07/05/2024

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Taiwán Hoy

Mezclando el negocio con la cultura

01/06/2004
La Fiesta de la Moda de Taiwan, que fue celebrada el pasado diciembre, utilizó tela taiwanesa para elaborar vestidos taiwaneses.

Entre las cosas de las que los taiwaneses se sienten más orgullosos, resaltan dos: el milagro económico que han logrado y el patrimonio cultural que han heredado. El milagro económico llegó gracias al arduo trabajo y la rápida modernización, mientras que el legado cultural y las artes de Taiwan alentaron el espíritu y ofrecieron un enlace con el pasado. Ambos están indiscutiblemente poco relacionados entre sí, pero un plan ambicioso del Gobierno, el Plan para el Desarrollo de la Industria Cultural y Creativa —un proyecto clave bajo el Plan Nacional de Desarrollo Reto 2008— se dirige a combinar la cultura y el comercio en el desarrollo de industrias culturales. Asimismo, brinda una nueva perspectiva desafiante para ambos comerciantes y gente “cultural” para volver a pensar en sus “negocios”.

Para estudiar el éxito de las industrias creativas en otras naciones, y cómo podrían funcionar en Taiwan, una delegación dirigida por la ex ministra del Consejo para los Asuntos Culturales, Tchen Yu-chiou, visitó Londres y Copenhague en febrero del año pasado. Al mes siguiente de su regreso de Europa, como parte de las actividades del “Año de la Industria Creativa”, el Consejo organizó un simposio internacional sobre industrias creativas que reunió a expertos internacionales y artistas locales para discutir el potencial de este modelo para Taiwan.

Stuart Cunningham, quien participó en el simposio, y es director del Centro de Investigación y Aplicaciones para Industrias Creativas en la Universidad de Tecnología Queensland, aplaudió las iniciativas del Gobierno de buscar nuevas oportunidades para transformar su sistema económica e industrial mediante el reconocimiento de los valores de la industria creativa, y resaltó que la atención colocada en la industria creativa es una gran estrategia para Taiwan ya que la fase de producción en masa del desarrollo industrial de la isla está llegando a su fin. “La producción en masa y los métodos orientados hacia la exportación que Taiwan ha empleado en los últimos cuarenta años han tenido éxito, pero han llegado al final de su duración”, dice. “Las industrias derivadas de estos métodos son algo transplantado en este país, y no han crecido orgánicamente de la vida cultural y la competencia cultural de la gente misma”.

A diferencia de los métodos industriales que pueden ser importados del extranjero, la creatividad cultural debe derivar de la cultura local. Aún así, las maneras de convertir esta creatividad nativa en una fuerza de mercado pueden ser aprendidos mediante el estudio de estrategias usadas en otros países.

Basado en su análisis de industrias de cultura local y experiencias extranjeras, el Consejo hizo una clasificación de 13 categorías de logros culturales de Taiwan que pueden ser industrializados, incluyendo una amplia variedad que va desde la actuación hasta las artesanías, y las artes, tanto tradicionales como modernas. Aunque la “industrialización” de la cultura no puede lograrse de la noche a la mañana, Taiwan ya está teniendo éxito en este esfuerzo.

Citemos como ejemplo el Grupo de Percusión Ju, el primer grupo de percusión de Taiwan fundado por el percusionista Ju Tzong-ching en 1986. Además de presentar  melodías folklóricas tradicionales chinas y taiwanesas y canciones infantiles, el grupo ha estado cultivando activamente el ambiente musical de percusión mediante el estreno y la comisión de composiciones escritas por propios compositores taiwaneses de manera regular. Es difícil decir que un grupo de actuación sea una industria, pero la afiliada Fundación de Percusión Ju fue formada con administradores profesionales para la planificación, financiación y mercadeo del grupo. La fundación se convirtió en el Grupo de Percusión Ju, una empresa comercialmente viable, que, al igual que una compañía de autos o computadoras, promueve y vende su producto —la música de percusión en este caso.

Mezclando el negocio con la cultura

El Teatro Rojo, una reliquia histórica que ahora aloja una cafetería y un auditorio para actividades culturales.

Otro ejemplo exitoso del mercadeo de la creatividad artística es tittot, una compañía del arte del vidrio establecida en 1994. La empresa comenzó primero como un taller establecido por Heinrich Wang para experimentar con creaciones en vidrio. Una compañía exitosa necesita más que la pasión artística y la precisión del artesano para generar ganancias, aunque ambas sean admirables. Por suerte para tittot, Wang Yung-shan, el hermano de Heinrich Wang y director ejecutivo de tittot, contaba con 20 años de experiencia en administración comercial. Con la ayuda de Yung-shan, la compañía estableció diferentes departamentos para diseño, manufactura, investigación y ventas. El resultado es que hoy tittot funciona más como una fábrica que un estudio, y ha mantenido bajos costos de producción.

El mercadeo fue otro aspecto comercial esencial para los artistas. Los productos de la compañía están divididos en dos categorías: bellas artes, que pueden producirse, según el caso, en grandes cantidades, y representan la parte del león en las ventas de la compañía; y piezas únicas y exclusivas distintivas hechas de vidrio, que ayudan a la compañía a construir su reputación. La estrategia de mercadeo ha contribuido a elevar la demanda, y ayuda a la compañía a expandirse. Por ejemplo, el personal ha aumentado en los últimos años de 10 a 400 empleados.

El crecimiento financiero de la compañía, a pesar de los pesimistas que creen que la comercialización aniquilará el proceso creativo, ha dado a los artistas del vidrio como tittot la libertad para crear. “No estamos tratando de hacer una fortuna aquí”, dice Wang Yung-shan, “pero en cualquier compañía hay que tener un ingreso continuo para costear ante todo a los empleados, y para luego poder mantener la carrera artística”.
 

Algunas otras compañías que tratan de utilizar técnicas similares para obtener ganancias de sus artes incluyen China Art Ceramics Co., que se inició al imitar los hornos imperiales de china, y dos fábricas de papel que, con el fin de preservar las destrezas tradicionales de fabricar papel, invitan a los turistas a participar en el proceso, exponer muestras de papel en un museo del papel, y vender sus productos a través de compañías de mercadeo de arte. Además de ofrecer incentivos, tales como deducciones tributarias y asistencia financiera, el Consejo también elige algunas empresas como proyectos “insignia”. Para estos proyectos, el Gobierno reúne a diseñadores y empresarios, ofrece el 70 por ciento de los fondos para el diseño y la producción, y organiza las actividades publicitarias para los productos. Los fabricantes y diseñadores retienen los derechos de autor de los productos, mientras que el Gobierno recibe el 10 por ciento de las ventas y se reserva el derecho de usar los diseños con objetivos publicitarios.

La producción de porcelana, específicamente las vajillas y floreros, fue uno de estos proyectos durante el año pasado. El Consejo cree que la porcelana es un producto cultural que combina arte y utilidad, y posee un gran potencial de mercado tanto en el nivel local como en el extranjero. El Museo de Cerámica y el Instituto Nacional de Investigaciones Artesanales de Taiwan fueron comisionados para llevar a cabo el proyecto. En la parte de las vajillas, después de la subasta pública, varios artistas y diseñadores locales sobresalientes fueron elegidos para trabajar con Tai Hwa Pottery Co. Las opiniones de los cocineros de restaurantes, vendedores de flores, y hasta de la gente en mercadeo fueron también tomadas en cuenta. Las diferentes series se diseñaron para satisfacer las diferentes demandas: comida occidental o cocina china, uso cotidiano para familias pequeñas o banquetes importantes en restaurantes cinco estrellas.

Mezclando el negocio con la cultura

El concepto de industrias culturales y creativas ofrece la oportunidad de volver a pensar en sus negocios tanto a los empresarios como a la gente “cultural”.

Lu Chao-hsin, director de Tai Hwa Pottery, admite que a veces surgían conflictos entre la parte artística y la comercial del proyecto. El ideal de los diseñadores era a veces la pesadilla de los fabricantes, debido a las dificultades técnicas o los costos en el proceso de producción en masa. “Había algunos debates serios entre la factibilidad de fabricar algo y el concepto artístico”, dice. “Los diseñadores tenían que comprometerse un poco, y nosotros teníamos que superar ciertos problemas técnicos. Pero me contenta que el producto final lograra satisfacer a los diseñadores, y aún pudiera producirse en masa”. En diciembre pasado, algunas vajillas fueron exhibidas en el Museo de la Cerámica. Muchas de las piezas pueden ahora comprarse a precios razonables en Tai Hwa Pottery.

Hung Ching-feng, director del Instituto Nacional de Investigaciones Artesanales de Taiwan, dice que el objetivo ha sido principalmente el desarrollo de productos y el proceso de manufactura, pero la creatividad y la cultura no pueden ser popularizadas si el producto no se vende. Por lo tanto, el grupo se ha centrado en el establecimiento de canales de venta este año. El Instituto ha contactado las tiendas por departamento, comerciantes de Internet, canales de compras con el fin de organizar una red de ventas al detal.
 

El otro proyecto “insignia” del año pasado fue la moda —la moda diseñada con estilo taiwanés y con telas locales. Las telas han sido desde hace mucho un artículo común de la economía local, y por ello, la materia prima estaba sólo esperando que los diseñadores pudieran convertir las telas en moda de alta costura. Para crear particularmente algunos estilos locales, varios diseñadores participaron en el campamento de innovación de talento en la moda celebrado el pasado julio. El campamento de dos días de duración ofreció a los diseñadores la oportunidad de “volver a darse cuenta” de la belleza de la cultura taiwanesa y trabajar con las perspectivas de diseñadores de diferentes áreas, con la esperanza de generar nuevas ideas.

Pun Dai-lee, presidenta de la Asociación de Diseñadores de Moda de Taipei y organizadora del campamento, indica que un objetivo importante del campamento fue identificar modas únicas taiwanesas. Ella explica que muchos de los diseñadores de Taiwan estudian en el extranjero, cuando regresan, ya han recibido la influencia de las tendencias de la moda extranjera, y suelen ignorar el hecho de que la vestimenta es una necesidad básica que también refleja las realidades locales. “Los diseñadores deberían entender las tendencias globales, pero más importante, deberían incluir los elementos claves de la cultura local en sus diseños”, dice ella. “Debemos comenzar haciendo que los consumidores locales acepten las modas taiwanesas, para luego expandirnos hacia el mercado mundial”.

Mezclando el negocio con la cultura

Los artistas necesitan combinar sus esfuerzos con una estrategia de mercadeo bien planificada si desean que tenga éxito la “industrialización” de la cultura.

Después del seminario, los diseñadores visitaron Francia, una de las capitales de la moda del mundo, a espera de que al experimentar las modas francesas y ver cómo los franceses retienen las características francesas en sus diseños, los diseñadores locales se sentirían animados a desarrollar estilos de moda característicos de Taiwan.

Cuando el grupo regresó, presentó el pasado diciembre la Fiesta de la Moda de Taiwan. “Hemos usado tela taiwanesa para hacer ropa taiwanesa”, dijo Tchen en la ceremonia de inauguración. Tchen vestía un traje que combina colores brillantes y patrones de la celebración de un templo de Taiwan. Cuatro compañías de diseño de moda y seis diseñadores individuales contribuyeron con el evento. Muchos de los diseños resaltaron los temas típicos taiwaneses, tales como las celebraciones de los templos, los patrones geométricos aborígenes, plantas e insectos. Los elementos del diseño, tales como el borde con hojas de loto en faldas y cuellos, y pantalones acampanados y puños anchos, evocaron la estética del Taiwan rural.

Lu Fong-chih, por ejemplo, contribuyó con algunos diseños que utilizan formas geométricas simples organizadas en patrones que recuerdan a aquellos usados para decorar los botes de madera de la tribu Tao de la Isla Orquídea. Los diseños son modernos y tradicionales al mismo tiempo, así como rurales y urbanos. Lu utiliza también artes decorativas clásicas, tales como el tejido y el bordado, y el corte asimétrico de la ropa que representa la mezcla de las tradiciones occidentales y orientales. La diseñadora Carole Chang contribuyó con 20 diseños que llevan el motivo de varias flores, tales como el crisantemo y la peonía. Los colores variaron del negro y blanco puros, hasta los grises neutrales y el rosado casi de tipo neón. Según Chang, sus diseños fueron inspirados por su cultura nativa y buscan un sentido de ocio y simplicidad. Otros artistas encontraron inspiración en artículos tan mundanos como la corteza de árbol y las frutas.

Los artículos de la exhibición de Taipei fueron también presentados en un show internacional de telas, Interstoff Asia, celebrado el marzo pasado en Hong Kong , y serán mostrados en el show Intertextile Shanghai a finales de este año. Los diseñadores esperan que el interés generado por las modas distintivas atraigan a los consumidores locales a comprar vestidos hechos en la isla, mientras que los diseñadores esperan igualmente exportar sus productos hacia el mercado de China.

Tras el éxito de la promoción de la moda y la porcelana, el Consejo ha designado la metalistería, la joyería y las artes del papel como proyectos “insignia” para este año. Los pesimistas señalan que el interés en las artes y la cultura es tan ínfimo en la isla que el mercado para una industria cultural es limitado, y que Taiwan necesitaría una base más amplia para sus artes y cultura antes de combinarlos con el espíritu empresarial de la isla.

Aunque es cierto que el desarrollo de las industrias culturales es un asunto complejo que necesita de mucho tiempo, parece que Taiwan ha tenido un buen inicio: el Gobierno está ayudando a crear un ambiente apto para estos esfuerzos, los diseñadores han demostrado gran creatividad, y los fabricantes poseen gran habilidad en la producción. Sin embargo, al final, son los consumidores quienes deben decidir si Taiwan puede poner a la venta sus fuertes impulsos creativos y patrimonio artístico, y su poder adquisitivo determinará la posibilidad de negociar con la cultura local.

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