03/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

No sólo de pan se vive

01/07/1996
Foto de Chen Ping-hsun Una historia exitosa: la pastelería comenzó en una humilde tienda de ladrillos. Ahora, tiene cuarenta y cuatro locales a lo.largo de la isla.
El pequeño negocio familiar es una especie en peligro de extinción,en Taiwan y en cualquier otro lugar.
Pero algunos engañan al destino:Demuestran tener habilidad. Se adaptan.Hacen lo que sea para sobrevivir, luego cercenan sus gastos y aumentan su fortaleza. Esencialmente los productos convenientes del Siglo XX,tales como muebles hechos a mano de primera categoría, no tiene n grandes dificultades para superar los obstáculos.

Pero, ¿qué sucede cuando el negocio de la fa­milia es una paste­lería? Este fue el problema que enfrentó y que casi acaba con la Pastelería Kuo Yuan Ye, que ahora tiene129 años de fun­dada. ¿Cómo logró esta compañía convertirse, de una pequeña tienda familiar en una corporación moderna y una empresa local venerable? Kuo Geng-yuan, Presiqente de Kuo Yuan Ye Foods Co., y miebro de la cuarta generación de ,la familia que administra el negocio, tiene confianza y conoce la respuesta. "El éxito de Kuo Yuan Ye se aebe al esfuerzo de nuestros antepasados y empleados", dice' él. "Nuestra transformación fue la culminación de todos sus talentos".

El 1867, Kuo Liang-chen dejó su tierra natal en la Provincia de Fukien en China;, cruzó el Estrecho de Taiwan, y llegó a Taipei. Construyó una tienda de ladrillos en un terreno que no era de su propiedad al pie de un puente en Shihlin, al norte de Taipei, donde comenzó en el negocio de la pastelería.Para conmemorar la sala ancestral de su ciudad natal, le dio a su tienda el mismo nombre,' "Yuan Ye". Kuo y su esposa hcían pasteles tradi­tionales chinos, pastelillos de hojaldre gruesos, cuadrados, hechos con harina de arroz, rellenos de una sabrosa crema de frijol u otros dulces, y las vendían en las calles de Taipei. Muy pronto obtuvieron fama por hacer algunos de los pastelillos más finos en la ciudad.

En 1912, durante la ocupación japonesa de Taiwan(1895-1945), Kuo Liang-chen pasó la tienda a su hijo, Kuo Pa-chiu. Junto con su es­posa y once hijos, Pa-chiu mantuvo el negocio a flote durante toda la ocupación, el caos de la Segunda Guerra Mundial, y hasta los años que siguieron a la reintegración de Taiwan a China. El murió en 1947, y su negocio pasó a las manos de su hijo Kuo Chin-tin. Aquellos fueron tiempos difíciies en Taiwan, y la familia Kuo tuvo que bregar. La esposa de Chin-tin empeñó su dote. La familia pidió prestado dinero de sus amigos, y Chin-tin, que sabía muy poco de pas­telería, tuvo que administrar la tienda. Afortunadamente, demostró ser un buen aprendiz. A medida que la economía de Taiwan se estabilizaba, la reputación de Kuo Yuan Ye por sus pastelillos exquisitos y de gran calidad comenzó a reflejarse en sus mayores ventas, y el negocio prosperó. La piedra angular del negocio resultaron ser los pasteles de azúcar, que eran pequeñas tortas individuales hechas con harina de arroz y rellenas con una crema hecha de azúcar en roca.

A Chin-tin le pareció difícil elegir un heredero para el negocio de la familia. Su primer hijo estaba interesado en la política, no en los pasteles, y el segundo, aunque era la mejor persona en perpectiva, decidió al final buscar fortuna en Norteamérica. Entonces, Chin-tin resolvió que sería su tercer hijo, Kuo Geng-yuan, quien todavía era estudiante de secundaria. "No estaba interesado en lo absoluto", explica Geng­-yuan. "Yo sabía que me convertiría en un esclavo de la tienda". Pero no había otra solución, ya que el cuarto y último hijo de Chin-tin estaba prestando servicio militar. "Parece que yo estaba destinado a dedicar mi vida al negocio de la pastelería", dice Geng-yuan.

Sin embargo, él discutía frecuente­mente con su padre sobre la administración del negocio familiar. Un dia, después de una seria discusión, Geng-yuan abandonó su casa con su esposa e hijo de un mes de nacido, y se mudó a una casa destartalada en la Avenida Linsnen Norte en Taipei. Eventualmente, alquiló un ático de 540 pies cuadrados, contrató a dos pasteleros experimentados y a dos aprendices que trabajaban en la tienda de su padre, y comenzó su propio negocio. Geng-yuan, quien todavía era un novicio, era a la vez jefe y mensajero, y con frecuencia se avergonzaba delante de sus empleados por su falta de conocimientos. No obstante, se dedicó completamente a su trabajo. "Después de tres años no solamente podía hacer pasteles, hasta sabía lo suficiente como para crear mis propias recetas, algo que sólo los maestros pasteleros podían hacer antes", dice él con orgullo.

Esos tres años fueron duros. La gente rehusaba a creer que su tienda era la auténtica Kuo Yuan Ye, y al final de cada día, muchísimos de sus pastelillos quedaban en los estantes. Entretanto, la tienda de su padre estaba ya tan bien establecida que no era capaz de satisfacer la demanda. Un dia su padre le dijo, ¿cuánta capacidad tienes en realidad? No eres más que un mediocre. Irritado por las palabras de su padre, Geng-yuan se afanó con mayor determinación que nunca antes.

Una combinación de perseverancia y adherencia a los estándares de calidad de su padre demostraron ser la receta del éxito. La fama de Geng-yuan se éxpandió y su negocio mejoró al punto de que pudo abrir una segunda tienda, en el Distrito de Taipei. Cuatro años después de la separación de su padre, quien estaba demasiado viejo para administrar la original Kuo Yuan Ye, los tres hermanos de Geng-yuan terminaron administrando la vieja pastelería. En1983, después de muchos años de deliberaéión, los hermanos acordaron unir las operaciones separadas, de Kuo Yuan Ye en un único negocio familiar. Pero esta ocasión tan feliz fue ensombrecida por problemas.

Tradicionalmente, el negocio para la mayoría de las pastelerías chinas gira alrededor de las ocasiones especiales y las actividades de los templos a lo largo del año. Las tortas y pasteles, algunas tan grandes como platos y más densas que ningún pastel de frutas hecho antes, estaban en gran demanda por parte de la gente que las daba como obsequios en las bodas y durante el Año Nuevo, y como ofrendas a los dioses de los templos durante las fiestas religiosas, tales como el natalicio del Dios de la Tierra en el segundo día del segundo mes lunar. Geng-yuan resume la situación de su tienda y de otras del mismo ramo: ''En el pasado, la sobreviviencia de nuestra tienda dependía de actividades de los templos locales".

En los años ochenta, el negocio de las pastelerías tradicionales de Taiwan disminuyó. El cambio en los estilos de vida y en los gustos, resultado del rápido desarrollo económico causó el estancamiento de las ventas de los pastelillos tradicionales. Los festivales de los templos se volvieron menos importantes en el Taiwan de los profesionales. Las bodas y otras celebraciones tradicionales fueron consideradas demasiado problemáticas y se simplificaron. El ciudado en la dieta ocasionó que muchas personas se abstuvieron de los pastelillos suculentos, con alto contenido de colesterol que antes disfrutaron sus padres. Y los jóvenes,el mercado más importante para muchos comerciantes, distraídos por la seducción de los novedosos productos modernos y las tiendas relucientes, perdieron el interes en las tiendas tradicionales antiguas y pasadas de moda.

Habían otras complicaciones: el aumento de las fortunas económicas de Taiwan produjo el correspondiente incremento en el costo de la rnano de obra, así como de la harina y otros ingredientes necesarios para hornear. No solamente bajaron las ventas, sino que los gastos generales aumentaban rápidamente, y hacer negocios en el nuevo mercado de Taiwan exigía ahora mucho más que los limitados recursos que el negocio familiar podía soportar.

La compañía llegó a un momento crucial en 1986, Chin-tin se retiró com­pletamente, y Geng-yuan decidió que era la hora de hacer algunos cambios radicales. El quería romper con la tradición de producir y empacar a mano los pastelillos en la tienda, porque se dio cuenta de que las líneas de producción automatizada ayudarían a ahorrar tiempo y dinero considerables. Pero otras de sus ideas eran aún más controversiales.

"Llega un momento en cualquier negocio familiar en el que la dependencia exclusiva en la faimilia se convierte en una desventaja", dice Geng-yuan. "Yo supe que teníamos que incorporar profesionales en los campos de la administración y las finanzas, y comenzar a operar más como una corporación moderna y menos como una tienda de papá y mámá, no obstante a mi familia le preocupaba este tipo de cambio". La oposición interna no fue una sorpresa para Geng-yuan.

Dar cabida a la participación de gente de afuera en la administración y finanzas del negocio de la familia fue, y aún lo es una abominación para muchos empresarios chinos. Pero después de ver el éxito de un amigo que adoptó una estrategia similar en su negocio, ahora una de las compañías de productos lácteos más grandes de Taiwan, Geng-yuan continuó promoviendo sus ideas, y finalmente fue capaz de con­vencer a sus hermanos de que esa era la única solución para sus problemas: "Me oponía a depender de las relaciones, ya fueran familiares o de amistad, como el principio para administrar el negocio", dice él. "Mi único criterio era el talento. Mi padre pertenece a una generación más tradicional y conservadora. El nunca hubiera hecho lo que yo hice".

KuoYuan Ye construyó una fábrica de pasteles en una parcela de terreno en Shihlin, instaló líneas de producción automatizadas, y comenzó el camino de convertirse en una corporación. "Cuando mi padre se enteró que habíamos comen­zado a automatizar las operaciones, se horrorizó", dice Geng-yuan. " ¿Por qué ,están haciendo .tantos pasteles?' me preguntó. '¿Quién se los va a comer? 'Yo entiendo por qué se sintió,de esa manera. El sólo podía pensar en el negocio a pequeña escala. Sintió que todos esos pastelillos de más, y el dinero invertido en hacerlos, sería un despilfarro. Tuve que asegurarme de que funcionaría y demostrar que estaba haciendo lo correcto".

En 1987, Kuo Yuan Ye estableció un sistema de identidad corporativa que tenía como objetivo muchos aspectos de sus operaciones. Entre sus metas se incluyeron: renovar la marca de la compañía, y crear programas de entrenamiento, así como educativos y recreativos para los empleados. La compañía también quería desarrollar una nueva imagen que se reflejaría en el diseño de sus oficinas, fábrica, y tiendas detallistas, así como en el empaque y la calidad de sus productos. La principal meta del sistema era ayudar a la compañía a cimentar sus lazos con los antiguos clientes, y al mismo tiempo atraer a la creciente clase media de Taiwan, compuesta principalmente de gente joven.

¿Cómo lo logró? Promocionando una imagen moderna y al mismo tiempo tradicional, atractiva para los jóvenes y que provocara un poco de nostalgia en los mayores. El logotipo en forma de abanico de Kuo YuanYe, por ejemplo, es verde con un poco de rosado, y se basa en la forma de un pastel de ojo de fénix con alas bordadas, un pastelillo tradicional chino que es dulce, diminuto y delicado, como una galleta de polvorosa hecha con harina de arroz, del tamaño del ojo de una persona. Según Geng-yuan, el color verde iba a romper el patrón de usar el color rojo que domina en gran parte de la cultura tradicional china. "Nuestro logotipo simboliza el principio detrás de nuestra compañía: renovar las ideas de la tradición, e incorporar el estilo antiguo al moderno", explica él. "Él color verde representa juventud, la preocupación por el medio ambiente, y la naturaleza". Es interesante resaltar que los pasteles de ojo de fénix han desaparecido totalmente del Taiwan moderno, y sólo se pueden encontrar en los pueblos y villas más antiguos y tradicionales de la isla.

La luminosidad y el ambiente cálido de las tiendas Kuo Yuan Ye también han resultado atractivos para la gente que compra bocadillos en su camino a casa o al trabajo. Los establecimientos ubicados en las tiendas por departamento ofrecen asientos y té, y atraen a las personas que buscan un lugar limpio y cómodo para relajarse, conversar y disfrutar de algún dulce, un oasis perfecto para las legiones de compradores de Taiwan. Muy pocas tiendas tradicionales tienen el tipo de atractivo que llama la atención de los clientes jóvenes de Taiwan. Pero el ambiente de una ventilada tienda de Kuo Yuan Ye, moderna, pero decorada en un gracioso estilo chino antiguo, es claramente diferente. "Kuo Yuan Ye es una pastelería muy vieja, pero su imagen es joven y vibrante", dice Geng-yuan. "Vendemos alimentos frescos, no antigüedades. Nuestra imagen tiene que reflejar eso".

Foto de Chen Ping-hsun

Bocadillos tradicionales ofrecidos como obsequios de compromiso, son todavía muy populares, pero muchos de los clientes de hoy prefieren pastelillos más pequeños y con menos calorías.

Geng-yuan taimbién se dio cuenta pronto de que era peligroso confiar demasiado en los festivales y ocasiones especiales. La compañía necesitaba productos que pudieran acomodarse a la vidá diaria de la gente. Kuo Yuan Ye comenzó a producir nuevos pasteles,basados en las recetas tradicionales, con las mismas pastas de hojaldre y rellenos dulces hechos de frijoles rojos y verdes, semillas de loto, yema de huevos, y taro. Pero le hizo algunas variaciones para que satisficieran el estilo de vida moderno y las dietas. "Siempre he tratado de mantener un cuadro claro de nuestros clientes en términos de edad, sexo, y ocupación", dice Geng-yuan. Por ejemplo, las clientas jóvenes tienden a preocuparse por su figura, por lo que prefieren alimentos ligeros, bajos en calorías y grasa. La gente está cada vez más ocupada en estos días, y tiende a comer menos que antes, por lo que producimos una amplia variedad de productos de diminuto tamaño. Y cada vez a más gente le preocupa el colesterol, por lo que tamibién hemos tratado de reducirlo". Entonces, ¿cuál es la receta? "Eso es un secreto", ríe él.

Pero Kuo Yuan Ye no ha abandonado su línea de productos original. La pastelería aún continúa ofreciendo una gran gama de pasteles de luna para el Festival de Medio Otoño. Sus pasteles de compromiso siguen siendo inmensamente populares en el tradicional compromiso matrimonial chino, son del tamaño de un plato y rellenos con crema de frijol dulce, envueltos en una masa dorada y delicada, Además, Kuo Yuan Ye produce muchos otros pastelillos para las ocasiones familiares y los festivales a lo largo del año.

Mucha agua ha pasado bajo el puente desde que Geng-yuan reveló su visión para el negocio de la familia Kuo. Chin-tin ya ha fallecido, pero ¿ha demostrado tener razón su hijo? De una compañía de cuatro tiendas y dieciséis empleados a mediados de los años ochenta, Kuo Yuan Ye se ha convertido en una corporación con cuarenta y cuatrolocales que emplea más de setecientas personas en toda la isla, también posee ocho tiendas en los Estados Unidos. Su volumen anual de ventas ha aumentado deUS$2,2 millones a más de US$48 millones.

Foto de Chen Ping-hsun

Esta caja de regalo con galletas, pastelillos, y otros dulces de diminuto tamaño es una variación moderna de la tradición de dar pasteles de compromiso a los familiares y amigos.

Durante los últimos diez años, Kuo Yuan Ye también 'ha tenido éxito en la diversificación de sus operaciones en otro tipo de negocios. como el comercio, inversiones, manufactura, la industria de alimentos y bebidas, y la construcción. El hermano mayor de Geng-yuan es presi­dente de la compañía, e1segundo hermano está cargo de las operaciones en el exterior, y el más joven es el vicepresidente. Pero ha sido Geng-yuan quien ha implusado el negicio. Aún así, los gerentes de departamento y otros empleados de antigüedad participan en la toma de decisiones y ayudan a determinar la dirección del negocio. "Kuo Yuan Ye es ahora una corporación, pero sigue siendo un negocio familiar", explica Geng-yuan. "Una compañía es como un barco. Los remos son el talento y el dinero. Si Ud. aprende a usar los remos, controlará bien la embarcación y podrá ir a donde desee. Si no la puede controlar, terminará en los arrecifes".

El futuro parece prometedor. Bajo la dirección de Geng-yuan, Kuo YuanYe se ha transformado en un gran negocio que busca seguir expandiéndose. Además de sus tiendas en los Estado Unidos, la compañía tiene planeado abrir locales en China continental, el Sureste Asiático, y Europa. "Nuestra meta es intemaciónalizar Kuo Yuan Ye", .dice Geng-yuan de modo terminante. "Nosotros decimos que la gente puede disfrutar del sabor de China en cada bocado de los pastelillos Kuo Yuan Ye. Mi esperanza es que algún día, en cualquier lugar donde hayan chinos, también haya una pastelería Kuo Yuan Ye.

Por esto surge la pregunta inevitable: Cuando llegue la hora, ¿ pasará Geng-yuan el negocio a alguno de sus hijos? "Le transferiré mi negocio a alguien con talento", dice él. "Sería más feliz si ninguno de mis hijos se encarga de la compañía. Es un trabajo verdaderamente duro. Me gustarría que entraran en la academia,y que disfruten de una vida más fácil que la mía". Una esperanza benigna, pero si Gerig­-yuan cambia dé opinión, ciertamente que no será el primer empresario chino que ha dicho que abrirá el negocio de la familia a personas de afuera, para luego darse cuenta cuando llegue el momento de que la sangre es en verdad más espesa que el agua.■

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