Taiwan Today

Mucha gente ganó fortunas con la venta de componentes electrónicos y de computadoras durante los días embriagadores de finales de los años ochenta y principios de los noventa. La etiqueta “Hecho en Taiwan” se convirtió en una garantía de calidad, algo que debe estamparse en las placas madre y módems con mucho orgullo. En algunas áreas específicas, tales como la de partes de ordenadores portátiles y escáneres, la isla se transformó en líder mundial. Luego la economía comenzó a tambalearse. Los inversionistas salieron del sector de los electrónicos de alta tecnología y comenzaron a buscar otras oportunidades. Tenían mucho dinero para gastar. Una parte se invirtió en el negocio de Internet, con diversos grados de éxito. Gran parte se empezó a canalizar hacia la biotecnología. La ingeniería genética, ovejas clonadas y quizás, algún día no muy lejano, personas clonadas, “jugando a ser Dios”…los filósofos y teólogos apenas han comenzado a discutir estos importantes asuntos en el mundo desarrollado, y en Taiwan casi no se les presta atención. Los inversionistas de la isla se ocupan de asuntos mucho más mundanos. Acostumbrados a ver el rápido rendimiento de su dinero, piensan que la industria de la biotecnología es desconcertante, ya que después de muchos años de investigación, el esfuerzo puede haber sido en valde. Asimismo, están cuestionando más la voluntad y la habilidad del Gobierno para darle dirección y vigor a este nuevo sector. Taipei Hoy analiza el efecto que la biotecnología ha tenido en la agricultura, la medicina, y el ambiente de la isla, y se pregunta: ¿pueden los empresarios de Taiwan replicar los éxitos fenomenales de las dos últimas décadas? O, ¿podrá la nueva alquimia no ser más que doble trabajo y problemas?