicos a iniciar interacciones con la industria. Por ejemplo, desde su establecimiento en 1999, el centro de incubación de la universidad se ha centrado en el desarrollo de contenido digital y software. Airiti es una de las 14 compañías que funcionan actualmente con el centro de incubación de la universidad. La compañía está involucrada principalmente en la compilación y clasificación de base de datos sobre arte y periódicos, así como de colecciones digitales.

El gerente general Chris Chang dice que al estacionar su negocio allí, su compañía es capaz de acceder a la experticia de arte tanto del personal como de los estudiantes. “Nos emociona poder basar nuestro desarrollo de productos en teorías sólidas e información ofrecida por profesores y practicantes en la universidad”, dice Chang. “Ellos ayudan a que nuestros productos sean más genuinos y fáciles de usar”.

Del mismo modo, Hsu dice que en el proceso de ayudar a fabricantes residentes, él ha ganado perspectiva sobre el mundo de los negocios. “Los académicos suelen ser demasiado idealistas. Al trabajar con la comunidad empresarial, cuyos miembros deben preocuparse por la supervivencia, aprendemos a ajustar nuestro pensamiento para que nuestros esquemas sean más factibles”, dice. “Es bueno ver que los centros de incubación sean un buen ejemplo de los lazos que pueden existir entre la academia y la industria”.

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