04/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

La base del futuro

01/07/2002
El Instituto de Investigación de Tecnología Industrial en Hsinchu. Este organismo sin fines de lucro financiado por el Gobierno ha transferido anualmente alrededor de 350 tecnologías a más de 500 compañías durante los últimos cinco años.

Alex Horng ha puesto el futuro de su compañía en la investigación y desarrollo. ¿Qué ha ganado? Casi la mitad de las computadoras notebook del mundo usan los ventiladores y motores de UPC de su compañía. “Si Ud. desea crear productos nuevos y crear su propia marca, necesita estar preparado para invertir grandes sumas de dinero”, señala el empresario. Cerca del 6 por ciento de los ingresos de Sunonwealth Electronic Machine Industry Co., es reinvertido en investigación y desarrollo, una suma mucho mayor que la mayoría de las compañías taiwanesas.

En el pasado, debido a que la mayoría de las empresas privadas de la isla eran pequeñas o medianas, la investigación era un lujo que muy pocas podían darse, indica Chiou Sao-chen, director general del Centro de Servicio y Transferencia de Tecnología del Instituto de Investigaciones de Tecnología Industrial (ITRI, siglas en inglés). Generalmente, hasta los empresarios que podían destinar ciertos fondos para la investigación y desarrollo no eran tan entusiastas como Horng. En consecuencia, el Gobierno hizo una fuerte inversión en investigación a fin de transferir la recién lograda tecnología al sector privado. Algunas instituciones, tales como la Academia Sínica y el Consejo Nacional de Ciencias (NSC, siglas en inglés) han estado a la vanguardia de la investigación básica que ha ayudado a pavimentar el camino para que Taiwan se convierta en uno de los principales suministradores de componentes de computadoras del mundo.

La Academia Sínica, bajo la jurisdicción de la Oficina del Presidente, ha sido desde hace mucho el instituto de investigaciones más prestigioso de Taiwan, y el NSC, de nivel ministerial, es responsable de respaldar las instituciones de investigación industrial y científica, y de realizar planes a mediano y largo plazo para el desarrollo tecnológico. Junto con el Grupo Asesor de Tecnología y Ciencia (STAG, siglas en inglés) del Yuan Ejecutivo, el NSC revisa los presupuestos de las agencias gubernamentales encargadas del desarrollo tecnológico. Esas agencias —unidades del Ministerio de Transporte y Comunicaciones, el Departamento de Salud, el Consejo de Energía Atómica, el Consejo de Agricultura, el Ministerio de Defensa Nacional y otras—son los “intermediarios” del proceso de investigación y desarrollo. Otros organismos que participan en la investigación aplicada son algunas corporaciones sin fines de lucro respaldadas por el Gobierno, tales como el Instituto Nacional de Investigaciones para la Salud, el Instituto para la Industria de la Información , y ITRI.

Establecido en 1973, ITRI emplea alrededor de 6.000 personas, de las que 4.600 se dedican a la investigación y desarrollo. El Instituto, ubicado cerca del Parque Industrial Científico de Hsinchu, desarrolla tecnología con sus descubrimientos investigativos y transfiere este conocimiento a las empresas en campos tan diversos como el electrónico y biotecnológico. Además, está trabajando en campos emergentes, tales como la nanotecnología.

“En comparación con organizaciones que realizan investigación científica básica, instituciones tales como ITRI son más prácticas en su orientación”, dice Huang Jung-chiou, director general del Departamento de Tecnología Industrial del Ministerio de Asuntos Económicos (MOEA, siglas en inglés). “Estudian las tendencias industriales antes de invertir capital y energía, y se centran en tecnología que es viable comercialmente”. Este año el departamento ha recibido un presupuesto de NT$16.200 millones (US$470 millones), la mayor parte del cual se destina a las instituciones de investigación sin fines de lucro. ITRI recibe cerca de la mitad de esos fondos, y la mayor parte los canaliza hacia el trabajo de investigación en tecnología de comunicación y opto-electrónica (que representa el 37 por ciento del presupuesto de 2001), y en tecnología de maquinaria de precisión y sistemas micro-electromecánicos (26 por ciento). Un ejemplo de uno de sus éxitos se refiere al desarrollo y mercadeo de la tecnología de alineación multi-propiedad homeotrópica, usada para mejorar la calidad de las pantallas TFT-LCD.

Los institutos de investigación financiados por el Gobierno han jugado un papel cada vez menor en la investigación y desarrollo en los últimos años, ahora que las compañías privadas están desarrollando sus propias destrezas e instalaciones de investigación y desarrollo. Según NSC, en 2000, un total de NT$197.000 millones (US$6.200 millones) —o 2 por ciento del PIB de Taiwan fue invertido en investigación y desarrollo. El gasto público representó el 37,5 por ciento, y el privado, el 62,5 por ciento, comparado con el 56,6 por ciento y el 43,4 por ciento en 1988 y, 41,6 por ciento y 58,4 por ciento en 1996. El desglose de los gastos en investigación fueron del 10,4 por ciento en investigación básica, 30 por ciento en investigación aplicada, y 59,6 por ciento en desarrollo experimental de tecnología. Alrededor de tres cuartos de los fondos en esta última categoría procedieron de las empresas privadas.

“ITRI solía ser llamado el ‘departamento de investigación y desarrollo de la industria de Taiwan’”, comenta Chiou Sao-cheng, del Instituto, pero la situación es ahora muy diferente. El Gobierno se propone aumentar los gastos en investigación y desarrollo al 2,5 por ciento y más tarde al 3 por ciento del PIB de Taiwan, esperando que la mayor parte del desarrollo ocurra en las compañías privadas, dice Shih Chin-tay, presidente del ITRI. El indica que la meta es alcanzar una proporción de 3 a 7 entre los gastos del sector público y privado.

Entretanto, el Gobierno continúa desempeñando un importante papel en el mejoramiento de la capacidad investigadora de la industria de Taiwan. Como otros institutos que reciben fondos públicos, ITRI ha ofrecido un ambiente donde se entrena y trata bien a los trabajadores. Hasta la fecha, más de 15.000 ex empleados de ITRI han dejado la organización para entrar en otra etapa de sus carreras. Cerca del 80 por ciento de estos individuos trabajan actualmente en el sector comercial.

Las compañías privadas que se han beneficiado de las transferencias de tecnología y la asistencia financiera de ITRI están United Microelectronics Corp. y Taiwan Semiconductor Manufacturing Corp. (TMSC, siglas en inglés), dos gigantes en la industria electrónica. Muchas empresas continúan dependiendo de las organizaciones de investigación financiadas por el Gobierno para la gestión de algunos de sus proyectos. “ITRI posee personal talentoso e instalaciones muy valiosas”, sostiene Alex Horng. “Por ello firmé un contrato con ellos, y éstos lograron hacer avances en los prototipos patentados que desarrollamos por nuestra propia cuenta”.

La investigación aplicada del Instituto puede dividirse en dos tipos. Uno es llevar a cabo proyectos en tecnologías esenciales y transferir los resultados a las empresas interesadas a cambio de honorarios. El otro es ayudar a las empresas individuales que contactan al Instituto solicitando asistencia en áreas específicas de investigación. En estos casos, los resultados de la investigación les pertenecen sólo a la empresa implicada. Según ITRI, en los últimos cinco años ha transferido anualmente alrededor de 350 tecnologías a más de 500 compañías, y firmado contratos de investigación con alrededor de 1.000 compañías. “Las empresas extranjeras pueden otorgar licencias para ciertas tecnologías a las compañías locales a cambio de un precio bastante alto”, dice Chiou Sao-cheng. “Entonces, ITRI trata de crear algo nuevo, usando los conceptos aplicados en esas tecnologías, que no son investigaciones patentadas, para luego ofrecerlo a un precio mucho más bajo a las empresas locales”.

Para contribuir al establecimiento de compañías, en 1996, el MOEA aprobó medidas para estimular a las instituciones gubernamentales y privadas a establecer centros incubadores para las empresas pequeñas y medianas. Un total de sesenta instituciones, la mayoría de ellas, colegios y universidades, han establecido tales centros, ofreciendo instalaciones y servicios de asesoría a aquéllos que deseen hacer realidad sus sueños empresariales.

De manera similar, durante los últimos seis años, ITRI ha invitado a las empresas a tomar parte del proceso de investigación y desarrollo, participando en el Laboratorio Abierto del Instituto. “La política gubernamental es fomentar la relación entre las empresas y las organizaciones de investigación”, dice Shih Chin-tay. “Trabajando juntos, ambos lados pueden desarrollar productos que son realmente útiles”. Animar a los empresarios a participar en la tarea de investigación y desarrollo, abriendo la puerta de sus laboratorios y ofreciendo incentivos, tales como créditos de 30 por ciento según la reglamentación actual, el Gobierno espera crear una oportunidad para que los recién llegados compitan con gigantes tales como TSMC, dice Shih.

El deseo de fomentar la cooperación entre ambos lados fue una de las razones por las que la Academia Sínica inauguró su Oficina de Asuntos Públicos en 1998. La Oficina es responsable de transferir tecnologías a las empresas privadas, dándole así a Taiwan un impulso en la competencia internacional en el campo de la biotecnología, señala Liang Chi-ming, director de la Oficina. “La creencia de que ‘cuanto más pronto incursione en investigación y desarrollo, más competitivo’ es más verdadera en esta industria que en cualquier otra”, agrega. Desde 1998, la Academia Sínica ha recibido la aprobación de alrededor de treinta solicitudes de patente en Estados Unidos, 80 por ciento de las cuales están relacionadas con la biotecnología, dice Liang.

Los resultados de la investigación dedicada puede observarse en el número de tales patentes taiwanesas aprobadas en Estados Unidos. En 1996, casi 1.900 solicitudes fueron aprobadas, ocupando el séptimo lugar en la clasificación. Taiwan escaló al cuarto lugar en 2000 con 4.667 patentes —muy por detrás de Estados Unidos (85.027), Japón (31.296), y Alemania (10.234). No obstante, estas cifras pueden ser engañosas, observa Lian Chi-ming, de la Academia Sínica. En general, las patentes pueden clasificarse en dos categorías —la verdaderamente creativa y el mayor desarrollo de tecnología ya existente. La mayoría de las patentes en Taiwan pertenecen a la última categoría y son menos rentables. La situación podría cambiar si las reformas educativas que se han implementado en Taiwan en los últimos años, logran tener éxito en la estimulación de la creatividad de los estudiantes.

Mejorar la calidad y la cantidad de la gente involucrada en la investigación y desarrollo es un asunto fundamental en Taiwan. Alex Horng se queja de que la falta de personal talentoso en esta área ha conducido a la dura competencia entre las compañías en búsqueda de personal de primera. La situación ha provocado un alto nivel de desplazamiento, que afecta seriamente el proceso de investigación y desarrollo. De igual modo, Lu Po-yen, vicepresidente de AU Optronics Corp. —la tercera empresa en el mundo que produce TFT-LCDs— señala que todavía es difícil hallar profesionales de alto nivel en el campo, a pesar de que Taiwan goza de la reputación de ser líder en la tecnología de semiconductores.

Según la opinión de Shih Chin-tay, la escasez de recursos humanos es inevitable. Porque Taiwan está avanzando rápidamente hacia una economía basada en los conocimientos, así como la mayor parte del mundo industrializado, la brecha entre la oferta y la demanda de personal de alta tecnología está aumentando. “En Taiwan debería usarse cualquier medio disponible para atraer a los profesionales de la alta tecnología de todo el mundo”, dice. “Casi todos los países del mundo están tratando de flexibilizar las restricciones en la importación de personal extranjero para reforzar su investigación y desarrollo”.

En respuesta a estas demandas, el Gobierno está redactando medidas para animar a los sectores público y privado a emplear personal talentoso del extranjero en las áreas de la investigación y desarrollo, y administración, subsidiando los salarios y reembolsando a los trabajadores por los gastos de viaje. Las reglamentaciones que regulan la contratación de profesionales de China continental están también siendo liberalizadas. Además, el MOEA ha visto cierto progreso en su campaña para animar a las compañías extranjeras a establecer centros regionales de investigación y desarrollo. IBM y Microsoft están interesadas en este tipo de medida.

El Gobierno continúa también sus esfuerzos para formar y desarrollar personal local. El número de estudiantes y profesores en los campos de tecnología de la información, electrónica, ingeniería eléctrica, y telecomunicaciones, ha ido aumentando anualmente. Durante los últimos tres años, el Yuan Ejecutivo ha permitido que ciertos individuos talentosos de entre sus conscriptos militares, realicen servicio alternativo en la industria privada. Los candidatos para estos puestos deben tener título de maestría y ser capaces de realizar trabajo de investigación. En lugar de servir dos años en las fuerzas armadas, deben comprometerse a trabajar cuatro años en una compañía privada. El número de estos investigadores aumentará de 3.000 a 3.500 en 2003, lo que se espera que alivie la falta de personal en el sector privado.

Se están realizando esfuerzos para coordinar mejor los resultados de investigación de las instituciones académicas y no académicas. El año pasado, ITRI comenzó a trabajar con organizaciones de investigación académica, tales como la Academia Sínica y cuatro universidades nacionales. Desde entonces, ya han establecido centros de investigación conjunta. Asimismo, el NSC y STAG, del Yuan Ejecutivo, procuran integrar todos los recursos relevantes en el proceso de investigación y desarrollo con sus programas nacionales de ciencias y tecnología. “Coordinamos estos programas y organizamos los recursos en cada etapa del desarrollo de investigación y desarrollo para obtener máxima eficiencia”, dice Yen Chin-lien, secretario ejecutivo de STAG. Actualmente, operan nueve de esos programas —tres de los cuales están conectados con la biotecnología.

Las empresas taiwanesas se han beneficiado desde hace mucho del uso de recursos humanos y no del poder del cerebro. Pero con la implementación de un plan integrado, el Gobierno busca cambiar esta situación. En Taiwan se importa actualmente más tecnología que la que se exporta, pero Shih Chin-tay espera que en el 2010, la proporción sea 50:50, aunque él acepta que lograr ésto será un reto. De cualquier modo, los efectos de los planes actuales de fortalecer la investigación y desarrollo de la isla no se verán de inmediato. Pero muchos —como Alex Horng— son optimistas, y piensan que los frutos de los esfuerzos de hoy traerán recompensas en el futuro.

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