19/05/2024

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Taiwán Hoy

De compras en China continental

01/09/2000

uando D. C. Yang, presidente de la Asociación de Empresarios Taiwaneses de Shanghai, llegó por primera vez a esta famosa ciudad hace ocho años, una sola calle tenía anuncios de neón. “Se suele oír que en los años treinta, Shanghai era una de las metrópolis más prósperas del mundo, pero ¿qué significa eso?”, se queja. Esta es una reacción natural, si se tiene en cuenta que procede de un país industrializado y metropolitano como Taiwan, donde las ciudades están en constante movimiento las veinticuatro horas.

Hoy día, sin embargo, Shanghai se asemeja a cualquier otra metrópolis asombrosa, al igual que Pekín, la bulliciosa capital de China continental. Los grandes cambios ocurridos en sus áreas metropolitanas han sido bien descritos en una telenovela popular allá. En un episodio, el hijo anima a su padre de edad avanzada a salir a tomar aire fresco y dar una vuelta por la ciudad: “De otro modo, dentro de varias semanas te hallarás en un lugar extraño, porque Pekín está cambiando día a día”.

El consejo del hijo a su padre no es ninguna exageración. Durante casi una década, no ha disminuido el rápido ritmo de crecimiento económico de China continental, estimado en un impresionante 8 por ciento en la primera mitad de 2000. Una vez que los negocios del gobierno cierran al atardecer, Shanghai se ilumina con brillantes anuncios de Mickey Mouse, McDonald’s y Hello Kitty.

La popular versión de libre comercio de China continental, conocida oficialmente como “comunismo con características chinas” desde que el líder reformista Deng Xiaoping tomara el poder, ha cosechado mucha prosperidad para las empresas de Taiwan. El Gobierno de la República de China derogó su prohibición de invertir en China continental en 1992, y el comercio a través del Estrecho de Taiwan ha florecido desde ese entonces. Según un informe del Ministerio de Asuntos Económicos, de mayo de 2000, han habido más de 20.000 casos de inversiones a través del Estrecho, con un total de US$15.300 millones. China continental es ahora el mayor recipiente de fondos de inversión extranjera de Taiwan, absorbiendo el 40 por ciento de éstos.

En 1996, preocupado de que Taiwan se volviera económicamente dependiente de China continental, el presidente Lee Teng-hui trató de poner un amortiguador, limitando las inversiones de Taiwan que excedieran de los US$50 millones. La comunidad empresarial local, atraída por la mano de obra barata y el gran mercado de China continental, y conocida por superar cualquier reto, encontró la manera de evitar la nueva restricción.

De compras en China continental

Algunos críticos dicen que la política “ir lento y ser paciente” de Lee Teng-hui tenía el propósito de retardar el desarrollo económico de China continental. De ser así, la ajetreada Calle Nanjing de Shanghai muestra que esa política no logró su fin.

El comercio en ambas direcciones ha incrementado de manera continua junto con el flujo de fondos taiwaneses hacia China continental, otra señal de que la isla se está volviendo más dependiente de su vecino. Aproximadamente 11,1 por ciento del comercio de Taiwan en 1999 fue con China continental, comparado con 1,7 por ciento en 1987. Durante los últimos doce años, el comercio a través del Estrecho aumentó diecisiete veces, registrando un crecimiento promedio anual de 26,6 por ciento. El año pasado Taiwan tuvo un excedente comercial de US$16.700 millones con China continental, segundo después del que tuvo con Estados Unidos. El excedente comercial total de la isla alcanzó los US$10.900 millones el año pasado. En otras palabras, sin comercio a través del Estrecho, la isla hubiera sufrido un déficit comercial de US$5.800 millones en 1999.

D. C. Yang, quien está ahora a cargo de una empresa de website, descarta como acusaciones sin sentido el hecho de que los empresarios taiwaneses traigan demasiado dinero en efectivo a China continental. “Es una simple cuestión de matemáticas: Si se invierten 15.000 millones y se ganan 100.000 millones ¿se sentirá mal o contento consigo mismo?” Para él, la política del ex presidente Lee “ir lento y ser paciente”, pretendía retardar el desarrollo económico de China continental, no frenar el flujo de dinero taiwanés.

Para Chou Hai-po, gerente de la sucursal de Shanghai de Wei Chuan Foods , el temor de que una China continental económicamente poderosa puede menoscabar a Taiwan es una señal de mentalidad estrecha. “En el círculo económico chino, Taiwan y China continental se complementan entre sí”, dice. “Las perspectivas económicas no deben caer víctimas de la poca visión política”. Tras haber pasado más de diez años en China continental, Chou se ha dedicado de lleno al mercado que él llama “una tierra de peligro y oportunidad”. El peligro deriva de no entender lo suficiente a China continental, y no por ser de raza china, como es el caso de Indonesia, donde en cierta época se incentivaba la inversión, conforme a la política “Ir al sur” del Gobierno de la República de China. “Cuando mis amigos de Taiwan me preguntan sobre el orden público aquí, les digo que en Taiwan hay más problemas”, agrega Chou.

l sector de los alimentos y el de los electrónicos son los que más atraen a los inversionistas de Taiwan hacia China continental. Un taiwanés con su carrito de compras en un supermercado en China continental se sentirá bastante familiarizado con muchas de las marcas disponibles. Las compañías de alimentos de la isla, de hecho, ofrecen algunos de los mejores ejemplos de las vicisitudes de establecer un negocio próspero en China continental. Citemos como ejemplo Wei Chuan.

El gigante local de los alimentos se aseguró ganancias, en primer lugar, exportando a través del Estrecho fórmula en polvo para bebés, un éxito que afianzó su confianza. En 1993, Wei Chuan formó una empresa conjunta con una compañía de alimentos para bebés administrada por el gobierno de la ciudad de Pekín, una empresa que comenzó a producir beneficios al cuarto año. Con su base de producción en China continental teniendo cada vez más éxito, Wei Chuan prosiguió con el establecimiento de otras empresas conjuntas, y fue entonces cuando se le acabó la suerte de principiante y comenzó a recibir lecciones.

De compras en China continental

Pregunte a cualquiera en el negocio de la manufactura por qué quiere establecerse en China continental, y seguramente le contestará que por su “mano de obra barata”. Pero, ¿por cuánto tiempo más seguirá siendo así?

La compañía quería reducir el precio de la leche importada, por ello se asoció en 1996 con una empresa lechera del gobierno en Heilongjiang, cerca de la frontera con Rusia. Sin embargo, la empresa comenzó muy pronto a tener problemas. El personal taiwanés responsable de calcular los costos de inversión nunca visitó esa área remota en invierno, por lo tanto, no tenía idea de los problemas de transporte durante esta estación con temperaturas bajo cero. Las decenas de miles de vacas que la compañía continental afirmaba tener a su disposición, se encontraban dispersas en numerosas granjas, y habían sido criadas en malas condiciones. “Decidimos continuar importando productos lácteos de Estados Unidos y Australia”, dice Ke Yo-yueh, gerente general de la oficina de Wei Chuan en Pekín. “Sin embargo, ese no era nuestro plan original, pero fue una manera de sobrevivir la mayor y reñida competencia”.

La aventura de Wei Chuan revela algunos de los problemas clásicos que los inversionistas extranjeros, taiwaneses o de otra procedencia, han hallado con las empresas conjuntas. D. C. Yang recuerda que participó en una reunión de negocios con sus socios continentales –el lado taiwanés quería hacer tanto dinero como fuera posible; en cambio, los gerentes continentales decían que se contentarían con ganar un dólar. Yang observa que las empresas del gobierno en China continental prefieren crear hardware de alto perfil, como por ejemplo edificios, en lugar de obtener realmente ganancias. “Si echa un vistazo alrededor de China continental, verá filas de casas en construcción, que permanecerán vacías durante mucho tiempo”, dice.

La buena cooperación entre una empresa local y una extranjera en China continental es una situación afortunada, y la proporción de empresas con un único propietario extranjero va en aumento. Según el Ministerio de Cooperación Comercial y Económica de China continental, las empresas extranjeras con un único propietario alcanzaron el 38,7 por ciento de la inversión extranjera el año pasado, mucho más que el 27,5 por ciento en 1995. La proporción de inversiones con un único propietario ha crecido actualmente a alrededor del 50 por ciento. Esto es muy diferente a cuando se comenzaron a permitir las inversiones de compañías extranjeras en los años ochenta. Las reglamentaciones más confusas de aquellos días provocaron que las empresas taiwanesas prefirieran asociarse con las compañías estatales de China continental, con el fin de reducir los riesgos generales y obtener recursos, tales como equipo y mano de obra. Sin embargo, ésto aún no facilitaba las cosas. “Algunas veces, esos recursos son más problemáticos de lo que valen”, dice Ke Yo-yueh, de Wei Chuan. “Nuestra fábrica de Pekín es la única que ha tenido éxito entre todos nuestros intentos de empresas conjuntas, y eso es porque construimos la base de producción total a partir de la nada”.

El lado continental, sin embargo, todavía prefiere las empresas de cooperación sino-extranjeras a las 100 por ciento propiedad de extranjeros, porque de esa manera, puede cosechar ganancias y sacar provecho de la transferencia de tecnología. La discordia entre los taiwaneses y los socios locales también ocurre, y Chou Hai-po dice que es importante recordar que no estamos en nuestro país. “La regla es que hay que tratar de adaptarse al ambiente de ellos”, dice.

A pesar de estos obstáculos, el formidable tamaño de China continental y su inmensa población es tanto una bendición como un reto para las empresas aspirantes. Además de las diferencias geográficas, climáticas y culturales que se traducen en diferentes tipos de consumidores, la diversidad en el funcionamiento de las administraciones locales es también muy impresionante. “‘Un país, muchos sistemas’, en lugar de ‘un país, dos sistemas’, describe mucho mejor la situación”, dice Chou Hai-po, de Wei Chuan. “Realmente, se trata de una versión modelo de ‘autoridad propia local’”. Aunque las reglamentaciones son, a fin de cuentas, establecidas por el Partido Comunista, éstas están sujetas a diferentes interpretaciones y ejecuciones en el nivel local. “Hemos establecido dieciocho sucursales en China continental”, dice James Chen, gerente general de Chung Shing Holding (China) Co., “y hemos tenido que seguir dieciocho versiones de la misma ley de impuestos”. Los factores humanos dominan aún la práctica del derecho, y los veredictos de las cortes son, en muchos casos, sólo palabras vacías.

De compras en China continental

Para los taiwaneses que viven en China continental es difícil brindarles a sus hijos la educación apropiada. Una escuela equipada con maestros y libros de texto taiwaneses abrirá este otoño en la Provincia de Guangdong.

uando China continental abrió su mercado, uno de los eslóganes de los empresarios taiwaneses obsesionados con China continental era: “Si no se apresura a coger un asiento, alguien se le adelantará”. Actualmente, hay alrededor de 1 millón de empresarios taiwaneses con sus familias en China continental, y se necesitan más instalaciones educativas. Enviar a los niños a una escuela continental no es generalmente una opción, porque la educación brindada en estas escuelas puede crear conflictos ideológicos entre los padres y sus hijos. La primera escuela para niños de empresarios taiwaneses está prevista para abrir este septiembre en Dongwan en la provincia de Guangdong, donde residen 40.000 taiwaneses. La escuela empleará maestros y libros de texto taiwaneses, y sus graduados serán oficialmente reconocidos por el Ministerio de Educación de la República de China. Se están planeando instituciones similares en Shanghai, Pekín, y en otras ciudades en un futuro próximo.

Pero los empresarios no siempre pueden traer a sus familias a China continental, y las relaciones extramaritales no son poco comunes. Algunas compañías han tomado medidas para aislar a los empleados de la tentación. “Vivimos en un campo de concentración”, bromea Peng Chih-lian, de Tsann Kuen Enterprises, una compañía de electrodomésticos. El personal taiwanés de la compañía trabaja todos los días hasta las 9:00 PM, y los domingos hasta las 5:00 PM. Los empleados casados tienen seis días libres al mes (cada cuarenta y cinco días para los solteros) para visitar a sus familias en Taiwan. “Cuando trabajamos en China continental, si no estamos trabajando, estamos durmiendo en el dormitorio”, dice Peng. “Este estilo de vida significa que no tenemos tiempo para hacer lo que nuestro jefe no quiere que hagamos”. Todos los empleados y visitantes deben registrarse cuando entran o salen del dormitorio, y hay una hora límite a la medianoche. El personal taiwanés tiene prohibido manejar automóviles y debe usar el autobús de la compañía. Una relación extramatrimonial es causa para ser despedido.

Los problemas que han derivado de las relaciones económicas entre Taiwan y China continental, se han extendido también al campo político. “Los intercambios culturales, tecnológicos y económicos entre China continental y Taiwan no pueden separarse de la política”, dice Zhao Huaxing, director del Centro de Servicio para Empresarios Taiwaneses en Pekín. “Si el divisionismo toma importancia en la isla, entonces prevalecerán las consideraciones políticas”. La elección del presidente Chen Shui-bian ha inquietado a los ciudadanos locales que viven al otro lado del Estrecho, especialmente en vista de las numerosas advertencias de las autoridades de China continental de no negociar con compañías taiwanesas “proindependentistas”.

Sin embargo, Zhao cree que “el desarrollo económico sigue sus propias reglas, sin importar la voluntad individual”. En otras palabras, así como los empresarios taiwaneses pudieron soslayar las limitaciones establecidas por el Gobierno de la República de China para reducir las inversiones en China continental, también hallarán la manera de resolver el asunto de la politización de los asuntos económicos por parte de Pekín. La administración de Chen planea desmantelar lentamente las restricciones de inversión y comercio a través del Estrecho, mientras que Taiwan y China continental esperan ser admitidas en la Organización Mundial del Comercio. De cualquier manera, la economía jugará un papel cada vez más importante en la interacción a través del Estrecho. “Para aquéllos que pertenecen a la generación de Chen Shui-bian, el odio real entre Taiwan y China continental no existe”, advierte D. C. Yang, el gerente de la empresa de website. “Ellos saben que las relaciones a través del Estrecho deben verse desde una perspectiva mundial”.

Los taiwaneses que comparten idioma y cultura con el pueblo al otro lado del Estrecho de Taiwan, se enorgullecen de ser capaces de intuir lo que pasa por las mentes de los continentales. “No venga aquí pensando como un conquistador”, aconseja Chou Hai-po, de Wei Chuan, a los inversionistas potenciales en China continental. “Ni espere diez años para ver quien sale perdiendo”.

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