08/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Tailandia: Mayores oportunidades

01/11/1995
En Taiwan, los costos laborales y de la tierra comenzaron a subir vertiginosamente a fines de los años ochenta, forzando a industrias con muchos años en operación, como la de calzados y textiles a trasladarse a otro sitio o cerrar. Tailandia fue la primera opción para las inversiones en ultramar debido a la cantidad y calidad de su fuerza laboral, así como los salarios existentes relativamente bajos. Pero varios años más tarde, muchos inversionistas están comenzando a revisar todo de nuevo a medida que la propia economía emergente de Tailandia ha elevado su estructura salarial. Hoy, a pesar de que el promedio de salarios es de solamente una quinta parte de los de Taiwan, son dos a tres veces más altos que los de China continental, Vietnam y muchas partes de Indonesia. Más aún, los salarios tailandeses están aumentando con una tasa anual del 10 al 15%.

Algunos fabricantes ya estaban dirigiendo sus operaciones hacia China continental, incluso antes de que el Gobierno de la República de China levantara oficialmente la prohibición de las inversiones en octubre de 1990. Pero tan pronto como se abrieron las puertas, los empresarios locales entraron a tropel al otro lado del Estrecho de Taiwan para aprovechar la enorme población laboral, los bajos salarios y la virtual ausencia de las barreras lingüísticas y culturales. Al mismo tiempo, sus inversiones en Tailandia y en el resto del Sudeste Asiático bajaron notablemente.

Hoy en día, Tailandia ha recobrado su importancia para las inversiones, en parte como resultado del estímulo por parte del Gobierno de la República de China. En los últimos tres años, el Presidente, el Primer Ministro, el Ministro de Economía y otros altos funcionarios de nuestro país han ido al exterior acompañados por empresarios locales para discutir posibilidades de inversión con algunos de los más prominentes líderes políticos y económicos de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, que incluye a Tailandia, Malasia, Singapur, Indonesia, las Filipinas, Brunei y Vietnam). Esas visitas de alto nivel han estimulado un mayor entusiasmo en las inversiones en la región.

De mayo de 1994 a mayo del presente año, el total de las inversiones de Taiwan en Tailandia aumentó de US$4.000 millones a US$5.000 millones. "Aunque Taiwan ha recortado el número total de proyectos aquí, el tamaño de su inversión está creciendo", dice Staporn Kavitanon, Secretario General de la Oficina de la Junta de Inversiones (OBOI, siglas en inglés), agencia gubernamental responsable de la promoción de las inversiones en Tailandia. "Esto significa que las inversiones de Taiwan están pasando de la manufactura liviana a las industrias de tecnología intensiva".

Stephan Hsu, Jefe de la Oficina Económica y Comercial de Taipei en Tailandia, dice que este cambio es un punto a favor en las relaciones Tailandia-Taiwan. "Si solamente invirtiéramos en negocios de mano de obra intensiva, daría al pueblo tailandés la impresión de que estamos solamente interesados en ganar dinero haciendo uso de su mano de obra barata", indica. "Pero si hacemos inversiones en tecnología intensiva así como capital, los tailandeses verán que esto ayudará a su propio desarrollo económico e industrial".

Así, a medida que las industrias de mano de obra intensiva reubican sus operaciones en otros sitios, las empresas de más importancia se han trasladado allá atraídas sobre todo por las nuevas oportunidades. Una de ellas es fabricar productos para el mercado local. Siam-Pacific Electric Wire & Cable Co. es un ejemplo. La compañía es una inversión conjunta entre la Pacific Wire & Cable Co. (49% de las acciones), el mayor fabricante de alambres y cables de Taiwan, y la Italia-Thai Development Co. (51%). Creada en 1989, con un capital registrado de US$18,8 millones y 450 empleados; las ventas durante el año pasado del consorcio conjunto de cables de comunicaciones, cables de tendido eléctrico, alambres esmaltados y alambres de cobre, totalizaron US$60 millones.

Siam-Pacific vende el 80% de sus productos localmente y abastece cerca de una quinta parte del mercado tailandés. La fábrica, situada en Pathum Thani, cerca de Bangkok, está en la Zona 1, un área establecida por el gobierno para inversiones extranjeras que tiene actualmente los salarios más altos. Las designaciones de zonas por el gobierno tailandés promueve un desarrollo más equilibrado al dividir las zonas de promoción de inversiones del país en tres niveles. Mientras más cerca se encuentren los sitios de Bangkok, más altos serán los costos de la tierra y la mano de obra, y menores las reducciones tributarias y otros incentivos.

A pesar de los altos costos en la Zona 1, a Siam-Pacific le va bien. "La manufactura de alambres y cables no es una industria de mano de obra intensiva, de modo que los costos laborales no son una consideración importante", dice Kung Chin-yung, Presidente de Siam-Pacific. "Cuando decidimos establecer nuestra fábrica aquí, la consideración más importante fue el mercado amplio y confiable". Kung dice que el desarrollo de las telecomunicaciones es una gran prioridad en la planificación económica del gobierno tailandés, haciendo que el país sea un lucrativo mercado para su compañía. Por otro lado, se espera también que países vecinos como Birmania y Laos aumenten su demanda por tales productos para el desarrollo de sus economías. "No tenemos que preocuparnos por encontrar mercado en los próximos diez o veinte años", dice Kung.

Algunas compañías han superado los salarios más altos al tomar ventaja de los abundantes recursos naturales de Tailandia. Por ejemplo, en Banpong, situado aproximadamente 80 kilómetros al noroeste de Bangkok, la Namchow Chemical Industrial Co. de Taiwan está operando exitosamente incluso sin tener un socio inversionista. Hace varios años, la compañía estableció la firma Namchow (Thailand) Ltd., para fabricar fideos instantáneos y productos de arroz. El arroz tailandés más barato, que cuesta solamente un quinto del precio del arroz de Taiwan, ha sido adaptado muy bien a la manufactura de productos alimenticios. Aun cuando la fábrica está situada en la Zona 3, que tiene los costos laborales más bajos, el salario mínimo garantizado de US$4,40 sigue siendo bastante alto comparado con algunos países vecinos. "La mano de obra ya no es tan barata aquí", dice Webber Wey, Gerente administrativo y financiero de esa compañía en dicho país. "Pero esto queda cubierto gracias a las abundantes y baratas materias primas".

Namchow (Thailand) inició sus operaciones en 1991 y ahora emplea a 525 trabajadores. La compañía produce 200.000 cajas de fideos instantáneos y 30.000 cajas de galletas de arroz mensualmente. Cerca del 80% de sus productos son exportados a Hong Kong, Singapur, Taiwan, EE.UU., Australia y Europa. "Estamos combinando la tecnología de manufactura de Taiwan con la riqueza en materias primas de Tailandia", dice Wey. "Esta fábrica tailandesa se ha convertido en una importante base de manufactura para nuestras ventas mundiales".

Pocos inversionistas de Taiwan quedan sorprendidos por la tendencia a elevar los salarios en Tailandia. "Es algo a lo que deben enfrentarse los empresarios al invertir en países en vías de desarrollo", dice Harry Pan, Director administrativo de Taiwan Liton Electronic (Thailand) Co., creada en 1990 como parte de las dieciocho áreas de operaciones en ultramar que tiene la compañía con sede en Taipei. Liton (Thailand) fabrica diodos emisores de luz (LED) usados en impresores de computadoras y otros productos electrónicos, y sus ventas en 1994 alcanzaron US$4,8 millones, un crecimiento del 340% sobre el volumen del primer año de operaciones de la compañía. "Sabemos que nos enfrentamos a costos crecientes", dice Pan. "La mejor forma para enfrentarse a esto es mejorar la productividad para superar la inflación".

Una dimensión clave de la productividad es la mano de obra confiable, y los inversionistas de Taiwan dan altas calificaciones a sus empleados tailandeses. La evaluación común es que los trabajadores de cuello azul tienen una buena actitud. Como resultado, muchos empresarios convierten rápidamente sus inversiones en empresas locales al dar más autoridad y flexibilidad a su personal tailandés. Por ejemplo, en la sucursal en Tailandia de Cheng Lie Navigation, una de las mayores empresas de transporte marítimo de Taiwan, el Gerente General Henry Hwang es actualmente el único taiwanés dentro de un personal de cincuenta en Bangkok. Liton solamente tiene dos gerentes taiwaneses trabajando con 1.900 trabajadores tailandeses en las lineas de ensamblaje y otros 350 supervisores y miembros de la administración. En ambas compañías, la administración superior, la gerencia y las responsabilidades financieras han sido confiadas a personal tailandés.

Pero los inversionistas tienen que hacer algunos reajustes a la ética de trabajo local. "Los tailandeses trabajan duro en sus tareas asignadas, pero generalmente no son entusiastas para aprender cosas nuevas", dice Kung Chin-yung de la Siam-Pacifico "Parece que a muchos de ellos les satisface de tener la misma posición en la línea de ensamblaje por el resto de sus vidas".

Felix Su, Gerente de planta de Namchow (Thailand), piensa que el respeto por la autoridad es una de las características más atractivas de los trabajadores taiIandeses, pero aún les falta mucho para convertirse en personas concientes de la calidad como él desea. "Para los fabricantes de alimentos, la calidad es el asunto más importante", dice Su. "Hemos invertido mucho tiempo y seguiremos haciendo esopara convencerles acerca de la importancia de la calidad".

Generalmente hablando, reclutar trabajadores de cuello azul en Tailandia no es difícil para los inversionistas extranjeros. El verdadero problema de los recursos humanos es la seria falta de personal de nivel medio que hable inglés, tales como secretarias, encargados de ventas internacionales e ingenieros. Webber Wey recuerda que cuando comenzó, habían siete mil puestos vacantes para solamente cuatro mil graduados universitarios, de modo que era muy difícil encontrar una secretaria que hablara inglés, incluso en Bangkok. El gobierno tailandés también reconoce la existencia de este problema. "Tenemos que trabajar para desarrollar nuestros recursos humanos", dice Staporn Kavitanon. "Tal vez la mayor dificultad de esto es generar más graduados para satisfacer la demanda del mercado". En la actualidad, el gobierno tailandés está ofreciendo cursos de corto plazo para ayudar a satisfacer las necesidades intermediarias.

La falta de relaciones diplomáticas formales entre la República de China y Tailandia durante las dos últimas décadas ha tenido poco impacto en los lazos económicos entre los dos países. "El gobierno tailandés es muy justo", dice Kung Chin-yung. "Ellos no están particularmente a favor o en contra de las inversiones taiwanesas". Taiwan es actualmente el quinto mayor inversionista extranjero en Tailandia, siguiéndole a Japón, EE.UU., Reino Unido y Singapur (ver recuadro). Pero solamente los empresarios de Taiwan operan sin tener un acuerdo bilateral de garantía de las inversiones. Aunque el Acta para la Promoción de Inversiones de Tailandia ofrece varias garantías e incentivos para los inversionistas de ultramar, un acuerdo formal firmado por los dos gobiernos podría dar mayor seguridad a los inversionistas de Taiwan y reducir sus riesgos de perder las garantías.

En realidad, Tailandia es el único país de la ASEAN que no ha firmado un acuerdo de esta naturaleza con Taiwan, primordialmente debido a que los repetidos cambios en el Gabinete Tailandés han demorado el proceso. Stephan Hsu de la Oficina Económica y Comercial de Taipei cree que esto desalienta la inversión. "Sin un acuerdo de garantía para las inversiones, los inversionistas potenciales se sienten inseguros", dice. "Si todo lo demás es igual, los inversionistas irán a sitios donde ya existen tales acuerdos con nuestro gobierno".

Otro paso importante sería que Tailandia firme un acuerdo eliminando la doble tributación. Cuando se haya vencido el período normal de exención de impuestos normalmente de tres a ocho años los inversionistas de Taiwan tendrán que pagar impuestos en Tailandia. Pero sus compañías matrices en Taiwan también tienen que pagar impuestos al Gobierno de la República de China sobre las ganancias que hayan obtenido de sus inversiones en ultramar.

Hsu considera que la misión más urgente que tiene la Oficina Económica y Comercial de Taipei es concluir las negociaciones sobre estos acuerdos. "Esos acuerdos se parecen a los rieles de ferrocarril", dice. "El trabajo del gobierno es colocar los rieles de modo que el tren de las inversiones pueda correr sobre ellos". De hecho, las negociaciones sobre la garantía bilateral para las inversiones se han estado llevando a cabo durante seis años antes que Hsu asumiera su cargo el año pasado. Y ha transcurrido otro año más antes de que un borrador fuese finalmente firmado a inicios del presente año. Pero el reajuste del gobierno tailandés a mediados de este año ha demorado la firma oficial. Hsu está ahora negociando el asunto de la doble tributación y se siente optimista ya que piensa que un acuerdo formal podrá ser firmado para fines de este año.

Aunque las garantías beneficiarán obviamente a los nuevos inversionistas taiwaneses, aquellos empresarios que ya operan en Tailandia se han adaptado a la situación. Una razón de esto es la política generalmente abierta que tiene el gobierno hacia las inversiones extranjeras. "Nuestra actitud hacia los extranjeros es muy positiva", dice Staporn Kavitanon, de la OBOI. "No hay leyes que restrinjan la inversión extranjera, solamente leyes que la estimulan". Señala que a pesar de las diferencias de los incentivos a las diferentes industrias, virtualmente se permite todas las inversiones extranjeras.

Frente a la política del gobierno tailandés, la mayoría de los inversionistas consideran que tienen pocos problemas para obtener un permiso de inversión y la asistencia de la Junta de Inversiones, la principal organización encargada de estimular las inversiones en general. La misma está encabezada por el Primer Ministro e integrada por funcionarios del gobierno, y representantes de las principales organizaciones del sector privado y académicos.

Aunque obtener un permiso de inversión rara vez resulta ser un problema, los inversionistas se enfrentan a dificultades burocráticas. Kung Chin-yung, de la Siam-Pacific, que enfoca en el mercado local de alambres y cables, ha descubierto que el frecuente reajuste del Gabinete Tailandés tiene un considerable impacto en su negocio. Dice que el gobierno tiene un plan de tres etapas para añadir millones de líneas telefónicas y la primera etapa ya está por terminarse. Pero las próximas dos han sido suspendidas hasta que se complete un reajuste gubernamental. "Los proyectos están allí, pero no hay alguien que los apruebe", dice Kung. "Las empresas, la maquinaria y las materias primas están listas, pero ahora no podemos hacer nada más que esperar".

En general, a pesar de los reajustes del Gabinete, los inversionistas consideran que la situación política de Tailandia es muy estable. Webber Wey, de Nanchow (Thailand) dice que el impacto de los reajustes del Gabinete en su fábrica orientada a la exportación ha sido insignificante. De hecho, la estabilidad política es una de las principales razones por la que Namchow decidió establecer su fábrica de alimentos en Tailandia. "Los cambios de los altos funcionarios no tienen mayor influencia en los servidores públicos ordinarios", dice Wey. "Se siguen llevando a cabo las políticas debido a que ya se encuentra establecido un sistema burocrático funcional". Sin embargo, Wey está de acuerdo con Kung Chin-yung en que aún queda mucho por mejorar en la eficiencia gubernamental en general. Es un problema que también ha sido observado por el gobierno tailandés. "Cada departamento del sector público es más lento comparado con el sector privado", dice Arun Ngamdee, Director General del Departamento de Relaciones Públicas del Gobierno. "Tenemos que recortar las formalidades burocráticas".

Muchas personas señalan que el éxito de un negocio puede ser bloqueado por el desconocimiento de los requerimientos legales. "Tailandia es una sociedad abierta", dice Seree Wangpaichitr, Gobernador de la Autoridad Turística de Tailandia. "Pero los inversionistas deben obedecer nuestras leyes y reglamentos". Las dificultades surgen debido a que pocas leyes han sido traducidas al inglés, y mucho menos al chino. "Algunas veces, la misma ley puede ser interpretada en forma diferente por diferentes personas", dice Webber Wey. "Tienes que contratar un experto en derecho local para que pueda mantenerte al tanto de todo".

Wey también señala que si bien las compañías más grandes pueden darse el lujo de contratar abogados, la mayoría de las compañías más pequeñas tienen que arreglárselas a solas. Muchos intentos de negocios fallidos son causados por problemas legales. Durante más de cuatro años en Tailandia, Henry Hwang, de Cheng Lie Navigation ha visto a varios compañeros inversionistas perderlo todo, debido principalmente al desconocimiento de las leyes tailandesas. "Todos los contratos son en tailandés; tenemos que ser muy cuidadosos", dice Hwang. Para reducir riesgos, él sugiere que los inversionistas se pongan en contacto con una de las nueve asociaciones de comerciantes chinos o taiwaneses antes de firmar cualquier documento.

A pesar de tales problemas, la mayoría de los empresarios de Taiwan tiene pocas dificultades para adaptarse en Tailandia. Cultural y socialmente, ellos encajan muy bien. "Este país es un gran caldero en cierta forma ya que no existen problemas raciales y no hay discriminación contra los chinos", dice Staporn Kavitanon. "Y la mayoría de los inversionistas extranjeros disfrutan de las actividades recreativas en su tiempo libre. Obtenemos buenas notas en este aspecto. Y para entenderse mejor con el pueblo tailandés, la mayoría de los taiwaneses aprende a hablar tailandés tan pronto llegan allí. "Hablar su lengua hace que la administración sea más fácil", dice Webber Wey. "Los trabajadores se sienten más a gusto y ocurren menos malentendidos", Wey contrató varios tailandeses para que sirvieran de traductores al principio, pero no pasó mucho tiempo para que el personal de Taiwan se hiciera cargo de todo. Algunos ahora, no sólo hablan tailandés, sino que puede escribir y leerlo.

El único problema cultural serio que molesta a los inversionistas de Taiwan es lograr una adecuada educación para sus hijos. Como no hay escuelas chinas, las escuelas internacionales occidentales son las únicas alternativas, aunque algunos padres les enseñan chino a sus hijos en casa. Sin embargo, los hijos de algunos expatriados que han estado por mucho tiempo allí ya ha olvidado su lengua materna. E incluso, aunque hablen un chino muy fluido, los estudiantes provenientes de las escuelas internacionales tienen dificultades para sobrevivir dentro de la fuerte competencia educativa cuando ellos retornen a Taiwan. Los empresarios están ansiosos de fundar una escuela china.

Según Henry Hwang, dos tercios de los fondos ya han sido recolectados, y algunos maestros jubilados en Taiwan están de acuerdo en irse allá. Pero siguen existiendo algunos problemas, tales como encontrar un sitio y materiales de educación. Los padres están presionando para que el Gobierno de la República de China ofrezca asistencia. "Vamos a retornar a Taiwan algún dia", dice Harry Pan, de Liton (Thailand). "Cuando lo hagamos, deseamos que nuestros hijos no tengan muchos problemas de adaptación".

En términos generales, los inversionistas de Taiwan en Tailandia creen que ellos han tomado la decisión correcta. Y Stephan Hsu dice que las perspectivas para el futuro son brillantes debido a que las relaciones económicas entre los dos países continuarán desarrollándose indudablemente. "Taiwan y Tailandia pueden ser los socios ideales", dice. "Tailandia puede aprender de nuestra experiencia y tal vez evitar algunos de los errores del proceso de desarrollo, y nosotros podemos sacar ventajas de sus abundantes recursos, sus bajos costos, su gente altamente trabajadora y su amplio mercado". ■

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