06/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Flores que crecen en terreno árido

01/07/1995
Foto de Huang Chung-hsin Luces, cámara, encanto: Los Premios Caballo Dorado galardonan tanto las películas de Taiwan como de Hong Kong. Pero la colonia tiene la ventaja que produce cientos de películas anualmente, mientras que Taiwan produce menos de treinta al año.
Julio es tradicionalmente el mes más dinámico para la cinematografía en Taiwan. La temporada alta anual en las ventas de taquillas reciben un empujón extra cuando miles de estudiantes asedian los teatros para celebrar el haber sobrevivido al duro bachillerato y a los exámenes de admisión universitaria. Este es el momento más importante del año para que los distribuidores de películas estimen qué se está vendiendo y qué no. En el verano pasado, el mensaje fue claro: la película de mayor venta en la taquilla fue El Rey León de Walt Disney, que batió el récord al estar en pantalla durante setenta días y ganó alrededor de US$2 millones en ventas de boletos.

La escena fue un tanto diferente en los cines donde se mostraba la recién estrenada película Sociedad del Loto Rojo del director local Stan Lai, un filme que yuxtapone lo antiguo y lo moderno al hacer un contraste entre la búsqueda de un joven que desea aprender una forma mítica de kungfu volador y el telón de fondo de la "magia" de hoy: los juegos de azar, la especulación de la bolsa de valores y los bombos publicitarios. La película, a pesar de que había sido seleccionada para participar en el Festival Internacional del Cine en Tokio en septiembre del año pasado, atrajo tan poco público en Taiwan que los dueños de los cines tuvieron que retirarla después de sólo siete días.

El contraste entre el impacto de las películas de Hollywood y las películas locales con poco público no es nada nuevo en Taiwan, pero la brecha se ha vuelto más frustrante para los productores de películas en los años recientes debido a que la situación no ha cambiado a pesar del mayor reconocimiento de los filmes taiwaneses en los círculos cinematográficos internacionales. Solamente en 1994, la isla obtuvo diecinueve premios en festivales internacionales del cine. Vive l'amour, dirigida por Tsai Ming-liang, ganó el León de Oro como la mejor película en el Festival del Cine en Venecia, así como también los premios al mejor director y mejor actor en el Festival del Cine en Nantes. Comer, beber, hombre y mujer de Lee Ang estuvo entre las nominadas a la mejor película en el Festival del Cine de Asia y el Pacífico 1994, celebrado en Sidney, Australia. Mientras que El banquete de bodas (que ganó un Oso de Oro 1993 por la mejor película en el Festival Internacional del Cine en Berlín) fue nominada para un Premio de la Academia en EE.UU. Una vida prestada, dirigida por Wu Nien-jen, fue premiada en el Festival Tesalonio del Cine en Grecia, y Confusión confuciana de Edward Yang fue seleccionada para competir en Cannes.

Foto de Chen Mei-ling

Y el ganador es: Las estrellas del cine Joan Chen y Liang Chao-wei ganaron los Premios Caballo Dorado en sus respectivos papeles en dos filmes de Hong Kong: Rosa Blanca, Rosa Roja, y Expreso de Chungking.

La alta calidad y variedad de estilo de esos nuevos filmes son tan impresionantes como los galardones. "Las películas locales han progresado bastante en iluminación, diseño artístico y técnicas de dirección", dice Jack Liu, profesor del Departamento de Cine en el Colegio Nacional de Artes de Taiwan, en Taipei. La refrescante diversidad de temas también marca una ruptura con las películas de la década pasada, que tenían la tendencia de aferrarse estrechamente a dramas históricos serios con un reducido número de temas locales o "costumbristas". "Las películas locales de los años ochenta estuvieron marcadas con reminiscencias del pasado, reflexiones sobre la historia y preocupaciones humanísticas", dice el crítico de cine Edwin Huang. "Las películas de los años noventa son distintas debido a que se han despojado del pesado aspecto temático".

Por ejemplo, en Vive l'amour, el director Tsai Ming-liang ofrece un collage de fragmentos de la vida diaria de tres residentes urbanos en el Taipei de hoy. Los personajes tratan de dar significado a sus vidas llenas de hastío a través del amor, o por lo menos una pasión momentánea. El efecto es alternativamente cómico y triste. En Confusión confuciana, Edward Yang usa el diálogo extensivo, las tramas entretejidas y las transiciones rápidas para mostrar cómo las virtudes confucianas están siendo retadas y distorsionadas en la vida urbana moderna. Con su ritmo resuelto, al estilo Hollywood, la comedia de Lee Ang Comer, beber, hombre y mujer presenta la interacción entre un cocinero y sus tres hijas adultas, quienes están luchando con sus respectivas vidas amorosas.

Pero de vuelta en Taiwan, la aclamación internacional y los brillantes trofeos no se han traducido en un apoyo general. De hecho, la oleada de películas galardonadas ha sido recibida en su mayoría con cines vacíos y oscuras perspectivas para la inversión en futuras producciones cinematográficas. "La industria cinematográfica de Taiwan aparenta exteriormente ser próspera, pero viéndola por dentro es lamentable", dice Yang Chung-fan, director del Departamento de Cinematografía de la Oficina de Información del Gobierno, que supervisa los fondos públicos para las películas y regula la industria cinematográfica. "El hecho es que, el número de cines en Taiwan está disminuyendo, y de igual manera la producción fílmica anual", comenta.

Foto de Chang Su-ching

Forrest Gump en Taipei: Con la competencia de una permanente entrega de éxitos de Hollywood, las películas locales son frecuentemente exhibidas y sacadas rápidamente de los cines.

La industria cinematográfica de Taiwan estaba en una situación muy diferente hace una generación. Durante los años cincuenta y sesenta, los productores de cine producían entre doscientas a trescientas películas de romances dulzones y kungfu de grado B. Esas películas disfrutaban de una amplia audiencia local y tenían buenos seguidores en Hong Kong y las comunidades chinas en todo el Sudeste Asiático. Pero hoy, la producción cinematográfica de Taiwan ha sufrido una caída, se hacen de veinte a treinta filmes por año, y pocas de esas películas se muestran en la isla. A medida que disminuye la producción fílmica, los cines han comenzado a cerrar sus puertas. Por ejemplo, en los últimos diez años, el número de cines en Taipei ha disminuido de 87 a 60, según una encuesta realizada por la Asociación de Cines de Taipei. Muchos de ellos fueron forzados a cerrar debido a que, bajo los reglamentos gubernamentales, sólo podían exhibir películas locales que el gobierno define como aquellas hechas en Taiwan o en Hong Kong. Solamente veinticuatro copias de cualquier película extranjera pueden importarse y hacerse circular en la isla, y únicamente las cadenas de cine que han sido autorizadas para este propósito pueden pasarlas en la pantalla. Este año, el número de cadenas aprobadas en Taipei se elevó de seis a nueve.

Según los distribuidores de películas, solamente aquellos teatros que muestran películas locales sufren. Afirman que los teatros en general no fueron afectados por el rápido desarrollo de las alternativas del cine durante los años ochenta. "Cuando las copias pirateadas de las cintas de video, las salas de MTV (para ver películas), y los canales de cine de la televisión por cable surgieron en forma descontrolada, muchas personas en el negocio pensaron que los cines quedarían fuera de la predilección pública", dice Wolf Chen, gerente de ventas y promoción de la división de películas de Era Internacional, una compañía de entretenimiento con inversiones en la producción de filmes, distribución de video y TV por cable. Pero no fue así, la gente sencillamente comenzó a ver más películas a través de diferentes métodos. "Cada medio tiene sus propios atributos que impiden que sea eliminado", indica Chen.

Foto de Chang Su-ching

Espacio al costo máximo: Un factor que envía a los productores a Hong Kong es el limitado equipo de filmación en Taiwan. Una sola compañía, Hong Kong Film Co., arrienda su estudio a 80% de los productores de películas locales.

"Siguiendo un esquema fijo de entrega: a los teatros, estaciones de TV y TV por cable, las películas no se verán perjudicadas por los otros medios de entretenimiento", dice C.S. Hsu, presidente de la Asociación de Cines de Taipei. "Los teatros coexisten con los otros niveles más bajos de la red de distribución". Muchos cines son propiedad de las compañías distribuidoras de películas que también operan sitios de alquiler de videos y otros negocios afines.

De hecho, las ventas de taquilla en Taiwan muestran que el interés en las películas está creciendo, no disminuyendo, por lo menos en ciertos tipos de filmes. Grandes éxitos de EE.UU. tales como Parque Jurásico y El Rey León han fijado recientemente nuevos récords. "Las ventas de taquilla de las películas de Hollywood parecen ser mejores incluso que hace tres años", dice Yang I-ping, presidente de la Asociación de Cinematografía de Taipei.

Y cuando las películas norteamericanas no están llenando los cines, están las películas de acción y comedias de payasadas de Hong Kong. La colonia ha proporcionado durante largo tiempo a los cines locales un permanente surtido de películas, y las estrellas de cine tales como Jackie Chan han acumulado gran cantidad de admiradores en la isla. Si bien la producción fílmica de Hong Kong ha bajado ligeramente en los últimos dos años como resultado de los ascendentes salarios de las estrellas de cine, la colonia sigue opacando la producción fílmica de Taiwan. Hoy, de 60 a 65% de las películas que se proyectan en Taiwan son extranjeras, la mayoría de ellas provenientes de los EE. UU. El resto, catalogado como filmes locales, alrededor del 80% son en realidad películas de Hong Kong.

El dominio de las películas comerciales sobre aquellas con mérito artístico es algo que se observa en toda la tendencia de la industria fílmica mundial, pero Taiwan parece sufrir más que cualquier otro país. Una industria cinematográfica fuerte, puede producir un espectro de diferentes tipos de películas, desde comedias ligeras y filmes de acción, hasta experimentos de vanguardia. Por ejemplo, en los EE.UU., el éxito de la corriente principal del negocio cinematográfico abre camino para el desarrollo de filmes alternativos más atrevidos. Pero los productores de películas taiwaneses no disfrutan de tal beneficio debido a que la industria fílmica comercial ha sido exprimida por la competencia de películas de Hollywood y Hong Kong. Muchos de los productores de películas taiwaneses tienen poco interés en producir filmes que puedan competir directamente con esos grandes éxitos importados. Y los productores de películas que no sean de la corriente principal deben trabajar sin el sistema de apoyo de una industria comercial saludable.

Otro problema es que con una población de 21 millones de habitantes, el número de aficionados al cine de la isla es demasiado pequeño para respaldar una industria fílmica alternativa, dicen los distribuidores. Y Taiwan no ha creado una audiencia estable en el extranjero. "Los productores e inversionistas están orientados hacia el mercado", dice Hsu Li-kong, productor de la Central Motion Picture Corp. "Sin un mercado, ellos no invierten en una película". Wolf Chen, de ERA, lo presenta en forma más contundente: "No hay necesidad de que Taiwan establezca su industria fílmica. El mercado local es muy pequeño para ganar dinero".

Pero la crítico de cine Peggy Chiao del diario China Times Express cataloga este tipo de análisis como imprudente, señalando que las películas de Taiwan con frecuencia no tienen ventas tan pobres como se dice. "Las ventas de la taquilla deben incluir los ingresos de los cines, las ventas de derechos del autor para la TV por cable, así como la venta y el alquiler de videos y discos láser", dice ella. Chiao también indica que los dueños de cine y distribuidores de películas con frecuencia informan mal acerca de las ventas de boletos, algo que es fácil de hacer ya que la mayoría de las ventas de taquilla no están computarizadas. "Las ventas de taquillas locales siguen siendo un misterio", dice ella. "Los distribuidores de películas inventan cifras para desfalcar ganancias". Yang I-ping de la Asociación de Cinematografía, quien también es propietario de cine, dice que los dueños con frecuencia reportan menos ventas de taquilla debido a que ellos sienten que están siendo exprimidos por el impuesto que impone el gobierno sobre las ganancias por entretenimiento. "No nos queda más que modificar nuestras hojas de cuentas", indica, "debido a que los impuestos actuales son muy altos".

Otra dificultad que tienen los productores cinematográficos es el método utilizado por los dueños de cines de dejar la película durante el poco tiempo que disfruta de prosperidad e inmediatamente después quitarla de la cartelera. Tan pronto como se estrene una nueva película, las nueve principales cadenas de cines en la isla inundan el mercado con el nuevo filme durante aproximadamente una semana, y después cambian a otra película ante la primera señal de que las ventas de boletos estén bajando. Por lo tanto, las películas de Taiwan deben rivalizar con las últimas películas de suspenso de Hollywood y los filmes de kungfu de Hong Kong. Ding Nai-chu, actriz y gerente general del elenco dramático Performance Workshop y de una nueva estación de televisión por cable, califica al sistema de distribución de "insensato" y dice que es "uno de los problemas más serios de la industria fílmica local". Ella señala que, a diferencia del Occidente, donde los teatros menos importantes se especializan en un cierto tipo de películas para poder desarrollar un público propio, esta tradición no existe en Taiwan.

En vista de esas restricciones, los directores han fijado sus metas en los mercados internacionales. "Los filmes locales no pueden depender meramente del mercado local", dice el crítico de cine Edwin Huang. "Las películas artísticas podrían tener pobres ventas de taquilla durante el primer período de presentación, pero los derechos de copia en los mercados de ultramar podrían traer ganancias estables y a largo plazo".

Pero hasta ahora, vender en el exterior sigue siendo una esperanza lejana para la mayoría de los productores de películas. Los mercados para las películas chinas en el Sudeste Asiático están dominados por Hong Kong y estrenarlas en el territorio continental genera ganancias insignificantes ya que el gobierno continental ofrece a los productores de películas una tarifa única generalmente US$10.000 a US$15.000 por película y existe un alto riesgo de piratería. Por otro lado, atraer los mercados occidentales es difícil debido a que la mayoría de los productores de películas no tienen experiencia en el mercado internacional. A excepción de un puñado de filmes recientes, incluso la calidad de los subtítulos en inglés sigue siendo baja. Yang Chung-fan, de la OIG (Oficina de Información del Gobierno), compara las compañías cinematográficas con los tradicionales vendedores ambulantes que sencillamente esperan que los clientes lleguen a sus puestos de venta. "La gente responsable de las promociones ni siquiera habla bien el inglés", dice. Para la mayoría de los productores de películas, la promoción consiste en celebrar una conferencia de prensa o asistir a las ferias internacionales de películas.

Tal vez, la mayor dificultad con la que se enfrenta la industria cinematográfica es la creciente fuga de cerebros o talentos, hacia Hong Kong y China continental. Hsu Li-kong de la Central Motion Picture Corp. describe el auge y la caída de la industria. "A fines de los sesenta e inicios de los setenta, las películas de Taiwan tenían un mercado en Hong Kong y en el Sudeste Asiático, pero cuando un gran número de filmes costumbristas agotó precisamente ese mismo tema, el mercado se redujo", dice. "Al mismo tiempo, la industria fílmica de Hong Kong comenzó a importar equipos avanzados y a crear un elenco de actores con talento ofreciéndoles muchas oportunidades en la pantalla".

No solamente las películas de acción de Hong Kong han dominado por mucho tiempo los cines locales, sino que la colonia está atrayendo un creciente número de compañías cinematográficas de Taiwan para que produzcan películas de alta calidad allí. Los productores locales sencillamente tienen que establecer una sucursal para sacar ventajas del personal cinematográfico con talento de Hong Kong y la variedad de sitios pintorescos del territorio continental. Desde el relajamiento de las regulaciones de viajes a través del Estrecho de Taiwan en 1989, cerca de ciento cuarenta filmes hechos con fondos de Taiwan han sido rodados en el territorio continental, más que el número total de películas rodadas en la isla durante ese período.

"No rodamos películas en Taiwan principalmente porque no podemos encontrar actores o técnicos bien adiestrados", dice Tsai Sung-lin, presidente de Scholar Films Corp. "Por otro lado, en los mercados del Sudeste Asiático, las películas presentadas como filmes de Taiwan nunca son tan populares como aquellas presentadas como filmes de Hong Kong". La compañía produjo dieciséis películas en 1994, todas en Hong Kong o China continental. Solamente su programa de producción anual en sí representa pérdidas para la industria local: los gastos de producción para un estreno de 1994 rodado en el territorio continental y Hong Kong, Cenizas del Tiempo, totalizaron US$8 millones.

Ho Shin, productor de Cinco mujeres y una soga, que también fue filmada en China continental, dice que Taiwan está opacada por los mejores recursos humanos de Hong Kong, así como los recursos naturales superiores y la mano de obra más barata en China continental. Las actitudes de los directores de Taiwan, dice Ho, son otra razón por la que los productores han abandonado la isla. "Las compañías cinematográficas no desean invertir en la producción fílmica local debido a que piensan que los directores no toman en consideración lo que desea el público, y que su estilo es demasiado personal", indica.

Algunas compañías cinematográficas han invertido en Hong Kong y el territorio continental para trabajar con directores que ya gozan de una fama ampliamente reconocida. "Es el mercado global el que aspiramos alcanzar, esa es la razón por la cual estamos cooperando con productores de China continental tales como Zhang Yimou", dice Wolf Chen, de ERA Internacional. ERA ha patrocinado dos películas de Zhang, Levantar la Linterna Roja, que ganó el premio León Dorado en el Festival del Cine de Venecia 1992 y fue nominado al Osear de la Academia, y Vivir, que ganó el Premio del Gran Jurado 1994 en Cannes.

Muchas de esas películas hechas en cooperación han ganado aclamación internacional, pero en muchos casos, Taiwan no ha sido reconocida por su participación. Por ejemplo, Levantar la Linterna Roja fue patrocinada y producida a través de la sucursal de Hong Kong de una compañía de Taiwan, pero fue estrenada como un filme continental. Adiós a mi concubina, también hecha con fondos de Taiwan, fue reconocida únicamente como una película continental cuando ganó la Palma Dorada 1993 en Cannes. Haciendo que todo sea más doloroso para Taiwan, están las regulaciones gubernamentales que inicialmente prohibieron la presentación local de esas dos producciones. En efecto, el gobierno de la República de China prohibe la proyección de películas en la isla si el número de actores y miembros del equipo fílmico continentales sobrepasan la mitad, lo que se conoce como la "regla del cincuenta por ciento". Sin embargo, eventualmente se permitió que ambos filmes fueran mostrados localmente debido a una cláusula que permite a las películas que no satisfagan la "regla del cincuenta por ciento" ser estrenadas en Taiwan si ganan importantes premios internacionales.

Con la creciente fuga de capital local hacia los filmes de Hong Kong y China continental, la perspectiva para mejorar la industria parece poco prometedora. "La industria fílmica local está cargada de problemas, en todos los niveles, desde el estudio a la producción y la venta de boletos", dice Yee Chihyen, graduado de la escuela de cinematografía de la UCLA. Yee terminó la producción final de su primera película, Club de corazones solitarios, a fines de 1994. "En términos de educación fílmica, todas las escuelas locales carecen de maestros calificados y equipos", indica. "La industria fílmica no está atrayendo inversionistas, de modo que no hay entrada de dinero, no hay grandes inversiones, no hay proyectos. Resulta difícil reclutar personas calificadas. Todas las cosas dependen de los esfuerzos de los productores de películas particulares, pero los logros de unos cuantos productores de películas no ayudan sustancialmente a la industria".

"La dificultad que tienen los productores de películas locales es que existen pocos profesionales con los que se pueda trabajar", dice Emily Liu, directora de la recién estrenada El hombre canguro. Liu, que pasó varios años produciendo películas en Hollywood, dice que la industria fílmica de Taiwan se encuentra en un dilema. Los actores y técnicos del cine tienen pocas oportunidades de recibir entrenamiento profesional debido a que la producción fílmica está decayendo, y todo esto se debe a que las técnicas de producción de películas no pueden competir con las de Hong Kong.

Los actores locales también sufren de presiones que no se encuentran en ninguna otra parte. "En Taiwan, una actriz no puede ganarse la vida sencillamente filmando películas", dice Yang Kuei-mei, que fue la estrella en Comer, beber, hombre y mujer y jugó el papel de actriz principal en Vive l'amour. La mayoría de los actores que trabajan en una película, deben aparecer al mismo tiempo en espectáculos de TV y, en el caso de aquellos que son también cantantes, deben promocionar sus nuevas entregas musicales. Algunos incluso trabajan simultáneamente en varios filmes. Un horario tan fragmentado afecta sus actuaciones. "Es imposible que los actores o actrices tengan alguna preparación antes de comenzar a filmar", dice Yang. "No hay tiempo para cosas como familiarizarse con las expresiones faciales y gestos, o aprender el comportamiento y los hábitos de los otros compañeros de actuación".

Tal vez lo más sorprendente en un lugar con una fuerte reputación internacional que cada día aumenta por los productos de alta tecnología es la pobre calidad del equipo de filmación en Taiwan. La Central Motion Picture Corp. (CMPC) posee el más completo sistema de producción fílmica, pero en su mayoría son equipos obsoletos y pasados de moda. Por ejemplo, la CMPC tiene el único equipo de post-producción en Taiwan, pero no tiene el sistema computarizado de edición que se considera de rigor en las compañías de películas occidentales. Todo el montaje de post-producción se sigue haciendo a mano.

Seis compañías privadas también rentan equipo de filmación y tiempo de estudio, pero los productores de películas tienen que competir con frecuencia con las compañías publicitarias por el tiempo de alquiler de los equipos, además los equipos son limitados. Por ejemplo, mientras las "cámaras volantes" por control remoto son comunes en los círculos cinematográficos en todas partes, las mismas no existían en Taiwan hasta que el director Stan Lai importó una desde Australia para rodar La Sociedad del Loto Rojo. Otros directores que desean vistas aéreas deben enviar a sus camarógrafos en misiones arriesgadas en helicópteros o en grúas. El director Yee Chihyen resume la situación de la siguiente manera: "La industria fílmica de Taiwan aún sigue en la fase del trabajo manual".

La industria fílmica local llegó a su punto más bajo en 1992. En ese año, los productores de películas solamente filmaron veintitrés filmes. Los cines de Taiwan proyectaron casi exclusivamente filmes de Hong Kong, cada una de las diez películas de mejor venta en taquilla ese año fue rodada en la colonia.

Los subsidios del gobierno parecían ser la única esperanza que quedaba para la industria. A fines de 1991, la OIG celebró una conferencia nacional para solicitar la opinión de productores, cineastas, actores y críticos. Basada en esas recomendaciones, la oficina fijó varias metas, incluyendo promover las películas internacionalmente mediante el patrocinio de 59 filmes para que participaran en 48 festivales del cine y ferias comerciales en el extranjero. Muchos de ellos ganaron premios internacionales.

Para ayudar a aliviar la carga financiera, la OIG está negociando con los bancos estatales para que ofrezcan tasas de interés más bajas para las compañías cinematográficas, y hasta junio del año pasado, los productores de cine estuvieron exentos del 5% del impuesto sobre ganancias comerciales y se les exigía pagar solamente la mitad del 1,5% del impuesto de entretenimiento. Los productores de películas también recibieron una gran ayuda cuando la Fundación para el Desarrollo de la Cinematografía de la República de China que es privada acordó subsidiar el 80% de los aranceles de importación para los equipos de filmación de manufactura extranjera. La OIG está ahora negociando con el Ministerio de Finanzas para que elimine todas las tarifas sobre tales equipos.

Algo más significativo, 1993 fue designado Año del Cine Nacional, y se contrató a la crítico de cine Peggy Chiao para que organizara y planeara las actividades. Un presupuesto de US$6 millones fue destinado para cubrir los gastos de promoción internacional y local de las películas, para realizar una exhibición de la historia del cine, y patrocinar un estudio comparativo de la producción fílmica en Taiwan, Hong Kong y China continental. Durante ese año, el gobierno también patrocinó un festival de películas locales en toda la isla, así como uno de películas extranjeras, además de un festival de filmes taiwaneses en los países del Sudeste Asiático.

"La cosa más significativa que hizo el Año del Cine Nacional fue promover las películas de directores jóvenes, tales como Rebeldes del Dios Neón de Tsai Ming-liang", dice el crítico de cine Edwin Huang. El también da importancia a los programas que brindan la oportunidad a los directores de crear filmes experimentales cortos, y de igual modo, apoya la revisión de la historia del cine local que fue publicada ese año. Pero Huang y otros critican al gobierno por no haber continuado las actividades de promoción después de ese año. "Los programas que se iniciaron durante el Año del Cine Nacional debieron continuarse. Es una pena tener que parar esos programas por falta de fondo ", indica.

El patrocinio del gobierno a los productores locales de películas empezó en 1976, cuando la fundación para el Desarrollo de la Cinematografía comenzó a ofrecer subsidios de unos US$12.000 para diez guiones de películas seleccionados por año. La OIG se encargó de esos premios en 1986 y, en 1992, extendió el programa para aceptar guiones de chinos en ultramar. En 1990, la OIG comenzó a otorgar un segundo juego de subsidios, totalizando US$1,2 millones: tres subsidios de US$385.000 y cinco de US$153.000. Se espera que los fondos aumentarán a US$4 millones en 1995.

Casi todas las películas recientemente galardonadas han sido apoyadas por uno o ambos de esos subsidios, incluyendo Manos que empujan, El banquete de bodas, y Comer, beber, hombre y mujer de Lee Ang; Un brillante día de verano de Edward Yang; y Rebeldes del Dios de Neón y Vive l'amour de Tsai Ming-liang. Pero surgieron controversias acerca de cómo se otorgan esos subsidios. Los productores y distribuidores de películas han presionado al gobierno para que escojan películas con un potencial de ventas en las taquillas. "El gobierno siempre da fondos a las películas de arte, que podrían ganar premios internacionales, pero sus ventas de taquilla en los cines locales son un desastre", dice Yang l-ping, presidente de la Asociación de Cinematografía de Taipei.

Los intelectuales y críticos del cine creen que los premios deben ser designados a los filmes con mérito cultural o artístico. "Una película debe tener dos elementos: cultura y comercio. Pero los mismos deben ser discutidos por separado", dice la crítico de cine Peggy Chiao. "Solamente las películas que ofrecen un valor cultural deben ser patrocinadas por el gobierno. Los filmes comerciales son solamente mercaderías en los ojos de los distribuidores de películas. Ellos deben ser responsables de sus propias pérdidas o ganancias" .

Otros en el negocio toman una posición intermedia, sosteniendo que las películas deberían ser juzgadas por su calidad en vez de ser catalogadas como filmes comerciales o artísticos. "Entre las películas seleccionadas para los subsidios gubernamentales, yo no insisto en la discriminación entre filmes artísticos y filmes comerciales", dice la gerente general de un elenco de drama y actriz Ding Nai-chu. "Mientras sea una película original y de calidad, está calificada para obtener subsidio gubernamental". Pero ella añade que, a excepción de los filmes recientes de Lee Ang, la mayoría de los directores locales han fracasado en sus intentos por producir películas comerciales de calidad.

En respuesta a la presión de las compañías cinematográficas privadas, la OIG cedió este año más de un tercio de los asientos en el jurado para la otorgación de subsidios a los miembros de Productores Cinematográficos de la República de China. Por otro lado, los criterios de selección fueron modificados para hacer énfasis tanto en el mérito artístico como en el valor comercial.

Los programas de la OIG además de otorgar subsidios a las películas locales para competir en festivales internacionales y de premiar con dinero efectivo extra a los filmes galardonados también ha causado controversias. Muchos críticos del cine se quejan de que los fondos son dados a películas que representan a Hong Kong, en vez de Taiwan, en las competencias internacionales. En algunos casos, incluso se ha prohibido la proyección en Taiwan de películas subsidiadas por la OIG debido a que no satisfacen la "regla del 50%" sobre los actores y personal del territorio continental.

Aquellos que se encuentran dentro del negocio estiman que los próximos cinco años serán cruciales para la industria fílmica local, que está luchando por sacar ventajas de la reciente aclamación internacional que ha recibido, así como por obtener público y conseguir apoyo financiero tanto dentro como fuera del país. "Lo indispensable es que la industria local actúe ahora y aproveche esta oportunidad para explorar los mercados extranjeros", dice la crítico de cine Peggy Chiao. En vista de los problemas que enfrenta la industria, tal vez el productor de películas Ho Hsiao-hsien resume mejor la situación cuando él denomina los filmes de Taiwan que han sido premiados "flores que crecen en terreno árido" ¿Se marchitarán esas flores? El mundo está observando. ■

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